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El Parlamento Iraní Aprueba a la Mayoría del Gabinete de Ahmadineyad

El Parlamento Iraní Aprueba a la Mayoría del Gabinete de Ahmadineyad


03/09/2009 El Parlamento de Irán votó el jueves a favor de 18 de los 21 ministros del nuevo gabinete propuesto por el presidente Mahmud Ahmadneyad, incluyendo la primera mujer que se convierte en ministra.

Entre los rechazados estuvieron otras dos mujeres nominadas y el ministro de Energía, que iba a estar encabezado por el actual vicepresidente Mohammad Aliabadi.

Los diputados votaron de forma abrumadora en favor del nominado del presidente Ahmadineyad para el cargo de ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, que recibió 227 votos de diputados, dijo Ali Laryiyani a los periodistas. “Felicito al Sr. Vahidi por haber conseguido el número de votos más alto,” dijo Lariyani sobre el ministro de Defensa, que está buscado por Argentina por una supuesta implicación en el ataque con bomba que tuvo lugar en 1994 en Buenos Aires. Lariyani dijo a los periodsas que Vahidi había conseguido 276 votos.
Poco antes de las votaciones, el presidente hizo un llamamiento al Parlamento para que aprobara a sus nominados, diciendo que ello sería una “bofetada” a los enemigos de la República Islámica. Tras alabar los cinco días de “debate libre y abierto”, Ahmadineyad señaló que esto probaba que “existe una democracia real en Irán.” “Algunos querían debilitar al Maylis (Parlamento) y al gobierno. Sin embargo, el Maylis y el gobierno trabajan mano a mano y han dado una bofetada al enemigo en su rostro. Somos todos una familia, aunque seamos ramas independientes del sistema,” señaló.

Por su parte, Esfandiar Rahim Mashaie, estrecho asesor de Ahmadineyad y jefe de Estado Mayor, dijo el jueves que el presidente iraní acudirá al encuentro de la Asamblea General de la ONU a finales de mes en Nueva York. “Él realizará este viaje, que será una buena oportunidad para participar en un encuentro internacional y promover los puntos de vista iraníes en la gestión de los asuntos internacionales,” dijo Rahim Mashai a los periodistas.


Irán: El triunfo de los desheredados

Irán: El triunfo de los desheredados
Oumma
Fuente: Rebelion.org

Este mes de junio ha estado marcado por dos discursos y dos convocatorias electorales principales cuyas consecuencias pueden dibujar la orientación del futuro mundial con respecto al problema central de nuestra época: ¿Diálogo o guerra de civilizaciones? El lugar geográfico del conjunto de esos acontecimientos es Oriente, y en el corazón de dichos acontecimientos la relación del Islam y Occidente, de la cual el conflicto entre Israel y Palestina es el símbolo más elocuente.

El primer acontecimiento fue el discurso programático de Obama en El Cairo, lugar simbólico, cuna de las civilizaciones, del cruce de religiones y de la simbiosis entre la tradición y la modernidad. En su alocución dirigida a los musulmanes, el presidente estadounidense recordó el alcance espiritual, el mensaje pacifista del Islam y la aportación de esa civilización a la cultura mundial, señalando que los musulmanes de hoy se han alejado del espíritu de ese mensaje. El aspecto cultural de su discurso tenía una finalidad política cuya idea central es la reconciliación de los musulmanes con el Islam, una reconciliación que tenga como modelo político a los países moderados, como el caso de Egipto, y la no violencia como filosofía de combate, puntos de referencia para una refundación de la relación de Estados Unidos con los países musulmanes.

Esta filosofía reduce el conflicto israelí-palestino a un conflicto de derechos cívicos y pasa por alto su naturaleza colonial. Dicho conflicto, de esencial colonial, sobrepasa a sus únicos protagonistas (israelíes y palestinos) para poner en evidencia la relación en la que se engloba: Occidente-Islam. El alcance programático del discurso de Obama en El Cairo se dirigía sobre todo a influir en la orientación de las elecciones en Líbano e Irán, una orientación que se comprueba conforme con la estrategia estadounidense en la región. El discurso de Obama dirigido esencialmente a los musulmanes una semana antes de las elecciones libanesas e iraníes, pretendía influir con toda su fuerza para conseguir el fracaso de la oposición en Líbano, con Hezbolá a la cabeza, y el triunfo de los reformistas en Irán.

Con la ayuda de los países árabes «moderados», el dinero de Arabia Saudí, un sistema electoral arcaico y una presión internacional sin precedentes, en Líbano se consiguió el objetivo. Por su configuración étnica y su constitución histórica, Líbano es receptivo a los aires de Occidente. Hezbolá, por medio de su líder Hassan Nasralá, aceptó la vía de la legalidad y se sometió a la voluntad popular expresada por las urnas, demostrando que el espíritu democrático y político de Hezbolá tiene como único axioma que ninguna voluntad puede prevalecer sobre la elección del pueblo. Se ha escrito mucho sobre la fuerza militar de Hezbolá y su capacidad de imponer un orden político en Líbano, pero la realidad demuestra que la organización está profundamente anclada en el tejido sociopolítico del país y que la fuerza victoriosa que derrotó a Israel acepta su justo lugar de oposición en el tablero político interno.

Los movimientos islamistas, que se considera que poseen una esencia dictatorial, aceptan legalidad de las urnas, reconocen su derrota y mantienen toda su confianza en la administración del país que proyectaban gobernar. El guión libanés no se ha reproducido en Irán. Lo que era previsible. Ahmadinejad era el candidato favorito y todo le destinaba a un segundo mandato. Lo importante era transformar su victoria cierta en un auténtico proceso del régimen. Mucho antes de las elecciones ya se lanzó la idea de que una probable victoria de Ahmadinejad sólo podía ser producto de un «rellenado de las urnas». Una campaña mediática orquestada con esmero daba la impresión de que Teherán estaba más cerca de Occidente que de la Revolución y sus dirigentes.

No ignoramos la dinámica social de la sociedad iraní, de la que una parte, principalmente la juventud de las ciudades, aspira a un cambio; y no es una parte pequeña, ya que representa el 33% de los sufragios emitidos. Pero esa dinámica no puede prescindir de otra verdad: Irán no se reduce a una parte de la juventud de Teherán. Las elecciones iraníes, al contrario de lo que se dice aquí y allá, principalmente sobre el fracaso y la condena de la República Islámica, se inscriben en el espíritu de la Revolución de 1979, porque marcan la victoria definitiva de los desheredados.

Las personas que votaron a Ahmadinejad no tienen acceso a Internet, no se miran en la vida de las estrellas, no poseen móviles multifunción, no lucen brazaletes y no padecen la falta de libertad, sino la falta de justicia social. No tienen el espíritu vuelto hacia Occidente, sino hacia ese hijo del pueblo y esa Revolución que ha convertido al hijo de un herrero en el servidor de un pueblo, un pueblo determinado a transformar la historia del mundo.

Por lo tanto, la reelección de Ahmadinejad se inscribe en la fidelidad a la Revolución Islámica de 1979. Los hijos de los desheredados de 1979 quieren seguir los ideales de sus padres. Lo que les faltaba a los iraníes, y al mundo, en la época del sha no era la idea de libertad, sino la de justicia. En nombre de la Ilustración y la filosofía liberal, occidente ha hundido al mundo durante más de tres siglos (la esclavitud y la colonización) en un mar de injusticia. La victoria de Ahmadinejad es la victoria del pueblo. El triunfo definitivo de la Revolución Islámica. De la soberanía popular. De la idea de la justicia.

Como en una gran parte del mundo musulmán, particularmente en el mundo árabe, la juventud de Teherán vive, según la expresión de Marc Côte, en un espacio que mira hacia Occidente (1). Así, al contrario que en el universo árabe, el modelo del pueblo iraní no está en la refinada juventud con sus aspiraciones a la modernidad, sino en el Irán profundo y su cultura musulmana. Lo que se critica de Ahmadinejad se sitúa más en su condición social y en su promesa de luchar contra la corrupción, que en sus elecciones políticas.

Fue bajo el reinado de Khatami, el promotor de la idea del diálogo de las civilizaciones, cuando se clasificó a Irán en el centro del eje del mal. Y es la determinación de Ahmadinejad en su enfrentamiento con el orden injusto del mundo la que ha aumentado su popularidad y ha inculcado en los iraníes el sentimiento de que deben traducir su fuerza en una misión para un mundo más justo.

