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PROYECTO M-20 "NUESTRAS BASES " (II)

PROYECTO M-20 "NUESTRAS BASES " (II)

ANALISIS ÁMBITO MUNDIAL

 

II El Mundo Globalitario en Crisis

 

(a) El momento en que esto «petó»

 

Nadie niega que, actualmente, nos encontramos en una situación definida por la crisis financiera iniciada en 2007 en Norteamérica tras el petardazo de la burbuja de las famosas «subprime». Al año siguiente, el desmoronamiento de los activos que contenían esas «hipotecas basura» arras­tró a las principales sociedades hipotecarias de EEUU y sirvió de espoleta para otros «activos tóxicos» ocultados por los bancos, que provocaron el colapso de grandes «firmas de inver­siones» como Lehman Brothers, así como de la mayor compañía de seguros del mundo (AIG) en septiem­bre de 2008. De la misma forma que la Reserva Federal había ido comprando activos contami­nados para salvar a las grandes compañías hipotecarias, desde el gobierno y el legislativo norteamericano se arbitró un colosal rescate financiero con dinero público. La misma decisión se tomó en los países de la Unión Europea: el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra inyec­taron enormes can­tidades de dinero alegando lo mismo que Bush: la necesidad de proporcionar liquidez a los bancos y frenar la caída de las Bolsas. Esa decisión la tomaron tanto gobiernos libe­ral-conservadores como liberal-reformistas, tanto socialdemócratas como democristianos.

 

Pudo resultar paradójico tal intervencionismo estatal en el seno de la potencia campeona del neo­liberalismo. Más cuando en sus mandatos Bush había puesto en marcha la desregulación del sis­tema financiero propugnando su «autorregulación». La ausencia de controles rigurosos sobre esas entidades y de supervisión de sus operaciones de riesgo y de sus sofisticados inventos financie­ros, provocó la opacidad y el desmadre del sistema financiero norteamericano y, por extensión, del sis­tema mundial.

 

Lo que sí quedó claro fue el impacto de la crisis financiera yanqui en las economías de Europa y del resto del mundo: una muestra de la enorme dependencia de buena parte del planeta hacia los EEUU. Pudo, entonces, parecer probado que no bastaba con que los controles aplicados a las enti­dades financieras en una zona del mundo por sus gobiernos, fueran más rigurosos que los esta­blecidos en EEUU para no verse afectados por los huracanes que provienen de estos últimos.

 

Pudo parecer, también en ese momento, que el ciclo de las desregulaciones financieras tocaba ya a su fin. Pudo parecer que todos empezaban a reconocer como gravemente dañino y fracasado el modelo liberal neoclásico, si hacíamos caso de las declaraciones de socialdemócratas y populistas de derechas, que nos hablaban de la necesidad de «refundar» o «reformar el capitalismo». Pudo parecer, durante un tiempo, que todos iban a tomar conciencia de que estábamos pagando el pre­cio de las erróneas tesis ultraliberales de alegre «autorregulación» de los mercados financieros, y que se exigía un fuerte control de los mismos en todas partes o, al menos, que se alzaran barreras se­rias frente a los países donde no se establecían esos controles.

 

Pero, además de estas causas «externas» (aunque en una nación del capitalismo globalitarioy sin soberanía monetaria resulta muy complicado discriminar cuáles son sus factores económicos «ex­ternos»), lo que provocó el inicio de la crisis eco­nómica en España fue el «petardazo» de «la burbu­ja in­mobiliaria», petardazo que cualquier observador había podido advertir como desenlace inevita­ble a lo largo de la «década prodigiosa» (1997-2007) de crecimiento desaforado del ladrillo y, más aún, de los precios del ladrillo construido o proyectado. Que la clase política y comentaristas a sueldo de los medios hablaran poco de ello no ocultaba que la mayoría sabía que el «milagro espa­ñol» (del que tanto presumieron el Partido Popular, primero, como después el PSOE) se asentaba en barro: en la especulación inmobiliaria y en el consumo que gastaba el dinero solicitado a crédito.

 

4 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

(b) Pese a todo, el liberalismo contraataca y se refuerza

Pudo parecer que la mayor parte de la clase política y económica había empezado a reconocer el fracaso del modelo liberal. Pero en los últimos años constatamos que el discurso imperante (en los medios de difusión sobre todo, convertidos en «guías espirituales» de gobiernos y naciones) ha sido el contrario: se afirma que para gestionar la crisis hay que profundizar en el modelo. Esto nos demuestra que para enfrentar las situaciones adversas lo decisivo no es la acumulación de datos negativos o malos resultados, sino asumir un análisis adecuado de la causa de los problemas, tomar conciencia de nuestra responsabilidad y tener voluntad de cambiar las cosas empezando por pronunciar: «¡Esto no!». Es decir, lo más importante no es que se produzcan las condiciones obje­tivas, sino provocar las condiciones subjetivas.

 

El discurso económico dominante, el liberal, siempre se ha manifestado totalmente insensible a las múltiples evidencias que, en casi todos los parámetros de comparación (económicos, sociales, culturales, medioambientales...), muestran unos efectos bastante mediocres, cuando no pésimos, en el seno de las naciones. Así pues nos preguntamos ¿Por qué iban a cambiar ahora los econo­mistas, los comentaristas de la radio, los cargos políticos o los directivos de la patronal y de la ban­ca que han venido pregonando ese discurso? Era de ilusos esperar que reconocieran el fracaso del modelo, y constatamos que, para salir del atolladero, los pregoneros del modelo más liberal del capitalismo han contraatacado con una «huida hacia adelante». Como hemos señalado, la crisis no está sirviendo para recapacitar sobre el modelo adoptado y rectificar el rumbo del capitalismo, sino que está sirviendo de coartada para imponer un modelo que acrecienta la explotación y la miseria de la mayoría. Lo que nos proponen es «salir de la sartén para caer en las brasas».

 

(c) ¿Crisis Coyuntural o Crisis Estructural?

 

La diferencia de esta «nueva crisis» capitalista con respecto a las anteriores es que sus efectos palpables son tan fuertes en el «Primer mundo» como la famosa crisis del 29, y que los recursos (incluso los «parches») para combatirla parecen agotados. Pero el Sistema Capitalista, como tal, no se encuentra ni en crisis ni en quiebra, pues se trata de un modelo de explotación que se reestruc­tura en ciclos recesivos y depresivos, ciclos que, como estamos viendo, afectan principalmente a los trabajadores de todo el orbe mientras las grandes fortunas continúan obteniendo grandes bene­ficios. Entendemos que no importa cuan profunda sea, o si es de carácter coyuntural o estructural, pues por muy profunda o estructural que sea una crisis económica, por sí misma, no va a provocar una reacción que cuestione el modelo y exija una salida anticapitalista. Como hemos señalado, en el panorama público, lo que manda es la demanda de profundizar aún más en este modelo, no im­porta sus consecuencias sociales, por devastadoras que sean, ya que los voce­ros del capitalismo han tomado buena nota de la resignación y desmovilización generalizadas. Por ello vemos perfec­tamente que una forma de salida es la del Capitalismo de Guerra: desatar una gran conflagración que sirva tanto para destruir las naciones emergentes como para generar una actividad económica que mantenga sofisticadas fuerzas de ocupación y que «reconstruya» bajo control angloamericano lo que destruye. Tal fue la política que aplicaron Bush y Cheney en el Iraq agredido y ocupado.

 

La hegemonía cultural y política de la plutocracia globalitaria es de tal magnitud que no sólo ha conseguido naturalizar el papel de la especulación financiera a costa de las naciones, sino que va logrando, además, que se acepten como normales y justificables sus campañas imperialistas de agresión. En uno y otro caso, los grandes medios de difusión de masas occidentales juegan un papel importantísimo para que la población acepte esas nefastas «huidas hacia adelante».

 

(d) ¿Decadencia del modelo o Crisis Terminal de Civilización?

 

Consideramos que vivimos en las sociedades llamadas «posmodernas», «herederas» del mundo «deconstruído» por la Civilización moderna Occidental. Esta renombrada civilización, si hablamos con propiedad, no existe, aunque haya mucho «centinela de Occidente» «defendiéndola». Existen sus criaturas, abandonadas en manos de unas oligarquías depredadoras, y existe el Sistema eco­nomi­cista que conviene a estas últimas: el Capitalista, también criatura de la misma civilización agotada. Por ello, lo que se vive en estas sociedades posmodernas no es tanto una decadencia o crisis de va­lores y puntos de referencia, sino una situación de evasión-frenesí-supervivencia donde un cú­mulo de residuos de todo tipo (mitemas, fobias, rituales, frases, procedimientos...) sobreviven co­mo inercias, formalismos o «cáscaras» de valores de una civilización que se acabó.

 

 

5 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

Certificamos que la Civilización moderna Occidental ha muerto, aunque quien ocupa su lugar es una «criatura» suya: el Sistema Capitalista, ahora financiarista y globalitario. Pero los mitos degra­dados en mitemas, las fórmulas vaciadas y los valores adulterados también cumplen una función y esto se comprueba cuando las instituciones de un Sistema tan economicista como éste utilizan, en su provecho, los residuos de la Civilización Occidental, incluyendo los vestigios religiosos. En este sentido, actualmente, cumple un papel importante el paradigma «neocon», sustituto del paradigma «progre» (con el que comparte mucho más de lo que suelen reconocen unos y otros). El «neocon­servadurecimiento» resulta más apropiado para la actual fase de «solidificación» totalitaria del Sis­tema, solidificación incluso de la confusión, donde hasta el materialismo y utilitarismo im­perantes pre­sumen de unas «raíces» religiosas. Pues para sostener el impulso del Globalitarismo y controlar unas sociedades instaladas en el escepticismo «confortable» y la resignación timorata, donde las instituciones son aceptadas socialmente únicamente por el miedo general al vacío o al «coco» de la propaganda, se sabe que el liberalismo puro no sirve, y que las propuestas imagina­das por el mun­dialismo socialdemócrata son irrealizables.

 

De la misma forma que el gran éxito del progresismo fue conformar decisivamente, durante una época, hasta la mentalidad de los sectores en un principio no identificados como progresistas, y del mismo modo que el gran triunfo de los nacionalismos fue que fuerzas, inicialmente no naciona­listas, hicieran suyos los parámetros nacionalistas, el pensamiento neoconservador está consi­guiendo que, incluso, sus supuestos enemigos asuman, de forma creciente, sus posiciones. La apelación a valores tradi­cionales o supuestamente tradicionales cuando lo que se persigue son objetivos o ape­titos espu­rios ha sido siempre una característica dominante en las derechas. Era lógico esperar que tanto la derecha más liberal como la más conservadora e, incluso, la más reaccionaria, asumie­ran la visión del mundo neocon, pues esa mezcolanza de mesianismo y escepticismo cínico, de evolu­cionismo y conservadurismo, de ultraliberalismo y tradicionalismo, de populismo reactivo y de brutal voluntad de poder para oligarquías, era una oferta bastante oportuna para servir como marco co­mún de la «Alianza antiprogre» en unas sociedades del capitalismo avanzado tan desnaturalizadas. Pero ve­mos que el paradigma neoconservador es asumido por los sectores no sólo progresistas, sino tam­bién por aquellos que se presentaban como completamente opuestos o disidentes al mun­do globa­litario y al imperialismo.

 

Sobre la actual crisis, cabe la discusión acerca de si ésta refleja la aceleración de la contracción de los ciclos del Capitalismo o si representa ya su crisis terminal, con la condición de aceptar que lo más importante no es que se esté produciendo una u otra, sino saber si existen conjuntos de hom­bres y mujeres que cuestionen siquiera el modelo que padecemos y tengan voluntad de intervenir en el curso de los acontecimientos para cambiarlo. Es decir, que se den las condiciones subjetivas pa­ra cambiar. Pues, como estamos viendo, por muy profunda que sea la crisis, si no aparecen per­sonas con otra forma de ver este mundo y dispuestos a operar ante el capitalismo globalitario, no queda más que esperar otra «salida capitalista» para que los menos sigan teniendo cada vez más, y los más ten­gan cada vez menos.

 

(e) Los fuertes coletazos del Imperialismo

 

Entendemos que, aún en el supuesto de que la crisis sea terminal, o de que la deuda soberana de los Estados Unidos conduzca a la potencia hiperhegemónica a su bancarrota, eso no significa que el Sistema vaya a desaparecer, o que los encargados de su control político-militar desistan de ese control. Bien pudiera ocurrir que el Capitalismo y su brazo militar, el Imperialismo angloamericano emprendieran una huida hacia adelante y destruyeran el planeta como último impulso de reestruc­tu­ración «arriesgada» de los grupos financieros o para evitar perder su hiperhegemonía mundial.

