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Crónica de la Infamia

Bush se Presenta Ahora como un “Disidente” contrario a la Guerra de Iraq

Bush se Presenta Ahora como un “Disidente” contrario a la Guerra de Iraq

09/11/2010 El ex presidente norteamericano, George W. Bush, pretendió el lunes que él había sido una “voz disidente” en el seno de su administración al oponerse a la guerra de Iraq, antes de aprobar finalmente la invasión de ese país en 2003.

“Yo era una voz disidente. No quería utilizar la fuerza,” dijo el ex presidente durante una entrevista con la cadena de televisión por satélite NBC en la víspera de la publicación de sus memorias tituladas “Instantes decisivos”.

“Yo quería dar una oportunidad a la diplomacia,” dijo Bush.

Al ser preguntado acerca de la influencia del vicepresidente Dick Cheney y si éste le había incitado a atacar Iraq, Bush respondió que esta pregunta no tenía sentido. “Era yo quien decidía cuando íbamos a atacar,” añadió. “Dick Cheney podría haber dicho “Vamos”, pero yo hubiera dicho “No”.”

Según un extracto de su libro publicado por los medios, Bush asegura que “nadie estuvo más asqueado y encolerizado que yo cuando no se hallaron las armas de destrucción masiva en Iraq”, que fue el pretexto utilizado por EEUU para intentar justificar la invasión.

En la NBC, él se negó, sin embargo, a excusarse ante los norteamericanos por haber empujado al país a una guerra que se convirtió luego en un fiasco político, económico y militar.

“El presentar excusas significaría que esta decisión fue mala. Y yo no pienso que fuera una mala decisión,” añadió el presidente, que añadió que “el mundo está mejor sin Saddam.”

Bush confiesa que durante el verano de 2006 él vio “el punto más bajo de su presidencia”. “Eso es porque pensé que estábamos perdiendo en Iraq.”

Al ser preguntado sobre el escándalo de la prisión de Abu Graib y las torturas infligidas a los detenidos iraquíes por los soldados estadounidenses, Bush afirmó que su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, le había ofrecido su dimisión.

“Yo reflexioné seriamente si debía aceptarla. Yo sabía que sería una señal muy fuerte la de reemplazar al jefe del Pentágono después de una falta tan grave. Sin embargo, un factor importante me frenó: no había ningún candidato natural para reemplazarle,” dijo el ex presidente.


fuente: Al Manar

Prohibir la guerra, permitir los bombardeos

Prohibir la guerra, permitir los bombardeos
Bombardeo sobre Gaza

 

 

 

 Santiago Alba Rico
 

Hace pocos días se cumplió un nuevo aniversario -el número 65- de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Lo que pocos saben o pocos quieren recordar es que el 8 de agosto de 1945, dos días después del lanzamiento de la primera bomba atómica y pocas horas antes del lanzamiento de la segunda, las potencias ya victoriosas de la segunda guerra mundial firmaron los acuerdos que establecían un tribunal internacional encargado de juzgar los crímenes cometidos durante la contienda. Lo que pocos saben o pocos quieren recordar es que el famoso tribunal de Nuremberg, acto fundacional del derecho internacional moderno, prohibió la guerra -”crimen supremo que concentra en sí todos los otros crímenes”- al mismo tiempo que legalizaba los bombardeos. En sus conclusiones, en efecto, la sentencia de Nuremberg declaró inocentes a aliados y alemanes por igual, “puesto que los bombardeos aéreos de ciudades y fábricas se han convertido en práctica habitual y reconocida por todas las naciones”. El modelo Auschwitz, el de los perdedores, se convertía así en el colofón de la barbarie humana y en una estremecedora advertencia para las futuras generaciones; mientras que el modelo Hiroshima, el de los vencedores, pasó a convertirse en “practica rutinaria” y “derecho consuetudinario”.

Desde entonces está prohibida la guerra y están permitidos los bombardeos. Antes de 1914, el escritor francés Marcel Proust hablaba de los aviones como de los “ojos” de la Humanidad. Se volaba para ver, no para bombardear. Pero hay ciertos ángulos de visión, ciertos rangos de la mirada, que imponen inmediatamente, como una tentación irresistible, el deseo de destruir lo que se capta visualmente. La prohibición de mirar ciertos objetos, la prohibición de mirar desde ciertos objetos (el ojo de la cerradura o la mirilla del avión) es hoy una cuestión de supervivencia no sólo moral sino material. El modelo Auschwitz -con sus terribles campos de exterminio horizontal- es después de todo humanamente familiar y quizás por eso nos resulta tan fácil escandalizarnos frente a él y rechazarlo. Si, por el contrario, aceptamos con mansedumbre y naturalidad el modelo Hiroshima -el exterminio vertical desde el aire- no es sólo porque forme parte de “la justicia de los vencedores”: es que tiene algo de inimaginable, de irrepresentable, de extraterrestre; está tan fuera de toda medida antropológica que suspende cualquier forma de reacción.

El bombardeo aéreo, en efecto, reúne dos características “incomprensibles” para un ser humano. La primera tiene que ver con el hecho de que ni siquiera “deshumaniza” a sus víctimas antes de matarlas o para justificar su muerte: sus víctimas no son “enemigos” o “animales inferiores” u “obstáculos” sino simples “residuos”. Los cadáveres y las ruinas no han tenido una existencia individual (ni siquiera bajo la forma de un número tatuado en la muñeca) antes de ser “fabricados” desde el B-52. No han sido ni juzgados ni condenados; tampoco despreciados. Son desde el principio sólo “restos”.

La segunda característica del bombardeo es que, si produce “restos”, no permite establecer ningún vínculo entre ellos y la fuente lejana, celeste e inalcanzable, que los ha causado. Las víctimas sólo pueden alzar el puño en medio de los escombros, como ante la ira de Dios; por su parte los verdugos, encerrados en sus cápsulas de cristal, o cómodamente sentados delante del ordenador, no pueden experimentar ningún sentimiento -tampoco odio- por esas existencias que se inclinan y desaparecen bajo un gesto de su dedo. No pueden mirarlas sin que desaparezcan y se las mira precisamente para eso, pero esta desaparición no entraña ninguna emoción ni ninguna tragedia; la acompaña, si acaso, el placer de “no dejar ningún cabo suelto”, la satisfacción de “tachar” todos los puntos que van compareciendo ante nuestros ojos.