Ahmadinejad era casi un desconocido en 2005. Como tal ganó las elecciones presidenciales contra Khatami. Rafsandjani, repudiado por las elecciones legislativas y presidenciales, sólo pretendía defender sus intereses. Entonces, ¿cómo se explica la alianza del conjunto de los candidatos presidenciales y del campo reformista contra Ahmadinejad? Desde 1979, Irán nos tiene acostumbrados a elecciones limpias y la administración ha demostrado, a lo largo de todas las elecciones que se han celebrado en Irán, que nunca ha estado al servicio del gobierno, sino al servicio del pueblo.

Ahmadinejad siempre ha ejercido sus funciones políticas desde la legitimidad popular. ¿Podemos admitir que una persona, frente a los desafíos que esperan a Irán, se pueda seguir considerando servidora del pueblo a sabiendas de que ha robado su victoria? ¿Podemos comparar a la administración iraní con la de un país árabe cercano (Egipto) o lejano (Argelia), que sin ninguna duda han hecho y deshecho las elecciones al gusto de los príncipes y con la bendición de las capitales occidentales?

La vieja guardia, la nobleza del régimen, de alguna forma se niega a admitir que el hijo de un herrero, el pueblo sin más, los desheredados, la representen. El pueblo necesita su representación y sólo llega a la conciencia de sí mismo bajo la égida de una élite ilustrada. Según esa corriente de pensamiento y su vinculación con Occidente, con Ahmadinejad y el guía de la Revolución Islámica, Irán está condenado al fracaso.

En esa oposición también se diseña la orientación filosófica asignada a la Revolución. Los reformistas, al crear la ilusión de una victoria en las elecciones, puesto que ya las habían ganado en el terreno mediático después de lanzar el descrédito sobre el régimen (sin que el resultado estuviese a su favor), quieren reapropiarse de la Revolución, aburguesarla y confinarla en el marco del Estado-nación. «Iranizar» la Revolución Islámica y convertir a Irán en el alfa y omega de la acción política.

La pretensión de aburguesar la Revolución tiene como telón de fondo el espíritu de la Revolución Francesa. La tendencia estaba presente en el movimiento revolucionario, pero relegada a un segundo plano por la grandeza de Jomeini y el aliento de espiritualidad política de la Revolución. La occidentalización contra la que se sublevó el pueblo iraní en 1979 ha acabado ganándose a una franja de la población por medio de la globalización.

La occidentalización del mundo durante los dos últimos siglos se asocia con la modernidad. La modernidad en el mundo musulmán ha dado lugar a una dominación del Estado contra la sociedad y de esa forma se ha convertido en un obstáculo mayor para la emancipación del pueblo y la llegada de la democracia. La modernidad política en el mundo musulmán se ha revelado antipopular en la práctica. Tratado como un siervo, el pueblo sólo puede optar por la resignación, el servilismo, el exilio, el suicidio o la cólera asesina.

Esta ecuación occidentalización-modernidad es la que Irán desdeña y rechaza. El triunfo de Ahmadinejad marca la victoria definitiva de la llegada de la espiritualidad política (2) como factor determinante de la globalización. Así, constituye el cumplimiento de la Revolución Islámica de 1979. Contra la modernidad política surge el Islam político. Si «el Islam político es incapaz de responder al desafío de la modernidad política (3)» es porque en él está la negación. La modernidad política entendida como secularización de la política y separación de las esferas engendra inevitablemente la exclusión del pueblo como actor político y aúpa a una minoría occidentalizada, dominadora y arrogante, a la vanguardia depredadora de las riquezas de la nación.

La globalización es un mazazo al dúo occidentalización-modernidad. La victoria de los desheredados en las elecciones iraníes tiene la tarea filosófica de liberar al mundo de las garras ideológicas de la modernidad política. La globalización, por la elección de Ahmadinejad, es una salida definitiva de la teoría filosófica de la historia entendida como el futuro mundo de Occidente.

El mundo, ahora más que nunca, padece una escandalosa falta de justicia. El mundo necesita a Irán. Al Irán de Ahmadinejad, que otorga a los desheredados del mundo la voz de la que carecen. La reelección de Ahmadinejad marca el cambio mundial y el desplazamiento hacia un horizonte social donde la justicia es el bien supremo. La libertad, tal como se despliega en la filosofía occidental, ha terminado convirtiendo el mundo en una selva. El último de los acontecimientos señalados es el discurso de Netanyahu, que muestra descarnadamente el rostro de Occidente rebosante de suficiencia, dominador y arrogante.

Dicho discurso podría haber reconciliado a los dos campos políticos contrarios en el mundo árabe. Occidente no ha expresado ninguna crítica al citado discurso. La reacción de Occidente y el mundo árabe a las palabras de Netanyahu desplaza el asunto israelí-palestino de un conflicto político regional hacia su verdadera naturaleza: Oriente-Occidente. A la imagen de la antigua Grecia, se enfrentan dos verdades. El conflicto no da lugar a ninguna revelación filosófica. La escena es trágica.

La modernidad política ha causado estragos durante siglos al considerar como un credo la cita de Pascal: «Verdad a este lado de los Pirineos, error al otro lado». Un representante de ese dogma, Alexandre Adler, en la presentación de su libro Le monde est un enfant qui joue, el miércoles 17 de junio en la librería Kleber de Estrasburgo, interrumpió mi intervención y me impidió exponer mi pensamiento. Después de escucharle durante hora y media, no se dignó concederme dos minutos. Bastó con que entendiera que las elecciones iraníes representan el triunfo de los desheredados para dictar sentencia: yo no tenía derecho a la palabra.

La modernidad política, donde quiera que se manifieste, nunca admite más reinado que el de su verdad. Ayer Gaza, hoy Irán: se repite el mismo guión. El universo orwelliano extiende su dominio sobre la escena mediática. Con el objetivo de estudiar la realidad occidental, el libro 1984 de Orwell se aplica sobre la concepción de la verdad en el pensamiento occidental. Tanto en la forma marxista como en la liberal, el totalitarismo es consustancial a la verdad occidental. Los partidarios de la modernidad política siempre se oponen, bien con golpes, elecciones amañadas o detención de los procesos electorales, a la soberanía popular. Irán no es Ucrania, ni un país árabe ni el Irán de 1953.

Ya es hora de que Occidente aprenda a considerar sus verdades como productos de su historia. Y la historia de Occidente no es la historia del mundo. La victoria de Ahmadinejad tiene como objetivo filosófico el advenimiento de otra verdad en el escenario mundial. La que Alexandre Adler no me permitió decir en Estrasburgo y Oumma me permite escribir.

Notas

(1) Marc Côte, l’Algérie ou l’espace retorné, Flammarion, 1988.

(2) Remito al lector a mi artículo: «l’Iran, une menace? La leçcon de Foucalt», Oumma, 11 y 24 de marzo de 2009.

(3) Yann Richard, «La république islamique s’est condamnée a l’échec», Le Monde, 17 de junio de 2009.

Texto original en francés: http://oumma.com/Iran-la-victoire-des-defavorises

Mahmoud Senadji es Doctor en Filosofía y ex profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes de Argel.

HIZBOLLAH: "CONSCIENCIA Y RESISTENCIA" por Hassan NASRALLAH

HIZBOLLAH: "CONSCIENCIA Y RESISTENCIA" por Hassan NASRALLAH

20/05/2009 El secretario general de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, felicitó el miércoles a la nación por los días de la liberación y la victoria, que han generado una nueva gloria y creado conciencia en nuestra nación.  
Hablando en un discurso en directo retransmitido por Al Manar TV durante la Conferencia Permanente de la Resistencia, Sayyed Nasrallah detalló cuatro puntos fuertes de la Resistencia hoy en día: conciencia, credibilidad, capacidad movilizadora y memoria. 

“Desde el principio y hasta que los objetivos sean logrados y la batalla finalizada con éxito, hemos estado inmersos en la batalla de la conciencia de nuestra nación y la conciencia de nuestro enemigo. La memoria es parte de esta batalla por la conciencia que estamos todos librando. 