 

No cabe descartar que ocurra como tienen previsto sus protegidos sionistas en caso de amenaza de derrumbamiento de su estado. En este caso, el sionismo ha programado destruir to­das las gran­des ciudades y zonas más provechosas de Oriente Medio con bombas atómicas. De la misma for­ma que el nacionalismo judío no puede aceptar vivir en paz en un territorio donde ellos no tengan la hegemonía absoluta sobre otros pueblos, un capitalismo enteramente financista no puede aceptar dejar de ganar grandes sumas de capital, como tampoco el imperialismo angloamericano puede con­cebir vivir en un planeta que ya no puede dominar, amenazar ni devorar como hasta ahora. Por si fuera poco, en EEUU gana posiciones la creencia apocalíptica que espera (y desea) el Fin del Mundo para que vengan los profetizados «Mil Años del Reino de Cristo». El hecho de que existan países emergentes que no sean como los europeos, es decir, sumisos a EEUU, es lo que motiva que éstos se muevan por el mundo para evitar la pérdida de su hiperhegemonía.

6 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

III Entre la solidificación y el cuestionamiento del «Orden» Globalitario

 

(a) La cristalización Neo-Religiosa del Capitalismo globalitario

 

Ya hemos señalado que el Occidente moderno como tal, el anunciado en los llamados «Renaci­miento» e «Ilustración» y en las Revoluciones Burguesas, representa un ciclo ya superado por la de­nominada «Posmodernidad». Y ésta no es otra cosa que el envoltorio o hábitat del Capitalismo, que, ni mucho menos, consiste sólo en un sistema económico, habiendo cosificado el mundo ente­ro, incluyendo las naciones y las personas, en mercancías. Así pues, el Capitalismo es también un sis­tema social, cultural y político, nacido en el seno de la Civilización Occidental, el cual, ade­más de cambiar el resto del mundo, también ha transformado profunda­mente su «civilización madre» de forma que, hablando en propiedad, ésta ya no existe.

 

Pero el Sistema Capitalista ha recogido varios elementos de su civilización de origen y los ha reci­clado para servirse de ellos como referencias, coberturas o sublimaciones simbólica-sentimentales. Actualmente constatamos una fase de «solidificación» totalitaria no sólo en la esfera política, mili­tar, policial y judicial, tanto nacional como internacional, sino en las creencias, tanto populares como oficiales, que han alcanzado el rango neorreligioso. Ninguna organización puede esquivar esta situación que acompaña al Capitalismo globalitario: la cristalización neorreligiosa del pensa­miento dominante, con una estructura dogmática que nadie puede cuestionar sin caer en anatema, y un deber de culto que no es posible ignorar bajo peligro de muerte civil. Aunque el movimiento «neocon» no es el único impulsor, lo identificamos como «núcleo duro» de la pseudorreligión social y oficial, producto de la conjunción liberal-democrática capitalista, a la vez agnóstica y tradicionalis­ta, nihi­lista y absoluta, progresista y etnicista, individualista y totalitaria, igualitarista y supremacista.

 

Esta cristalización y reproducción neorreligiosa del Sistema tiene su plasmación en el plano mun­dial parapolítico donde decir «Comunidad Internacional» significa, exclusivamente, «conjunto de naciones creyentes demoliberales», y que, en la práctica, en el plano político-militar, coincide con la hiperhegemonía norteamericana y su corte de «países aliados». Pero ambos planos son ya identi­ficados también con marcos etno-religiosos: naciones de «raza blanca» y de «raíces judeo-cris­tianas». Quien ha mezclado planos y metamorfoseado todos esos elementos que antes significa­ban cosas distintas o se distinguían entre sí (e, incluso, se oponían) y los ha fundido en un nuevo «todo parapolítico», ha sido, principalmente, el pensamiento neoconservador.

 

Los «sacerdotes» de la neorreligión demoliberal-capitalista progresista y tradicionalista disponen de predicadores (medios de difusión de masas), doctores (fundaciones, «tank thinks»,,,) y jerar­quías (Davos, Bilderberg...). Pero, por mucho que alaben la transparencia y la democracia, tales je­rarquías, doctores y predicares demoliberales no son elegidos por ninguna escuela, órgano, insti­tución o comunidad electoral: son autoelegidos, o elegidos por la «Mano Invisible del mercado».

 

(b) El papel de la Unión Europea

 

Los países europeos fueron ocupados por aliados o por soviéticos al fin de la II Guerra Mundial, y desde la «Caída del Muro», sólo por la OTAN. El hecho de que unos estados como España o Por­tu­gal se sometieran al «Amigo Americano» sin ejércitos invasores (aunque España se hallaba en una situación de sometimiento por una fuerza «nacional» de ocupación) no esconde la circunstan­cia que tanto uno como otro lo hicieron como dictaduras de desarrollo sin gran consistencia polí­tica in­terior y con apoyos sociales cobardes, regímenes que temían lo que podían provocar los EEUU si no se sometían. Lo ocurrido en la transición española es revelador: el respaldo dado al Reino de Marruecos para ocupar el Sáhara occidental y el chantaje a los gobiernos de Suárez consistente en asistir a los separatismos si España no entraba en la OTAN, indica que los usacos ganaron otro «amigo y aliado» bajo presiones y amenazas. El PSOE no hizo otra cosa que comprar un seguro de poder local a cambio de confirmar la entrega de España a EEUU en el famoso referéndum de «OTAN de entrada no, y de salida tampoco».

 

Negar esta situación, que somos países ocupados por EEUU, es otra prueba de colaboracionismo con la potencia ocupante. Y no hay peor traición y cobardía que negarse a ver la ocupación de la propia nación ocupada, por conveniencia particular o por necedad general. En tal sentido podemos afirmar que los negacionistas de la Ocupación usaca no son, verdaderamente, ni españoles ni eu­ro­peos, aunque puedan engalanarse nacionaleramente con los colores «patrios» tantas veces co­mo se les ocurra (en general sólo cuando «van ganando») y se les llene la boca con los vocablos «España», «Europa» o «Libertad».

7 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

Los negacionistas podrán ser, en todo caso, «nativos» del país, la mayoría entroncados con lina­jes «de rancio abolengo», pero representan la peor especie en que pueden degenerar los hijos de cualquier nación: siervos del imperialismo ocupante que esconden su condición aparentando ser hombres libres. Así pues, es revelador comprobar no sólo el papel de las fuerzas liberal-conser­vadoras o socialdemócrátas «europeas», sino el carácter de los llamados «movimientos naciona­les» europeos: panoplia de serviles antinacionales que abogan por mantener el sometimiento de Europa a la Alianza Atlántica.

 

La situación de la Ocupación Angloamericana de Europa es correlativa al hecho de que toda la Unión Europea se encuentra gestionada por oligarquías o cupulocracias crecidas al amparo del pa­raguas norteamericano, aunque provengan de antiguas nomenclaturas comunistas. Vemos que ambas realidades se encuentran estrechamente ligadas entre sí: control de las oligarquías locales y ocupación usaca. La democracia, en Europa, es una farsa montada por sus oligarquías, que, cons­cientes de su debilidad interna, se constituyen en diversas secciones, siglas o «familias internas» del Partido Americano en Europa. Cualquier cargo público europeo que no sea tonto sabe que, en última instancia, depende de EEUU para seguir gestionando el poder local, no del pueblo que apa­rentemente le «elige», y que la debilidad política y militar de las naciones europeas favorece el con­trol y la justificación de las oligarquías. Pues desengancharse del sometimiento americano implica un suicidio para cualquier dirigente o grupo político europeo.

 

En síntesis: la Unión Europea es una mega estructura de poder geoeconómico -sin voluntad ni poder geopolítico alguno- compuesta por una panoplia decadente de Estados Nacionales ocupa­dos por EEUU, identificados socio-políticamente con la ideología demoliberal, la nueva religiosi­dad del Occidente contemporáneo y su «monoteísmo de mercado». Es la «reserva espiritual» su­balterna del Capitalismo globalitario, el pilar europeo de la Alianza Atlántica y el «espacio antropo­lógico» más identificado históricamente con la burguesía occidental de masas. Y en la actualidad, no existe en el panorama político europeo ninguna izquierda consistente que luche por la transfor­mación de la sociedad y la emancipación nacional ante el imperialismo y el capitalismo, y menos aún, «fuerza nacional» alguna que pretenda levantar un estado soberano, sino nacionalismos al servicio de la Re­acción oligárquica y el imperialismo, promoviendo neofeudalismos e identitaris­mos para provo­car confrontaciones inter-territoriales y «guerras étnicas», en definitiva, un mayor debilitamiento de las unidades políticas con posibilidades de ser soberanas. Hoy por hoy, en Europa no hay en mar­cha ninguna revolución, ni la preparación de un alzamiento, ni una rebelión, ni se les espera.

 

(c) El papel de las potencias emergentes

 

Sabemos que lo fundamental son los modelos ideológicos, políticos y socio-ecónomicos que se defienden. Pero también juega un papel importantísimo la relación de fuerzas entre los conjuntos geopolíticos. Si los propios voceros del Sistema lo hacen, asociando el «Mundo Libre» con el pre­dominio mundial norteamericano y el mantenimiento del pelotón de sus satélites anglooceánicos y europeos (el resto de satélites, a excepción de los «tigres» del Asia Norte pacífica y, como no, del «superfavorito» Ente sionista, son despreciados sistemáticamente), es legítimo y oportuno estable­cer una relación entre el ascenso de otros polos de poder geopolítico y el cuestionamiento del «Or­den» globalitario. Sabemos que lo más importante son los contenidos y no los continentes, pero si los apologistas liberalcapitalistasasocian el sostenimiento del Sistema con el mantenimiento de la subordinación geopolítica y «securística» de las naciones europeas, insular-peninsulares extremo­orientales y otras naciones a los Estados Unidos, es lógico considerar que la ruptura de esas su­bordinaciones y la búsqueda e impulso de otros ejes geopolíticos puede ayudar, bastante, a la cau­sa alternativa en Europa.

 

El fortalecimiento de ejes geopolíticos y espacios soberanos sólidos, en lo político, lo económico y lo militar, desligados de «Angloamérica» es, por tanto, una necesidad estratégica capital. O aún más: es una necesidad vital. Todo lo que se oponga al Enemigo globalitario(enemigo que tiene un asen­tamiento geopolítico, político-social, militar y mediático definido y concreto) no sólo merece la aten­ción de los europeos que aspiramos a la libertad de nuestros pueblos, sino que exige nuestro apo­yo aunque no nos identifiquemos con el contenido de su oposición. Entender esta ley y asumir sus im­plicaciones es cuestión de vida o muerte en la lucha, porque ésta es de carácter total y nos lo ju­gamos todo. El que no lo entienda así está jugando y favoreciendo al Adversario. Si los mismos de­fensores locales del Sistema globalitariose posicionan contra esos desafíos a la hiperhegemonía angloamericana y al dominio de sus protegidos «especiales», nosotros no sólo no podemos desen­tendernos de esos desafíos, sino apoyarlos decididamente.

8 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

(º1) La alternativa europea ante la reafirmación de la Federación Rusa

 

Observamos que el «Regreso de Rusia» y su reafirmación en el tablero mundial es un signo alentador. Alentador en general para el conjunto de las naciones de la Tierra, pues supone un contratiempo para ese «Nuevo Orden Mundial» unipolar manifestado en la II Guerra del Golfo, confirmado con el desplome de la Unión Soviética y reforzado tras septiembre de 2001, y alenta­dor en particular para los europeos que quieran liberarse de las cadenas atlánticas.

 

En la medida que la Federación rusa se afirme, y asegure alianzas externas que ayuden a nacio­nes menos poderosas a resistir con éxito las presiones brutales de la hiperhegemoníaangloame­ricana-sionista, aumenta la posibilidad de percibirse, como una vía practicable y realista, la eman­cipación europea con respecto a los EEUU, a través del establecimiento de estrechos lazos con la potencia rusa. En este sentido, una aspiración nada irreal sería la proposición de un Eje Moscú-Berlín-París-Madrid-Roma. Somos conscientes que, actualmente, tanto Alemania como Fran­cia, y no digamos España o Italia, se hallan bajo el dominio de una clase política que forma parte, entu­siasta o moderada, del Partido Americano en Europa y, sobre todo, se encuentran influen­ciados por unos medios de manipulación de masas constituídos en «Prensa del Régimen de Ocu­pación». Pero la fuerza y el poder «convence» a muchos a reconocer situaciones o posibilidades que antes no se hubieran atrevido a reconocer o explorar.

