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Visiones y Revisiones: Julius Evola

Visiones y Revisiones: Julius Evola

LA RAZA DEL HOMBRE FUGAZ

Desde los tiempos más remotos ha sido reconocida siempre la analogía existente entre el ser humano y aquel organismo más grande que es el Estado. La concepción tradicional del Estado –concepción orgánica y articulada- ha reflejado siempre la misma natural jerarquía de las facultades propias de un ser humano en sentido completo, en el cual el elemento puramente físico y somático está regido por las fuerzas vitales, estas obedecen a la vida del alma y al carácter, mientras que en el vórtice de todo el ser se encuentra el principio intelectual y espiritual, lo que los estoicos denominaban el soberano interior, el egemonikon.

            A partir de tales ideas, la democracia se presenta en forma manifiesta como un fenómeno regresivo, como un sistema en el cual toda relación normal se encuentra invertida. El egemonikon es aquí inexistente. La determinación viene desde lo bajo. Falta cualquier centro verdadero. Una pseudo-autoridad revocable al servicio de lo que se encuentra en lo bajo –del aspecto puramente material, “social”, económico y cuantitativo de un pueblo- corresponde, de acuerdo a la indicada analogía, a una situación que, en el caso de un ser individual, sería la de una mente y de un principio espiritual que existiesen y tuviesen su razón de ser únicamente como exponentes de las necesidades de la corporeidad, el servicio de la misma.

            El advenimiento de la democracia significa algo más serio y más grave de lo que hoy puede parecer desde el punto de vista puramente político, es decir, como el error y la estupidísima infatuación de una sociedad que se prepara la propia fosa. En efecto, no es osado afirmar que el clima “democrático” es tal de no poder ejercer, a la larga y con el tiempo, una acción en sentido regresivo también con el hombre como personalidad y en los términos incluso “existenciales”: justamente como consecuencia de las correspondencias antes indicadas entre el individuo en tanto pequeño organismo y el Estado en tanto gran organismo.

            Una tal idea puede hallar su confirmación si se examinan varios aspectos de la sociedad más reciente. Platón manifestó en su oportunidad que los que no tienen un señor en sí mismos es bueno que por lo menos lo tengan afuera  de sí mismos. Y bien, lo que ha sido enarbolado como la “liberación” de uno u otro pueblo, incluso a veces con la violencia (como sucediera luego de la segunda guerra mundial), con el “progreso democrático”,al eliminarse todo principio de soberanía y de autoridad verdadera y de todo ordenamiento desde lo alto, hoy se opera en un número relevante de individuos una “liberación” que no significa otra cosa que la eliminación de cualquier “forma” interior, de cualquier carácter, de cualquier rectitud: el declive o la carencia en el sujeto de aquel poder central del cual hemos recordado la sugestiva denominación clásica de egemonikon. Ello no solo en lo referente al plano puramente ético, sino en el campo mismo de los comportamientos más corrientes, de la psicología individual, de la estructura existencial. El resultado es la difusión de un tipo lábil e informe, de aquella que con propiedad podría denominarse como la raza del hombre fugaz. Es aquella raza que merecería ser caracterizada en forma más detallada de lo que sea posible hacer aquí: aun recurriendo a métodos científicos y experimentales.

            El tipo perteneciente a tal raza no sólo no tolera ninguna disciplina interna, no sólo aborrece colocarse ante sí mismo, sino que es también incapaz de cualquier compromiso, de seguir una línea precisa, de mostrar un carácter. En parte, él no lo quiere; en parte, no puede hacerlo. En efecto, es interesante notar que tal labilidad no es siempre la que se encuentra al servicio del interés privado de escrúpulos, no es siempre la de quien dice: “Estos no son tiempos en donde podamos permitirnos el lujo de tener un carácter” (Nietzsche). No, en varios casos tal comportamiento se dirige en contra de las mismas personas que lo poseen. Es significativo además que el tipo decadente del cual hablamos hace siempre más pie sea en áreas en donde la raza y la tradición le ofrecían un terreno menos apto (nos referimos sobretodo a la Europa central y a los países nórdicos, en una cierta medida a la misma Inglaterra), sea en estratos, cuales la aristocracia y el artesanado, cuyos integrantes ayer mantenían aun una cierta forma interior.

