PROYECTO M20 "NUESTRAS BASES" (XII)
II Metodología: adaptación divergente
(a) Frente a la adaptación sistémica la adaptación alternativa
Tanto para hacer política como para, sencillamente, comprender la situación en la que vivimos, son necesarios un compromiso y una metodología de análisis realistas. Puesto que el Sistema se ha ido adaptando, sucediéndose por fases y metamorfoseándose a lo largo del siglo XX y principios del XXI, no presentando la misma faz a lo largo de la historia reciente, es perentorio comprender esas fases sucesivas, y las respuestas correspondientes a tales fases y cambios. Por ello urge establecer dinámicas de trabajo y de seguimiento que faciliten la convergencia teórica y práctica de los disidentes. Para lanzar un discurso de alcance, tanto en extensión como en profundidad, que atienda esas metamorfosis del Sistema, y que vaya dando respuestas radicales a los problemas que sufren los pueblos, la única metodología de trabajo posible para el desarrollo de tal discurso y sus respuestas es lo que llamamos la adaptación divergente. No se puede afrontar la situación actual desde los parámetros tácticos-ideológicos de movimientos desplegados en situaciones ya pasadas. La única manera de hacer frente a un poder que se adapta es el de la adaptación, ofrecienndo nuevas respuestas a los problemas que plantea. Pero nuestra adaptación a sus cambios debe ser de enfrentamiento radical, lo que da como resultado la adaptación divergente.
Asimismo, hay dos formas de ver y analizar la realidad cotidiana: la primera es a través de documentos o declaraciones de principios. Esto lleva a estudiar las instituciones del Sistema según sus definiciones de «como deberían ser» o «como deben comportarse». En otras palabras, esto lleva a estudiar al Sistema «como se describe a sí mismo», que es lo que suelen hacer la mayoría de sus apologistas, pero también supuestos detractores del sistema como los «tradicionalistas» y la mayoría de «anti-igualitaristas». La segunda forma es estudiar la realidad del poder y su clase dominante teniendo como objetivo la práctica diaria de esa misma realidad y los discursos «auxiliares» o extraoficiales para justificar esa práctica diaria. Es decir, ver cómo se desenvuelve el poder día a día, y no cómo al poder le gustaría actuar, o cómo le gustaría fueran las cosas, o las normas o valores que el poder dice que respeta, defiende y propaga.
Pues bien. No sólo hay que recordar y comprender las fases y épocas distintas, sino también momentos puntuales y los famosos «ciclos del capitalismo». Estadios de relativa «normalidad» o «estabilización» (al menos para la mayoría de la población del «Primer mundo») se alternan con estadios de crisis o conflictos. Y unas veces son estadios de crisis coyuntural y otras veces crisis más profundas: sistémicas. Unas veces son crisis ante todo económicas, y otras veces son crisis preferentemente políticas, con conflictos graves, cuando se cuestionan las propias estructuras de poder y éste se encuentra (o cree hallarse) en peligro. Hemos recordado que las fases o estadios de «estabilización» no son ni han sido siempre los mismos. Varían los paradigmas sociales e ideológicos, incluso los regímenes en el mismo Sistema. La adaptación divergente es prestar atención a todos los aspectos y cursos: al cómo se enfrentan a los peligros (reales o supuestos) en su práctica diaria, en horas de conflictos graves, así como a los discursos y formas que el Sistema adopta para esos momentos de crisis; y entender finalmente en qué fase nos hallamos y qué paradigma sistémico es el dominante para la época que «recambia» a la época precedente.
(º1) Ejemplo de adaptación política-institucional del Sistema
Expongamos un ejemplo de cambio en el seno del Estado demoliberal. En las primeras décadas del siglo XX se pensaba que uno de los males endémicos de este Estado era su debilidad consustancial por «no creer en sí mismo» y por sus fraccionamientos partidistas. Es probable que fuese así hasta la II Guerra Mundial, pero tal situación cambió completamente. En primer lugar, desde entonces, el estado demoliberal sí cree en sí mismo, o al menos cree, de forma absoluta, que no puede tolerar algo distinto a él mismo. En segundo lugar, desde hace décadas, las leyes electorales evitan indeseados fraccionamientos parlamentarios y la aparición de partidos minoritarios de ámbito nacional. En tercer lugar, las cúpulas partidarias del subcontinente europeo mantienen férreas «disciplinas» que impiden fraccionamientos o discrepancias internas serias. Así también, en sus elecciones ya no se dirimen modificaciones importantes, pues ningún partido cuestiona las grandes «reglas del juego» (otra cosa es que se las salten con disimulo, hagan trampas o sus tribunales prevariquen) ni mucho menos el modelo político y socio-económico capitalista. Las elecciones son sólo plebiscitos por seguir o cambiar unas figuras por otras u optar por unas siglas en vez de otras. El mismo poder demoliberal permanece, y permanecen los pueblos a quienes las plutocracias explotan y metódicamente exprimen.