 

La alternativa, por muy radical que sea de fondo (en realidad, si es verdaderamente radical es esta línea la que debe seguir) debe reconocer las circunstancias presentes y ofrecer al pueblo vías que sean posibles de recorrer. Lo grave es perder la coherencia y el sentido de los objetivos políticos, culturales y sociales que deben ser alcanzados: y el objetivo a medio plazo es desen­ganchar las naciones de la Unión Europea de la hiperhegemonía norteamericana, y para ello es necesario contar con una Rusia más fuerte y que consolide la reconstrucción de su espacio geo­político y de influen­cia en los Balcanes, Europa Oriental, Cáucaso y Asia Central. Cierto es que la política exterior de la Federación rusa parece dar una de cal y otra de arena, pero nosotros ni ve­mos ni pretendemos decir que Rusia se haya convertido en un polo de lucha revolucionaria.

 

(º2) El ascenso de China continental, la Unión India, Brasil y Turquía

 

Otro signo alentador es la expansión económica significativa de cuatro naciones que, si bien si­guen sosteniéndose, más o menos, como colaboradores de Estados Unidos (quien lo es en me­nor medida es China continental) cuentan con dirigencias políticas que vienen realizando movi­mientos que contravienen los planes de la hiperhegemonía. China continental se percibe como una poten­cia a la que EEUU debe tratar cuidadosamente pues no puede presionarla impunemente y nece­sita de su colaboración inmediata, aunque, a largo plazo, tiene previsto una confrontación abierta con ella. China continental, como Rusia, tampoco es una potencia que se decide por rechazar de­finitivamente los proyectos imperialistas de EEUU, dando «una cal y otra de arena». La China con­tinental tampoco representa un polo de resistencia declarado, sino que mantiene una calcu­lada ambi­güedad de «competidor» frente a lahiperhegemonía.

 

Para la alternativa que aspira a liberar Europa, son los últimos movimientos de las emergentes Brasil y Turquía los que representan hechos más positivos. No sólo porque hasta hace pocos años se erigían como sólidos colaboradores de la hiperhegemonía usaca, Brasil en Sudamérica y Turquía en Oriente Próximo, sino porque una Europa liberada necesitará, ineludiblemente, enten­derse con espacios políticos soberanos y económicos autocentrados en Iberoamerica y el Le­vante, y a este respecto, se están dando pasos en el buen camino. Brasil ha tomado posturas en Sudamérica y Centroamérica divergentes con los planes norteamericanos de desestabilización de países con gobiernos abiertamente adversos. Y tanto en relación con Palestina como con Irán y con Iraq, Turquía ha roto barreras existentes con las naciones árabes e Irán.

 

La causa de liberación de Europa necesita que Brasil y Turquía impulsen en sus respectivas par­tes del mundo políticas de integración política, económica y militar con vistas a la liberación defini­tiva de esos grandes espacios (Iberoamérica y Caribe, y Levante turco-árabe-persa) de lahiperhe­gemonía norteamericana-sionista. Si el objetivo en Iberoamérica es la constitución del eje Cara­cas-Quito-La Paz-Brasilia-Buenos Aires, en Levante el gran objetivo ha de ser la creación del eje Ankara-Teherán-Bagdad-Damasco. No sólo resulta necesario para la libertad de Europa, sino que resulta justo, pues no aspiramos a sacudirnos el imperialismo angloamericano para suplantarlo por otro nefasto imperialismo ante otros pueblos del mundo. Ese giro político emprendido por sus dirigentes respectivos, Lula y Erdogan, debe mantenerse con los dirigentes que van a sucederles.

9 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

(º3) El cuestionamiento declarado de las «naciones desafiantes»

 

Uno de los hechos que muestran hasta qué punto la Unión Europea sirve como entidad subal­terna del imperialismo norteamericano, es la política que sus gobiernos (y sobre todo sus medios de difusión de masas) secundan con respecto a dos fenómenos concretos del mundo: los movi­mientos emergentes y con perspectiva de cambio en Iberoamérica y la República Islámica de Irán.

 

El motivo de tanta hostilidad manifiesta del amo americano y sus siervos europeos no es otro que tantos esos movimientos emergentes iberoamericanos como Irán, tienen la consistencia y la voluntad para sostener no sólo una desafiante política de soberanía y dignidad nacional frente al imperialismo en dos zonas significativas, Iberoamérica (considerado el «patio trasero» de EEUU) y Oriente Próximo (centro del «Viejo Mundo» y fuente de recursos energéticos), sino que promue­ven causas de resistencia ante la opresión y las agre­siones directas o indirectas cometidas por los norteamericanos y sus protegidos «especiales».

 

En Iberoamérica la principal punta de lanza del imperialismo es la Colombia de la «Seguridad Democrática», el régimen más sanguinario de América con respecto a su propio pueblo, donde su oligarquía económico-político-paramilitar ha asesinado a varios miles de opositores. Sólo una par­te de muertos son guerrilleros, pues la mayoría han sido sindicalistas, afiliados políticos y activis­tas campesinos, empleando a los paramilitares pero también al Ejército. Un régimen con el que se han alineado abiertamente los grandes medios de difusión españoles, tan democráticos y guardia­nes de los derechos humanos según pregonan.

 

En Oriente Próximo, son el ente sionista y el estado saudita las principales plataformas de lahi­perhegemonía. El primero es el principal ente racista del mundo, construido sobre el expolio, la destrucción y la deportación del pueblo que habitaba (y una parte sigue haciéndolo aunque empa­redado y sometido a bloqueos y abusos diarios) el territorio que ocupa el sionismo. El segundo es un régimen de poder exclusivamente clánico y con la cobertura de una ideología puritana.

 

Tres ejemplos clasos de qué significan, en realidad, los famosos «valores occidentales», para qué sirven las no menos renombradas «libertades democráticas», y porqué se esgrimen los caca­reados «derechos hu­manos», tanto en los EEUU como en la prensa del Régimen español que for­ma una piña en su hostilidad manifiesta hacia los movimientos emer­gentes iberoamericanos e Irán por «amenazar» la seguridad de tales protegidos de EEUU. Pese a las amenazas usacas y de sus protegidos, tales movimientos iberoamericanos e Irán (que acertadamente ha estrechado relacio­nes con algunos de ellos) mantienen su com­promiso de seguir apoyando las causas de liberación.

 

Los motivos del inexcusable apoyo que cualquier europeo debe prestar a estas naciones desa­fiantes son tres:

 

En primer lugar, porque suponen un estímulo de voluntad política, dignidad nacional y capa­cidad de resistir las amenazas del criminal-imperialismo, para cualquier europeo bien nacido que aspire lo propio para sus naciones. Es evidente que los «nativos» de Europa que quieran seguir siendo subalternos de los «Amos del mundo» no pueden sentir más que una envidia insana y enojo ante quienes ponen en evidencia su patético estado de servidumbre.

 

En segundo lugar porque el mundo es un todo entrelazado e interdependiente, y en la actuali­dad esta más interrelacionado que nunca. Las políticas de las «naciones desafiantes» implican el desarrollo de unos conflictos contra el hiperhegemonismo americano, brazo político-militar del Enemigo globalitario. Por tanto, de forma indirecta, sus desafíos y los conflictos que mantienen con EEUU y sus criminales estados protegidos favorece a quienes no estamos jugando con dis­fraces o pseudorrebeliones, sino que pretendemos de verdad la liberación de Europa.

 

Y en tercer lugar, porque mayor número de españoles y europeos deben comprender que la situación en que nos hallamos se debe, en gran parte, a la fragmentación de las clases y nacio­nes promovida por las plutocracias, que sí tienen elevada conciencia de «cuerpo». Éstas han pro­piciado el aislamiento de las gentes, logrando que las luchas sociales sean sectoriales, de for­ma que la mayoría tiende a desentenderse completamente de esas luchas, e, incluso, se posi­cio­ne a favor de la injusticia establecida porque esas luchas les incomodan. De la misma forma que cualquier lucha social puede escapar del aislamiento federándose con otras luchas sociales, las luchas en las nacionales europeas sólo pueden ser serias si apoyan a todos aquellos esta­dos y movimientos que cuestionen el Des-orden internacional y laminen el poder del Enemigo. Por ello es necesario denunciar todos los intentos de «desentendimiento» o «equidistancia» de los conflictos internacionales que sólo conducen al chauvinismo más abyecto y reaccionario.

10 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

 

PROYECTO M-20 "NUESTRAS BASES " (I)

PROYECTO M-20 "NUESTRAS BASES " (I)

ANÁLISIS ÁMBITO MUNDIAL


I El Mundo Globalitario

 

(a) Un hecho que marca poderosamente el presente

 

Constatamos como hecho capital de nuestra época la aceleración de la dinámica globalizadora que afecta decisivamente al conjunto de naciones del planeta, e incide en más aspectos de sus vidas de manera creciente. En particular comprobamos que una de las naciones más arrastradas por el proce­so de la Globalización es España. Por tanto, la primera realidad que nos enfrentamos como españoles no es una estrecha «realidad nacional» sino la realidad global. El gran «asunto nacional» no es de carácter doméstico sino de carácter mundial.

 

(b) Una evidencia que nadie puede ignorar ni «dentro» ni «fuera»

 

Atender el ámbito mundial no es, solamente, una exigencia de perspectiva internacional y, menos aún, un asunto de meras «relaciones públicas» con «el exterior» o de medir el «papel de la nación» en el escenario mundial. Cualquier organización está obligada a definirse, en primer lugar, ante el hecho globalizador que domina el panorama nacional. Antes de hablar de la naturaleza del Régi­men, de los partidos, del gobierno de turno, de las empresas, de los medios de difusión, de la ense­ñanza o de los tribunales, se debe tratar el papel del Mundo Globalizado en España.

 

Además, como siempre, constatamos que somos parte de un todo y, como no puede ser de otra forma, a todos nos implica, lo queramos o no. Una vez más, un hecho decisivo nos recuerda que en nuestro mundo no existen celdas aparte o sectores separados, que en la vida nada existe ais­lado, que todos los niveles y campos de la existencia están interrelacionados, y que por eso han de enfocarse en conjunto. El mundo es único porque la realidad, aún múltiple y poliédrica, es tam­bién una unidad. El mundo no ha sido nunca una suma de segmentos o planos inconexos, pero ahora menos que nunca, en esta España completamente a merced de los dictados de los «mer­cados» de deuda, los medios de manipulación extranjeros y las instituciones financieras internacionales.

 

Constatamos también que este hecho capital, el de la Globalización, cuyas causas e impulsos no han sido espontáneos, naturales ni accidentales, implica otra batería de hechos políticos, sociales y económicos consumados que son impuestos al pueblo español completamente al margen de la tan presuntuosa voluntad popular o soberanía nacional que se presume en las democracias occidenta­les. Como hemos señalado siempre, estas democracias son una farsa, y las imposiciones y servi­dumbres «ine­vitables» del Globaritarismo lo confirman.

 

(c) Una sola globalización

 

El Mundo Globalizado no está asociado sólo al crecimiento espectacular del tráfico de personas y mercancías debido a la multiplicación de los transportes rápidos y al desarrollo impresionante de las telecomunicaciones y la informática. Está estrechamente ligado a la mundialización de un mo­delo, o mejor dicho, a una fase del modelo de explotación socio-económica adoptado por los países occiden­tales, unido cada vez más al neoliberalismo usurero como vía de control financiero y polí­tico-econó­mico de las naciones, vinculado necesariamente a la difusión del paradigma ideológico y predominio del tipo de mentalidad que les corresponde, y asociado a la hegemonía político-militar y tecnológica de la hiperpotencia que garantiza la marcha triunfal de tales procesos.

 

Confirmamos que la globalización producida es una sola: la que ha partido del Occidente liberal-capitalista. Frente a ciertas tesis interesadas que alientan el despiste y colaboran en la ceremonia de la confusión agitando otras presuntas globalizaciones (sean como alternativas o como amena­zas), reiteramos que el fenómeno globalizador es inseparable del modelo occidental de funciona­miento y dominio. No existe otra globalización en marcha. Por todo ello, antes que referirse a un mundo globalizado, es más correcto hablar de una España y un mundoglobalitario.