No necesito enfatizar la importancia de la conciencia como un factor de triunfo para el movimiento de resistencia, el ascenso de la nación y la defensa de su existencia y soberanía. En pocas palabras, la conciencia no es un factor sino el factor más importante para el ascenso y la permanencia de cualquier movimiento de resistencia. La conciencia es la principal condición para que una resistencia y una revolución existan. Desde el punto de vista religioso, el primer paso necesario en el camino del Hombre hacia Al-lah es la conciencia. Si el Hombre no despierta, no tiene conciencia sobre su ser y no sabe en qué dirección debe moverse, su movimiento carecería de propósito. 

La conciencia a la que nos estamos refiriendo aquí es una condición permanente porque la carencia de ella por parte de la resistencia en cualquier nivel equivaldría a una desviación. Desde el principio de la lucha con el enemigo israelí, todos los movimientos de resistencia han cuidado este factor, porque el reunir a un grupo de combatientes y de muyahidin que constituyan la columna vertebral de la resistencia sólo puede estar basado en su conciencia de aquello en lo que ellos están inmersos. A nivel público, la conciencia se materializa en el apoyo a la resistencia porque la naturaleza de la actual lucha no puede ser determinada sólo por la resistencia, sino que ha de existir una integración con la sociedad para que éste contribuya a la batalla. Nosotros damos ciertamente crédito a los movimientos de resistencia que, desde el principio, han creado una significativa conciencia y han hecho historia. La resistencia no se limita sólo a los esfuerzos defensivos para crear conciencia. Ha entrado ahora en la fase ofensiva y ha comenzado a interferir en la creación de la conciencia del enemigo. 

Israel ha estado siempre a la ofensiva en lo que se refiere a los medios y la guerra psicológica con el fin de imponernos ciertas tendencias o conclusiones que afecten a nuestras posiciones. Sin embargo y por primera vez, la resistencia con sus prácticas en el campo militar, mediático y político así como con la guerra psicológica ha asestado un golpe a la conciencia del enemigo, tal y como los líderes israelíes han reconocido. 

Uno de los principales resultados de la victoria de 2000 fue la Segunda Intifada, la victoria de Julio (de 2006) y la firmeza de Gaza durante la reciente guerra. La consecuencia más importante de esta cadena de eventos es que ellos han golpeado el núcleo de la conciencia israelí. No importa que algunos medios árabes traten de restar importancia al triunfo de la resistencia. Ellos nunca convencerán a los líderes o las élites del enemigo de que lo que sufrió Israel no fue una derrota. Lo que es más importante es lo que está teniendo lugar en el otro lado, en la conciencia, la memoria y los sentimientos de los israelíes y en la evaluación del curso de la lucha que el enemigo realiza, en particular en los últimos años. Yo cito, por ejemplo, la actitud de los medios israelíes. Siempre que yo o alguno de los portavoces de la resistencia pronunciábamos un discurso, la televisión israelíes lo retransmitía en directo y lo traducía simultáneamente al hebreo. No se trataba de libertad de expresión y de dar a conocer la opinión del otro. Se trataba, sobre todo, de intentar utilizarnos con el fin de fortalecer la confianza de la sociedad israelí. Sin embargo, en los estadios finales de la guerra de 2006, los israelíes concluyeron que tales retransmisiones en vivo servían a la resistencia y dañaban la determinación de Israel, exponían públicamente las decisiones y elecciones del liderazgo israelí y desmentían las informaciones que éste ofrecía. De este modo, durante la guerra de 2006, ellos evitaron las retransmisiones en directo y se contentaban con publicar extractos y citas que no eran útiles a la guerra (psicológica) de la resistencia contra la sociedad enemiga, y esto es también lo que sucede aquí en Líbano en estos días.

En nuestra lucha por la conciencia, nos hemos movido de una concepción defensiva a otra ofensiva. La lucha mediática y psicológica discurren de forma paralela a las batallas épicas de nuestros combatientes. En esta batalla por la conciencia, tenemos una serie de factores de poder en los que necesitamos concentrarnos para fortalecer nuestras ventajas.  

En primer lugar, tenemos la fuerza de la legitimidad. Esto significa que la causa que estamos promoviendo, la lucha contra la ocupación, es justa y legítima, a diferencia de la causa artificial del sionismo. Si ellos hubieran ido a Uganda o a cualquier otro lugar, ellos habrían necesitado un tipo distinto de organización, porque el concepto sionista en el que se basó la ocupación de Palestina está basado en una falsedad. Por el contrario, nosotros, como resistencia, no estamos buscando defender grandes intereses o teorías políticas o crear doctrinas. Estamos en una confrontación en la que invocamos siempre derechos muy claros. Existe una tierra llamada Palestina, una tierra llamada Líbano, Siria, Jordania, Egipto... y hay un pueblo llamado pueblo palestino que vive en la tierra palestina que les pertenece. Este pueblo tiene el derecho a la autodeterminación. Y luego está el caso de los que expulsaron a una gran parte de esta población, la masacraron, la arrojaron a campos de refugiados y la privaron de sus derechos con el fin de construir un estado llamado Israel.”

Sea el que sea el estándar religioso, legal, moral y humanitario que utilicemos, estamos delante de una causa clara y justa. En lo que se refiere a los principales factores que caracterizan a la resistencia, hay que decir que esta conciencia, ya sea en su elaboración o en su puesta en práctica en el campo de batalla, pertenece a una causa única. Si buscamos en todo el mundo una lucha entre países, entre pueblos o entre ejes de poder nunca encontraremos una causa más nítida que la de la lucha contra el enemigo sionista y el proyecto sionista en la región. 

Cuando un hombre alcanza últimamente esta conciencia de lucidez, cree que nada más importa. No le importaría si la muerte le llegara o él acudiera a encontrarla. Cuando el mundo pregunta por el secreto de la legendaria fuerza de los combatientes de la resistencia y de los pueblos de Líbano y Palestina, decimos que el secreto real no está en la política, ni en la formación organizativa ni en el curso de la batalla. Ellos poseen una conciencia acerca de la autenticidad y la justicia de su causa y esto hace que tanto los hombres jóvenes como los mayores hagan frente a la muerte sin temor o dudas. No estamos sólo hablando de resistencia armada aunque sea ésta la que lidera esta amplia confrontación.  

Cuando esta opción (de la resistencia armada) es planteada, es necesario preguntar si es viable y esta cuestión está relacionada con la conciencia y la convicción. Puede no resultar difícil para nosotros convencer a los pueblos de nuestras naciones árabe e islámica de la justicia de nuestra causa. Incluso aquellos que promueven la cultura de la cesión ante Israel, aquellos que han firmado los así llamados tratados de paz con Israel, cuando discuten contigo esta cuestión, reconocen que nuestra causa es justa. La fase más peligrosa viene después de eso. 

No estamos hablando acerca de un individuo o un pequeño grupo de individuos. Se trata de un pueblo y una nación. Cuando un individuo se desvía de un cierto camino es fácil corregir los fallos. El asunto fundamental es escoger lo que es correcto (para la nación) y lograr el objetivo. De otro modo, estaríamos perdidos, nunca alcanzaríamos nuestras metas y nuestro enemigo se haría más agresivo, más poderoso y más enraizado en esta tierra. Esto es cuando las cosas se ponen difíciles. En lo que se refiere a la opción militar, que es luchar por la causa de Allah, ella es costosa por muchas razones.

Alguien podría reconocer que tenemos una justa causa, pero cuando llega al tema de reconocer la opción militar, él habla entonces de la carga que supone tal opción sobre el lado que la ha adoptado o sobre aquellos que apoyan ese lado o sobre la nación o sobre el país donde se encuentran aquellos que promueven esta opción. Recuerdo que en 1982, Hezbollah no estaba solo. En aquel entonces, sin embargo, el pueblo, nuestras propias familias, aquellos que creían en Allah, en el Día del Juicio y en la Divina Promesa solían decirnos que nuestra causa era justa pero la elección que habíamos hecho era incorrecta. Cualquiera que quiere luchar contra Israel puede encontrar una fatua a favor y también lo contrario. Cualquiera que quiere ceder ante Israel puede también encontrar otra fatua. Cuando la paz fue firmada con Israel, por el que dos tercios de la tierra (de Palestina) fue cedida fácilmente a la entidad sionista, un sabio pudo decir fácilmente: “Y si ellos se inclinan hacia la paz, inclinaos vosotros también...”. En aquel entonces, solían describirnos como jóvenes entusiastas y que nuestra decisión equivalía a “ser arrojados por nuestras propias manos a la destrucción...” 