Así pues, las elecciones no son más que el mecanismo que las sociedades «modernas» (o ya «post-modernas») crean para dar legitimidad a la acción de las estructuras de poder que son los partidos políticos, con siglas y figuras que no van a cambiar nada sustancial, porque en el caso hipotético de que una estructura partidaria pueda o se proponga cambiar las cosas, el poder demoliberal «corrige» la anomalía de forma implacable o toma las «medidas preventivas» para ello.
Pues bien. Todavía existen sectores anclados en las críticas al parlamentarismo liberal formuladas en las tres primeras décadas del siglo XX, una clase de críticas que sirvieron, entre otras cosas, para justificar otros «recambios» sistémicos: como las Dictaduras ibéricas (Franco y Salazar) o la de «los Coroneles» de Grecia, por un lado, o por otro los regímenes demoliberales europeos antifascistas-anticomunistas que «sí creen en sí mismos» de la II posguerra mundial.
(º2) Ejemplo de adaptación política-militar del Sistema
Entremos en otro aspecto de este cambio histórico de «reafirmación» operado en las democracias liberales, un hecho más tenebroso pero no menos importante, sobre todo para los disidentes. La «Red Gladio», por ejemplo, era la estructura clandestina montada «preventivamente» por la OTAN y la República Italiana para causar una campaña de sabotajes y asesinatos en caso de que los eurocomunistas ganaran las elecciones en Italia. El poder demoliberal permitía a los eurocomunistas italianos poder presentarse a las generales (así podían presumir de «Escaparate Democrático»), pero su acceso al gobierno estaba vetado. Si alguna vez hubiera ganado el PCI, el poder demoliberal habría provocado un golpe de estado militar (utilizando las «tramas negras») y una represión masiva directa desde las instituciones oficiales; y si esta «vía correctiva militar», como la provocada en Brasil («Estado Novo»), en Grecia («Dictadura de los Coroneles») en Chile (Pinochet) o las repúblicas rioplatenses («Juntas Militares Antisubversivas» de Uruguay y Argentina) no hubiera sido factible, la «Gladio» habría desatado el infierno en Italia a través de grupos sicarios clandestinos (como los «neofascistas»), empleando la «vía correctiva armada privada», como en Colombia («Paramilitares»), Guatemala («Autodefensas»), El Salvador («Escuadrones de la Muerte») o Nicaragua («Contras»). La «Red Gladio» formaba parte del Ejército Secreto que la OTAN disponía en toda Europa por si la «democracia» daba alguna sorpresa.
Otro caso de fases distintas o adaptaciones, es el fenómeno, estrechamente ligado al aspecto anterior, de las Guerras Sucias ¿Estado liberal de derecho y Terrorismo de Estado son situaciones incompatibles? La respuesta es que no. Significan una contradicción visible que se debe aprovechar para cuestionarlos, pero Estado de Garantías y Terrorismo de Estado son expresiones propias del mismo Estado plutocrático, momentos o estadios abiertos desde el seno del Sistema, métodos alternos utilizados por el mismo Poder, a veces ejecutados por las mismas fuerzas y los mismos regímenes e, incluso, en ocasiones, por las mismas figuras. La «Lucha Antiguerrillera» en Venezuela en los 60 (con Carlos Andrés Pérez como ministro del interior), los «Años de Plomo» en Italia, los «GAL» en España, son buenos ejemplos. La Guerra Sucia aparece en momentos en los que el Estado Liberal de Derecho (un derecho que es la expresión jurídica que conviene a la Clase dominante) se enfrenta a situaciones donde se pone en cuestión su propia existencia. Estos casos ilustran que no siempre hace falta, siquiera, que figuras o fuerzas de «recambio» internas del Sistema desplacen y sustituyan a otras para protagonizar la alternancia de ambos métodos.