 

1 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

(d) Las añoranzas incoherentes por las fases precedentes

 

El Globaritarismo no implica un salto que signifique una ruptura o cambio radical con la situación anterior. Si algo se desata de sus ataduras o gana mayor extensión, lo que sucede no es un cam­bio de naturaleza, sino que, por las consecuencias de su liberación o expansión, esa misma natu­raleza puede verse con mayor claridad que antes. Destacamos la incoherencia esencial de aquellos que se lamentan y se pronuncian contra los efectos de la dinámica actual para defender o añorar situaciones del estadio precedente que ha desencadenado, permitido o catapultado esta misma dinámica y sus efectos, que dicen detestar. Aquellos que, habiendo constatado los efectos nega­tivos de la fase pre­sente, añoran o proponen la vuelta a fases anteriores de la globalitación, co­meten un error aún más lamentable que favorecer abiertamente la fase actual del Globalitarismo, ya que «estos lodos fueron traídos por aquellos polvos».

 

Así señalamos la incoherencia total de todos los nacionalismos burgueses que se lamentan de la pérdida de las identidades propias y de las soberanías nacionales que provoca la globalización. Pues las «identidades nacionales» que dicen defender no han sido otra cosa que construcciones forzadas por la propaganda y sistemas de enseñanza, tanto por parte de los estados-nación como desde los «nacionalismos sin estado». Los nacionalismos ya han provocado su proceso de empe­queñecimiento y uniformización de la rica realidad de sus naciones para poder así homogeneizar los «hechos diferenciales» en el interior, y confrontarlos en bloque a las «identidades nacionales» externas igualmente reducidas, estereotipadas y uniformizadas. Pero tanto o más grave que azuzar los antagonismos entre pueblos, esos nacionalis­mos han acabado la faena de entregar sus nacio­nes al modelo de explotación capitalista, y subordinar la política a la economía. Y como la deriva ló­gica del capitalismo avanzado es el financiarismo, los in­tereses especulativos terminan dominando la economía y, por consiguiente, las soberanías nacionales así como sus «identidades».

 

Señalamos asimismo la incoherencia total de los demócratas clásicos, que se quejan del poder sustraído a las instituciones democráticas en favor de las finanzas privadas internacionales, pues en las democracias parlamentarias el poder nunca ha residido en el pueblo, sino en las cúpulas de los partidos, en los dueños de los medios de difusión, en los bancos y en las grandes empresas. El mundo globalitario no hace más que seguir ese modelo e intensificar una mayor dependencia del poder polí­tico hacia la plutocracia anónima y más apátrida que nunca.

 

Y así señalamos también la incoherencia total de las izquierdas burguesas, que protestan por las crisis y miserias provocadas por el capitalismo y se disgustan por los sacrificios yrecortazos socia­les impuestos por el neoliberalismo. La ofensiva globalitaria neoliberal y su rechazo al con­trol na­cional de la economía ha sido favorecida por la gran «liberalidad» y la ineptitud con los recursos públicos demostradas por esas izquierdas cuando gobiernan. Pero sobre todo, lo que más ha favo­re­cido el empuje del aparentemente detestado neoliberalismo han sido, precisamente, los sueños liberal-libertarios apoyados por la «nueva izquierda». La izquierda dominante desde mayo del 68 ha completado el triunfo del modelo social «burguésbohermio» hedonista y anti-autoritario que, lógica­mente, ha beneficiado a la derecha liberal, mientras que cualquier crítica seria ante el poder establecido ha sido, de hecho, marginada. El mayor crimen de la nueva izquierda ha sido pretender que atacando los valo­res tradicionales se podía luchar mejor contra la lógica del capital. No quisieron ver que, como otros elementos que aún quedaban de las estructuras sociales orgá­nicas anteriores, constituían las últimas barreras al expansionismo planetario de la lógica capita­lista. Al suprimir valores como el honor, el com­pañerismo o el heroísmo, esta nueva izquierda abrió paso al triunfo de valores burgueses como el individualismo, el cálculo racional o la competitividad.

 

(e) Los antecedentes

 

Recordamos que con el fin de la Segunda Guerra Mundial, vino también el fin de las concepciones preferentemente nacionales. Con la Guerra Fría se consolidó ya la formación de los bloques interna­cionales políti­cos, ideológicos, militares y económicos, y eso implicó la subordinación de todos los estados, de una forma u otra, a tales bloques. Con el patronazgo de los EEUU o de la Unión So­viética se sos­tuvieron las internacionales políticas en el mundo. Y las multinacionales económicas y financieras occidentales no sólo rebasaban ampliamente las fronteras de los estados sino los pre­supuestos públicos de casi todos ellos. Estas realidades históricas han tratado de ser ocultadas, minimizadas o adornadas por medios de difusión de masas y fuerzas políticas, pues to­dos ellos han venido plegándose a esa situación que anulaba los supuestos de soberanía, libertad y demo­cracia que seguían proclamando públicamente.

 

2 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

Recordamos que con la difusión de la publicidad y las modas a través de los medios audiovisua­les, empezó ya la uniformización de las costumbres y las maneras de vivir. Con la extensión de la sociedad de consumo occidental, los pueblos ya se transformaron en agregados cuantificables volcados en la producción, el consumo y el desperdicio masivos. Con el desarrollo y la facilidad de las comunicaciones el mundo se había hecho más pequeño, la movilidad era ya constante y se había iniciado la desaparición de varias actividades propias nacionales o regionales.

 

(f) Los cuatro planos del mismo proceso globaritario

 

Distinguimos en el Globalitarismo cuatros planos que no dejan de estar estrechamente ligados entre sí pues forman parte del mismo proceso:

(º1) La «disminutalización» tecnológica del mundo

 

El primer proceso se asienta en el plano tecnológico. El propio desarrollo revolucionario en las telecomunicaciones, la informática y el transporte de seres y objetos, es el que ha provocado la con­tracción extraordinaria del volumen de los medios y la reducción de los tiempos precisos para transmitir información, bienes, servicios, personas y recursos a cualquier lugar del mundo. Esto ha posibilitado que muchas operaciones puedan, igualmente, controlarse desde cualquier sitio.

 

Podemos ver que una característica decisiva de las sociedades actuales es su inmersión en la tecnología. De ésta dependen, de modo fundamental, todos los demás fenómenos y los procesos señalados a continua­ción: la expansión del transporte y las comunicaciones, la degradación de las ciudades, la des­trucción del territorio y la contaminación, el despotismo de los mercados finan­cieros, la mercanti­lización de la vida en todos sus aspectos, el control social absoluto de las creen­cias, el surgi­miento del individuo-masa, el totalitarismo político o las guerras no convencionales están estre­chamente ligados a lo que llamamos la «disminutalización» tecnológica del planeta.

 

(º2) El despotismo de «los mercados»

 

El segundo proceso señalado se sitúa en el plano político-económico. Consiste en la adopción generalizada de políticas liberales por parte de los gobiernos, que reducen drásticamente la ca­pacidad de los estados para maniobrar en sus propias economías. La conjunción de este proceso con el primero ha consolidado una mayor dependencia de las economías nacionales ante las evo­luciones de los mercados internacionales. Como estamos viendo, ni se busca ni se espera com­batir la crisis actual al margen de las «recetas» neoliberales.

 

Las clases políticas occidentales no sólo no controlan a los especuladores que han desatado la crisis sino que recortan los ya de por sí penosos derechos laborales. Las grandes fortunas conti­núan obteniendo altos beneficios mientras la situación de la mayoría de la población empeora y los estados reducen, aún más, su soberanía económica. La crisis no ha servido para «refundar el capitalismo» como, ante la galería, pidieron socialdemócratas y derecha populista, sino que ya es la coartada para imponer un modelo que acrecienta la explotación y la miseria de la mayoría.

 

(º3) El dominio del «pensamiento único»

 

El tercer proceso se despliega en el plano del pensamiento y del discurso cultural. Y es el triunfo generalizado de la simbiosis liberal-progresista que caracteriza la «Posmodernidad»: la difusión y aceptación incuestionable de las fórmulas liberal-capitalistas para el campo socioeconómico (do­minio de los resultados, cálculos e intereses «contantes»), aunque se admitan para esas fórmulas tantas excepciones y «paréntesis» como convengan ocasionalmente a la Alta burguesía (como las famosas «socializaciones de las pérdidas» de los grandes negocios); la subordinación de la polí­tica a «los mercados» y, en consecuencia, la aprobación tácita del monopolio de las cúpulas de los partidos en el dominio de las representaciones y los repartos de la gestión del poder, siempre y cuando esas cúpulas sigan a los grandes medios de difusión como «guías espirituales»; la pau­latina sustitución de la superestructura (o paradigma de servicio) progresista por el paradigma de servi­cio etno-liberal y neoconservador en el campo simbólico-cultural (dominio de las creencias y ape­gos sentimentales y de los controles morales).

 

Una vez más, es sobre el plano del pensamiento donde se analiza mejor el carácter de un fenó­meno. Este proceso es quien conjunta a lo largo y ancho del mundo las exigencias del capital, las conveniencias de la partitocracia y los sentimientos de las masas. Las formas de explotación capi­talista utilizan siempre imaginarios ideológícos que, aparentemente, no tenían relación con ellas.

3 NUESTRAS BASES: ÁMBITO MUNDIAL

(º4) La hiperhegemonía político-militar de Estados Unidos

 

El cuarto plano del Mundo Globalitario es el más llamativo. Es el mantenimiento de un «Nuevo Orden Mundial» sometido a los dictados de los Estados Unidos de América. Hiperhegemonía mun­dial en conformidad con el control de la información (más bien desinformación) mundial reali­zado por sus agencias, en conformidad con la hegemonía de sus productoras cinematográficas y canales de difusión de noticias, en conformidad con el volumen enorme de capital manejado por sus multinacionales y sociedades financieras, en conformidad con la tremenda superioridad mili­tar de sus fuerzas aéreas, terrestres, navales y estratégicas, y en conformidad con su papel his­tórico de guardián del «Mundo libre» frente a los peligros y amenazas (reales, exagerados o inventados) sobre ese mundo, y paladín de las «libertades» y los «derechos humanos».

FRITHOJF SCHUON: "MARÍA Y EL MISTERIO MARIAL"

FRITHOJF SCHUON: "MARÍA Y EL MISTERIO MARIAL"

Fuente: www.sophiaperennis.com

La Santa Virgen personifica la Substancia universal; personifica también la Virtud global e indiferenciada: el alma identificada al amor de Dios, a la Contemplatividad.

* * *

La Santa Virgen es inseparable del Verbo encarnado, como el Loto es inseparable de Buda, y como el corazón es la sede predestinada de la sabiduría inmanente. Hay, en el Budismo, toda una mística del Loto, la cual comunica una imagen celeste de una belleza y de una elocuencia insuperables; una belleza análoga a la custodia conteniendo la Presencia real, y análoga sobretodo a esa encarnación de la Feminidad divina que es la Virgen María. La Virgen, Rosa mystica, es como la personificación del Loto celeste; en un cierto sentido, ella personifica el sentido de lo sagrado, el cual es la introducción indispensable a la recepción del sacramento.

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María personifica la Esencia informal de todos los Mensajes, ella es en consecuencia la "Madre de todos los Profetas"; ella se identifica a la Sabiduría primordial y universal, la Religio Perennis.

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Una palabra presupone el silencio; no se puede escuchar en medio de un alboroto. El silencio debe de ser perfecto en la medida que la palabra es noble.

Cuando hay extinción del alma, hay virtud. El alma es virtuosa cuando ella es como Dios la ha creado; los vicios o son privaciones o son defectos superpuestos. El alma primordial, iluminada, silenciosa, es el "loto" (padma) que contiene la "joya" (mani); es este loto el que personifica la Santa Virgen. Ella es la "Paz" que vehicula la "Bendición". O ella es el "Santo Silencio" que contiene la divina Palabra (logos).

Pero este silencio, en realidad, es vida: "Soy negra, pero hermosa". Que el alma caída calle -vacare Deo- y las Cualidades divinas se miran en ella; estas Cualidades divinas de las cuales ella lleva las guías en su substancia misma.

La verdad y la belleza son vías hacia el santo silencio: ellas efectúan el recuerdo de nuestra substancia paradisíaca. Porque el silencio está hecho de verdad y de belleza; es un vacío que en realidad es plenitud.

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La Santidad en si, coincide con la Plenitud de Gracia (gratia plena), la cual llama a la Presencia de Dios (Dominus tecum)

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Los recipientes sagrados deben de ser nobles; por ejemplo el cáliz eucarístico debe de ser dorado en el interior para poder recibir el vino consagrado; la Virgen llevando al Niño divino no podría ser una mujer ordinaria; un templo debe de ser digno de la Presencia divina conforme a la irradiación espiritual.

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La figuración en las imágenes de los Nacimientos, del buey, animal dócil, la mula, animal obstinado, son susceptibles de la interpretación siguiente: el buey, que además era sagrado en los antiguos Semitas, está armado de cornamenta y une en él la suavidad y la fuerza; representa al «guardián del santuario»; es el espíritu de sumisión, de fidelidad, de perseverancia; la mula, animal «profano» cuyo relincho ha sido llamado «la invocación de Satán», es el espíritu de insumisión y de disipación.