A nivel nacional algunos poderes políticos, medios de comunicación y élites solían recordanos que el ojo no puede oponerse al punzón y que éramos débiles. Esto parecía lo lógico, pero aquí descansa el problema de la conciencia, la convicción y la elección de la opción correcta. El punto fuerte para la resistencia es que ella fue capaz de crear una conciencia entre nuestro pueblo y nuestra nación a través de su actuación en el campo de batalla y a través de las operaciones de martirio, comenzando por la del mártir Ahmed Kassir en Tiro. Mediante esta sangre fuimos capaces de crear esta conciencia acerca de la elección correcta que habíamos realizado y, de este modo, no confiamos en las experiencias de otros a través de la historia. Existe una experiencia propia que hemos creado a través de nuestros jóvenes y de nosotros mismos. En Líbano ha habido siempre una respuesta preparada: no podemos comparar Líbano con otras experiencias. No, Líbano es una historia diferente porque los hombres jóvenes han liderado y practicado la resistencia, incluyendo el martir Imad Mugniyeh que tenía 21 años en 1982. Líbano, a través del pueblo que apoyó la resistencia, ha establecido la credibilidad de esta última. Esto es por lo que me gustaría corregir algo. La primera debacle de Israel no tuvo lugar el 25 de Mayo de 2000. Fue en los años 1984-1985 cuando los israelíes se vieron vergonzosamente expulsados de Beirut, Dahieh, Monte Líbano, parte del Oeste de la Bekaa, Sidón, Tiro y Nabatiyeh. Incluso cuando algunos de los aliados de Israel pidieron que éste retrasara su retirada durante una semana, los israelíes se negaron. 

“Ésta fue la primera debacle que sentó las bases para la principal derrota en Mayo de 2000. Debido a la actuación en el campo de batalla, en base a la que fueron establecidas una retórica política y una guerra psicologica, la conciencia israelí fue aplastada y un gran número de falsos conceptos fabricados por los israelíes -como el del ejército invencible que creían tener- se evaporaron. De este modo, esta entidad pudo ser derrotada y aquí es donde reside la importancia de la batalla de la resistencia para aplastar la conciencia israelí. La guerra psicológica de la resistencia no estuvo basada en presunciones sino en hechos y en grandes logros. La escena de cinco soldados israelíes llorando como bebés tuvo un impacto en la conciencia israelí. El lanzamiento de cohetes por parte de la resistencia palestina durante la guerra de Gaza produjo una escena que todo el mundo ha visto; como ese responsable israelí (Elie Yishai) se puso de rodillas y metió su cabeza bajo el neumático de un coche cuando oyó el sonido de un cohete cayendo. 

Otra fuerza adicional que la resistencia posee es su capacidad de movilizar. Pertenecemos a esta tierra, a esta región, a su civilización, a su rica cultura, a su poesía y literatura, a su caballerosidad, a su pasión, su Torah, su Biblia, su Corán y, de este modo, tenemos una gran herencia que nos permite librar una batalla real por la conciencia basada en la cultura, la literatura, el entusiasmo... No hay duda de que el Corán tiene un gran impacto en el empuje de la resistencia y en el apoyo y el aguante de la gente que ha sufrido y realizado sacrificios. El Corán habla sobre el yihad, el orgullo y la dignidad. Habla acerca de lo que los muyahidin pueden esperar, sobre el martirio, sobre el apoyo divino; un apoyo que hemos visto durante en el campo de batalla y durante la guerra de 2006. 

El cuarto punto que quiero tratar es el de la memoria; la memoria del inicio de la lucha y la educación coránica aclaran el camino para que aprendamos las lecciones de la historia. La fuerza de la resistencia también descansa en estudiar el curso de los acontecimientos y en refrescar nuestra memoria. El enemigo confía en que el tiempo nos haga olvidar. Sin embargo, no vamos a hacerlo. Muchos árabes han ayudado a Israel porque han olvidado el pasado. Nosotros reconocemos y elogiamos todas las pasadas experiencias con independencia de nuestras creencias. Respetamos esas experiencias y encontramos lecciones valiosas en ellas. No debemos olvidar la agresión, las masacres, los planes, las conspiraciones y la brutalidad del enemigo. Del mismo modo, no debemos olvidar la conducta de la resistencia y sus logros.” 

“Con respecto a las prioridades de los movimientos de resistencia, hemos dicho siempre que nuestra prioridad es resistir la ocupación y el proyecto sionista. De hecho, eso es lo que ha estado rigiendo nuestra conducta. El desafío real que proviene hoy de la batalla de la conciencia es el siguiente: ésta es una nueva y gran batalla que estamos luchando; la batalla por el retorno y por determinar quién es enemigo. La resistencia ha sido capaz de establecer el hecho de que Israel es el enemigo y que el proyecto israelí, respaldado por EEUU, es el más peligroso enemigo para la nación y para los pueblos y gobiernos árabes, incluso los gobiernos moderados. Durante años ha habido un intento israelí -algunas veces árabe e israelí- de crear un enemigo ilusorio. Algunas veces ellos lo llaman Irán o la “codicia persa de la riqueza árabe” y ellos invocan el conflicto safavi con el estado de Palestina. Algunas veces lo llaman invasión shií o el creciente shií. Hoy, desde que Netanyahu tomó posesión del cargo, cada vez que los árabes le piden que apoye la solución de los dos estados, él responde que el programa nuclear de Irán viene antes. Esto significa que los árabes e Israel deben trabajar juntos para resolver primero el tema nuclear de Irán. Hemos oído algunas buenas declaraciones del secretario general de la Liga Árabe Amro Musa y del alto negociador palestino Saib Erekat, en las que ellos subrayaron que era Israel, y no Irán, quien suponía una amenaza. Sin embargo, la batalla por la conciencia sigue siendo enorme. 

Recuerdo al pueblo libanés y al pueblo de esta región que los israelíes vigilan estrechamente el ambiente cultural, intelectual y sentimental. Cuando el enemigo israelí decidió lanzar la guerra contra Líbano y llegar hasta la capital, Beirut, su liderazgo había estudiado con mucho cuidado el escenario libanés. Ellos concluyeron que los cristianos eran una minoría en un mar de musulmanes y que ellos “estaban amenazados” así que su protector y su garante sería Israel. En consecuencia, el interés estratégico de los cristianos sería el de cooperar con Israel. Las élites cristianas y drusas estudiaron esta opción. Los israelíes tenían otros planes para los shiíes a quienes el Imam Musa Sadr había enseñado que “Israel es el mal absoluto y colaborar con él está prohibido” y equivale a la sedición.  

Israel siempre trata de utilizar y explotar a las minorías en Líbano y la región. La experiencia de Antoine Lahd ha demostrado que los sionistas están sólo interesados en su proyecto y cómo protegerlo. ¡Imaginad que algunos árabes realmente dijeran que estaban dispuestos a colaborar con Israel para proteger a los sunníes del Irán persa! En mi opinión, el plan final del proyecto sionista-americano en la región sería el de crear un conflicto árabe-iraní o uno entre sunníes y shiíes. Si logramos abortar este intento, destruiremos ciertamente el perverso esquema americano-israelí en la región, saliendo así airosos de una clara batalla. 

“Irán es la única nación que celebra el Día global de Al Quds (Jerusalén). Irán cambio sus alianzas estratégicas en la región cuando derribó al Shah. Irán es el primer país en haber abierto una embajada palestina en su tierra. Irán declara claramente que está orgulloso de apoyar, incondicionalmente, a la resistencia en Líbano y Palestina en un momento en el que otros han sido advertidos para no hacerlo. Nadie debe estar avergonzado de decir: Sí, estamos en contacto con Irán y estamos orgullosos del apoyo iraní. 

Esperamos que todos los gobiernos y regímenes árabes ayuden a los movimientos de resistencia, como Siria e Irán están haciendo. La de Irán es la única voz que se levanta en contra del proyecto sionista. ¿Quién se atreve a decir lo que el presidente Ahmadineyad ha dicho sobre el sionismo? Y no estamos hablando de un hombre que encabeza un movimiento, sino de un jefe de un estado que tiene sus intereses y sus relaciones económicas y comerciales con otros países. Cuando Irán nos apoyó, y todavía no está apoyando, para liberar nuestro país, no nos impuso condiciones ni dictados. No nos instruyó sobre lo que hay que hacer o no hay que hacer. Incluso cuando dejamos de hacerlo notar (este apoyo), ellos no nos culparon. Por el contrario, comprendieron nuestras circunstancias. 

