EN EL NOMBRE DE LA RAZA
Avanguardia; nº 183 - Abril 2001
Sparagli Piero / sparagli ora / e dopo un colpo / sparagli ancora / fino a che tu non lo vedrai esangue / cadere in terra / coprire il suo sangue Fabrizio De Andrè
Mauricio Lattanzio había evitado de forma consciente la evocación racial y la representación político-literaria de la Batalla de Berlín (Per Chi? Es una buena canción de los Gens...)...
[...]
Maurizio Lattanzio ha disparado un pistoletazo contra la nuca pelada y sebosa del neofascismo atlántico de servicio, estableciendo así el final de una parodia política técnicamente complementaria del Sistema judaico-mundialista. Fenómeno propiciatorio de las condiciones necesarias, aunque no suficientes, para la afirmación de la esencia revolucionaria del nacionalsocialismo alemán, que en el Tercer Milenio, habrá de encarnarse en la forma racial del soldado político nihilista (nos vienen a la mente los jemeres rojos de Pol Pot... para entendernos...), conforme y exacto precipitado antropológico de la vertical manifestación guerrera culminante y victoriosa de la legendaria apoteosis combatiente de la batalla de Berlín.
Durante la segunda posguerra, el neofascismo de servicio ha subrayado constantemente la vigencia concluyente de la más grande batalla total de la historia, erigiéndola como falso expediente de nobleza de un hábitat antropológico perniciosamente predispuesto al masoquista cultivo y a la patológica complacencia de la derrota, entendida como premisa para la des-responsabilización política y como acontecimiento-cierre final para la reelaboración de cualquier ulterior praxis político-alternativa antisistémica.
Por su mala fe, habiendo refrendado la batalla de Berlín el final definitivo del Nacionalsocialismo y, más ampliamente, del Fascismo europeo toda perspectiva realista de una dinámica político-revolucionaria de lucha contra el Sistema para la aniquilación del Sistema, estaría caracterizada por su frivolidad, porque la partida decisiva se había jugado en 1945. Todo lo más, han vislumbrado, el efecto militar de aquella batalla y de aquel conflicto, mientras que, evidentemente, ha escapado a su penosa capacidad de comprensión y a su tortuosa sub-dotación racial, manipulada desde los aparatos operativos estadounidenses, el valor simbólico, espiritual y político racial del totalkampf de Berlín, hoy transferido a la batalla política conducida por la Comunidad Política de Avanguardia, conscientemente alineada al lado del Islam tradicional y revolucionario ejemplarmente encarnado en la República Islámica de Irán.
La batalla de Berlín constituye la epifanía histórica de un significado metahistórico, es decir de la lucha cósmica el Kòsmos, entendido como orden divino que se imprime sobre el desorden demoníaco asimilable a la noción de Kàos- entre el principio olímpico-solar de la Tradición: encarnado por el Tercer Reich nacionalsocialista, y las fuerzas telúrico-lunares de la Subversión, encarnadas por las bandas mercenarias sionistas sometidas al bolchevismo hebreo y a las judeo-democracias occidentales: De un ladoescribe Julius Evola- estaba el principio olímpico de la luz, la realidad uránica y solar; del otro, la violencia bruta, el elemeno titánico-telúrico, bárbaro en sentido clásico, femenil-demonico. El tema de esta lucha metafísica retorna en innumerables formas en todas las tradiciones de origen ario. Toda lucha en sentido material era vivida siempre con mayor o menor consciencia de nos ser otra cosa que un episodio de dicha antítesis...; de hecho ... la arianidad se consideraba a sí misma como milicia del principio olímpico (...). En la imaginería del mundo tradicional toda realidad se convertía en símbolo. Esto vale para la guerra también desde el punto de vista subjetivo e interior. Así podían quedar unidos en una sola y misma entidad guerra y vía a lo divino. (...)el Walhalla es la sede de la inmortalidad celeste, reservada principalmente a los héroes caídos sobre el campo de batalla. El señor de estos lugares, Odín-Wotan, es presentado en la Ynghingasaga como aquel que con su sacrifico simbólico en el Árbol cósmico Ygdrasil ha indicado el camino a los guerreros, camino que lleva a la sede divina, donde florece la vida inmortal. (...) ningún sacrifico o culto es tan grato al dios supremo que el que se ofrece cuando se muere combatiendo sobre el campo de batalla. (...) gracias a los guerreros que, cayendo, ofrecen un sacrificio Odín, se engrosan las filas de aquellos que este dios necesitará para la última batalla contra el ragna.