Pues bien, curiosamente el modelo del bombardeo aéreo es el que mejor explica la consistencia moral y los efectos materiales del consumo capitalista.

El capitalismo, lo hemos escrito otras veces, no se define por su capacidad para producir riqueza sino para destruirla. Si se recuerda que el 90% de las mercancías que se producen hoy en el mundo dentro de seis meses estarán en la basura se comprende enseguida que el capitalismo no fabrica mesas, coches, ordenadores y lavadoras sino “residuos”, igual que las bombas, y que el ser humano que se empeña -durante seis meses- en usarlos como si fueran mesas, coches, ordenadores y lavadoras es él mismo “residual” frente al objetivo económico de sustituirlas lo antes posible por otras. Para el capitalismo, como para el B-52, las cosas y los hombres son desde el principio “restos” y su verdadero producto -ni televisores ni frigoríficos- es la “basura”.

Todos los días, por ejemplo, llegan de Europa miles de aparatos electrónicos desechados a un barrio de Accra (Ghana) conocido como Sodoma. Allí, miles de menores que no han usado en su vida un ordenador, queman y destripan las carcasas en busca de piezas de metal, absorbiendo durante horas de trabajo infernal más de 60 sustancias tóxicas. Lo mismo ocurre en Karachi (Pakistán), donde 20.000 jóvenes, algunos menores de diez años, muchos de ellos refugiados afganos, reciclan la basura electrónica procedente de Occidente, Dubai o Singapur, manipulando plomo, cadmio o antimonio, materiales que destruyen al mismo tiempo la salud de los niños, la tierra y el río Lyari. El 70% de la basura electrónica del mundo acaba en muladares de Asia, en los que las condiciones de trabajo y la contaminación ambiental convierten la vida misma de la gente en abyectamente “residual”.

Pero el consumo capitalista se caracteriza también por su dificultad para establecer vínculos mentales entre una mirada, un gesto del dedo, un trabajo bien hecho o un placer banal y un paisaje de ruinas, a miles de kilómetros del supermercado, en el que están muriendo niños a los que no odiamos; niños que, al contrario, cuando nos los muestran por la televisión, nos enternecen y nos aturden de compasión. Como el piloto del bombardero, vemos el mundo en las vitrinas de las tiendas y en las pantallas del ordenador y somos antropológicamente incapaces de imaginar ahí ningún efecto negativo o destructivo. Los muertos, las ruinas, los hambrientos, son sólo los “restos” o “residuos” de nuestros placeres más inocentes.

Desde nuestros placeres no podemos imaginarnos a Mohamed Khan, de ocho años de edad, quemando un ordenador en Karachi como tampoco desde el sufrimiento de Mohamed Khan puede imaginarse el uso que hacemos los occidentales del ordenador. ¿Por ejemplo? Más de 24 millones de páginas de Internet son de contenido pornográfico (el 12%) y cada segundo 28.258 internautas están viendo pornografía. Cuarenta millones de estadounidenses visitan regularmente estas páginas web, con un volumen de negocio de 2.350 millones de euros al año (más de 4.000 en todo el mundo). El 25% de las búsquedas en la red y el 35% de las descargas son de carácter pornográfico y todos los días se registran 116.000 búsquedas con el rótulo “pornografía infantil”. El 20% de los hombres reconoce ver pornografía mientras está en el trabajo y la edad media en la que un niño estadounidense comienza a frecuentar páginas de contenido sexual es de 11 años.

Mucho más pornográfica que la pornografía misma es la relación inimaginable entre los que miran el ordenador en Utah o Madrid y los que los queman en Ghana y Karachi.

Desde 1945, sí, está prohibida la guerra y están permitidos los bombardeos.

 

La Calle del medio [Nº 28, agosto 2010]

La falsa retirada de Irak

La falsa retirada de Irak

“La desoladora realidad después de siete años de guerra de ocupación, de haber gastado 1 billón 100.000 millones de dólares, de haber asesinado a 1 millón 370.000 iraquíes, de haber desplazado a 3 millones que tuvieron que mudarse o exiliarse y de haber sacrificado 4.734 de sus soldados, es apabullante” 

 

Francisco Valderrama Mutis (MOIR)

 

Presionado por las necesidades electorales y ante el creciente descontento con las guerras que libra, Obama adelantó el retiro de las ’’fuerzas de combate’’ de Irak, cuya última unidad salió a través de la frontera de Kuwait. Este retiro anunciado con bombos y platillos por la prensa mundial no es más que una cortina de humo que pretende restarle importancia a que en Irak quedan un poco menos de 50.000 soldados estadounidenses instalados en 94 bases militares, conformando una tenaza que muestra los dientes todos los días para obligar al gobierno iraquí a cumplir con sumisión su papel de administrador colonial.

La otra cara de la moneda es el aumento sustancial de 7.000 nuevos mercenarios contratados por las corporaciones privadas de la guerra y el de 2.400 funcionarios del Departamento de Estado que se instalarán en el búnker de la zona verde donde se encuentran las instalaciones de la embajada gringa para continuar la coadministración del país. Con los primeros se llega a la descomunal cifra de 70.000 mercenarios involucrados en la guerra de Irak, encargados de tareas que van desde la vigilancia de las instalaciones claves, pasando por los interrogatorios a los ciudadanos presos que incluyen métodos de tortura de los cuales no se hace responsable el gobierno norteamericano, hasta tareas de combate.


Por otra parte, los objetivos que le fueron asignados a la guarnición dejada para mantener la ocupación del país son muy reveladoras de su fin último. Estas tropas deberán ’’desarrollar actividades contra el terrorismo’’, adelantar tareas de reconstrucción en las provincias y entrenar las fuerzas de seguridad iraquíes. Para el primero de estos las tareas de combate serán realizadas conjuntamente con las fuerzas iraquíes. Por lo tanto, es falso que la última unidad de combate haya salido del territorio.


¿En qué situación queda Irak después de este falso retiro norteamericano? La desoladora realidad después de siete años de guerra de ocupación, de haber gastado 1 billón 100.000 millones de dólares, de haber asesinado a 1 millón 370.000 iraquíes, de haber desplazado a 3 millones que tuvieron que mudarse o exiliarse y de haber sacrificado 4.734 de sus soldados, es apabullante. Según la BBC hay un 60% de desempleo. Además, el 50% de la población no tiene acceso a agua potable, el 80% vive sin alcantarillado, el 70% carece de acceso a servicios de salud, el 70% no tiene acceso a la educación, y el 53% tiene que vivir en chabolas improvisadas sin acceso a los servicios públicos. Es decir, que el arrasamiento de la economía en Irak fue completado a conciencia.