En esta misma figuración, la Virgen se identifica con el alma en estado de oración; San José, padre adoptivo de Cristo, representa la presencia del maestro espiritual; los visitantes, resumidos de alguna manera en los Reyes Magos, representan lo que se podría llamar "el homenaje cósmico" que afluye hacia el hombre santificado, y del cual hablan las escrituras hindúes diciendo que «los Cielos resplandecen por la gloria de unMukta (liberado)»; finalmente, la noche que envuelve la escena de la Natividad, pero que está iluminada por la estrella, el testimonio divino, representa la muerte iniciática o la soledad, o también la extinción de lo mental.

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La Virgen negra de Czestochowa. El color oscuro de algunas Vírgenes (por el cual la Virgen negra se asemeja, así como por su maternidad, al simbolismo hindú de Kali "la Madre"), se refiere a la No-Manifestación divina, de la cual la Virgen es el soporte en su calidad de Madre del Verbo; Este es el "descendimiento" o la encarnación, o la manifestación de eso No-manifestado.

La Virgen madre representa la condición substancial de la manifestación hipostática, es decir su base que, debiendo soportar "lo Unico", no debe de ser manchada por "lo múltiple", identificado simbólicamente por "la carne" que en efecto es el ámbito de la cantidad, de la diferenciación y del hecho bruto.

El alma del contemplativo que, por su acto espiritual y por el soporte ritual de este, realiza en nacimiento universal del Verbo en su corazón, debe de ser "virgen" y "pura", o en otros términos; "pobre" y "vacía", con el fin de poder servir de soporte al nacimiento de la "Presencia real"; el alma debe por lo tanto llevar, como la imagen sacra de la Virgen, la huella de la divina No-Manifestación, es decir la oscuridad. Esta huella es por una parte, a título transitorio y secundario, la nox profunda y el "descenso a los infiernos", en otras palabras, la muerte iniciática en la cual se opera el fiat lux, y por otra parte, a título permanente, lo indiferenciado o la extinción con relación al mundo, de la ilusión o de la corriente de las formas; este estado de muerte es idéntico a la pobreza en el espíritu y a la humildad. El color sombrío de la Virgen negra (como el de ciertas pratîkas hindúes, la de Kâlî particularmente, o incluso como la negrura de la piedra encerrada en la Kaabah) significa así el silencio o la ausencia de manifestaciones en el alma del contemplativo, mientras que en el Niño Jesús de la misma imagen, ese color significa la Indeterminación divina.

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Como todo ser celeste, María manifiesta el Velo universal en su función de transmisión: ella es Velo porque es forma, pero es Esencia por su contenido y en consecuencia por su mensaje. María está a la vez cerrada y abierta, inviolable y generosa; ella está "vestida de sol" porque está vestida por la Belleza, "esplendor de lo Verdadero", y ella es "negra pero hermosa" porque el Velo está a la vez cerrado y transparente, o porque, tras haber estado cerrado en virtud de la inviolabilidad, se abre en virtud de la misericordia.

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En los simbolismos tradicionales más diversos, el complemento del héroe es la Mujer celeste. La vía espiritual tiene un aspecto de heroísmo -es la mayor Guerra Santa- puesto que se trata de vencer al dragón del "alma incitando al mal" es decir el mundo y el ego.

María indica la Vía y personifica al mismo tiempo la Beatitud final, la Recompensa suprema.

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La Virgen Madre personifica la Sabiduría supra-formal, todos los Profetas han bebido de su leche; desde este punto de vista, ella es más que el Hijo, que representa entonces la sabiduría formal, es decir la revelación particular. Al lado del Jesús adulto, por el contrario, María es, no la esencia informal y primordial, sino la prolongación femenina, la shakti: ella es entonces, no el Logos bajo su aspecto femenino y maternal, sino el complemento virginal y pasivo del Logos masculino y activo, su espejo hecho de pureza y de misericordia.

* * *

María es Virgen, Madre, Esposa: Belleza, Bondad, Amor; siendo su suma la Beatitud. María es Virgen con relación a José, el Hombre; Madre con relación a Jesús, el Hombre-Dios; Esposa con relación al Espíritu Santo, Dios. José personifica la humanidad; María encarna, o bien el Espíritu visto bajo su aspecto de feminidad, o bien el complemento femenino del Espíritu.

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El misterio de la encarnación tiene dos aspectos: el Verbo por una parte y su receptáculo humano por otra; Cristo y la Virgen-Madre. Con el fin de poder realizar en ella misma este misterio, el alma debe de ser como la Virgen, ya que por lo mismo que el sol no puede reflejarse en el agua más que cuando está en calma, por lo mismo el alma no puede recibir al Cristo más que en la pureza virginal, en la simplicidad original, y no en el pecado, que es perturbación y desequilibrio.

Por «misterio» no entendemos algo incomprensible en principio -a menos que no lo sea en el plano puramente racional- sino algo que desemboca en el Infinito, o que es visto en relación con ello, de manera que la inteligibilidad se vuelve ilimitada y humanamente inagotable. Un misterio es siempre «algo de Dios».

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Las perfecciones virginales son la pureza, la belleza, la bondad y la humildad; son estas cualidades las que debe de tener el alma en busca de Dios.

La pureza: el alma está vacía de todo deseo. Todo movimiento natural que se afirma en ella es entonces considerado con relación de su cualidad pasional, bajo su aspecto de concupiscencia, de seducción. Esta perfección es fría, dura y transparente como el diamante. Es la inmortalidad que excluye toda corrupción.

La belleza: la belleza de la Virgen expresa la divina Paz. Es en el perfecto equilibrio de sus posibilidades que la Substancia universal realiza su belleza. En esta perfección, el alma deja toda disipación para descansar en su propia perfección substancial, primordial y ontológica. Hemos dicho más arriba que el alma debe de ser como un agua perfectamente calma; todo movimiento natural del alma aparecerá entonces como una agitación, una disipación, una crispación, por lo tanto una dejadez.

La bondad: la misericordia de la Substancia cósmica consiste en aquello que, virgen con relación a sus producciones, ella conlleva una potencia inagotable de equilibrio, de rectificación, de curación, de absorción del mal y de manifestación del bien, y que, maternal hacia los seres que se dirigen a ella, ella no les niega su asistencia. Igualmente, el alma debe desviar su amor del ego endurecido, para dirigirlo hacia el prójimo y la creación entera; la distinción entre el «yo» y el «otro» es como abolida, el «yo» se vuelve «otro» y el «otro» se vuelve «yo». La distinción pasional entre el «yo» y el «tu» es una muerte, comparable a la separación entre el alma y Dios.

La humildad: la Virgen, a pesar de su santidad suprema, permanece mujer y no aspira a ningún otro papel; y el alma humilde tiene consciencia de su rango y se desdibuja ante lo que la sobrepasa. Es así que la Materia Prima del Universo permanece en su nivel y no tiende nunca a apropiarse de la transcendencia del Principio.

Los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos de María son otros tantos aspectos de la realidad cósmica de una parte, y de la vida mística de otra.

Como María -y como la Substancia universal- el alma santificada es «virgen», «esposa» y «madre».

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La Oración dominical es la plegaria más excelente de todas, puesto que ella tiene como autor a Cristo; ella es, por consiguiente, más excelente en tanto que oración, que el Ave, y es por esto que ella es la primera plegaria del Rosario. Pero el Ave es más excelente que la Oración dominical en tanto que contiene el Nombre de Cristo, que se identifica misteriosamente con Cristo mismo, ya que «Dios y su Nombre son idénticos»; ahora bien Cristo es más que la Oración que él ha enseñado, el Ave, conteniendo a Cristo por su Nombre, será entonces más que esta Oración; es por esta razón que las recitaciones del Ave son mucho más numerosas que las del Pater, y que el Ave constituye, con el Nombre del Verbo que ella contiene, la substancia misma del Rosario. Lo que acabamos de enunciar viene a decir que la plegaria del «servidor» dirigida al «Señor» corresponde a los «Pequeños Misterios», -y recordamos que estos conciernen a la realización del estado edénico o primordial, y por lo tanto a la plenitud del estado humano,- mientras que el Nombre mismo de Dios corresponde a los «Grandes Misterios», cuya finalidad está más allá de todo estado individual.

Desde el punto de vista microcósmico, «María» es el alma en estado de «gracia santificante», cualificada para recibir la «Presencia real»; «Jesús» es el germen divino, la «Presencia real» que debe operar la transmutación del alma, a saber la universalización de ésta, o su reintegración en lo Eterno. «María» -como el «Loto»- es «superficie» o también «horizontal»; «Jesús» - como la «Joya»- es «centro» y «vertical». «Jesús» es Dios en nosotros, Dios que nos penetra y nos transfigura.

Entre las meditaciones del Rosario, los «Misterios gozosos» conciernen al punto de vista en el que nosotros nos situamos, y en conexión con las oraciones jaculatorias, la «Presencia real» de lo Divino en lo humano; en cuanto a los «Misterios dolorosos», ellos describen el «encarcelamiento» redentor de lo Divino en lo humano, la profanación inevitable de la «Presencia real» por las limitaciones humanas; los «Misterios gloriosos» finalmente se relacionan con la victoria de lo Divino sobre lo humano, con la liberación del alma por el Espíritu.

* * *

Uno de los nombres que la letanía de Lorette atribuye a la Santa Virgen es Sedes Sapientiae, «Trono de la Sabiduría»; en efecto, como san Pedro Damian (siglo XI) lo ha señalado, la Santa Virgen «es ella misma ese Trono admirable del que trata el libro de los Reyes», a saber, el Trono de Salomon; este Rey-Profeta que según la Biblia y las tradiciones rabínicas fue el sabio por excelencia. Si María es Sedes Sapientiae, es antes que nada porque ella es la Madre de Cristo, que siendo el «Verbo» es la «Sabiduría de Dios», pero evidentemente lo es también a causa de su propia naturaleza, la cual resulta de su cualidad de «Esposa del Espíritu Santo» y de «Corredentora»; es decir que ella misma es un aspecto del Espíritu Santo, su complemento femenino si se quiere, o su aspecto de feminidad, de ahí la feminización del divino Pneuma para los gnosticos. Siendo el «Trono de la Sabiduría» -el «Trono animado del Todopoderoso» según un himno bizantino- María se identifica ipso facto con la divina Sophia, como lo atestigua la interpretación marial del elogio bíblico de la Sabiduría. (Proverbios VII 22-24 ). María no habría podido ser el lugar de la Encarnación si ella no tuviera en su naturaleza misma la Sabiduría a encarnar.

La sabiduría de Salomon -conviene recordarlo aquí- es a la vez enciclopédica, cosmológica, metafísica y simplemente práctica; bajo este último aspecto es política tanto como moral y escatológica, siendo al mismo tiempo bastante más que eso (...).

En cuanto a la sabiduría de la «Divina María», es menos diversa que la de Salomon porque no engloba ciertos ordenes contingentes: su sabiduría no podría ser ni enciclopédica ni «aristotélica», por así decirlo. La Santa Virgen no conoce, y no quiere conocer, más que aquello que concierne a la naturaleza de Dios y la condición del hombre; su ciencia es necesariamente metafísica, mística y escatológica, y por ese hecho mismo contiene virtualmente toda ciencia posible, como la luz una e incolora contiene las luces diversificadas y coloreadas del arco iris (...)

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«Temor», «amor» y «conocimiento», o rigor, dulzura y substancia; por lo tanto perfecciones «activa» y «pasiva», o dinámica y estática; está ahí, lo hemos visto, el mensaje espiritual elemental del numero-principio seis. Este esquema expresa, no solamente las modalidades de la ascensión humana, sino también, e incluso antes que nada, las modalidades del Descendimiento divino: es por los seis pies del Trono que la Gracia salvadora desciende hacia el hombre, como es por estos seis pies como el hombre sube hacia la Gracia. La Sabiduría, es prácticamente el «arte» de salir de la ilusión que seduce y encadena, de salir de ahí en primer lugar por la inteligencia y a continuación por la voluntad, por vía de consecuencia, la adaptación de la voluntad a este conocimiento; las dos cosas siendo inseparables de la Gracia.

La divina Mâya -la Feminidad in divinis- no es solamente aquello que proyecta y crea, ella es también aquello que atrae y libera. La Santa Virgen en tanto que Sedes Sapientiae personifica esta Sabiduría misericordiosa que desciende sobre nosotros, y que nosotros, lo sepamos o no, llevamos en nuestra propia esencia; y es precisamente en virtud de esta potencialidad o de esta virtualidad que la Sabiduría desciende sobre nosotros. La sede inmanente de la Sabiduría es el corazón del hombre.