El liderazgo de Irán cree que está cumpliendo con su deber religioso. De otro modo, la República Islámica utilizaría a Palestina como una carta de negociación para sus intereses. Los norteamericanos no tendrían ningún problema con eso mientras que sirviera a su proyecto. 
 
Me gustaría terminar mi discurso diciendo que la batalla por la conciencia hoy es hacer frente a un plan de sedición y división, el plan para crear un enemigo ficticio y engañar a la gente haciéndola olvidar quién es el enemigo real.

El “fundamentalismo” de Hizbolá adelanta por la izquierda al progresismo cristiano

El “fundamentalismo” de Hizbolá adelanta por la izquierda al progresismo cristiano

Agustín Velloso

Fuente: Rebelión

 

“Me interesa si combates el imperialismo o no, pero no que seas marxista o islamista”

Ali Fallad

 

El pasado día 28 de marzo se pudo leer en un diario de tirada nacional el artículo titulado: “La izquierda, a salvar el mercado”. Los protagonistas del salvamento son considerados por el diario como los líderes progresistas de Occidente, entre ellos Joseph Biden, Gordon Brown, Michelle Bachelet y José Luís Rodríguez Zapatero.

Se reunieron en la Cumbre Progresista custodiados por 3.000 policías. Esto es realmente un hecho histórico por varias razones. Por vez primera se envía a la policía a custodiar izquierdistas, pues si hay algo tan seguro como que el sol sale cada día es que aquélla, el ejército y otros grupos afines como fuerzas de seguridad, paramilitares y pistoleros a sueldo son enviados para reprimir y asesinar izquierdistas.

Resulta algo raro, por tanto, que ese diario no haya destacado este profundo cambio, que es digno de celebrarse por todo lo alto. Quizás lo ha considerado algo menor ante otro cambio radical en los usos políticos que ha marcado el encuentro. Los líderes izquierdistas solían dirigirse a sus seguidores desde la cárcel, desde un escondite en la selva, desde la trinchera e incluso camino del martirio.

Los participantes en la cumbre lo han hecho en una cena de gala en el Palacio de Cerro Castillo. A la vista de la suntuosidad del edificio, de la añada del vino y de lo exquisito del menú, a partir de ahora habrá tortas para ser el primero en salvar al mundo.

El periódico comunica a sus lectores el aspecto fundamental del acontecimiento: “el progresismo vive un momento único en su historia, con el Gobierno demócrata de Barack Obama en Estados Unidos y presidentes de signo progresista en la mayoría de los países de América Latina y algunos de Europa”.

Con motivo de la cumbre El País ha decidido que ni el asalto al Cuartel Moncada en Cuba, ni la batalla de Dien Bien Phu en Indochina, ni la Guerra de Julio en Líbano son acontecimientos únicos en la historia de la izquierda. Desde ahora los hitos del progresismo más aguerrido van a tener lugar en francachelas, fratrías y fanfarrias.

Gracias a este diario, que con su posición sobre la cumbre se convierte en el primer faro de la izquierda mundial, se sabe que ni Ho Chi Minh, ni Castro, ni Lumumba han hecho tanto por el progresismo como Biden, espejo de progresistas, Brown, azote de los conservadores, y Zapatero, guía de revolucionarios. El Palacio Cerro Castillo es ya el sagrado templo de la grey progresista mundial.

Donde Castro dijo respecto del opresor: “si Batista entró por la fuerza, por la fuerza tendremos que derrocarlo”, Biden afirma: “soy un sionista, uno no necesita ser judío para ser un sionista”.

Donde Lumumba dijo sobre el poderoso: “debemos arrancar el poder y los privilegios de las elites tradicionales, la mejora de las condiciones de vida es el verdadero significado que tiene la independencia”, Zapatero se reúne con los banqueros para solicitarles unesfuerzo adicional a la banca”.

Donde Ho Chi Minh dijo del imperialista: “nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de una lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos, el francés y el norteamericano”, Brown anuncia en el parlamento británico que “hemos de mantener y reforzar lo conseguido, así que el Reino Unido mantendrá una poderosa fuerza militar en Afganistán”.

El mismo día, sin policía, publicidad ni merienda, el profesor libanés Ali Fayyad estuvo en un colegio mayor en la Ciudad Universitaria de Madrid para dar una charla sobre la situación en Palestina.

Como veterano miembro del Comité Ejecutivo de Hizbolá expuso las ideas de su formación política sobre el imperialismo y también sobre el papel de la izquierda y las relaciones de ésta con el islamismo político. La charla fue grabada por algunos asistentes y también por las cámaras de varias televisiones, así que es de suponer que su contenido se hará público próximamente.

Su lectura será muy edificante para los que todavía creen que los líderes citados tienen alguna relación con la izquierda –aparte de la que les atribuye el diario, tan progresista como ellos- y que los líderes del islamismo político de hoy -denostados como fundamentalistas, extremistas y antidemocráticos- no representan los ideales de ésta. Mientras tanto, un adelanto de algunas de sus ideas puede ser de utilidad para calibrar el izquierdismo de nuestros líderes comparado con el de los “barbudos”.

Fayyad señaló el fracaso de Estados Unidos en Iraq, Palestina y Líbano, algo que ignoran los “líderes progresistas”, quienes son firmes aliados de aquél y del otro gran agresor en la actualidad, Israel. También hizo notar el cambio de fuerzas en Oriente Medio, en concreto en lo que se refiere al aumento del peso de la resistencia y en paralelo la disminución del peso del campo imperialista.

Desprecia como es natural la consideración de Hamas, partido que obtuvo el gobierno de forma legítima en Palestina en 2006, como movimiento terrorista por parte de la Unión Europea, algo que ni siquiera creen los propios políticos europeos, quienes mantienen negociaciones con Hamas, aunque lo hacen a espaldas de sus ciudadanos.

Fayyad conoce sobradamente, aunque de nuevo desprecia, la mala imagen que tienen en Occidente las fuerzas islámicas, pero afirma que se debe a que son víctimas de la propaganda. Esto es evidente para cualquiera, ya que no es la prensa occidental la que legitima a las fuerzas antiimperialistas árabes y musulmanas, sino las urnas, las acciones de aquellas en Medio Oriente. Unas y otras han hablado claro en varias ocasiones.

Por si hubiera alguna duda asegura que Hizbolá no quiere un Estado sectario en Líbano y que no existe un problema de religión en la zona, sino un problema político.

Al mismo tiempo considera que el choque de civilizaciones es un error: “no hay oposición de valores y si la hay no tiene que ocasionar guerras, es el apoyo de Estados Unidos a Israel la causa del problema, no hay un problema religioso”.

Añade que “como islamista estoy más cerca de activistas de izquierdas que de ciertos islamistas que no luchan igual contra el imperialismo”. Concede menos importancia a lo ideológico que los occidentales, quienes usan la conveniente etiqueta de “fundamentalismo” aplicada a la resistencia para evitar tomar una posición realmente izquierdista respecto del imperialismo del siglo XXI, en particular en Oriente Medio.

Fayyad dice: “me interesa si combates el imperialismo o no, pero no que seas marxista o islamista”. Con otras palabras: “¿estás a favor del colonialismo o no, estás a favor de las dictaduras de la zona?”

Para resistir, afirma, “tiene que haber valores compartidos y por ello Hizbolá trabaja por un bloque internacional que supere las ideologías y admita todas las tendencias en esta tarea histórica”.

El islamismo político tiene perfectamente claro su papel en la actualidad. La izquierda occidental debería tenerlo igualmente a la vista del empuje creciente del imperialismo, aunque éste fracase gracias a la resistencia en Oriente Medio y otros lugares. Este fracaso cuesta vidas por millares allí y aquí un deterioro social y político generalizado.

Es un triste ridículo el que hacen los “izquierdistas” cuando son superados ampliamente por los “fundamentalistas” en objetivos políticos, en estrategia y en sacrificio. Es tanto el relajo al que se ha llegado en las filas progresistas, que ser de izquierdas carece de valor alguno. Hoy sigue siendo cierto con otras palabras aquello de “vive como piensas o acabarás pensando como un progresista”.

