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Vincenzo Vinciguerra: "SIMPLE, COMO LA VERDAD"

Vincenzo Vinciguerra: "SIMPLE, COMO LA VERDAD"
El tiempo permite mirar los acontecimientos desde una perspectiva diferente de cuando los vivimos.
Su inexorable transcurso nos permite ampliar, cada vez más, el campo de investigación con un efecto visual similar a quien desde tierra se embarca en un avión y, sobrevolando los mismos lugares, ve desde lo alto todo aquello que desde abajo le estaba impedido observar.

Así pues, desde lo alto, con más de medio siglo de historia, podemos hoy ver cómo, desde la segunda mitad de los años cincuenta, se va creando, en un crescendo dramático que alcanza su culminación con la cuarta guerra árabe-israelí, el 6 de octubre de 1973, una amenaza de tipo eminentemente militar en el mediterráneo, donde las fuerzas aeronavales y terrestres soviéticas y occidentales están enfrentadas en un equilibrio precario, susceptible de romperse en cada momento.
El Mediterráneo, para los Estados, la OTAN e Israel, es en aquellos años, un problema militar que los Estados mayores deben afrontar y resolver sobre el plano militar antes incluso que en el político.
Y la respuesta a la agresividad soviética y a su penetración en el Mediterráneo llega, inevitablemente, de los militares sobre el plano militar.
El 21 de abril de 1967, cuarenta y cinco días antes del inicio de la tercera guerra árabe-israelí, los militares asumen el control de Grecia, sobre cuya importancia estratégica es superfluo extenderse.
En mayo de 1968, será el general Massu, en nombre del ejército francés, quien dictará al general Charles De Gaulle las condiciones de su rendición que permiten a este último salvar las apariencias pero no el poder.
En 1969, en Italia, serán los militares los que hagan presión sobre el poder político para que se decida imponer el estado de emergencia, que constituye la premisa indispensable para restablecer la autoridad de un Estado fuerte en el interior, y subordinado internacionalmente a las exigencias militares de la Alianza Atlántica, de los Estados Unidos y de Israel.
La implicación del Estado Mayor de Defensa, en Italia, en la “estrategia de la tensión” y en el “conflicto de baja intensidad” subsiguiente, ha sido siempre infravalorado cuando no ignorado por completo.
Y sin embargo, es suficiente con observar como el Arma que más se ha comprometido en la estrategia del desorden y del terror en aquellos años, ha sido la de los Carabineros: primera arma de combate del ejército, con competencias policiales. Sólo administrativamente el Arma depende del ministerio del Interior, para todo lo demás está a las órdenes del ministerio de Defensa y del Estado Mayor del Ejército y de la Defensa.
Y la implicación de oficiales del SIOS [Servizio Informazioni Operative e Situazione -servicio secreto de las fuerzas armadas-] del Ejército, como Amos Spiazzi en sucesos que han sido considerados “destructivos”, no es cierto que sea fruto únicamente de individuos particulares
Amos Spiazzi ha terminado su carrera con el grado de general de brigada, confirmación de que los mandos militares y políticos han encontrado lícito todo lo que ha dicho y todo lo que ha hecho.
El general Vito Miceli pasa del comando del SIOS Ejército al del SID [Inteligencia militar]. El almirante Eugenio Henke, de director del SID lo volveremos a ver como jefe del Estado Mayor de la Defensa.
¿Y acaso no es la “Stay-behind” [estructura paramilitar, “red Gladio”] una fuerza militar con competencias de defensa en el espacio geográfico y político del País?
No han sido movilizados sus miembros para defender el espacio geográfico porque no ha existido invasión soviética, pero han sido utilizados al máximo para defender el espacio político amenazado por la presencia del Partido Comunista, “quinta columna” soviética en Italia.
Y es un problema exquisitamente militar el representado por la aparición, a partir de 1965, de la guerrilla palestina que debe ser afrontado por aquellas tropas de asalto destinadas a desarrollar competencias de “inteligencia” sobre el plano ofensivo (espionaje) y defensivo (contraespionaje), que no dependen en el plano operativo de la autoridad política sino de la militar, porque el servicio secreto militar y los SIOS de las tres Armas trabajan juntos.
Es, en apariencia, ilógico que en un País en donde ya todos convienen en que se ha desarrollado una guerra civil, que ha existido un conflicto de “baja intensidad”, y donde ha sido llevada a cabo una “guerra no ortodoxa”, nunca nadie haya vuelto su atención al órgano superior, sobre el plano técnico y operativo, por dirigir toda guerra, la convencional y la “no-ortodoxa”: el Estado Mayor de la Defensa.
Nunca se podrá tener la verdad sobre la tragedia italiana hasta que los historiadores de hoy y de mañana no reúnan como corresponsables, junto a la autoridad política, la militar del Estado Mayor de Defensa, contando con los indicios que existen.
La verdad es simple, lineal. Es justo, incluso laudable, investigar, a distancia de tantos años de la masacre de plaza Fontana, verificar el tipo de explosivo que utilizaron los terroristas.
No basta solo con identificar los autores, es necesario encontrar otra pieza del mosaico que se intenta reconstruir.
Como es sabido, todo el explosivo encontrado en el Véneto o atribuible a la célula de confidentes véneta de Ordine Nuovo, fue “hecho explotar” por los organismos encargados de la seguridad de esos confidentes.
Pero los indicios permanecen.
El 31 de mayo de 1966, la Jefatura de policía de Verona denuncia por posesión de armas y municiones a Roberto Besutti, Elio Massagrande, Marcello Soffiati, Gian Paolo Paini, Giovanni Barozzi, Alberto Miorandi, Alfredo Cristofoletti, Massimiliano D’Andrea, Marco Morin . Señala además a los oficiales americanos Shars y Richard Teddy como personas en contacto con los denunciados.
En el mismo informe, la Jefatura revela que han sido intervenidas decenas de pistolas y fusiles de distinto tipo, detonadores de mercurio, detonadores eléctricos, 173 pastillas de tritol, mechas detonantes, 8 minas antihombre, 3 bombas de mano MK2 y 5 recipientes de explosivo plástico israelí Mcl3.
Para que suceda la masacre de plaza de Fontana en la Banca de Agricultura de Milán, el 12 de diciembre de 1969, faltan 3 años y seis meses, pero sólo un acto de fe puede llevarnos a creer que los confidentes vénetos poseían solamente las armas y los explosivos que la policía de Verona les intervino.
¿Cuánto explosivo plástico israelí Mcl3 tenían además los colaboradores de los servicios secretos israelíes y americanos en Véneto?
Nadie ha indagado jamás a fondo sobre los personajes denunciados el 31 de mayo de 1966 y sobre sus conexiones con los aparatos de seguridad italianos y extranjeros.
Lo cierto es que en el interior de la Banca de Agricultura se ha usado un explosivo plástico. No es nuestra costumbre escribir la historia mediante opiniones, por tanto no decimos, porque no tenemos elementos para decirlo, que en plaza Fontana los terroristas emplearon el Mcl3 israelí, pero sugerimos profundizar el argumento siempre que sea posible llegar hoy a una conclusión cierta, en un sentido o en otro.
Y siguiendo el argumento, recordamos que fueron los israelíes los que comenzaron desde la mitad de los años treinta a emplear, de modo sistemático, el arma de la masacre contra la población civil árabe para obligarla a abandonar los lugares en los cuales debían asentarse los judíos que llegaban a Palestina.
El hecho de que en Italia, para responder del delito de masacre en tres procesos, comparezcan personas ligadas a los servicios secretos israelíes ciertamente no es una coincidencia.
Tampoco lo es [coincidencia] indudablemente que existan imputados por masacre, ligados a los servicios secretos civiles y militares americanos e israelíes, y hechos pasar todavía hoy como “fascistas”.
La verdad es simple, lineal. Sin embargo, hay que tener el valor de decirla.