(º3) Ejemplo de adaptación política-económica del Sistema
Otro caso de fases sucesivas visiblemente contradictorias pero que responden a la misma lógica de intereses ha sido la desregulación de los mercados acentuada por la Reserva Federal y las administracionesusacas entre 1997 y 2008, y el discurso y práctica ultraliberal de condenar cualquier intervencionismo en los negocios privados. Hasta fechas tan tardías como julio de 2008, en Doha, la secretaria de estado norteamericana Rice lanzaba amenazas contra los gobiernos que se negaban a la desregulación comercial y financiera que exigía EEUU. Pues bien, a raíz del terremoto financiero que tuvo como epicentro el Colapso de dos «Torres Gigantes» yanquis en septiembre de 2008 (el banco inversor Lehman Brothers y la mayor aseguradora mundial, AIG) la administración Bush, la predicadora a ultranza de la «Autorregulación de los Mercados», que condenaba como atentados a la Libertad toda medida intervencionista, fue justamente la misma que, a principios de ese mes, nacionalizó las sociedades hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae (avalistas de la mitad de hipotecas de EEUU), yendo el gobierno más allá de la compra efectuada por parte de la Reserva Federal, meses antes, de casi treinta mil millones de dólares de activos del banco inversor Bear Stearns.
Pero ya este último precedente de «intervencionismo» semipúblico revelaba algo muy significativo: la Reserva Federal compraba los activos «contaminados» del Bear Stearns, mientras que la banca Morgan adquiría los activos solventes. Es decir, nos encontrábamos con una política de «socialización» de las pérdidas simultánea a una política liberal ante los beneficios. ¿Contradictorio? ¿Incompatible? Aparentemente sí, pero en el fondo no lo era en absoluto. Ambas políticas respondían a la misma lógica de intereses. Se nacionaliza (o se socializa) aquella parte que interesa y cuando interesa a unos pocos, y se liberaliza o se deja «en manos de Dios» (es decir, de la «Mano invisible del Mercado») la parte que interesa y cuando interesa a esos mismos pocos. Revelador también que, al final de una administración republicana más liberal-derechista que la de Reagan, la Reserva Federal tomase un acuerdo sin precedentes en toda su historia: nacionalizar la AIG comprando el ochenta por cierto de sus activos.
Parecía difícil de justificar que defendieran un modelo sin regulación y de «dejar hacer» a los mercados y que permitíeran que los beneficios fueran repartidos sin trabas entre accionistas y ejecutivos; pero cuando hubiera peligros de quiebras y bancarrotas, pidieran a los gobiernos acudir a su rescate con dinero público, siendo los pueblos los que tuvieran que pagar las pérdidas generadas, mientras los causantes del desastre escapaban embolsándose autoidemnizaciones multimillonarias por despido. Parecía difícil tanto de justificar como de hacer, pero es lo que han hecho en ambas orillas del Atlántico gobiernos hasta entonces ultraliberales, y lo que defendía sin vergüenza alguna la CEOE a través de su presidente, que declaró que «se debe hacer un paréntesis en la economía de mercado». Pues para responder a estas adaptaciones y estos mensajes que abren y cierran paréntesis cuando a la Clase Dominante le conviene, está la adaptación divergente.
Para concluir: estaremos condenados a no entender el Sistema liberal-capitalista si no vemos que éste, siempre, se ha aplicado dependiendo de ciertos intereses, y que jamás el liberalismo político o económico se ha desenvuelto sólo. No olvidemos que el liberalismo siempre ha instrumentalizado o se ha asociado a elementos no liberales o aparentemente antiliberales, como el nacionalismo, el proteccionismo, el intervencionismo, el militarismo o el sectarismo religioso. La crisis actual lo ha vuelto a revelar. El liberalismo puro no ha existido jamás porque no puede existir, pues el liberalismo fue ideado y está destinado, única y exclusivamente, a beneficiar a la clase capitalista. Sirve para garantizar que los resultados de las sociedades capitalistas vayan a manos privadas cuando se generan ganancias. Pero el mismo Sistema demoliberal hace un paréntesis en el «libre mercado» para socializar los resultados de esas sociedades cuando generan pérdidas. Veremos una contradicción ostentosa, pero ésta se da sólo en la superficie. En el fondo, no hay contradicción: se hace siempre lo que interesa a los detentadores de capital. Dependiendo del ciclo, el Estado dejará «hacer» a la iniciativa privada o intervendrá en ella, siempre en beneficio de los mismos. Igual ha pasado con la generación de guerras, las «limpiezas» étnicas o en tantos otros campos.