 

EURASIA-ISLAM: FRENTE DE LOS PUEBLOS

EURASIA-ISLAM: FRENTE DE LOS PUEBLOS
 Ahmadineyad: "NADIE PODRÁ HUMILLAR A IRÁN"
 
Bandar Abbas, Irán. IRNA. 14 de marzo de 2009
 
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, tras destacar el hecho de que las grandes potencias ya admiten que Irán es una superpotencia regional, ha manifestado: “El pueblo iraní probará el sabor del honor en su senda del progreso y nadie será capaz de humillarlo.”

Ahmadineyad, que ha hecho estas declaraciones en un discurso pronunciado el viernes por la tarde en la ceremonia inaugural del Complejo de la Acerería de Hormozgán, en el sur del país, ha añadido: “Hubo una época en que por mor de la hegemonía de los miserables no se le permitía a Irán ni tan siquiera fabricar una aguja, y es esta la razón por la que para ellos es duro ver cómo Irán marcha adelante en todas las áreas.”

Tras hacer un breve resumen del proceso de la construcción de la acerería, Ahmadineyad destacó que “estos proyectos se están llevando a cabo mientras los enemigos han desplegado toda su capacidad material para impedir que se ejecuten” y aseguró que “el pueblo de Irán puede y merece estar en el mundo en la posición más elevada.”

En su opinión, “el mundo está a las puertas de un gran cambio” porque “los imperialistas, los prepotentes y los egoístas se están yendo mientras que los píos están viniendo.”

Ahmadineyad recordó cómo “hasta hace sólo unos años, ellos no querían mencionar el nombre del pueblo iraní ni dar informes sobre los progresos conseguidos aquí. Cada vez que en los medios extranjeros se mencionaba el nombre de Irán enseñaban el desierto del Kavir, las tormentas de arena y los camellos. Ellos no querían presentar a Irán, a su pueblo y a su cultura tal como es: la verdadera cultura de los profetas y de los píos.”

EL ALBA DE LA CONSCIENCIA

EL ALBA DE LA CONSCIENCIA

TREINTA AÑOS DE REVOLUCIÓN ISLÁMICA EN IRÁN

LíneAntagonista   Comunicado 01/09

Se han iniciado esta semana en Teherán las solemnidades que conmemoran el trigésimo aniversario de la Revolución Islámica en Irán.

Con motivo de tan magno evento felicitamos cordialmente al Noble y Revolucionario Pueblo iraní por estos treinta años de Lucha y Victoria por la causa de los Oprimidos y los Desheredados y por los logros que la Revolución y su República Islámica han conseguido en este combate.

Todo ello a pesar de los criminales esfuerzos de los Arrogantes Imperialistas y los Devoradores del Mundo para destruir a la República islámica de Irán ya desde su mismo nacimiento.

Ni la Guerra Impuesta por el despótico régimen baasista del traidor Sadam Hussein, útil aliado primero de los Estados Unidos y finalmente ahorcado por sus propio mandamases, ni los vanos intentos de derrocamiento, terrorismo y desestabilización emprendidos por la comunidad de servicios de inteligencia occidentales (CIA, Mi6, Mossad, etc.), han podido con la firme voluntad de las masas revolucionarias islámicas de defender  la integridad territorial, la dignidad popular, la soberanía nacional y la independencia.

Logros únicos, fundamentales, históricos e inalterables tales como son el Gobierno Islámico (Velayath-al-Faqî), la Constitución republicana; la restauración de las libertades políticas y populares aplastadas por el gobierno satánico del Shah Palevî; el control nacional de los recursos energéticos y estratégicos; las nuevas Fuerzas Armadas revolucionarias encabezas por el heroico cuerpo de los Guardianes de la Revolución (Sepah-e-Pasdaran) y la milicia popular de los Baisijis; la movilización (Yihad) nacional de la Totalidad Popular orgánica para afrontar los retos de la Revolución y de la reconstrucción del país después de la Guerra impuesta; los planes económicos quinquenales; las reformas educativas que han acabado con el analfabetismo y la superstición; la justicial social; la lucha contra la corrupción y el crimen, y un largo etcétera.

Los nuevos retos son también acometidos en el campo de la industria, la ciencia, el comercio, la cooperación internacional y el desarrollo tecnológico.

La apuesta patriótica y soberana por el uso pacifico de la energía atómica es buena muestra de ello.

Ejemplo para los pueblos del Mundo de que cuando  un Estado Soberano Nacional y Popular toma un decisión justa, libre e independiente: ni  todas amenazantes fuerzas unidas de los Arrogantes del Planeta son incapaces de hacer retroceder la voluntad de un gobierno legítimo.

Coincidiendo con este aniversario, la República Islámica ha puesto un satélite en órbita para uso civil, el cual llevaba además un “mensaje de paz y amistad” del presidente Ahmedineyyad para todos os pueblos del mundo, pero que ya ha sido recibido con titulares tan delirantes como éste:

“Irán pone en órbita su primer satélite, el mundo se siente amenazado”.

El mundo que se siente “amenazado” es el mundo que creó la iniciativa belicista de “la guerra de las Galaxias”, el mundo del “escudo antimisiles” y el mundo cuyos satélites espías manejan la más sofisticada tecnología de guerra desde hace décadas.

Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Israel, etc.

Hipócritas.

Ese mismo "mundo" que asiste como cómplice impasible al último episodio genocida de la Entidad sionista en Gaza.

Ese mundo que mantiene a Hamás, legítimo representante del pueblo palestino en el elenco de “organizaciones  terroristas”, mientras la Unión Europea vuelve a sacar de este listado -legitimando sus crímenes- a la banda mercenaria conocida como “Muhadines del Pueblo” autora de indecibles masacres contra el pueblo y el Estado iraníes.

Sin embargo, nada podrá enturbiar la celebración de estos treinta años irrepetibles, de aquellas memorables jornadas de febrero de 1979.

Aquellos “diez días resplandecientes que iluminaron al mundo, Dahe ie Fayr (Los diez días del Amanecer), que culminan el 11 de Febrero de 1979, marcaron y marcan el comienzo de una nueva época para la humanidad” (Y. Fernández)

*  *  *

Cuentan las crónicas que mientras sobrevolaba  el espacio aéreo iraní rumbo a su destino, unos periodistas preguntaron al Imam Jomeini acerca de lo que sentía en aquel momento histórico.

Aquel anciano ayatollah de 78 años, de aspecto severo, lúcido, escueto, lacónico, que volvía a su patria tras décadas de exilio impuesto, les contestó:

“Nada”.

Y fue en entonces cuando TODO comenzó.

 

 

LÍNEA ANTAGONISTA, en Madrid a 4 de febrero de 2009

 

“Confiando siempre en la Victoria de los Oprimidos sobre los Opresores

 

¡Viva la República Islámica de Irán!

 

 

 

 

 

 

OTROS TRECE AÑOS DESPUES...

OTROS TRECE AÑOS DESPUES...

"¡LLORA ISRAEL POR LA SANGRE DERRAMADA!"

Reproponemos a nuestros lectores, camaradas, amigos y, muy especialmente, a nuestros enemigos este artículo, aparecido en el número 4 de RESISTENCIA (1996) y que parece haber sido redactado este mismo mes, esta misma semana o incluso hoy mismo. Extraiga cada cual sus conclusiones, rectifique quien quiera su trayectoria, mantega el rumbo quien aún no lo haya perdido y confiemos todos siempre en la victoria final de los Oprimidos sobre los opresores. ¡Sea!

¡Hay luto! Hay luto en casa de Ibrahim Sarahnen y de Majdi abu Wardeh, de 25 y 19 años respectivamente, jóvenes mártires de Hamas, inmolados en Jerusalén y Ashkelon. Hay luto en la de Islam Muhammad y en la de Abdel Rahim de Ramallah, últimas víctimas islámicas hasta el momento.

Sin embargo, sus parientes han fijado un cartel sobre la puerta de la casa, dedicado a cuantos vengan a ofrecer su apoyo, que reza así: "No aceptamos condolencias sino solamente felicitaciones".

Y ofrecen a los huéspedes dulces y café, como en los días de fiesta, para congratularse de una muerte triunfal que ha elevado a sus hijos a la gloria Eterna, como Mártires de la Fe. Pronto vendrán los soldados sionistas a arrestar a los parientes de los caídos, a sellar sus casas, a hacerlas saltar por los aires para realizar la venganza bíblica que ordena exterminar a todo ser viviente, animales incluidos, arrasar árboles y viviendas, para llevar el desierto, la desolación a la tierra de los enemigos que han osado oponerse a la invasión del "pueblo elegido" por excelencia.