Los objetivos de esta guerra de agresión en 2003 fueron el derrocamiento de Hussein, la destrucción del partido baatista en el poder y la conversión de Irak en una neocolonia de Estados Unidos. Sus principales activos, especialmente las segundas reservas de petróleo del mundo, deberían pasar a control de las corporaciones occidentales, verdadero objetivo último del ataque en el cual se coludieron Estados Unidos y sus socios europeos. Las empresas públicas fueron privatizadas y los iraquíes sometidos al vendaval arrasador del libre comercio.

El cumplimiento de estas metas sin embargo lo mantendrá atrapado en Irak. En primer lugar, porque las profundas contradicciones étnicas, religiosas y políticas que atraviesan este país no les ha permitido conformar un gobierno estable seis meses después de que las elecciones se realizaran el 7 de marzo pasado. En segundo lugar, porque si se produce el retiro real de todas las tropas a finales de 2011 como está programado, el peligro, desde el punto de vista norteamericano, de que Irán influya decisivamente en Irak a través de la mayoría chiíta, a la cual respaldó históricamente contra la persecución de Hussein, es un factor real inaceptable para las fuerzas de ocupación, que verían paradójicamente que su aventura militar habría coronado a los iraníes como el más influyente poder en el Golfo Pérsico. En tercer lugar, porque las demás minorías sienten que quedarían inermes frente al poderío chiíta si no tienen la sombrilla protectora de los estadounidenses. En cuarto lugar, porque el predominio mundial de Estados Unidos depende de su control de las riquezas petroleras y mineras de Asia Central y sin la utilización de bases permanentes en Irak su posición se debilitaría.


Pero, por último, y esto es lo más peligroso, porque su retiro puede desatar fuerzas nacionalistas multiétnicas que podrían rescatar la economía iraquí del desastre en que la ha sumido la ocupación norteamericana y sus políticas colonialistas de privatizaciones, favorecimientos a sus empresas multinacionales y libre comercio.

 

fuente: TeleSUR

 

Ochenta años de avances de la democracia estadounidense

Ochenta años de avances de la democracia estadounidense

De la silla eléctrica para anarquistas al asesinato selectivo de islamistas

 

Agustín Velloso

Hay gente que cree que el sistema político de Estados Unidos, como el económico, no ha hecho sino progresar con el paso del tiempo. Este país es considerado por otros el más rico y el más democrático. El mejor indicador de lo primero es que otros reconocen su primacía, buscan ser socios suyos y están dispuestos a hacer lo que les pida.

Su mayor éxito es haber conseguido que la gente piense que es el faro de las democracias mundiales. Tanto es así que además de ejercer una enorme influencia económica, se considera el campeón de la libertad y el garante de los derechos humanos en la tierra. Este engreimiento de una nación entera lleva a que sus gobernantes designen buenos y malos por doquier y a continuación lancen cruzadas y guerras sin fin contra éstos.

En la fecha de hoy se recuerda a los activistas anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, emigrantes italianos en Estados Unidos, ejecutados en la silla eléctrica el 23 de agosto de 1927 tras un juicio farsa en el que fueron acusados y sentenciados por el asesinato de un pagador y un vigilante que no cometieron.

Cincuenta años después, en 1977, las autoridades revisaron el caso, concluyeron que hubo errores en el proceso y reconocieron que los ejecutados no tuvieron un juicio justo. Todo esto fue un nuevo teatro, no sólo por la tardanza y por considerar fallos lo que fue una persecución orquestada para acabar de forma ejemplarizante con la vida de dos activistas, sino porque hoy, pasados treinta años de ese reconocimiento oficial, los nuevos dirigentes del país han instaurado un sistema por el que ya no tienen que pedir perdón por crímenes similares que se están cometiendo en nombre de la democracia estadounidense.

El historiador Howard Zinn (http://howardzinn.org/), que ha reflexionado sobre este suceso y otros similares con mayor número de víctimas acontecidos en la historia de Estados Unidos, presenta a unos dirigentes sin piedad que llevan a cabo sus planes en beneficio propio y de los grandes capitalistas, en el nombre de altos ideales pero a costa de trabajadores, grupos étnicos y sociales minoritarios, opositores al gobierno y otras víctimas del sistema:

“El caso de Sacco y Vanzetti reveló, en sus condiciones más severas que las palabras nobles que se inscribieron sobre nuestros palacios de justicia, ‘Justicia Igual ante la Ley’, siempre han sido una mentira. Esos dos hombres, el vendedor ambulante de pescado y el zapatero, no podrían conseguir justicia en el sistema americano, porque la justicia no mide igual a pobres y a ricos, a nacionales o a extranjeros, al ortodoxo y al radical, al blanco y la persona de color. Y mientras la injusticia se da más sutilmente y de maneras más intrincadas hoy que en las circunstancias crudas de Sacco y Vanzetti, la esencia se mantiene igual.” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55254)

Es imposible no estar de acuerdo con Zinn. Él mismo recuerda un caso anterior que también se considera un hito de la injusticia: “¿Ha habido justicia en el sistema americano para los pobres, la persona de color, el radical? Cuando se sentenció a muerte a los ocho anarquistas de Chicago después de los altercados de Haymarket de 1886, no era porque había alguna prueba de la conexión entre ellos y la bomba arrojada en medio de la policía; no había ninguna evidencia. Era porque ellos eran líderes del movimiento anarquista en Chicago.”

Zinn, recientemente fallecido, mantendría hoy la misma valoración, ya que cien años después el periodista Mumia Abu-Jamal, dedicado a mostrar al público la violencia policial contra los grupos sociales minoritarios, fue sentenciado en 1982 a la pena capital, castigo que recurre desde el corredor de la muerte.

Afortunadamente para él, han aparecido a tiempo pruebas de su inocencia en el caso del homicidio de un policía en el que se le ha involucrado. Sin embargo, esta tregua no le ha evitado pasar encerrado 23 horas al día en una celda durante estos 28 años transcurridos, sin autorización para recibir visitas de sus familiares y con su correo personal ilegalmente abierto por las autoridades de la prisión. (Su caso en http://www.freemumia.org/)

Con la legislación antiterrorista y de seguridad nacional (Ley Patriota) en vigor por una parte y un ambiente social convenientemente manipulado a través del miedo a supuestos ataques terroristas por otro, los juicios farsa pasan a ser parte de un sistema judicial aún más viciado que anteriormente, así que los detenidos, condenados y ejecutados de hoy difícilmente pueden esperar justicia en esta vida y rectificación de errores en la futura.