16 comentarios
Otras 4 cabezas que empiezan a rodar... -
El viceministro de Justicia de Egipto y director de la Autoridad de Ganancias Ilícitas, Mohamed Assem El-Gohari, ordenó hoy jueves 7 de abril, la detención preventiva por 15 días, bajo la acusación de enriquecimiento ilícito, de Zacaría Azmi, quien fue jefe de Gabinete del depuesto presidente Mubaraq.
La medida se tomó, según la agencia de noticias estatal MENA, a partir de los informes elaborados por el Departamento de Fondos Públicos y de Control Administrativo que indican que, aprovechando su posición en el régimen de Mubaraq, Zacaría Azmi amasó una gran fortuna, en la que se incluye un notable patrimonio inmobiliario.
Ayer miércoles 6 de abril, la policía egipcia detuvo también al exministro de Vivienda Mahmud Ibrahim Suleiman, acusado de favorecer la expropiación de una empresa y de apropiación indebida de fondos públicos y privados.
Ya se había ordenado la congelación de los bienes del exjefe de Gabinete de la Presidencia de la República y de los ex presidentes de las dos cámaras, mientras se investigaba la posibilidad de que se hubieran enriquecido ilícitamente. Los investigados son el ex presidente del Consejo de la Shura (Cámara Alta), Safvuat Esh-Sherif y el ex presidente de la Asamblea Popular, Fathi Sorour;
Ya una orden del Ministerio de Justicia dada a conocer el pasado jueves 31 de marzo impedía a Azmi, Esh-Sherif y Sorour salir del país mientras se realizaran las investigaciones, mientras que la congelación de sus bienes afecta también a sus respectivas esposas y a sus hijos.
Ministerio de Justicia impuso además una prohibición de viaje a el-Sherif, Sorour y Azmi el 31 de marzo.
Mohamed Assem El-Gohari también había ordenado imponer una prohibición de viaje a Suleiman y a su esposa.
El primer ministro provisional de Egipto, Essam Abdel-Aziz Sharaf, prometió combatir la corrupción para satisfacer las demandas de los manifestantes.
Alfredo -
Repartir leña a los que se atreven a cuestionar al Sistema.
Y repartir leña indiscriminadamente, para hacer ver cuan peligrosas son las manifestaciones de protesta, y así justificar la represión policial.
Hay que guardar la finca del Amo.
Para eso estamos los nacionalistas de servicio.
***** Hiaah, hiaah *****
* R E B U Z N A M O S *
...Luego estamos
Alfredo -
Alf -
http://www.deia.com/2011/04/07/opinion/tribuna-abierta/por-la-paz-contra-el-boicot-contra-israel
Muy acertado -
Alfredo -
* R E B U Z N O *
...Luego existo
Alfredo -
Explicación -
- La primera es a través de documentos o declaraciones de principios. Esto lleva a estudiar las instituciones del Sistema según sus definiciones de «como deberían ser» o «como deben comportarse».
En otras palabras, esto lleva a estudiar al Sistema «como se describe a sí mismo», que es lo que suelen hacer la mayoría de sus apologistas, pero también supuestos detractores del sistema como los «tradicionalistas» y la mayoría de «anti-igualitaristas».
- La segunda forma es estudiar la realidad del poder y su clase dominante, teniendo como objetivo la práctica diaria de esa misma realidad y los discursos «auxiliares» o extraoficiales para justificar esa práctica diaria.
Es decir, ver cómo se desenvuelve el poder día a día, y no cómo al poder le gustaría actuar, o cómo le gustaría fueran las cosas, o las normas o valores que el poder dice que respeta, defiende y propaga.»
pasaba por aqui -
Alfredo -
Antonio Moro (q.e.p.d.) -
-Pues no
- Pues es que igual a la reunión de los "catetos"...,.
- ¡Ojú, qué jartà a reir...!+
(In memoriam de Antonio Moro Méndez, de profesión: Ladrón, que Dios mantenga en el Purgatorio hasta que sea digno de entrar en la Gloria Eterna. Amén)
a
A Leonidas -
¿Que tiene que ver que se presente Guillermo Toledo en El Coronil por IU, con la metodolodía para enfrentarse al sistema?
¿Y porqué te parece peor que se presente Guillermo Toledo por un pueblo, a que se presente Rubalcaba, Chacón o Rajoy por España entera?