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Ave Maria gratia plena, dominus tecum; benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus venris tui, Jesus.

AVE MARIA - María es la pureza, la belleza, la bondad y la humildad de la Substancia eterna; el reflejo microcósmico de esta Substancia es el alma en estado de gracia. El alma en el estado de gracia bautismal corresponde a la Virgen María; la bendición de la Virgen se posa en aquel que purifica su alma por Dios. Esta pureza -el estado marial- es la condición esencial, no solamente para la recepción sacramental, sino también para la actualización espiritual de la Presencia real del Verbo. Por la palabra ave, el alma expresa que, adecuándose a la perfección de la Substancia Eterna, se pone al mismo tiempo en relación con ella, además lo hace implorando la ayuda de la Virgen María que personifica esta perfección.

GRATIA PLENA - La Substancia primordial, en razón de su pureza, su bondad y su belleza, está colmada de la Presencia divina. Ella es pura, porque ella no contiene otra cosa que Dios; ella es buena porque compensa y absorbe todos los desequilibrios cósmicos, ella que es la totalidad y por lo tanto el equilibrio; ella es bella, porque está totalmente sometida a Dios. Es así como el alma, su reflejo microcósmico -corrompido por la caída- debe de volverse pura, buena y bella.

DOMINUS TECUM - Esta Substancia está, no solamente colmada de la Presencia divina de una manera ontológica o existencial, en el sentido de que ella está colmada por definición, es decir por su naturaleza misma, sino que ella está también constantemente en comunicación con el Verbo en tanto que tal. Por lo tanto, si gratia plena quiere decir que el Misterio divino es inmanente a la Substancia como tal, Dominus tecum significará que Dios, en su transcendencia metacósmica, se revela a la Substancia, lo mismo que el ojo, que está lleno de luz, ve al sol como tal. El alma colmada de gracia verá a Dios.

BENEDICTA TU IN MULIERIBUS - Comparada con todas las substancias secundarias, solo la Substancia tal es perfecta, y totalmente bajo la Gracia divina. Todas las substancias derivan de ella por ruptura de equilibrio; por lo mismo, todas las almas caídas derivan del alma primordial por la caída. El alma en estado de gracia, el alma pura, buena y bella, reencuentra la perfección primordial; ella es por eso «bendita entre todas» las substancias microcósmicas.

ET BENEDICTUS FRUCTUS VENTRIS TUI - Aquello que en principio es Dominus tecum, se vuelve en la manifestación, fructus ventris tui, Jesus; es decir que el Verbo que comunica con la Substancia siempre virgen de la Creación total, se refleja en sentido inverso hacia el interior de esta Creación: él aparecerá ahí como el fruto, el resultado, no como la raíz, la causa. Y por lo mismo: el alma sumisa a Dios por su pureza, su bondad, y su belleza, parece dar nacimiento a Dios, según las apariencias; ahora bien, este Dios naciendo en ella la transmutará y la absorberá, como Cristo transmuta y absorbe su cuerpo místico, la Iglesia, que de militante y sufriente llega a ser triunfante. Pero en realidad, el Verbo no nace en la Substancia, ya que él es inmutable; es la Substancia la que muere en el Verbo. Por lo mismo, cuando Dios parece germinar en el alma, es en realidad el alma la que muere en Dios. Benedictus: el Verbo que se encarna es él mismo la Bendición, sin embargo, como él es, según las apariencias, manifestación como la Substancia, como el alma, él es llamado bendito; porque él es visto entonces, no con relación a su transcendencia -que volvería a la Substancia irreal- sino bajo su apariencia, su Encarnación: fructus.

JESUS - es el Verbo que determina la Substancia, que se revela a ella. Macrocósmicamente, es el Verbo que se manifiesta en el Universo como Espíritu divino; microcósmicamente, es la Presencia real que se afirma en el centro del alma, se extiende ahí y finalmente la transmuta y la absorbe.

* * *

Entendemos por «Doctrina Virginal» la enseñanza de la Santa Virgen tal como aparece, no solo en elMagníficat, sino también en diversos pasajes del Corán; esto quiere decir que no consideramos aquí a María únicamente en su aspecto cristiano, sino también en cuanto Profetisa (1) de toda la descendencia abrahámica.

El Magníficat (Lucas I, 46-55) contiene las enseñanzas siguientes: el santo gozo en Dios; la humildad -la «pobreza» o la «infancia»- como condición de la Gracia; la santidad del Nombre divino; la Misericordia que no se agota y su relación con el temor; la Justicia inmanente y universal; el auxilio misericordioso concedido a Israel, nombre que se debe extender a la Iglesia puesto que, según san Pablo, ella es la prolongación supra-racial del Pueblo Elegido (2); este nombre debe extenderse igualmente, en virtud del mismo principio, a la Comunidad islámica, ya que ésta pertenece asimismo al linaje abrahamico. Pues el Magnificat habla del favor otorgado a «Abraham y a su raza», y no a Isaac y a su raza exclusivamente, luego también más allá de las razas corporales.

La relación -enunciada por el Magníficat- entre el temor y la Misericordia es de una importancia capital; esta doctrina corta de golpe la ilusión de una religiosidad superficial y fácil -muy en boga entre los «creyentes» de hoy- que confunde la Bondad divina con las flaquezas del humanismo y del psicologismo, y hasta de la democracia, lo que entra de lleno en la línea del narcisismo moderno y de la desacralización que resulta de él. Es muy significativo que en las doctrinas tradicionales que más insisten en la Misericordia -el Amidismo, por ejemplo- el punto de partida es la convicción de merecer el infierno y de ser salvado sólo por la Bondad del Cielo; la vía no consiste entonces en salvarse por los propios méritos, puesto que es algo considerado imposible, sino en conformarse moral, intelectual y ritualmente a las exigencias de una Misericordia, que desea salvarnos y a la que sólo tenemos que abrirnos. El cántico de María está todo él impregnado de elementos de Misericordia y elementos de Cólera, y ser refiere así tanto al amor como al temor; impide por siempre jamás engañarse sobre las leyes de la Bondad divina. La dulzura de la Virgen se acompaña de una pureza implacable, hay en ella algo de poderoso que recuerda los cantos triunfales de las profetisas Miryam y Débora; de hecho, el Magnificat canta una gran victoria del Cielo y un desbordamiento de «Israel» más allá de las antiguas fronteras.

Las severidades del cántico mariano con respecto a los orgullosos, los potentados y los ricos, y las consolaciones dirigidas a los humildes, los oprimidos y los pobres, se refieren -aparte de su sentido literal- al poder equilibrador del más allá; y esta insistencia en las alternancias cósmicas se explica fácilmente si recordamos que la propia Virgen personifica el Equilibrio, puesto que se identifica con la Substancia cósmica a la vez maternal y virginal, Substancia de Armonía y Belleza, pero por ello mismo opuesta a los desequilibrios. Estos desequilibrios son esencialmente, en la enseñanza mariana, el orgullo, la injusticia y el apego a las riquezas (3); podríamos precisar: el amor a sí mismo, el desprecio del prójimo, y el deseo de poseer, el cual comprende la insaciabilidad y la avaricia.

En cuanto al gozo del que habla el cántico de la Virgen, corre parejo con la humildad -la conciencia de nuestra nada ontológica frente al Absoluto- o más exactamente: con la respuesta divina a esta humildad; lo que está vacío por Dios, por ello mismo será colmado, como lo explica el Maestro Eckhart utilizando el ejemplo de la mano bajada y abierta hacia arriba. Y el mensaje virginal según el Corán, ya lo veremos, es un mensaje de generosidad divina.

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Escuchamos a veces plantear la cuestión de saber como la aparición sensible o la actividad en la tierra de un ser que posee la santidad suprema -la Santa Virgen por ejemplo- es compatible con su estado póstumo que, siendo divino, está por lo tanto más allá de toda determinación individual y por consiguiente más allá de toda forma; a esto es necesario responder ante todo que la santidad es el eclipsamiento en un Prototipo universal: la Virgen, puesto que es santa, no puede dejar de identificarse a un Modelo divino del que ella será como el reflejo en la tierra. Este Modelo divino es antes que nada un aspecto o un Nombre de Dios, y se puede decir por lo tanto que la Virgen es, en su realidad o su conocimiento supremo, este aspecto divino mismo; pero este aspecto tiene forzosamente un primer reflejo en el orden cósmico o creado: es el «Espíritu», el Metatron de la cábala, Er-Rûh o los ángeles supremos en la doctrina islámica, y también laTrimûrti hindú, o más particularmente, puesto que se trata de la Virgen, el aspecto femenino y benéfico de la Trimûrti, es decir Lakshmî que es, en la cumbre de todos los mundos, la huella inmediata de la Bondad y Belleza divinas; de esta huella derivan todas las bellezas y bondades creadas, o en otros términos, es a través de esta huella como Dios comunica al mundo su Belleza y su Bondad.

La Virgen María es por lo tanto -en lo que podríamos llamar, refiriéndonos a su existencia humana, su estado póstumo- creada e increada a la vez, cualesquiera que puedan ser las limitaciones que la teología exotérica debe imponerse a si misma aquí por razones de oportunidad, y las cuales limitaciones no podemos tener en cuenta aquí puesto que nuestro punto de vista es esotérico; sea como sea, cuando el exoterismo no puede reconocer, sin entrar en contradicciones insolubles, la realidad divina de María, -y el exoterismo la reconoce al menos implícitamente, por ejemplo cuando define a la Virgen como «Corredentora», «Madre de Dios», «Esposa del Espíritu Santo»- le es al menos posible, sin correr el riesgo de formulaciones malsonantes, reconocer que la Virgen ha sido creada antes de la Creación, lo que lleva de nuevo a identificarla al Espíritu universal visto más particularmente en su función femenina, maternal, benéfica.

Esta huella divina en la manifestación supra-formal o luminosa conlleva además, por repercusión cósmica, una huella síquica, -o más bien sico-física, puesto que lo corporal puede siempre surgir y reabsorberse en lo síquico de lo cual no es, en último análisis, más que un modo- y es esta huella síquica lo que es María en su forma humana; es por eso que los Prototipos universales, cuando se manifiestan en la parte de la humanidad para la cual María a vivido en la tierra, lo harán a través de la forma síquica (4), y por tanto individual y humana, de la Virgen; esta forma puede siempre reabsorberse en sus Prototipos (5), como el cuerpo puede reabsorberse en el alma, y como el Prototipo creado -el «Espíritu» en su función de misericordia- puede reabsorberse en el Prototipo increado, que es la infinita Belleza, Beatitud y Misericordia de Dios.

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Las Escrituras mantienen secreta la Soberanía de la Virgen; porque del Hijo solo querían loar la grandeza.

María dice: «Ya no les queda vino». Así habló el Espíritu Santo, la irradiación del Altísimo.

El espíritu, decimos, penetró en su cuerpo; ambos devinieron Uno. Y es maravilloso: de todo el Universo, Maria es la Madre. La irradiación de lo Divino que fue en el comienzo.

Vacare Deo: ella es luminosa y pura, y además colmada de la presencia de Dios. En ella se encuentra la perfección de la nieve combinada con la beatitud solar.

La Santa Virgen es el Recuerdo de Dios; es por eso que el Angel dice: «Llena de Gracia». El Nombre de Dios, que regocija el corazón: ese es el Vino que ella quiso ofrecernos; y no su palabra únicamente –que vosotros conocéis– su belleza también, sacramento irradiante.

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«Ya no tienen más vino» ¿Cómo pudo la Santa Virgen decir tal cosa, si ella no fuera favorable al vino ni al matrimonio?. Ella vio la profundidad de las cosas, maravillosa.

La naturaleza de las cosas, el divino En-Si-Mismo, no el rebajamiento humano de los placeres; es necesario vivir lo Bello en vuestro interior, es necesario evitar la vana superficialidad.

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NOTAS __________________________

(1) - Profetisa no legisladora y fundadora, sino iluminadora. Entre los musulmanes existe una divergencia de opiniones sobre la cuestión de saber si María -Sayyidatnâ Maryam- fue Profetisa (nabiyah) o simplemente santa (waliyah); la primera opinión se basa en la eminencia espiritual de la Virgen, es decir, en su categoría dentro de la jerarquía de las eminencias espirituales, mientras que la segunda opinión, nacida de una teología puntillosa y temerosa, sólo tiene en cuenta el hecho de que María no tenía función legisladora, punto de vista «administrativo» que pasa por alto la naturaleza de las cosas.