Con el mismo orgullo había reaccionado la madre de Iejie Ayyash, el ingeniero asesinado por la explosión de su teléfono móvil suministrado por los servicios secretos israelíes, con la colaboración de un huésped traidor, rápidamente fugado hacia los USA. Ha sido ésta la chispa que ha prendido fuego a las mechas.

Pero son ya 50 años, medio siglo y todavía Palestina permanece de luto. Desde los días de Deir Yasin a Sabra y Chatila, en Líbano, hasta hoy, no hay familia palestina que no haya llorado lágrimas de sangre por sus seres queridos masacrados, esclavizados, deportados, encarcelados, torturados, reducidos al hambre y dispersados por toda la tierra en la más trágica "limpieza étnica" y diáspora de los tiempos modernos.

Todo ello ha sucedido ante el silencio del mundo, entre la complicidad y la indiferencia, o todo lo más con alguna hipócrita consideración humanitarista, inmediatamente seguida del incondicional apoyo a las pretensiones hebreas sobre Palestina.

Otras masacres, otros genocidios ensangrientan el planeta actualmente: desde la ex Yugoslavia a Ruanda, en Chechenia como en Sri Lanka; centenares, miles, millones de muertos, mutilados, prisioneros, refugiados. Por no hablar del drama palestino que no tiene igual por la duración y las crueldades infligidas.

Sin embargo, ahora todos los "grandes" de la tierra se rasgan las vestiduras en señal de luto por los muertos israelíes, comenzando por el papa polaco, siempre particularmente afectado por las desventuras de sus "hermanos mayores" de fe. Mientras tanto los bombardeos aéreos y las incursiones del "Tsahal" contra las aldeas chiítas del sur del Líbano que continúan produciendo decenas de muertos entre la población civil, son liquidados con cuatro líneas de crónica en los diarios mundialistas.

Pero nosotros no queremos caer en la trampa del "recuento de los muertos" y ni siquiera en la hipócrita equiparación de los muertos, donde no existe distinción entre víctimas inocentes y auténticos carniceros, esto es: los ocupantes invasores. Avancemos sólo algunas frías valoraciones sobre los últimos acontecimientos, dejando a otros extraer las lógicas conclusiones.

Entretanto subrayemos rápidamente que, no obstante medio siglo de ocupación militar, cinco guerras victoriosas (una por decenio, seis con la del Golfo Pérsico), el apoyo de la superpotencia USA y la defección de la lucha por parte de los gobiernos árabes gracias a la traición de Arafat, la junta militar que ocupa Palestina se encuentra todavía...¡en el punto de partida! Si no peor aún...La potencia sionista, aun con el apoyo de toda la diáspora judía y del gran capital internacional, no ha conseguido quebrar la resistencia de un pueblo en lucha y por el contrario sufre el ataque interno de aquél. Incluso sólo con piedras, los más jóvenes, los niños de Palestina han sabido hacer frente a una potencia superarmada. Más aún que en el 48 o en el 73, no hay judío hoy que pueda sentirse seguro en la tierra que su fanática perversión "religiosa" continúa considerando como propia por derecho divino.

Notemos, como inciso, que el verdadero fanatismo integrista no es el de los Musulmanes sino justamente el sionismo que invoca la autoridad divina de la ocupación. ¡Extraño destino el de una ideología modernista, laico-socialista, cuya misma razón de ser no puede prescindir de una pretendida "elección divina"! En el fondo, debemos reconocer que son ciertamente más coherentes aquellos colonos hebreos, armados con la Biblia y la metralleta, que, por lo menos, tienen la franca falta de prejuicios en proclamar abiertamente lo que todos los israelitas y sionistas mundiales piensan, pero que hipócritamente callan.

Lo dicen y lo practican: como Mery Kahane o como aquel Baruch Goldstein que en febrero del 94 masacró en Hebrón a 30 palestinos que rezaban sobre la Tumba de los Patriarcas, dando inicio a la actual espiral de represalias. Hasta llegar a la acción de Ygal Amir que ha eliminado a Rabin gracias también a la "providencial" ignorancia de los servicios de seguridad sionistas. En tal ocasión todos los grandes de la tierra corrieron a rendir homenaje, posternados ante la tumba del último "rey de Israel": tal como prevén "Los Protocolos...", esa "falsedad histórica" tan verdadera. Pero tanta demostración de poder no logra ya ocultar la crisis profunda, estructural y existencial, que padece el llamado estado de Israel.

Un estado cada vez más racista, incluso hacia sus propios conciudadanos de clase b, tal como ha desvelado el clamoroso caso de la "sangre infecta" de los falashas etíopes, hasta hace poco ocultado. Una nación sobre la cual se cierne incluso el fantasma de la guerra civil entre judíos.

Para confundir a la opinión pública la prensa mundialista y los gobiernos occidentales acusan a Siria, Libia, Sudán y, sobre todo, al Irán islámico de financiar y mantener el terrorismo. Se niega la evidencia del origen autóctono de la lucha de liberación palestina.

En verdad, la entidad sionista, superpotencia nuclear, busca excusas para una agresión internacional bajo cobertura estadounidense contra las centrales atómicas de Teherán. Un eventual poderío atómico iraní arrebataría a los sionistas el monopolio del chantaje termonuclear en Oriente Medio, poniendo a todos los árabes bajo la protección defensiva de la República Islámica de Irán. Los bombardeos judíos sobre Bagdad y la invasión americana de Irak constituyen explícitos precedentes en este caso. Pero los atentados de Qods (Jerusalén), Tel Aviv, etc. han enterrado definitivamente el montaje judaico-estadounidense del "proceso de paz", querido por Clinton para asegurarse la reelección con el apoyo del poderoso lobby judeo-americano.

Se ha desvelado de esta forma la verdadera naturaleza de la traición de Arafat, que ha vendido literalmente a su gente para salvar su propio poder personal, minado por imprevistas elecciones de campo. La "Autonomía Palestina" ubicada sobre unas escasas franjas de territorio, distanciadas unas de otras y circundadas por el llamado Israel y por los asentamientos hebreos de colonos, sin límites con otros estados árabes, es un "monstruo" jurídico y geopolítico cuyo único objetivo es el de recluir a los propios palestinos en un ghetto miserable, controlado por los esbirros de Arafat; o, si se prefiere, en una reserva piel roja destinada a suministrar mano de obra esclavizada a bajísimo costo, que permita a los opulentos patrones sionistas mantener un ritmo de vida occidental no obstante los desproporcionados gastos militares. Hacerles trabajar a fin de adquirir las armas para sus propios verdugos. El líder histórico de Al Fatah se ha transformado en el primer colaboracionista del Shin Beth, carcelero y asesino de su propio pueblo.

La persecución de los residentes islámicos empuja así a los palestinos hacia la guerra fratricida, con todas las ventajas para el ocupante. Un plan que la derecha oficial de la entidad sionista que ocupa Palestina parece hoy capaz de llevar a cabo, aprovechándose del shock emotivo y del sentimiento de inseguridad.

Resulta ciertamente singular que los más ponderados servicios de seguridad del mundo, tanto civiles como militares, interiores y exteriores, hayan sido cogidos por sorpresa tanto por el asesinato de Rabin como por la ofensiva de Hamas y de la Jihâd islámica, tras haberla provocado de todos los modos posibles, incluidos los infames asesinatos de Ascicachi y Ayyash. La ruptura subsiguiente a la eliminación de Rabin se recompone en torno a las posiciones más extremistas de Netanyahu y otros, hasta tal punto como para obligar al mismo Peres a proponer un gobierno de emergencia, de unidad nacional, rechazando en la práctica la obra de su predecesor. Y ello mientras el judaísmo de la diáspora forma bloque alrededor de la entidad política que ocupa Palestina. Por no hablar del apoyo de los políticos de todo el mundo, entre ellos los nuestros, desde la extrema derecha a la extrema izquierda, que se "distinguen", como es habitual, por su servilismo pre-electoral.

Pero aún hay más y peor. Ante la misma cara de la "autonomía palestina" el ejército y la policía de la estrella de David entra como, donde y cuando quiere en los "territorios" abandonados apenas ayer, para arrestar, deportar, matar a voluntad; igual que antiguamente, pero en esta ocasión con la connivencia de los colaboracionistas de Arafat que, ya descalificado, se esconde detrás de los sionistas para salvar sus propias posiciones y, ciertamente también, la piel.