Leonida -
Paul diaz -
Desde 1913 Estados Unidos ya no es un país capitalista. En ese año y aprovechando un receso legislativo, los Morgan, Rockefeller, Walburg, Pulitzer y Rothchild engendraron la Fed, el mayor enemigo de la libertad y la ética en los EEUU. Por ironía del destino, el encuentro fue en la Isla de Jekyll. Antes de eso, el bando Jeffersoniano había resistido tajantemente los avances de los Hamiltonianos hacia la consolidación de un Estado central poderoso, subsidios para los ricos y devaluaciones para favorecer a los exportadores. Pero ese año, el sistema de socialismo monetario logró status legal. En vez de corridas ("pánicos" bancarios) cada 30 años promedio, con el sistema de free banking, ahora el riesgo moral se distribuía a todo el sistema, se alentaban los préstamos de baja calidad y sobre todo se saqueaba a las grandes mayorías via inflación. La Gran Depresión fue su primer resultado, pues el M2 (circulante + depósitos y ahorros en el sistema) fue artificialmente aumentado por la Fed durante los irresponsables años 20's. A ese boom artificial le correspondía una quiebra masiva de inversiones sin ahorro real previo para financiarlas. Y para colmo, Hoover y Roosevelt no dejaron al mercado liquidar esas malas inversiones, sino que corrieron a intervenirlo (más Estado, menos mercado) para provocar que durara finalmente toda la década de los 1930's. La actual crisis tiene sus raices en la Fed y el afán voluntarista de "masificar la vivienda" por vias nada éticas. Baste saber que un centavo de 1913 compra ahora lo mismo que un dólar, un 99% de su valor perdido a costa de las clases medias. Esto financia booms artificiales de la vivienda, invasiones en Irak, Libia, Yemen, Iran,Corea del norte, salvatajes a bancos y corporaciones con peso político.
En 1913 también, el mismo grupo de magnates hizo aprobar el Impuesto a la Renta, que los tontos utiles siempre han creido una medida redistributiva. En realidad sí redistribuye: le quita a la gente emprendedora o profesional que lo quiere ser, para darles a las élites financieras de todos los paises que lucran de préstamos al gobierno y otros medios fiduciarios. El que dude de esto, sólo tiene que averiguar cuánto de cada dólar llega al supuesto beneficiario de todo lo "gratis" que nos ofrece el Estado. En las ONGs más efectivas se habla de tal vez $10 usd por cada $100 recibidos de donaciones, según un estudio multisectorial para la ONU de 2006. ¿Cuánto logrará en eficiencia el Estado? Probablemente más, por temas de infraestructura y logística, pero no mucho más. El resto le da trabajo a toda una casta burocrática intocable. Entonces la redistribución es de los muchos sin conexiones, a los pocos bien conectados y apalancados en el sistema. Y a pesar de este retorno del feudalismo via impuestos (recordemos que el medioevo, la servidumbre se definía por un 30% de impuesto al señor feudal), en los últimos 25 años salió más gente de la pobreza en el planeta que en los últimos 400 años. La distribución del mercado masifica calidad de vida, la redistribución estatal corrompe a las sociedades de múltiples maneras.
Si 1913 marcó el inicio de dos instituciones totalmente anticapitalistas como son la Banca central (Reserva federal de Nueva york) y el impuesto a la renta (Tax Income).
Hasta no ser eliminadas, no se puede hablar de capitalismo ni culparle por la crisis mundial. El capitalismo puede parecerle a ud. más o menos bueno o malo, pero no se le debe culpar de lo que no maneja. Desde ese golpe de Estado (y nos siguen golpeando bajo), los culpables son un puñado de plutócratas y tontos útiles que venden su alma por una falsa estabilidad y una contraproducente redistribución en nombre de la justicial social.
Alfredo -
Explicación -
No olvidemos que el liberalismo siempre ha instrumentalizado, o se ha asociado, a elementos no liberales o aparentemente antiliberales, como el nacionalismo, el proteccionismo, el intervencionismo, el militarismo o el sectarismo religioso.
La crisis actual lo ha vuelto a revelar. El liberalismo puro no ha existido jamás porque no puede existir, pues el liberalismo fue ideado y está destinado, única y exclusivamente, a beneficiar a la clase capitalista. Sirve para garantizar que los resultados de las sociedades capitalistas vayan a manos privadas cuando se generan ganancias. Pero el mismo Sistema demoliberal hace un paréntesis en el «libre mercado» para socializar los resultados de esas sociedades cuando generan pérdidas.
Veremos una contradicción ostentosa, pero ésta se da sólo en la superficie. En el fondo, no hay contradicción: se hace siempre lo que interesa a los detentadores de capital.