(2) - «Israel, su servidor», dice el Cántico de la Virgen, precisando así que la servidumbre sagrada entra en la definición misma de Israel, de modo que un Israel sin esta servidumbre deja de ser el Pueblo Elegido y que, inversamente, una comunidad monoteísta de espíritu abrahámico se identifica con Israel -«en espíritu y en verdad»- por el hecho de que realiza la servidumbre para con Dios.

(3) - Y no el solo hecho de ser rico, pues una situación exterior no es nada en sí misma; un monarca es forzosamente rico, y ha habido santos monarcas. El condenar a los «ricos» se justifica, no obstante, por el hecho de que el común de los poseedores se apegan a lo que poseen; inversamente solo es «pobre» el que se contenta con poco.

(4) - En otras partes de la humanidad terrestre, el mismo Prototipo -divino y angélico a la vez- tomará las formas apropiadas al ambiente respectivo; aparecerá lo más a menudo con los rasgos de una bella mujer, como es el caso de las apariciones de la Shekhînah en el Judaísmo, de Durgâ «la Madre», en el Hinduismo, de Kwan-Yin o de Tara en Extremo Oriente; de la misma manera, en las tradiciones de los Indios Siux, el Calumet -instrumento sagrado por excelencia- fue traído del Cielo por Ptesan-Win, una joven celeste maravillosamente bella, y vestida de blanco.

Pero el Principio misericordioso puede tomar también -cuando hay analogía inversa, no paralela- una forma masculina, por ejemplo la de Krishna, o la del Bodhisattwa Avalokitêshwara, –asimilado además aKwan-Yin, «Diosa de la Gracia», en el Budismo chino– o también, en el Islam, la forma del Profeta del que uno de los Nombres es precisamente «Misericordia» (Rahmah).

No nos olvidemos de añadir que estas manifestaciones de la Misericordia tienen a veces también un aspecto terrible, conexo del de pureza.

Para volver a la Santa Virgen, podemos decir esto: ella está coeternamente en Dios, de otra manera existirían en el mundo perfecciones que faltarían al Creador; ella está aquí de dos maneras: primeramente en tanto que «Substancia existencial» o Materia Prima (la divina Prakriti de la doctrina hindú), y en segundo lugar en tanto que «Cualidad divina» (el aspecto de Purusha, principio masculino del acto creador) o de «Nombre divino»; es así la Belleza, la Pureza, la Misericordia de Dios; pero ella está también, por lo mismo y a fortiori, presente en el Espíritu divino manifestado o creado, del cual es la Belleza misericordiosa, pero también la Pureza severa; en fin, ella está encarnada en María -y en otras formas humanas, lo Unico volviéndose forzosamente múltiple desde el momento que se manifiesta en el plano formal, sin lo cual aniquilaría este plano- y puede aparecer, gracias a su forma individual y síquica, incluso en el plano corporal.

(5) - Lo ponemos en plural porque toda perfección deriva de los dos principales Prototipos, uno, cósmico o angélico, y otro, divino.

"Guardianes de la Revolución... de toda la vida"

"Guardianes de la Revolución... de toda la vida"

Tras el esperado anuncio de la marcha definitiva de Hosni Mubaraq el viernes 11 de Febrero de 2011, hasta Jose María Aznar ha celebrado las Intifadas de Túnez y de Egipto, considerándolas inspiradoras y ejemplos para el mundo.

 

Batallones de cargos políticos, portavoces de «laboratorios de ideas» (como actualmente es Aznar al frente de FAES) y «líderes de opinión» occidentales que, hasta ayer mismo, habían venido apoyando las políticas de Zinel Abidín Ben Alí en Túnez y de Hosni Mubaraq en Egipto, han empezado a celebrar, de repente, y sin que se les caiga la cara de vergüenza, que Ben Alí se viera forzado a marcharse del palacio de Cartago el viernes 15 de enero a consecuencia de la revuelta regional que, a partir del 28 de diciembre, se extendió al resto de Túnez y se transformó en insurrección, y que el «Rais» Mubaraq abandonara igualmente su palacio de Heliópolis el 11 de febrero, forzado por la insurrección urbana que se inició el 25 de enero y no paró hasta conseguir su marcha.

 

Como ocurrió en España hace un tercio de siglo, cuando Franco estaba vivo, los españoles que habían expresado su «adhesión inquebrantable al régimen hasta la muerte» habían sumado legiones. Años después de la muerte de Franco, la mayoría de esas legiones de adheridos inquebrantables a la dictadura del Generalísimo se habían descubierto como «demócratas de toda la vida». Sin embargo, prácticamente nadie se atrevió a pasar de franquista «inquebrantable» a antifranquista furibundo en sólo un par días, pues esa milagrosa reconversión (en muy raros casos explicada por sus autores) requirió de varios años. Desde luego, con respecto a Franco, se necesitó muchísimo más tiempo que ahora, cuando, en cuestión de días (en algunos casos de horas) los grandes apoyos políticos, mediáticos e intelectuales europeos de las tiranías de Ben Alí en Túnez y de Mubaraq en Egipto, empezaron a celebrar, al menos de cara a la galería, que los tiranos (sus protegidos tiranos) habían sido tumbados.

  

Pero la postura mayoritaria adoptada por representantes políticos, «laboratorios de ideas», «expertos» y medios de difusión de masas occidentales es la reflejada, por ejemplo, en la línea editorial del diario «El Mundo»: autoproclamarse «Guardianes de la Revoluciones» para evitar que sean «secuestradas por los extremistas islámicos». Todos estos «guardianes occidentales de la Revolución Árabe» surgidos de repente, reclaman un papel de «aleccionadores» para que tunecinos, egipcios y cualquier otro pueblo que consiga sacudirse a su tirano, hasta ahora obediente a los dictados de Occidente, «aprendan» de las ejemplares enseñanzas occidentales y no se desvíen de la «Transición hacia la Libertad y la Paz».

  

Estas «Intifadas» que los nuevos «Guardianes de la Revolución» no sólo no han inspirado, sino, incluso, han venido condenando «preventivamente» durande décadas... estas revoluciones en la que, ellos, no sólo no han participado ni han sacrificado nada, sino, por el contrario, han tratado a toda costa de impedir que surgieran (e incluso trataron de apagar una vez que se habían puesto en marcha, agitando los prejuicios y miedos del público medio occidental) se han convertido, de golpe, en fenómenos políticos que exigen la protección y una especial tutela por parte de los poderes políticos, mediáticos y, por supuesto, de los servicios secretos de Occidente.

 

No es sólo que se hayan sumado, en cuestión de días, al proceso, como «revolucionarios encantados de conocerse», sino que se han arrogado de inmediato el papel de tutores, de vigilantes del proceso. Es decir, en Occidente tenemos a una multitud que, de la noche a la mañana, han pasado de ser «Amigos, Aliados y Apoyos» de las tiranías de Ben Alí y Mubaraq, a ser en estos momentos «Guardianes de la Revolución... de toda la vida».

 

Cualquiera que tenga un mínimo sentido de la decencia reconoce, y nosotros lo afirmamos bien claro, que hoy, nadie, puede dar lecciones a los insurrectos tunecinos ni egipcios. Nadie, y menos aún la infame derecha política y la no menos infame progresía de Europa, que hasta que las insurrecciones se desataron imparables, respaldaban a los regímenes matones, uno por encargo directo de Francia y de Italia (el de Ben Alí) y el otro de EEUU y el Ente Sionista (el de Mubaraq). Ambos tenían licencia para machacar a sus pueblos y eran oportunamente alabados por cancillerías y medios de difusión de masas atlánticos. Aún la mayoría de ellos, cuando todavía no era seguro si Ben Alí o Mubaraq se marchaban o no, siguieron callados como momias, evaluando si los insurrectos se mantenían firmes o sucumbían ante las amenazas y la represión.

 

Por todo ello demandamos que se callen:

 

Que se callen los cínicos que se creen «superhombres» y más listos que nadie desde la comodidad de sus sillones. Tunecinos y egipcios nos han dado a todos una lección de coraje, de entrega, de sacrificio, de lucha y de perseverancia en común que deja en evidencia las miserables posturas egocéntricas que desgraciadamente se consolidan en nuestro entorno.

 

Que se callen los escépticos de siempre que piensan que todo se encuentra siempre previsto y preparado con antelación por alguna mano oculta en las sombras. Conspiraciones y conjuras, haberlas haylas, y han existido siempre, pero son demasiados los que se empeñan siempre en explicar todo lo que sucede en el mundo a través de conjuras extrañas, cayendo en el extremo opuesto de aquellos que creen que todo es como parece o se muestra en la televisión.

 

Demandamos también que se callen los expertos que nada previeron, y, por supuesto, cómo no, reclamamos que se callen los turistas que sólo querían disfrutar de las playas y ver monumentos en paz, esos que se quejan de la interrupción de sus vacaciones porque sólo les importa su disfrute particular desentendiéndose de todo lo que se encuentra fuera de su ombligo. Éstos forman parte de la clase más repugnante e infame que produce el Capitalismo avanzado: la clase «de los usuarios».

 

Que se callen porque todos ellos han sido desbordados por las Intifadas tunecina y egipcia, que han barrido a las figuras principales de sus regímenes «amigos» y «aliados».

 

En Tunez y Egipto el poder, todavía, continúa en la calle. El primer ministro Ganuchi ha tenido que formar, en menos de un mes, varios gobiernos de «transición» gracias a la presión de los insurrectos, que le han obligado a disolver la RCD. En estos momentos, los funcionarios del Ministerio tunecino de Asuntos Exteriores han conseguido forzar la dimisión del segundo ministro del ramo de la «transición», por seguir mostrando el servilismo de antes ante su homóloga francesa, la misma que, hasta horas antes de la marcha de Ben Alí, preparaba el envío de material antidisturbios y especialistas policiacos desde París para ayudar a sofocar la insurrección. Los egipcios, que también han luchado y sufrido para conquistar su autoestima, personal y nacional (ambas van juntas), rompiendo el miserable individualismo que promueve el capitalismo, y las divisiones y miedos impuestos en el seno del pueblo por el Sistema para neutralizar las movilizaciones nacionales, han conseguido que el consejo supremo de las Fuerzas Armadas decrete la disolución de las cámaras parlamentarias e invalide la Constitución de Mubaraq.

 

Las de Túnez y Egipto han sido intifadas que han desbordado a las baronesas Ashton, a las trilaterales Jiménez y al resto de representantes políticos occidentales, cuyas declaraciones suenan exactametne como lo que son: huecas y oportunistas, como las de Ben Alí el 14 de enero diciendo en televisión que gracias a los insurrectos había descubierto estar rodeado de malos consejeros y ministros, o como las de Mubaraq y Soleimán alabando a los mártires que sus esbirros habían matado. Sus rostros han mostrado la misma careta que la Esfinge de Guiza: rostros de algo muy viejo.

 

Que se callen también los aguafiestas, que sólo saben hablar de pérdidas económicas de las revoluciones o de «Que viene el Lobo».

 

Que se callen, asimismo, los sempiternos vendedores de la resignación que tratan de convencernos que, al final, «no compensa» luchar por nada, y desean que venga la resaca cuanto antes.

 

Es hora de celebrar... y hora de prepararse:

 

Desde luego es hora de celebrar la victoria en estas primeras batallas. Porque es la hora de saborear, sobre todo, lo más importante: la autoestima ganada, el amor propio que tunecinos y egipcios han conquistado en estos días. Esa autoestima, personal y nacional (que para nosotros, insistimos, van necesariamente juntas) es el mayor valor de una revolución popular. Y el mayor antídoto para rechazar a todos los impresentables «Guardianes de la Revolución... de toda la vida» que han surgido desde Occidente.

 

Pues recobrando la autoestima y el orgullo nacional como tunecinos y egipcios, esos pueblos están preparados, no para irse a casita diciendo eso de ¡«Misión cumplida»! sino para seguir con la guerra, para continuar el enfrentamieto contra sus opresores (pues como dicen en Túnez: «se ha ido Ben Alí pero quedan los cuarenta ladrones») para recobrar su Patria, para conquistar libertades reales y para luchar por la Justicia no sólo en sus naciones sino de los demás pueblos que sufren las embestidas del imperialismo, del sionismo y, en definitiva, de los secuaces de las Altas Burguesías atlánticas.

 

Al sur del Mediterráneo se han roto unas poderosas cadenas. Pero más poderosa ha sido la voluntad de romperlas. Imperialistas, sionistas y secuaces del Capital han pasado de la condena y la alarma por las Intifadas, a dar lecciones y querer tutelar las «transiciones». Es la nueva fase del «juego» a vida o muerte que libran los pueblos oprimidos movilizados contra sus opresores: que son, en última instancia, los mismos opresores que tenemos los españoles.