Las ciudades y las tierras árabes quedarán rodeadas de una "franja de seguridad" de 2 Km, sustraídos obviamente a ellos mismos, y solamente con 18 puntos de paso en manos hebreas y con otras tantas alambradas, cercas y sofisticados detonadores electrónicos.

Clinton ha prometido ya cualquier tipo de ayuda técnica y financiera,

100 millones de dólares para comenzar.

La entidad sionista alza el muro entre ella y los palestinos, después de que Arafat los haya arrojado dentro con la falsa promesa de libertad en un estado propio a cambio de la renuncia al resto de la Palestina ocupada. El 85% de los israelíes es partidario de la limpieza étnica, de crear ghettos palestinos como premisa para la liquidación misma del pueblo árabe de Palestina.

La economía de los "territorios" cercados con alambradas quedará a merced de los vencedores hebreos. Todo lo más les será permitido el paso a aquellos trabajadores esclavos que para no morir de hambre irán a construir las casas de los hebreos y a cultivarles sus tierras; esto al menos hasta que no se ultime el plan de sustituirlos por trabajadores extranjeros del Este de Europa. El etnocidio palestino será entonces cosa hecha entre la indiferencia y hasta con la aprobación del mundo entero.

Ni siquiera los yanquis norteamericanos habían llegado a tanto en relación a las poblaciones autóctonas de la América precolombina. ¡No por nada los USA se consideran la "segunda Israel"!

Y mientras tanto los integristas judíos más fanáticos, los "Fieles del Monte del Templo" aguardan el cercano día en que puedan destruir impunemente la Mezquita de Al-Aqsa y la Haram al Sharif, el Noble Santuario de los Musulmanes sobre el monte Moria, para reconstruir el tercer templo de Israel. Más allá de las contingencias históricas e incluso más allá de la sangre derramada, la verdad es que hoy en Palestina, al alba del tercer milenio de la era cristiana, que ya periclita, está en curso un enfrentamiento mortal con proyección planetaria. Y esto marca la diferencia entre éste y otros conflictos mundiales. Son dos concepciones de la vida y del mundo las que se enfrentan. En este trozo de tierra, único por su historia, por la fe que allí ha surgido, por la posición geoestratégica entre los tres continentes y los mares con rutas petrolíferas, en el corazón "verde" del Dar al Islam se juegan no sólo los destinos de los palestinos y de los hebreos; es el futuro mismo de la humanidad el que está en discusión cara al próximo milenio.

Está en acto un enfrentamiento a nivel metafísico entre el Islam y el ateísmo del que los episodios de "guerra de guerrillas" son las manifestaciones exteriores de algo que trasciende la voluntad de los individuos particulares. Por tanto, la libertad de Palestina y de todo el Dar al Islam es también, y sobre todo, un problema de toda la Comunidad Islámica así como también lo es para el "enemigo del hombre". Sobre la piedra angular de la Roca del Templo, donde los Musulmanes rezan y los hebreos lloran, se miden los frentes contrapuestos que abarcan desde Washington y Moscú, hasta Teherán y Berlín, todos los lugares de la tierra.

La cita para la batalla final, bajo la Guía del 12ºImam al Mahdi, que Dios acelere su manifestación, está fijada junto al muro de la Kaabah. Este acontecimiento señalará la victoria final del Islam. Es por ello, que ante los recientes hechos de sangre en la Palestina ocupada, respondemos como los padres y las madres de los mártires envueltos en los blancos sudarios del martirio: "No aceptamos condolencias, sino sólo felicitaciones".

 

 

 

 

Artículo publicado en la revista de la comunidad chiíta italiana y reproducido en el nº125 de AVANGUARDIA, mayo del 96, de donde lo hemos traducido con autorización de su director, nuestro amigo y camarada Leonardo Fonte.

 Osetia del Sur: Guerra y desinformación

 

Juan A. Aguilar (Redactor Jefe de la revista militar XXI Legio). 14 de agosto.

Desde que el pasado 7 de agosto, las tropas georgianas armadas y entrenadas por EE.UU., Israel y Ukrania, lanzaron una brutal ofensiva sobre la provincia prorusa de Osetia del Sur, provocando más de un millar de muertos entre la población civil de la capital suroseta, hemos asistido en todo Occidente y muy especialmente en España, a una monumental ceremonia de la confusión siguiendo los más elaborados manuales de la tecnología de la desinformación. El espectáculo dado por la inmensa mayoría de los medios de comunicación españoles ha sido patético. La sensación lastimosa de unos profesionales de la información que parecían unos indocumentados rellenando sus espacios con tópicos y lugares comunes, sin aportar el más mínimo análisis de la situación y tomando partido en el conflicto basándose en abstracciones pueriles y vacías de contenido material, sólo puede explicarse por la atmósfera acrítica que domina en nuestros medios y a la que se someten complacientes unos profesionales que han perdido toda capacidad de sentir su propio ridículo.
Sin ser exhaustivos, los hechos son los siguientes:

1.       El 19 de enero de 1992, la mayoría de los habitantes de Osetia del Sur, que quedaron dentro de la actual Georgia cuando se independizó tras la caída de la URSS, votó a favor de su incorporación a Rusia.

2.       Tras abiertas hostilidades, se firma en Dagomis un acuerdo entre Rusia y Georgia, por el cual, a partir del 14 de julio de 1992, en la zona se desplegarían fuerzas de paz, entre ellas, militares rusos con objeto de evitar que vuelvan a iniciarse los combates.

3.       Tras la llegada al poder en Georgia del presidente Mijaíl Saakashvili comienza un rearme espectacular con la ayuda de centenares de asesores militares norteamericanos e israelíes y la tensión en la zona no deja de aumentar.

4.       Seguro de sí mismo y del apoyo de EE.UU. y las potencias occidentales, el 7 de agosto, Saakashvili se lanza a la aventura de atacar militarmente Osetia del Sur con todo lo que tiene a su alcance, incluido el bombardeo con cohetes múltiples Grad de la capital suroseta, Tskhinvali, provocando centenares de víctimas civiles y un número significativo de soldados rusos destinados en misión de paz.

5.       En su plan no cuenta con la respuesta firme y decidida de Rusia de acudir en ayuda de sus soldados y de la población suroseta, que en su inmensa mayoría tiene nacionalidad rusa. A partir de ese momento, el ejército georgiano –el agresor- se hunde y la derrota es total en 48 horas.

6.       El presidente francés Sarkozy consigue el 13 de agosto un compromiso ruso de alto el fuego si se cumplen una serie de condiciones que suponen un desastre para el gobierno de Saakashvili, entre ellas, la acusación de genocidio a las autoridades georgianas.

Todos estos hechos son fáciles de comprobar; basta ir a las hemerotecas y repasar las noticias de los días 7 y 8 de agosto para contrastar lo expuesto. Sin embargo, a partir del 9 de agosto hasta la fecha, comienza una auténtica ofensiva “desinformativa” para pintar a Rusia como la agresora y a los “pobres georgianos” como víctimas del potencial irrefrenable del ejército enviado por Moscú.

Campaña que se adorna, bochornosamente, con las típicas herramientas dialécticas como poner en boca de la denominada “comunidad internacional”, lo que no eran más que los lamentos de los gobiernos de EE.UU. y sus aliados incondicionales. Como si Rusia y China, juntas en el Consejo de Seguridad de la ONU y sumando casi dos mil millones de habitantes de este planeta, no fueran parte de esa comunidad internacional.

Tal descaro y desvergüenza tiene la campaña en lo que se refiere a los medios en nuestro país, que el agregado de prensa de la embajada de Rusia en España emitió una nota oficial el pasado 10 de agosto protestando por el comportamiento indecente de los medios de comunicación españoles y de la que entresaco únicamente unas líneas: .

Ahora bien, ¿qué se oculta tras toda esta campaña antirusa? Más allá de los análisis políticos y geoestratégicos, de los que iremos informando en este medio digital, lo que subyace es que a las potencias anglosajonas se le hace insoportable tener que reconocer que Rusia recupera su fuerza y vuelve a la Gran Política, de la que Yeltsin  había conseguido expulsarla.

Deberá irse acostumbrando la decadente, nihilista y hedonista “comunidad internacional” a que la Santa Rusia vuelva a contar en el concierto de las naciones.