Dos cuestiones llaman la atención al observar esta tendencia. Su relación con otras injusticias cometidas por Estados Unidos más allá de sus fronteras, así como la aceptación de aquellas y su efecto multiplicador en otros países.

Los vuelos secretos de secuestrados, las cárceles extraterritoriales, las torturas a prisioneros asesoradas por médicos y psicólogos, la detención durante años sin juicio y si éste llega, las sentencias con pruebas inválidas, las ejecuciones extra-judiciales y otros avances aportados por la democracia estadounidense al progreso de la humanidad, harían que Sacco y Vanzetti se sintieran afortunados de haber sufrido un calvario menor comparado con el de sus camaradas de lucha en la actualidad.

Al tiempo que se incrementa el control y la represión contra los que desafían al sistema dentro de las fronteras, se castiga sin restricciones de ninguna clase a los que se señala como enemigos de Estados Unidos. Para esto cambian la toga de jueces rectos por el uniforme de intervencionistas humanitarios y atacan a sus enemigos hasta aniquilarlos, daños colaterales –niños incluidos- al margen. En la jerga imperialista esto se denomina “devolverlos a la edad de piedra”, se supone que por comparación con la edad civilizada de los atacantes.

Lógicamente todo esto se hace en contra del sentido común, la moral e incluso la ley internacional; por eso se retuerce ésta hasta que diga lo que no dice, se adornan horrendas acciones con bellas palabras y se miente una y otra vez hasta que no queda nadie vivo ni valiente –o loco- para oponerse.

Los muertos, las violaciones de todo tipo y las mentiras son detalles menores a los ojos de los dirigentes de otros países, entre los que sobresalen los del nuestro, que se sienten tan identificados con esta nueva era de esplendor del derecho, que han colaborado en el éxito mundial del modelo democrático estadounidense.

Cuando no salen -o hacen escalas- esos vuelos desde nuestros aeropuertos, se envían soldados a colaborar en la guerra contra el terror en Afganistán y otros países; cuando no se acepta a excarcelados de Guantánamo, que permanecen aquí sin conseguir justicia ni reparaciones, sino en un limbo legal contrario a sus derechos humanos, se envía a agentes de los servicios de inteligencia a conferenciar, cooperar y estudiar con sus colegas al otro lado del Atlántico; cuando el presidente del gobierno no celebra entusiasmado el último premio Nobel de la paz regalado al Atila del siglo XXI (al parecer destacó el "interés altamente estratégico" del premio y dijo que los objetivos de Obama "son positivos para el mundo entero"), se pone a pergeñar una alianza de civilizaciones que no ha salvado la vida de un solo niño afgano, pero que le ha conseguido una foto más con el anticristo de la diplomacia mundial, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.

A la vista de lo que ocurre hoy se ve que la crueldad y el absurdo van en aumento desde los tiempos de Sacco y Vanzetti.

Zinn explica la situación de aquél momento:

“un tipógrafo llamado Andrea Salcedo que vivía en Nueva York fue secuestrado por los miembros del FBI (uso la palabra "secuestrado" para describir la detención ilegal de una persona), y retenido en la planta 14 de las oficinas del FBI del Edificio de Park Row. No le permitieron llamar a su familia, amigos, o a un abogado, y fue interrogado y agredido, según un prisionero compañero. Durante la octava semana de su encarcelamiento, el 3 de mayo de 1920, el cuerpo de Salcedo fue encontrado en el pavimento cerca del Edificio de Park Row y el FBI anunció que él se había suicidado saltando de la ventana de la habitación en que estaba custodiado. Fue dos días antes del arresto de Sacco y Vanzetti.”

Y relata la respuesta popular ante los dos asesinatos que estaban por venir:

“Miles se manifestaron, marcharon, protestaron, no sólo en Nueva York, Boston, Chicago, San Francisco, sino también en Londres, París, Buenos Aires o África del Sur. No era bastante. En la noche de su ejecución, miles se manifestaron en Charlestown, pero fueron mantenidos lejos de la prisión por una multitud de policía. Se arrestaron a los manifestantes. Había ametralladoras en las azoteas y grandes reflectores barriendo la escena. Una gran muchedumbre se congregó en Union Square el 23 de agosto de 1927. Después de medianoche, las luces de la prisión oscurecieron y los dos hombres fueron electrocutados.”

Así es, la manifestación de protesta de la gente no fue bastante para salvar a los dos anarquistas y lo mismo ha sucedido con los que han muerto desde entonces. Más de ochenta años y millones de crímenes después, salta a la vista por qué Sacco y Vanzetti empezaron a ir armados cuando se enteraron del fin de Salcedo y por qué las manifestaciones y las protestas no pueden contra las ametralladoras.

 

fuente: Rebelión

¿SE PUEDE VIVIR DESPUÉS DE HIROSHIMA?

¿SE PUEDE VIVIR DESPUÉS DE HIROSHIMA?

Panel con fotos de las víctimas de la bomba atómica, Hiroshima

 

 

 

«Aquello que odiaba hace veinticinco años [escrito en 1970] continúa sobreviviendo con obstinación, si bien bajo formas levemente distintas. No solo sobrevivió sino que se propagó y se infiltró con enorme virulencia en todo Japón. Se trata del terrible virus de la democracia de posguerra y de la hipocresía que generó.»

Yukio Mishima

 

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Testimonio de una Hibakusha (*)


"El día que cayó la bomba nuclear me encontraba feliz. Días antes había encontrado un trabajo como enfermera en la consulta de un dentista y había empezado a realizarle una limpieza dental al primer cliente de la mañana. Escuché un gran estruendo y bajé rápidamente las escaleras. Abrí la puerta del portal y no recuerdo nada de lo que pasó en los siguientes 20 minutos. Cuando recuperé la consciencia sólo veía gente desfigurada y con partes del cuerpo desgarradas, caminando sin rumbo por la calle.