-rôkkr, esto es contra el fatídico oscurecimiento de lo divino, que, desde tiempos lejanos, se cierne amenazante sobre el mundo (1) Por lo tanto, la batalla de Berlín, incluso en el plano simbólico-tradicional, lejos de configurarse cono última batalla, es la prefiguración histórico-simbólica de la batalla decisiva que, en el transcurso del tercer milenio ( ¿o dentro del primer quinquenio? O incluso más tarde, teniendo en cuenta que el hebreo Edward Luttwak, autorizado portavoz mundialista, en una entrevista concedida a Il Messaggero, el 25 de marzo de 1997, al periodista Luigi Vaccari que le preguntaba: ¿Qué papel asignan en este escenario, al fundamentalismo islámico?, respondía así: Comparado con estas magnas transformaciones, es un problema menor: verdaderamente insignificante. La mayor parte de los países musulmanes ya lo está combatiendo vigorosamente. Los mismos fundamentalismos son tan débiles que ni siquiera en Israel, donde viven junto al enemigo, logran hacer algo: matan tres personas acá, cuatro allá. Son una panda de inútiles. [NdT- Aseveración de 1997: ¡todo un profeta!...¿Dónde están las Torres Gemelas...J?] La crisis finisecular es el retorno de la pobreza que se manifiesta en los bajos salarios y con el desempleo ya no estacional sino crónico. En fin, que es como decir que están verdes..., oseasé la zorra que habla de las uvas... pasemos del Islam tradicional y revolucionario, sea porque las sanciones económicas decretadas unilateralmente por los USA contra la República Islámica de Irán se hayan caído (en 1996) estrepitosamente sobre la cabeza de Clinton, sea porque existe el riesgo de perjudicarse... sea porque la estrategia y la praxis mundialistas, provocan desequilibrios socio-económicos que, para los oligarcas judíos, resultan mucho más peligrosos que las vanguardias combatientes musulmanas... a propósito leed el libro de Lester C. Thurow, Il futuro del capitalismo, Mondadori, 1997. y también porque [...] querido Luttwak, los inútiles sois vosotros. Por otra parte, para vosotros la bajamar, la inflexión iniciada en 1991 continúa... habrías debido jugar a ganar entonces porque ¿cuando coño ibais a acabar? ...Inútiles totales... porque el mundo se divide en dos categorías: los que no acaban las partidas y aquellos que remontan: vosotros no sabéis terminar las partidas...), será combatida con desenlace victorioso, por los militantes totales de la Orden de la Tradición contra el desorden subversivo representado por el Sistema judeo-mundialista, reflejando, sobre el plano histórico formal, el símbolo metahistórico de la lucha espiritual entre Tradición y Subversión
Sobre el plano espiritual, la ética guerrera que nutrirá la superior capacidad de combate de los soldados políticos SS, así como de los soldados de la Wehrmacht, constituye la manifestación histórica de los valores internos de toda forma tradicional que haya conocido experiencias espirituales de iniciación guerrera: ...tal acción espiritual esribe Julius Evola- consistía en la transformación del yo individual de la consciencia humana normal, circunscrita e individuada como tal, en una fuerza profunda, supraindividual (...) que está más allá del nacimiento y de la muerte.. Esto determina ... una crisis destructiva; parecida a una descarga electrica, que sigue a una tensión demasiado elevada de energía en el circuíto humano. (...) en tal caso, se produciría una especia de experiencia activa de la muerte (...). En la tradición nórdica, el guerrero ve a la propia walkiria en el preciso instante de la muerte o del peligro mortal. (...) Durante el ápice del peligro en el combate heroico se admite la posibilidad de tal experiencia supranormal. (...) Las Furias y la Muerte, que el guerrero debe afrontar materialmente en el campo de batalla, se le contraponen también interiormente en el plano espiritual, bajo el aspecto de un amenazador irrumpir de las fuerzas primordiales dentro de su ser. En la medida en que triunfe sobre ellas, la victoria será suya.(2)