Vincenzo Vinciguerra, Opera 27 de julio de 2009

Trad.- A. Muñoz
www.marilenagrill.org




8 comentarios

Unomenos -

No sé de donde coño saca "Max Magnus", ni como lo hace, que la sudodicha derecha era ¿heroica? ¿social? y ¿revolucionaria?
La derecha radical italiana era tan "heroica" como la Democracia Cristiana y el resto de partidos burgueses -desde los "socialistas" hasta los liberales, aunque, esto sin lugar a dudas, más cretinos por hacer la parte más sucia del trabajo- tan antisocial como la banca y tan antirrevolucionaria como el Vaticano.
Pero recordando pasada intervenciones del citado Max, no me entraña nada que pinte esa situación alrevés de la que era.

Virilo -

Sí, porque después acusan a los que llevan este blog de iniciar ataques contra el secretario general del MSR.
Y si el MSR lance mierda a DN o DN al MSR es una pelea interna entre los "ambar dror" de la destra nazionale espagnola.

ANTAGONISTAS -

Ningun comentario más sobre este sujeto, sus enjuagues seudopoliticos, sus iniciativas sexuales o sus comentarios delirantes.
Se borrarán de inmediato.
La publicidad hay que pagarla.

Mismo nicho de votos/afiliados -

El mega-lídr NR, aquí llamado "el enano", arremete en su "enano" blog contra su competidor de DN, Manolo Canduela.

Venator -

Por qué sigues tú con tu matraca?

Max Magnus -

El Heroismo social y revolucionario de la Destra radicale está fuera de toda duda. ¿Porque seguis con la matraca del pobre y condenado "Enzino"?

Antagonistas -

Gracias "rulo". Igualmente.
Nos veremos...

El Rulo -

¡Jajeje, muy majo el bebe cabreado del avatar!
Más legible y lucida la nueva plantilla.
Y Vinciguerra nuevamente brillante al contextualizar el fenómeno masacrista en su doble aspecto geopolitico y militar.
Un saludo para Alfonso de un viejo resistente.