Me presenté en el Hospital de la Prefectura, donde había estudiado Enfermería, y empecé a asistir a los heridos. No teníamos suficiente sitio para poner a los muertos que llegaban en los camiones del Ejército y mi cometido durante los primeros 10 días se limitó a rociar los cuerpos con gasolina y quemarlos para evitar enfermedades y la propagación de epidemias. La inhalación de los humos me ha provocado desde entonces molestos problemas respiratorios. Los pocos ratos libres los aprovechábamos para ir a buscar agua. Dos meses después, exhausta, caí enferma y me dejaron marchar a mi pueblo natal, a 70 kilómetros de Hiroshima.

Un año después me volvieron a llamar y me reincorporé al hospital para ayudar a las víctimas. He vivido, día a día, hasta mi jubilación, el horror de lo que ocurrió, atendiendo a quienes iban enfermando con cánceres terribles, viendo nacer a niños con malformaciones y reviviéndolo todo como una pesadilla sin fin. Mi vida ha sido la bomba nuclear. Tuve pretendientes, pero siempre temí darles hijos que no fueran sanos. Quiero que la gente sepa que la bomba sólo fue el comienzo de la desgracia para miles de japoneses y que después vino una larga agonía".

 

Kazuko Tarui

 

(*) Término japonés que significa ‘persona bombardeada’ (de hibaku (被爆, ’hibaku’), forma pasiva de baku (爆, bomba o bombardear) y de sha (者, persona)) y con el que se designa a los supervivientes de los bombardeos nucleares a civiles en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 por parte de la fuerza aérea de Estados Unidos tras la aprobación de su criminal terrorista presidente Harry S. Truman.

 

 

 

 

Testigos Culpan a la OTAN de un Ataque que Mató a 52 Civiles

Testigos Culpan a la OTAN de un Ataque que Mató a 52 Civiles

Supervivientes de un mortal ataque en el sur de Afganistán han acusado a las tropas de la OTAN de matar de forma deliberada a civiles.


El ataque ocurrió el pasado viernes cuando tropas de la OTAN lanzaron un misil que mató al menos a 52 civiles, incluyendo varias mujeres y niños.


El incidente ocurrió cuando varias decenas de civiles se refugiaron en una casa para huir del intercambio de disparos entre tropas de la OTAN e insurgentes en la ciudad de Sanguin, en la provincia de Helmand, en el sur del país. La casa recibió el impacto de un misil.


La OTAN ha confirmado que se produjeron choques armados en el pueblo, pero ha negado haber atacado deliberadamente a los civiles.


Documentos secretos norteamericanos recientemente filtrados muestran que las fuerzas de la OTAN en Afganistán han matado o herido a centenares de civiles en incidentes que no han sido recogidos por los medios.


Los documentos filtrados por el sitio web Wikileads señalan que las muertes de civiles están causadas principalmente por ataques aéreos, pero un gran número de ellas es fruto también de disparos de tropas internacionales contra conductores de motocicletas o de vehículos desarmados.

 

Los documentos, publicados en el New York Times, el periódico británico The Guardian y el semanario alemán Der Spiegel también detallan otros incidentes que dieron lugar a la muerte

 

Fuente: Al Manar

ANOTACIONES FINALES SOBRE LA ARROGANCIA JUDAICO-ESTADOUNIDENSE

ANOTACIONES FINALES SOBRE LA ARROGANCIA JUDAICO-ESTADOUNIDENSE

AUTORES: Adriana NEGRONI y Mario Marletta

FUENTE: “Avanguardia”, Junio 2010

 

Los acuerdos tripartitos firmados  por los gobiernos de Teherán, Ankara y Brasilia con relación al uso civil de la energía nuclear han llevado a los USA a arrojar finalmente la careta de su hipocresía. La diplomacia iraní  ha concedido incluso al enemigo la satisfacción de efectuar el intercambio del propio combustible nuclear (uranio enriquecido al 3,5%, en lugar de una cantidad próxima al 20% -una tonelada y media aproximadamente a cambio de un quintal y medio- necesario para el tratamiento de diversos tipos de cáncer) sobre territorio extranjero. La República Islámica de Irán, adherida al Tratado de no Proliferación Nuclear (T.N.P.) y habiendo permitido a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (A.I.E.A) continuos y minuciosos controles en sus centrales, no estaría siquiera obligada a someterse a semejantes chantajes; pero se sabe que el así llamado “Consejo de Seguridad” de la ONU (al menos por lo que respeta a sus “miembros permanentes”), estando formado por los “vencedores” de la segunda guerra mundial, no es otra cosa una entidad operativa en interés exclusivo de las mismas oligarquías explotadoras que están aniquilando toda forma de vida sobre este planeta.

Así pues, habiendo, los carniceros de Hiroshima y Nagasaki, sobrepasado cualquier límite de decencia  a causa de su incondicional apoyo del lobby israelí, algunas de sus “alianzas”, consideradas intocables hasta ayer mismo (piénsese simplemente en Turquía), comienzan a mostrar signos de debilitamiento. Por ejemplo: las acusaciones anti-iraníes de la Clinton, a cuenta de presuntas instalaciones atómicas del gobierno de Teherán, confirman una vez más que las distintas administraciones estadounidenses no son otra cosa que covachas de siervos totalmente sometidos a los caprichos del terrorismo sionista.

Hace unos meses sólo, el gobierno USA había clamado por que la República Islámica permitiese el intercambio de combustible nuclear en terceros países: ahora que esta última y arrogante propuesta ha sido satisfecha, inapelablemente los norteamericanos vuelven  a hablar de sanciones, demostrando que su objetivo real no es tanto la cacareada “seguridad de Occidente”, sino la destrucción del último y verdadero Enemigo de Israel.

Cuando se pretende “bloquear” a la marina civil y mercante iraní en todos los siete mares, imponer la”congelación” de todos los fondos financieros depositados en los bancos occidentales propiedad de los Pasdaran, ¡esto significa solamente que se quiere la aniquilación política y económica de la República Islámica de Irán!

En realidad, la mortal enemistad que enfrenta a Irán de Occidente tiene una razón concreta: mientras que la República Islámica ha defendido y defiende a los desheredados del “Sur del mundo”, Occidente piensa seguir explotándolos llevado por su delirio consumista y derrochador.

Ahora que las materias primas comienzan a escasear (especialmente porque el “Sur del mundo” está agotado por sobreexplotación y hambriento para mantener las orgías de cuatro libertinos invertidos de Manhattan o de Arcore [Ndr.- Localidad de Lombardía, base socio-económica del “imperio” Berlusconi]), las grandes hipocresías propagandísticas del parasitismo occidental (como el igualitarismo democrático) se muestran finalmente como lo que han sido siempre: mentiras instrumentales adaptadas a la credulidad de las masas.