Estas potencialidades formatrices simbólico-guerreras han plasmado seguramente la forma antropológica e inspirado las ejemplares conductas de aquellos que, de modo consciente, han vivido la batalla de Berlín como acto absoluto que, irrumpiendo sobre el plano de la contingencia histórica, actualiza, más allá de cualquier cuantificación utilitarista de las circunstancias, la dimensión divina del valor arquetípico-guerrero. Tal acto devastará el horizonte histórico de la vacilante humanidad acostumbrada a medir la conveniencia política en función del éxito militar de un episodio bélico extraño ya a cualquier valoración de oportunidad, incluso meramente táctica. En 1945, en Berlín, no se piensa ya en términos humanos: la aristocracia política nacional-socialista será la manifestación racial de un estilo de conducta ajeno al dominio contingente de la excitación activista en la que los humanos (¿) consumen sus insignificantes existencias. El Führer, realmente, conoce el espesor cósmico inherente al enfrentamiento militar que le contrapone a las fuerzas aliadas, brazo armado del capitalismo judaico internacional. Así pues, la guerra debía sin duda concluirse con la victoria total o con el aniquilamiento total. Ya en 1923 escribe Serge Hutin-, diez años antes de su llegada al poder, Hitler afirmaba, con su característico estilo profético: `Lo que hoy se prepara mucho más grande que la Gran Guerra. ¡El enfrentamiento acaecerá sobre el suelo alemán en nombre del mundo entero! No existen más que dos opciones: o seremos nosotros los corderos del sacrifico o seremos los vencedores (3) Igualmente, Pauwels y Berger escriben: (...) Fue una guerra maniquea o, como dice la Escritura, `una lucha de dioses´. No se trata, entiéndase bien, de una lucha entre Fascismo y democracia (...). Este es el aspecto exterior de la lucha. Hay un esoterismo. Esta lucha de dioses que se desarrolla detrás de los sucesos aparentes no ha terminado sobre el planeta... (4)Así, el 16 de febrero de 1945, el Führer, desde su Cuartel General, pronuncia las siguientes palabras: De una lucha desesperada se irradia siempre un eterno valor ejemplar.(5)
Sobre el plano político-racial, nosotros afirmamos que, en el Apocalipsis de Berlín, la forma política nacionalsocialista esculpirá el contorno racial de una figura nueva, el soldado político nihilista, el cual proyectará su descarnada imagen más allá del epílogo del segundo milenio. Los soldados políticos SS no combatirán por una ratio estratégico-militar ya inexistente; no combatirán por Dios, prófugo entre las ruinas de Berlín; no combatirán por la Patria (con la P mayúscula...), a la sazón íntegramente ocupada por las bandas mercenarias sionista soviético-estadounidenses; no combatirán por las mujeres y los niños, botín de guerra ya para los calmucos borrachos; no combatirán para sobrevivir: de otro modo se habrían rendido. Los soldados políticos SS combatirán en el nombre de la raza, es decir en el nombre de la fidelidad a la propia raza, en la que vive la superior esencia de la sangre arioeuropea, fatalmente abocada a un destino mortal. Son los visionarios presentimientos nihilistas del superhombre de Friedrich Nietzsche y, posteriormente, del autarca esbozado por Julius Evola en la glacial escultura literaria de Cabalgar el Tigre. Entre las ruinas de Berlín, surge el hombre nuevo que afirmará los valores espirituales, aristocráticos, jerárquicos y guerreros del Tercer Reich nacionalsocialista en la edad del nihilismo comtemporáneo. Es el rito de tránsito, que partiendo de la figura del soldado político SS, arribará a la Iniciación de la Nada, estableciendo un continuum antropológico con la futura aristocracia política compuesta por los soldados políticos nihilistas del tercer milenio. Estos serán los iniciados de la Nada, a los que, internamente, no pertenece ninguna de las buenas y venerables cosas que amueblan la pocilga burguesa, también porque, simétricamente, ellos tampoco pertenecen a nada. El fuego de Berlín es la metáfora histórica del fuego existencial nihilista de la propia vida, conducida gradualmente a quemarse dentro de sí, mediante la gélida supresión de las adherencias de tipo naturalista que subordinan los comportamientos particulares a la esfera vegetativa individual, condicionada por la bestial dictadura de las pulsiones sentimentales y del instinto