 

Por eso podemos decir que tunecinos y egipcios han destrozado unos eslabones que forman parte de las mismas cadenas que nos aprisionan a todos.


Clamor Unánime en El Cairo: "NACIMOS LIBRES Y VIVIREMOS LIBRES"

Clamor Unánime en El Cairo: "NACIMOS LIBRES Y VIVIREMOS LIBRES"

Egipto vive con emoción su ’Día de la Salida’. Miles de manifestantes antiHosni Mubarak se han concentrado al mediodía en la Plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, y han rezado juntos, rindiendo un tributo a las víctimas mortales de las protestas contra el régimen que se vienen sucediendo desde hace más de una semana.

Los congregados en la también llamada Plaza de la Liberación se han dado las manos y, al término del rezo, han alzado sus puños y gritado al unísono: "¡Mubarak, vete!".

Hombres, mujeres y niños colapsan la plaza y muestran pancartas en las que se lee: "La demanda del pueblo es el fin del régimen. El mundo y Egipto serían mejor sin Mubarak".

El rezo ha sido liderado por el imam Jaled Marakbi, que ha asegurado a los fieles allí congregados: "Éste es un movimiento egipcio, de toda la gente que ha venido, musulmanes y cristianos. Y el que quiera negociar, que venga aquí a hablar. Hemos nacido libres y vamos a vivir libres. Os pido paciencia hasta la victoria".

Los fieles de Tahrir

Las protestas van a seguir centradas en la simbólica plaza. En un principio, se tenía previsto realizar una marcha hasta el Palacio Presidencial, pero los manifestantes han decidido quedarse y no dejar vacía Tahrir.

Rowan El Sehim, una joven de 23 años, relataba emocionada: "Hoy es un día definitivo para el final de Mubarak. Los egipcios nunca más tendremos miedo".

A sus palabras se unía otra joven de 26 años, Susi Nader: "He llorado durante el rezo, a pesar de que soy laica. Algo está ocurriendo en Egipto.Deseo ver cumplido mi sueño de una sociedad sin miedo, sin estar rodeados de monstruos y de tener una policía que no te ataque".

La plaza, cercada

El Ejército egipcio ha establecido un estricto cordón sobre la Plaza de Tahrir. Cientos de soldados han cercado la plaza con alambre de espino y blindados, así como prohíben la entrada de comida y alimentos.

El propio ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantaoui, se trasladó a primera hora de la mañana a la zona acordonada para supervisar en primera persona el cerco a los manifestantes anti Mubarak. Además, les dirigió unas palabras: "El hombre [Mubarak] ya os ha dicho que no se va a volver a presentar [a las elecciones. Decidle ahora vosotros al Guía [Supremo de los Hermanos Musulmanes] que se siente [a dialogar]".

Sólo se puede acceder a la Plaza de la Liberación a través de un punto, en el que se realiza un férreo control a aquel que quiere entrar, lo que está provocando una larga cola de ciudadanos que se quieren unir a los manifestantes de Tahrir.

En una entrevista con ABC News, el vicepresidente Omar Suleiman ha asegurado que no van a presionar a los manifestantes para que se vayan de Tahrir, pero que sí insisten en que deben irse voluntariamente lo antes posible y dejar de organizar más manifestaciones.

Vincenzo VINCIGUERRA: "LA PERSECUCIÓN DE LOS CRISTIANOS"

Vincenzo VINCIGUERRA: "LA PERSECUCIÓN DE LOS CRISTIANOS"

Fuente: Marilenagrill.org

Trad: A.B.A.

La  Iglesia de Roma ha renunciado a ser “católica apostólica romana” para convertirse en “judaico-cristiana”, pero esta irresponsable estrategia, iniciada por Juan Pablo I, proseguida por Juan Pablo II y ahora por Benedicto XVI, tiene elevados costes.

El Vaticano se ha humillado para igualar judíos con musulmanes, eligiendo al judaísmo frente al islamismo por motivos aparentemente religiosos pero que en realidad son políticos y financieros.

El Vaticano ha renunciado públicamente a su misión evangelizadora en relación a  los judíos, afirmando por boca de su secretario de Estado que no pretende convertir a estos últimos, pero se guarda muy mucho de adoptar idéntica actitud respecto a otras religiones.

No ayuda ciertamente a las minorías cristianas en India o en los Países Islámicos, cerciorarse que, muy secretamente, en Kabul, actúan monjas católicas, dispensadas de su hábito y travestidas de afganas, asistiendo a niños discapacitados a los que obviamente no enseñan a alabar a Allah o a Mahoma, sino a Jesucristo y al Papa.

La Iglesia de Roma ha impuesto la Cruz con la Espada, previa ocupación militar, sin excluir el genocidio, hasta lograr la conversión de los supervivientes y sus descendientes, como testimonia la historia de América latina.

En Irak está presente un ejército de ocupación compuesto de cristianos, con toda su panoplia de Biblias, curas y crucifijos, Evangelios, etc. que ciertamente no puede repetir la empresa de los conquistadores [en español en el original, ndt.] españoles, pero no es inimaginable que haya quien pretenda convertir a los iraquíes al cristianismo. Igual que hacen en Afganistán tal como lo demuestra el asunto de las monjas disfrazadas de afganas.

El Vaticano ha hecho su elección. Juan Pablo II y Benedicto XVI no han omitido nunca visitar las sinagogas de las ciudades a las que han viajado oficialmente, evitando cuidadosamente las mezquitas.

Han pedido perdón por la persecución de los judíos pero no han hecho lo propio respecto a los musulmanes.  La reacción se hace inevitable con todas sus trágicas consecuencias.

Sacrificadas sobre el altar de la política, las minorías cristianas deben afrontar peligros cada vez mayores, porque la injerencia de una Iglesia que ha descubierto, con Juan Pablo I, sus orígenes judaicos no tiene ya el respeto que hubiera podido tener de haber permanecido siendo ella misma.

Hablar de tres religiones monoteístas resulta, hoy, excesivo porque frente a frente están sólo el judaísmo con su apéndice cristiano y el islamismo.

Lo pagan los creyentes, los humildes, aquellos que tiene una fe sin contaminar por los cálculos oportunistas de las jerarquías eclesiásticas más atentas a las acciones de la Bolsa que a la vida de los cristianos.

No hay árabe, palestino, afgano, sea cristiano o musulmán, que ignore que los ejércitos de ocupación extranjeros no sirven los intereses de la civilización occidental sino los más concretos del Estado de Israel y de los Estados Unidos.

Los cardenales se inclinan ante los “hermanos mayores” judíos, repudiando dos mil años de historia y culpando a los romanos de la muerte de Jesucristo que, dentro de algunos años, nos dirán que se había suicidado por el bien de la humanidad.

Nosotros creemos que si Jesucristo hubiera podido ver como se ha dirigido su Iglesia hacia la decadencia definitiva a finales del siglo XX, habría preferido no nacer, pero no podemos ironizar sobre la tragedia que viven millares de personas indefensas en países que el cinismo político del Vaticano ha transformado en hostiles.

Solicitamos a la Iglesia católica que pida hoy perdón al mundo islámico por sus culpas en siglos pasados y en nuestros días; que condene las guerras de agresión contra los países árabes; que exija la retirada de los ejércitos de ocupación de Irak y de Afganistán; que condene la sistemática masacre de los palestinos por parte de Israel.

En caso contrario que no llore por los muertos que pesan sobre la conciencia de las jerarquías eclesiásticas siempre dispuestas a descargar sobre otros su responsabilidad, excepto para arrepentirse dentro de dos mil años.

 

Vincenzo Vinciguerra, 

Opera 31 enero 2011 

"¡MUBARAK, MUBARAK, EL AVIÓN TE ESPERA!" : ADELANTE CON LA INTIFADA EGIPCIA

"¡MUBARAK, MUBARAK, EL AVIÓN TE ESPERA!" : ADELANTE CON LA INTIFADA EGIPCIA

Agencias.-El presidente Hosni Mubarak, quien se aferra al poder pese a las demandas sin precedentes para que abandone su mandato de 30 años en Egipto, se reunió el domingo con el poderoso Ejército, una institución que se cree que podría tener en sus manos el futuro del país.

Mubarak sostuvo conversaciones con el vicepresidente Omar Suleiman, cuyo nombramiento el sábado posiblemente instaló el escenario para una transición de poder, con el ministro de Defensa Mohamed Husein Tantawi, el jefe del Estado Mayor Conjunto Sami al-Anan y otros destacados comandantes.

Los disturbios están haciendo estremecer el mandato autoritario de Mubarak y el apoyo de los altos comandantes es vital mientras otros pilares de su aparato de Gobierno peligran, según señalaron analistas.

Los egipcios se enfrentaban al caos en las calles de su país el domingo, mientras las fuerzas de seguridad y algunos residentes de El Cairo intentaban detener a los saqueadores.

Durante la noche, residentes de El Cairo armados con cadenas, palos y cuchillos formaron grupos para custodiar los barrios, después de la retirada de la impopular fuerza policial tras enfrentamientos con manifestantes que causaron más de 100 muertos.

Las calles de la capital estaban en su mayoría desiertas, y Ejército custodiaba el Ministerio del Interior mientras los ciudadanos confiaban para restaurar el orden en los soldados, quienes no abrieron fuego en defensa del Gobierno de Mubarak, un gobernante de 83 años aliado de Estados Unidos.

La tasa de paro vuelve a superar el 20% en el cuarto trimestre y marca su nivel más alto en 13 años

La tasa de paro vuelve a superar el 20% en el cuarto trimestre y marca su nivel más alto en 13 años

¡LA VERGÜENZA DEL PARO: LA VERGÜENZA DEL RÉGIMEN!

La tasa de paro vuelve a superar el 20% y marca su nivel más alto en 13 años.- Los desempleados suben en 121.900 personas hasta rozar los 4,7 millones, un máximo desconocido hasta ahora.- La ocupación baja en 138.600 trabajadores

FUENTE: EL PAÍS  28/01/2011

Tras al alivio del tercer trimestre, cuando el mercado laboral español logró reducir la tasa de paro por primera vez desde el inicio de la crisis, el desempleo ha recuperado las subidas en los últimos tres meses de 2010 hasta superar de nuevo el 20% con un 20,33%, su nivel más alto desde 1997 y medio punto más que el anterior dato de finales de septiembre. Según la Encuesta de Población Activa que ha publicado hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), el desempleo ha cerrado el pasado año con un aumento del 8,55% o 370.100 personas más, lo que ha elevado el total de parados hasta rozar los 4,7 millones. Desde que hay datos comparables en 1976, nunca antes de había habido en España tantas personas buscando sin trabajo como hasta ahora.

Los hogares con todos sus miembros sin trabajo vuelve a subir tras el alivio del tercer trimestre y alcanzan los 1,32 millones

Aunque, a la vista de que la recuperación del mercado laboral está siendo más lenta de lo esperado, el Gobierno cambió sus previsiones iniciales de paro para este 2010 y contemplaba que la tasa cerrase el año sobre el 20%, confiaba en que se pudiese mantener la creación de puestos de trabajo por tercer trimestre consecutivo en el tramo final del pasado ejercicio. Pero, al final, habrá que esperar hasta la segunda mitad de 2011 para asistir a una reactivación del empleo, según sostiene el propio Ejecutivo.

La EPA -que ofrece la radiografía más fiable del mercado laboral- refleja que durante los últimos tres meses del pasado ejercicio la evolución del mercado laboral ha sido más favorable para las mujeres que para los hombres, tanto en lo que respecta a la ocupación como al paro. Por edades, el empleo se ha incrementado en los grupos de edad de 35 a 44 años y en los mayores de 55, mientras desciende entre los más jóvenes.

Por sectores, los servicios reducen su número de ocupados en 115.800 y la Construcción en 95.600. En cambio, la Agricultura incrementa la ocupación en 50.500 y la industria en 22.200. En cuanto a la contratación, los asalariados con contrato temporal han bajado en 149.600 frente al trimestre anterior, mientras que los que tienen contrato indefinido suben en 7.400, lo que refuerza las tesis del Gobierno de que la reforma laboral está empezando a tener efecto, todavía tímido, pero que se notará más en cuanto la economía coja ritmo.

Por su parte, el número de hogares con todos sus miembros activos en paro vuelve a aumentar tras registrar en el tercer trimestre su primer descenso desde 2007, en 35.600 en el trimestre y se sitúa en 1.328.000.