Aparece como hecho evidente, a este respecto, que el Norte del mundo no es ya tan superior al Sur ni siquiera desde el punto de vista diplomático, como demuestra la súbita irrupción política de Brasil y de Turquía, miembros no permanentes del “Consejo de Seguridad”.

Incluso el superpoder de propaganda del Occidente usurario y belicista, capaz de domesticar la opinión pública mediante los más grandes embustes, empieza a deteriorarse irremediablemente. El régimen-Berlusconi, por ejemplo, intenta someter cualquier clase de información desfavorable a sus proyectos ultra-liberales y pro-sionistas, reduciendo los contenidos de todos los canales televisivo caídos bajo su funesta influencia a la más estúpida homologación: la información reducida a una inagotable pasarela de chicas semidesnudas, telequiz y espacios políticamente domesticados.

Resulta obvio que los poseedores de esta opulencia materialista, residentes en el así llamado “Norte del mundo” –sin que este mismo hemisferio planetario ofrezca igual opulencia a todos sus habitantes-, explotan todo poder a su disposición para continuar con su dominación, desde los ejércitos a la prensa, a las televisiones; igualmente obvio es que el Sur no está dispuesto ya a soportar este sucio juego.

Semejante alineación de fuerzas en frentes contrapuestos se va tensionando cada día más; He aquí por qué el presidente Ahmadinejad, actualmente, cosecha apoyos específicamente entre los enemigos del imperialismo judaico-estadounidense. Por otra parte es preciso no cometer el error de comparar esta alineación de fuerzas bipolares con la vieja pantomima recogida en las crónicas históricas con el término “guerra fría”: Entonces se trataba de dos”comediantes” a sueldo del mismo “empresario”; ¡hoy, los frentes –ideológicamente hablando- son ciertamente dos, pero se sitúan sobre posiciones irreconciliables, como sucediera en Europa durante los años 30 del pasado siglo! En el fondo se podría decir, reduciendo a un común denominador los episodios políticos actuales, que la sedicente “comunidad internacional” se divide en dos grupos: amigos y enemigos de Israel, o lo que es lo mismo: aliados del parasitismo y sus encarnizados opositores.

Ahora bien, para que el triunfo diplomático iraní sea completo y augure otras tantas victorias (¡Dios lo quiera!), es necesario romper el asedio propagandístico en el que están atrapados países como Italia; si los órganos de prensa, las televisiones de este país militarmente ocupado (suerte, por lo demás, compartida con Alemania y Japón) siguen ladrando sobre el “peligro nuclear iraní”, sobre “sanciones contra los Pasdaran”, es porque estos órganos operan bajo el control directo o indirecto de los lobbies sionistas y de las diversas mafias judaicas ubicadas en nuestro territorio.

En verdad, el panorama de la denominada “información” en Italia es horripilante; pero el día en que se consiga superar esta censura y comunicar la verdad a las masas teledrogadas por toneladas de carne desnuda y de fútbol narcotizante, de triviales groserías televisivas, ciertamente sobrevendrán tiempos oscuros para “israel”. Sólo entonces, la gente común conocería las espantosas conexiones del mundo delictivo, los chantajes político-económicos, los verdaderos responsables del desastre medio-ambiental, las redes de corrupción alimentadas por los tentáculos del judeo-sionismo mafioso-empresarial; sólo entonces se arrojaría luz sobre los verdaderos fautores de las masacres de Estado, sobre las conspiraciones de los servicios secretos operantes en nuestro territorio desde 1943; sólo entonces las masas comprenderán que han sido engañadas durante decenios, y obligadas a perseguir su propia desgracia.

Hoy, “Avanguardia” asume la responsabilidad de proclamar con total certidumbre el final del régimen sionista: este Estado terrorista, que desarrolla armas químicas y bacteriológicas, que educa a sus propios estudiantes, desde las aulas escolares,  en el odio racial más repugnante, que engaña al mundo acerca de su enorme poder nuclear (¡estigmatizando encima a quien no posee siquiera una sola bomba atómica!) capaz de devastar (una vez más) toda Europa, tiene ya los días contados.

Este miserable mini-Estado construido sobre la sangre de los autóctonos, que amenaza las cuatro quintas partes del orbe terráqueo, viola las fronteras sin problemas, invadiendo los cielos y mares de los demás, que provoca golpes de Estado y destruye las economías de naciones enteras (como Grecia y España), que, cual ménade infernal, precede a filas enteras de esclavos adoradores, en chaqueta o en uniforme, estúpidas bestias bípedas capaces de autoinmolarse para no disgustar al amo. Sólo por citar una de las últimas fechorías de la cofradía mundial judaica: la British Petroleum, propiedad de los hebreos Rockefeller, ha contaminado irremediablemente la fauna y flora del Golfo de México y de medio Atlántico en menos de un mes.

Empero, Deo gratias, la arrogancia camina con la brutalidad más obtusa, y esto trabaja a favor de la República Islámica... y a nuestro favor.

De hecho, la mafia de Tel-Aviv, dirigida por los varios Lieberman, Barak, Netanyahu, atacando a la flotilla humanitaria pro-Gaza procedente de Turquía, cree haber “vengado” los fracasos sufridos en Líbano, en el verano de 2006, y en Gaza, en el invierno de 2008-2009; en realidad esta banda de asesinos no habría podido meterse un gol en propia meta más clamoroso: y en este sentido, a pesar de las mentiras occidentales, resulta imposible disimular un ataque cometido, con las armas en la mano, contra unos militantes armados solamente con chalecos salvavidas o con banderas. Las imágenes de la masacre perpetrada contra  los hombres de la “Freedom Flottilla” testimonian un acontecimiento de dimensión histórica: la noche del 31 de mayo ha comenzado la cuenta atrás que conducirá, al cabo de muy pocos años, al final del más inicuo régimen jamás visto sobre la faz de la Tierra.