de conservación. Para los combatientes de Berlín no existe el miedo, porque quien no es esclavo del miedo ha superado la vida, él es el dominador de la muerte. Quien no pertenece a nada es capaz de todo (incluso de ir a levantaros en vuestras casas a las zorras de vuestras mujeres...). Resulta por ello racialmente idóneo para el reclutamiento en la aristocracia política revolucionaria que dirigirá la guerra total de aniquilación contra el sistema judaico-mundialista. Solo entonces la calavera plateada bordada sobre los distintivos del uniforme de los soldados políticos SS no será impotente aderezo nostálgico ni inútil deleite literario. Así, este sello simbólico identificará a la aristocracia revolucionaria de los soldados políticos nihilistas transformados por la Iniciación de la Nada, es decir por la prueba del fuego, ya des-velada por Julius Evola: Ser capaz de renunciar a todo (...).Ésta (...) es la primera condición para semejante Vía. Es la preliminar experiencia la Gran Soledad, el desierto sin luz en medio del cual el Yo debe hacerse fuerte, mediante un poder que debe crear absolutamente de la nada. De donde la prueba del Fuego. (...)... generar en sí mismo el poder de dotarse de una vida superior mediante el incendio y la catástrofe de toda la propia existencia; afirmar la autonomía personal resistiendo cuando todo se tambalea bajo nuestros pies, cuando ya no se toca fondo y todo lo que antes sosegaba la persuasión pierda ahora firmeza y se disuelve en un caos irresistible: tal es la nueva misión. Lo cual ungirá (...) toda la condición de la persona; puede pues transformar desde la ironía por cualquier expresión estética y de la disolución de toda religiosidad, hasta una locura consciente y meditada; de un implacable y omnipresente escepticismo cáustico [extraer] toda certitudumbre filosófica y ciebtífica, hasta la violación deliberada de toda ley moral y social; de la reconsagración más allá de cualquier valor reconocido y de cualquier autoridad, hasta la negación de toda fe, ideal, o entusiasmo y el desprecio a todo sentimiento de humanidad, de amor o respeto. En definitiva, de la severidad de una disciplina ascética y mortificante que tenga en sí misma, en su instante puramente negativo, el propio fin y la propia alegría, hasta un desatado orgasmo que, al alcanzar la máxima intensidad, queme en sí misma toda pasión. Por encimo de todo: saber llevar al extremo todo lo que el terror originario ha exacerbado, todo lo que nuestro ser natural e instintivo rechaza desesperadamente, saber romper el limite y excavar siempre más profundamente, por doquier, el sentido del abismo vertiginoso, y permanecer en el tránsito, subsistir allí donde los demás habrían dado la vuelta. Nada puede existir ya, llegado a ese punto, que pueda ser respetado, nada hay que no se sea capaz de hacer. (...) Una dependencia no es mejor que otra y el objetivo no es cambiar de amos (ley del bien, del espíritu, de la libertad, etc.), sino más bien reafirmar el yo sobre cualquier interrelación, cualquiera que ésta sea de convertirse en algo ágil, duro, frío, inasible, de repente, algo que es libre en ese su vivir peligrosamente como fuerza antagonista de toda limitación y de toda compasión. (6)
Para los hombres de esta raza, el término rendición será un ininteligible sonido formado por nueve fonemas... Para ellos, en el ámbito de un específico marco de referencia militar, el combate será concebido exclusivamente como praxis táctico-estratégica ofensiva, siempre y en todo lugar orientada a la aniquilación del enemigo, lista para hacerle daño a quien quiera hacerte mal... Ellos estarán siempre decididos a elevar el coeficiente de intensidad del conflicto contra quien, en una noche por lo demás, tórrida... - de medio estío, ha soñado con meterle miedo...¡buh!...conscientes siempre del hecho de que se responde al enemigo con multiplicada eficacia combativa... capaces siempre de dejar señales indelebles sobre el rostro y sobre la vida de los que, no importa el resultado victorioso o frustrado, le han agredido... determinados siempre al ataque, incluso sobre las calles de Berlín, a escasos cientos de metros ya del Führerbunker. Hemos evocado así, desde las semilleros de la Nada, la raza de los combatientes capaces de hacer probable lo imposible...
La batalla del Kursk y la contraofensiva de la Ardenas, precedida de la invasión aliada de Normadía, constituyen los acontecimientos bélicos que permitirán a las bandas mercenarias del judaísmo internacional plutocrático-bolchevique de circunscribir estratégicamente el objetivo militar simbolizado en la capital del Tercer Reich.
En el verano de 1943, el Führer decide retomas la iniciativa estratégica en el frente oriental, poniendo en marcha una tercera ofensiva. Todo ello no sin relación con el hecho de la industria bélica nacional-socialista se prepara para alcanzar los máximos niveles productivos. Es la operación Ciudadela. Se trata de envolver y aniquilar a un millón de soldados soviéticos, el 40% de las fuerzas disponibles del Ejercito Rojo, encerrándoles mediante una maniobra de tenaza en el saliente del Kursk. Las divisiones blindadas de la Wermacht se abrirán así nuevamente paso hacia Moscú, capital del judeo-bolchevismo: La victoria del Kursk el Führer está segura de ella- será un faro que alumbrará el mundo. Pero la acción de espionaje de la Orquesta Roja permitirá a los soviéticos conocer de antemano los planes nacional-socialistas y activar una sólida barrera defensiva, gracias también y sobre todo a la ayuda militar judaico-estadounidense. Baste pensar, por ejemplo, en los 500.000 veloces vehículos blindados de trasporte que permitirán a los soviéticos desplazar rápida y fulminantemente, soldados y equipos a lo largo de la vastísima línea del frente.
Al término de la más grande batalla de tanques de la historia, los combatientes nacional-socialistas habrán perdido medio millón, las mejores unidades acorazadas, así como, y por siempre, la iniciativa estratégica en el frente oriental.
Cuando desembarquen son palabras de Erwin Rommel- debemos arrojarles al mar el mismo día. Ese será, para Alemania, el día más largo. Y el día más largo, en el frente occidental, llegará el 6 de junio de 1944, cuando los mercenarios anglo-estadounidenses, brazo armado del capitalismo judío internacional, inicien el proceso imperialista de ocupación de Eurasia, desembarcando en Normandía: ....6480 barcos de transporte, con cerca de 4000 lanchas de desembarco, escoltados por 6 acorazados, 23 cruceros, 122 cazatorpederos, 360 destructores y vario centenares de naves de apoyo (7), vomitarán contra las defensas del Muro Atlántico una marea de soldados y de armamento. Desde el cielo, 13000 aeronaves, frente a las que la Luftwaffe solo podrá oponer 319, arrojarán sobre los heroicos soldados del Tercer Reich 12000 toneladas de bombas. Desde ese momento, gracias a una ingente superioridad material, las bandas sionistas abrirán una mortal herida en el flanco occidental de Eurasia. Estas [bandas] apuntarán hacia Berlín, confrontadas, por su parte, con supremo orgullo, por la superior voluntad y por la incomparable capacidad de combate de los soldados del Tercer Reich, encarnada en la legendaria contraofensiva de las Ardenas de diciembre de 1944: la batalla de los gigantes, como será definida por los propios estadounidenses: Objetivo Amberes, el gran puerto belga escribe Romualdi sin el cual los americanos no podrían alimentar la ofensiva contra Alemania. Es la extrema, genial movimiento, que intenta repetirla maniobra de 1940, la fractura del frente enemigo y el embolsamiento de una parte de él (8)
Entre los bosques de las Ardenas, los generales de las Waffen SS Sepp Dietrich y Joachin Peiper, los generales de la Wermacht Hasso Von Manteuffel y Walter Model, serán los protagonistas de la magistral contraofensiva de los ejércitos nacionalsocialistas. El 6º Panzerkorps de Dietrich penetrará en Malmedy para avanzar hacia Amberes; Von Manteuffel y Model avanzarán sobre Bruselas a través de Bastogne y el Mosa; al sur, Peiper, al mando de otra leyenda (una de tantas...), a saber la 1º División acorada Leibstandarten SS Adolf Hitler, protegerá el flanco meridional: 28 divisiones, 200000 hombres y 1000 tanques se lanzan contra las defensas aliadas. Los anglo-estadounidenses tomados por sorpresa, vacilan. Parece el enésimo milagro bélico auspiciado por la insuperada genialidad estratégica del Führer. Pero, la distancia, la falta de carburante, la imposibilidad de auxilio aéreo de la Luftwaffe, favorecerá a los ejércitos sometidos al judaísmo internacional..