 

 

Adriana NEGRONI y Mario MARLETTA

 

EL PODER OCULTO: DE DÓNDE NACE LA IMPUNIDAD DE ISRAEL

EL PODER OCULTO: DE DÓNDE NACE LA IMPUNIDAD DE ISRAEL

AUTOR: Manuel Freytas

FUENTE:  IAR 

"Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano""

La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo a Israel, sino por miedo a lo que representa el Estado judío. Israel es el símbolo más emblemático, la patria territorial del sionismo capitalista que controla el mundo sin fronteras desde los directorios de los bancos y corporaciones trasnacionales.

Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos. Y que controla el planeta desde los bancos centrales, las grandes cadenas mediáticas y los arsenales nucleares militares.

A) El poder oculto

Israel, es la más clara referencia geográfica del sistema capitalista trasnacionalizado que controla desde gobiernos hasta sistemas económico productivos y grandes medios de comunicación, tanto en los países centrales como en el mundo subdesarrollado y periférico.

El Estado judío, más allá de su incidencia como Nación, es el símbolo más representativo de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Con una población de alrededor de 7,35 millones de habitantes, Israel es el único Estado judío del mundo. Pero cuando hablamos de Israel, hablamos (por extensión) de la referencia más significante de un sistema capitalista globalizado que controla gobiernos, países, sistemas económicos productivos, bancos centrales, centros financieros, arsenales nucleares y complejos militares industriales.

Cuando hablamos de Israel, hablamos antes que nada de un diseño estratégico de poder mundial que lo protege, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.

El lobby sionista que sostiene y legitima la existencia de Israel, no es un Estado en el lejano Medio Oriente, sino un sistema de poder económico planetario (el sistema capitalista) de bancos y corporaciones trasnacionales con judíos dominando la mayoría de los paquetes accionarios o hegemonizando las decisiones gerenciales desde puestos directrices y ejecutivos.

Quien se tome el trabajo de investigar el nombre de los integrantes de los directorios o de los accionistas de la grandes corporaciones y bancos transnacionales estadounidenses y europeos que controlan desde el comercio exterior e interior hasta los sistemas económico productivos de los países, tanto centrales como "subdesarrollados" o "emergentes", podrá fácilmente comprobar que (en una abrumante mayoría) son de origen judío.

Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.

Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío.

Estas corporaciones representan la crema de la crema de los grandes consorcios trasnacionales judeo sionistas que, a través del lobby ejercido por las embajadas estadounidenses y europeas, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.

Son los amos invisibles del planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.

Quien investigue con este mismo criterio, además, los medios de comunicación, la industria cultural o artística, cámaras empresariales, organizaciones sociales, fundaciones, organizaciones profesionales, ONGs, tanto en los países centrales como periféricos, se va a sorprender de la notable incidencia de personas de origen judío en sus más altos niveles de decisión.

Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNN, ABC, NBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino.

Asimismo como las tres más influyentes revistas (Newsweek, Time y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, están controlados por gerenciamiento y capital judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas.

Colosos del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista imperialista.

La concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías controladas por el capital sionista, en una proporción aplastante, posibilita decisiones planetarias de todo tipo, en la economía, en la sociedad, en la vida política, en la cultura, etc., y representa el aspecto más definitorio de la globalización impuesta por el poder mundial del sistema capitalista imperial.

El objetivo central expansivo de este capitalismo sionista trasnacionalizado es el control y el dominio (por medio de las guerras de conquista o de "sistemas democráticos) de recursos naturales y sistemas económico - productivos, en un accionar que sus defensores y teóricos llaman "políticas de mercado".

El capitalismo transnacional, a escala global, es el dueño de los estados y sus recursos y sistemas económico- productivos, no solamente del mundo dependiente, sino también de los países capitalistas centrales.

Por lo tanto los gobiernos dependientes y centrales son gerencias de enclave ( por izquierda o derecha) que con variantes discursivas ejecutan el mismo programa económico y las mismas líneas estratégicas de control político y social.

Este capitalismo transnacional "sin fronteras" del lobby sionista que sostiene al Estado de Israel se asienta en dos pilares fundamentales: la especulación financiera informatizada (con asiento territorial en Wall Street ) y la tecnología militar-industrial de última generación (cuya expresión máxima de desarrollo se concentra en el Complejo Militar Industrial de EEUU).

El lobby sionista internacional, sobre el cual se asientan los pilares existenciales del Estado de Israel, controla desde gobiernos, ejércitos, policías, estructuras económicos productivas, sistemas financieros, sistemas políticos, estructuras tecnológicas y científicas, estructuras socio-culturales, estructuras mediáticas internacionales, hasta el poder de policía mundial asentado sobre los arsenales nucleares, los complejos militares industriales y los aparatos de despliegue militar de EEUU y de las potencias centrales.

A ese poder, y no al Estado de Israel, es al que temen los presidentes, políticos, periodistas e intelectuales que callan o deforman a diario los genocidios de Israel en Medio Oriente temerosos de quedar sepultados de por vida bajo la lápida del "antisemitismo".

B) El lobby imperial

El lobby sionista pro-israelí, la red del poder oculto que controla Casa Blanca, el Pentágono y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.

Cuando se refieren al lobby sionista (al que llaman lobby pro-israelí) la mayoría de los expertos y analistas hablan de un grupo de funcionarios y tecnócratas, en cuyas manos está el diseño y la ejecución de la política militar norteamericana.

A este lobby de presión se le atribuye el objetivo estratégico permanente de imponer la agenda militar y los intereses políticos y geopolíticos del gobierno y el Estado de Israel en la política exterior de EEUU.

Como definición, el lobby pro-israelí es una gigantesca maquinaria de presión económica y política que opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado, CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.

Por medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, la primera potencia imperial, además de su papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas.

A nivel imperial, el poder financiero del lobby se expresa principalmente por medio de la Reserva Federal de EEUU, un organismo clave para la concentración y reproducción del capital especulativo a nivel planetario.

El corazón del lobby sionista estadounidense es el poderoso sector financiero de Wall Street que tiene directa implicancia y participación en el nombramiento de funcionarios claves del gobierno de EEUU y de los órganos de control de política monetaria e instituciones crediticias (nacional e internacional) con sede en Washington y Nueva York.

Los organismos económicos financieros internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, están bajo directo control de los bancos centrales y de los gobiernos de EEUU y de las potencias controladas por el lobby sionista internacional (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, entre las más relevantes).

Organizaciones y alianzas internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y la OTAN están controlados por el eje sionista USA-Unión Europea cuyas potencias centrales son las que garantizan la impunidad de los exterminios militares de Israel en Medio Oriente, como sucedió con la última masacre de activistas solidarios con el pueblo de Gaza.

Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

C) El mito del "antisemitismo"

A este fenómeno de "poder capitalista mundial" judío, y no a Israel, es lo que temen los presidentes, políticos, periodistas, e intelectuales que evitan puntillosamente condenar o nombrar los periódicos genocidios militares de Israel en Gaza, repitiendo lo que ya hicieron durante la masacre israelí en Libano en el 2006.

La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo al Estado de Israel sino por miedo a lo que representa el Estado de Israel.

No se trata de Israel, un Estado sionista más, sino del "Gran Israel", la patria del judaísmo mundial (con territorio robado a los palestinos), de la cual todos los judíos del mundo se sienten sus hijos pródigos desperdigados por el mundo.

No se trata de Israel, sino de las poderosas organizaciones y comunidades judías mundiales que apoyaron en bloque el genocidio militar de Israel en Gaza, que utilizan su poder y "escala de prestigio" (construida mediante su victimización histórica con el Holocausto) para convertir en un leproso social al que se atreva criticar o a levantar la voz contra el exterminio militar israelí en Gaza.

Los gobiernos del mundo capitalista, los periodistas, intelectuales, organizaciones sindicales y sociales no le temen a Israel, sino a su lapidación social como "antisemita" (mote que se le otorga al que enfrenta y/o denuncia al sionismo judío).

No le temen al Estado de Israel, sino a los hijos de Israel camuflados en los grandes centros de decisión del poder mundial, sobre todo económicos-financieros y mediático-culturales.

Los políticos, intelectuales y periodistas del sistema no temen a Israel, sino que temen a los medios, organizaciones y empresas judías, y a su influencia sobre los gobiernos y procesos económicos-culturales del sistema sionista capitalista extendido por todos los países a escala planetaria.

En definitiva temen que las empresas, las universidades, las organizaciones y las fundaciones internacionales sionistas que financian y o promocionan sus ascensos y puestos en la maquinaria del sistema los declaren "antisemitas" y los dejen sin trabajo, sin vacaciones y sin jubilación.

Esa es la causa principal que explica porque los intelectuales, académicos y periodistas del sistema viven elucubrando sesudos análisis de la "realidad" política, económica y social sin la presencia de la palabra judío o del sistema capitalista que paga por sus servicios.

Si bien hay un grupo de intelectuales y de militantes judíos de izquierda (entre ellos Chomsky y Gelman, entre otros) que condenaron y protestaron contra el genocidio israelí en Gaza, la mayoría abrumante de las comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una "guerra contra el terrorismo".

A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por "antisemita" por el poder judío mundial distribuido por el mundo.

A pesar de que el lobby judío sionista que controla Israel, tanto como la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal de EEUU no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street, el que lo critique es tildado de inmediato como "antisemita" o "nazi" por las estructuras mediáticas y culturales controlados por el poder judío mundial.

Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las criticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión "racial" o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas.

El lobby sionista no controla el mundo con la religión: lo maneja con bancos, trasnacionales, hegemonía sobre los sistemas económicos-productivos, control sobre los recursos naturales, control de la red informativa y de manipulación mundial, y manejo de los valores sociales a través de la publicidad, la cultura y el consumo estandarizado y globalizado por los medios de comunicación.

En definitiva, el lobby judío no representa a ninguna sinagoga ni expresión racial, sino que es la estructura que maneja el poder mundial a través del control sobre los centros económicos-financieros y de decisión estratégica del sistema capitalista expandido como civilización "única".

Antes que por la religión y la raza, el lobby sionista y sus redes se mueven por una ideología política funcional: el sionismo capitalista-imperial que antepone el mercado, la concentración de riqueza, la "política de negocios", a cualquier filosofía que roce las nociones del "bien" o del "mal" entendidos dentro de parámetros sociales.

Entonces: ¿De qué hablan cuando hablan de "antisemitismo" o de "anti-judaismo religioso? ¿En que parámetros referenciales se basa la condición de "antisemita"? ¿Quién es antisemita? ¿Quién critica a los judíos por su religión o por su raza en las sociedades del mundo?

A lo sumo, a los judíos, como está probado en la realidad social de cualquier país, no se los critica por su religión o condición racial sino por su apego excesivo al status del dinero (también cultivado por otras colectividades) y a integrar estructuras o jerarquías de poder dentro de un sistema injusto de opresión y de explotación del hombre por el hombre, como es el sistema capitalista.

Salvo los grupos minoritarios de fanáticos y racistas que sólo se representan a sí mismos, en las sociedades (salvo el nazismo alemán y algunas excepciones) casi nunca hubo "persecución religiosa o racial" del judío, si no que hubo una asociación del judío con la "peor cara del capitalismo", representada en el sistema económico-financiero especulativo.

En resumen:

El lobby sionista que protege al Estado de Israel (por "derecha" y por "izquierda) esta conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Sus redes se expresan a través de una multiplicidad de organizaciones dedicadas a promover el actual modelo global, entre las que se cuentan principalmente: The Hudson Institute, The RAND Corporation, The Brookings Institution, The Trilateral Commission, The World Economic Forum, Aspen Institute, American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.

Todos estos think tanks o "bancos de cerebros", reúnen a los mejores tecnócratas, científicos y estudiosos en sus respectivos campos, egresados de los las universidades de EEUU, Europa y de todo el resto del mundo.

El lobby no responde solamente al Estado de Israel (como afirman los analistas de la "cara derechista" de los neocons) sino a un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos.

El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo a escala trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.

Ni la izquierda ni la derecha partidaria hablan de este poder "totalizado" por la sencilla razón de que ambas están fusionadas (a modo de alternativas falsamente enfrentadas) a los programas y estrategias del capitalismo trasnacional que controla el planeta.

Por lo tanto, y mientras no se articule un nuevo sistema de comprensión estratégica (una "tercera posición" revolucionaria del saber y el conocimiento) el poder mundial que controla el planeta seguirá perpetuándose en las falsas opciones de "izquierda" y "derecha".

Y el lobby judío de "derecha" de los republicanos conservadores seguirá sucediendo al lobby judío "de izquierda" de los demócratas liberales en una continuidad estratégica de las mismas líneas rectoras del Imperio sionista mundial.

Y las masacres del Estado de Israel seguirán, como hasta ahora, impunes y protegidas por las estructuras del sistema de poder mundial sionista capitalista que lo considera como su "patria territorial".