También en el frente occidental, la iniciativa estratégica se ha agotado definitivamente.
En enero de 1945, ya antes de la caída de Budapest y de Varsovia, las relaciones de fuerza han estallado irreversiblemente: a lo largo de la línea comprendida entre la Prusia oriental y los Cárpatos, el Ejército Rojo despliega conjuntamente 3.900.000 soldados contra 1.000.000; 50.000 cañones contra 12.000; 9.800 tanques contra 1.836; 14.800 aviones 1970. El 12 de enero de 1945, bajo mando del mariscal Koniev, comienza la ofensiva soviética en dirección a Berlín: Y de esta manera escribe Joachim C. Fest.-, todo el dispositivo desplegado entre el Báltico y los Cárpatos se pone en marcha, y se trataba, por parte soviética, de una enorme maquinaria bélica, cuya superioridad era de once contra uno respecto a los alemanes en lo tocante a la infantería, de siete contra uno en cuanto a las fuerzas acorazadas, y de más de veinte contra uno en cuanto a la artillería (9)
El 16 de enero de 1945, el Führer, abandonando la Wolfschanze de Rastenburg, en la Prusia oriental, retornará a Berlín para esperar al enemigo de raza y para hacer de la batalla de Berlín su batalla, o sea el apocalíptico incendio de la Civilización ario-europea: Hitler había decidido permanecer en Berlín para asumir personalmente la defensa de la ciudad(...). Los presentes intentaron disuadirlo para que abandonara la capital pues era imposible ya controlar la situación; pero Hitler respondió (...) que se quedaría y para subrayar su decisión anunció que había comunicado su presencia en la capital. (10) Son las palabras del Führer: Se acerca el fín, así pues deseo que me encuentre aquí, en la Cancillería del Reich. Para mí no existen compromisos. Menos aún el caer en manos del enemigo. Me quedo en Berlín (11) Las ruinas de la capital del Reich serán tapizadas junto a las precedentes proclamas: WIR KAPITULIEREN NIE (No capitularemos jamás)- de manifiestos impresos con el siguiente texto: El Führer está en Berlín. El Führer permanecerá en Berlín. El Führer defenderá Berlín hasta el último suspiro.
De tal voluntad se hará eco el doctor Goebbels: Cuando se hable de estos días, la Historia no podrá decir nunca que el pueblo haya abandonado a su jefe o que su jefe haya abandonado a su pueblos. ¡Y esta es la victoria! (12).
Entretanto, 6.200 carros soviéticos T 34, apoyados por miles de aviones, invaden las llanuras polacas. El ReichsFührer SS Heinrich Himmler, nombrado comandante del Grupo de Ejércitos Vistula, intenta lo imposible en el frente de Pomerania. Soldados políticos SS y mílites de la Wermacht, voluntarios europeos encuadrados en las Waffen SS, se desangran para contener a las hordas eslavo-mongolas del judeobolchevismo. En marzo, sin embargo, lo imposible se hace probable: el frente queda fijado sobre el Oder: Berlín es ya ciudad de primera línea y Joseph Goebbels, Gauleiter de la capital y Reichkommissar para la guerra total, organiza la defensa. Proclamada la movilización total, todos los hombres aptos entre los 15 y los 60 años, armados de Panzerfaust, son alistados en el Volksturm y en la Hitlerjugend; serán el ejército del pueblo que contribuirá a la defensa final de la capital del Tercer Reich y de Eurasia.
El 16 de abril, a las 4 horas de la mañana, 22.000 piezas de artillería, 13 Ejércitos, ante los cuales se opone sólo el Ejército del General Heinrici, desencadenan el ataque final a Berlín.. Se luchará casa por casa, en las calles, en las plazas, guiados por la indomable voluntad del Führer, primer soldado político del Orden Nuevo, que estará presente de su puesto de mando en el Führerbunker de la Chancillería del Reich, para combatir, hasta la trágica conclusión final, su batalla, la batalla de Berlín. Consumiéndose, así, en el sudario de sangre y fuego en el que quedarán mezclados los despojos mortales de la capital del Tercer Reich.
Mientras sobre la Alexanderplatz el Kampfkommandant Barefànger responde a quien le espeta sobre la escasez de municiones: Entonces lucharemos con arma blanca. NOSOTROS DEFENDEMOS UNA IDEA; entretanto sobre la Friedrichstrasse, sobre la Postdamerplatz y sobre Wilhelmstrasse, las Waffen-SS y la Hitlerjugend de Axman, alcanzando la cúspide del sobrehumano heroísmo, consiguen contener todavía el asalto final de la jauría eslavo-mongoloide; mientras el 29 de abril de 1945, los soldados políticos de la SS Charlemagne y de la SS Norland desencadenan una legendaria contraofensiva en la Belle Alliance Platz, destruyendo siete tanques soviéticos; y, entonces, mientras el 30 de abril de 1945, los defensores de la Chancillería del Tercer Reich supervivientes de la SS Charlemagne y de la SS Norland, del 15º de Fusileros SS Letones, y soldados de la Wermacht- serán aniquilados enfrentánse a lo soviético a bayoneta calada sobre las escalinatas y por fin bajo los sótanos del Reichstag, un comunicado radiofónico fundamental, escueto, espartano de majestuoso laconismo, testimoniará el epílogo ejemplar de una existencia virilmente vivida en la forma heroica de la milicia total. El Cuartel General comunica que, hoy por la tarde, nuestro Führer Adolf Hitler ha caído por Alemania, en su puesto de mando en la Cancillería del Reich, combatiendo al bolchevismo hasta el último estertor. El 30 de abril el Führer ha nombrando sucesor suyo al Gran Almirante Doenitz.
AltísimaS, vibrantes, graves después, más altas aún luego, lúgubres y solemnemente fúnebres, resonaban las notas de la marcha fúnebre de Sígfrido del Crepúsculo de los Dioses (13)
En el nombre de la raza.
Maurizio Lattanzio
NOTAS:
1) Julius Evola, "La dottrina aria di lotta e vittoria", Ed. di Ar, s.d.;
2) Julius Evola, op. cit.;
3) Serge Hutin, "Governi occulti e società segrete", Ed. Mediterranee, Roma 73;
4) Berger e Pauwels, "II mattino dei maghi", Mondadori, Milano 63;
5) Adolf Hitler, "Ultimi discorsi", Edizioni di Ar, Padova 88;
6) Julius Evola, "Fenomenologia dellIndividuo Assoluto", Ed. Mediterranee, Roma 76;
7) A. Romualdi, "Le ultime ore dellEuropa", Ciarrapico Editore, Roma 76;
8) A. Romualdi, op. cit.;
9) Joachim C. Fest, "Hitler", Rizzoli Editore, Milano 74;
10) M. L. Gennaro, "La battaglia di Berlino", De Vecchi Editore, Milano 74;
11) R. D. Múller ‑ G. R. Ueberschar, "La fine del Terzo Reich", Il Mulino, Bologna 95;
12) P. J. Goebbels, discorso del 20 aprile 45;
13) A. Romualdi, (pref. a) Adolf Hitler, "La battaglia di Berlino", Ed. di Ar, Padova 77