            En efecto en la misma corriente de disgregación se encuentra  también el declive de cualquier “honor profesional”, honor que ha representado una expresión preciosa en el campo práctico, de la conciencia moral y también de una cierta nobleza. El placer de producir según la propia arte dando lo mejor de sí mismos, con compromiso y honestidad, cede el lugar al más bajo interés que no retrocede ante la adulteración y el fraude. Característicos entre todos los existentes son los fraudes alimentarios, hoy convertidos en desfachatados y difundidos como nunca, en los cuales debe notarse no tan sólo una irresponsabilidad muchas veces delictiva, sino también el carácter oblicuo, la caída de nivel interior, el desvanecimiento de aquel sentimiento del honor que en otros tiempos caracterizaba también a las más humildes corporaciones. (En un determinado sector, paralelamente a la industrialización, se le sustituye la proletarización del carácter y el chantaje social propio de la denominada “clase obrera”, es decir, de aquellos que no son más que simples “vendedores de trabajo”).

            Hemos dicho que el fenómeno no se refiere sólo al campo moral. La labilidad, la evasividad, la alegre irresponsabilidad, la desenvuelta falta de corrección se demuestra aun en las banalidades de la vida de todos los días. Se promete una cosa –escribir, hablar por teléfono, interesarse en esto o en aquello- y no se hace. No se es puntual. En ciertos casos más graves la misma memoria no es ahorrada: nos olvidamos, somos distraídos, se manifiesta una gran dificultad en concentrarse. Muchos especialistas han constatado por lo demás la menor memoria que poseen las nuevas generaciones, fenómeno que se ha tratado de explicar con diferentes razones peregrinas y adyacentes, mientras que la causa verdadera debe verse en la mencionada modificación del clima general que parece llevar a una verdadera y propia alteración psíquica estructural. Y si se recuerda lo que agudamente ha escrito Weiniger acerca de las relaciones entre eticidad, lógica y memoria, sobre el significado de la memoria en un plano superior, no simplemente psicológico (la memoria posee estrechas relaciones con la unidad de la personalidad, con su resistencia a la dispersión del tiempo, al flujo de la duración: tiene pues también un valor ético y ontológico: no por nada un particular refuerzo de la memoria ha formado parte de disciplinas de alta ascesis, por ejemplo en el buddhismo), se pueden comprender las más profundas implicaciones en tal fenómeno.

            Además, lo propio del estilo del hombre fugaz es el de mentir con naturalidad, muchas veces incluso gratuitamente, sin siquiera un verdadero fin; de aquí también su rasgo específicamente “femenino”. Y si a alguno de tal raza se le reprochara un tal comportamiento, él o se asombraría, pues lo siente como algo muy natural, bien se sentiría atacado, reaccionaría con una intolerancia casi histérica. No se quiere ser “molestado”. En el círculo de las propias relaciones cada uno podrá constatar fácilmente, esta especie de neurosis, tan sólo si le presta un poco de atención. Y se podrá también resaltar cómo muchas personas que ayer nos ilusionábamos de conocer como amigos o como hombres poseedores de un cierto carácter, hoy, luego de la guerra, son irreconocibles.

            Del mundo de los politiqueros con sus coimas y con todo aquel régimen de corrupción que siempre ha caracterizado a las democracias parlamentarias, pero que hoy se pone en evidencia de manera desfachatada, no es el caso de hablar aquí, pues es algo ultraevidente el rol que en el mismo le cabe al hombre de raza fugaz, la que es idéntica siempre más allá de las  diversidades de etiquetas de partidos. Hay que observar que muchísimas veces ni siquiera hacen excepción a tal regla los que se profesan de ideas de “derecha” puestos que en ellos tales ideas ocupan un sector separado, privado de contactos directos y de consecuencias de compromiso con su realidad existencia. Vale la pena mencionar más bien el carácter de una cierta corrupción minúscula, en especial en el campo sexual, entre las nuevas generaciones “emancipadas”, bajo la forma aproximada de lo que se ha dado en llamar la “dolce vita”. Ello es referible a la misma causa, a la labilidad y a la inconsistencia. No corresponde a algo positivamente inconformista, a la afirmación de una libertad superior, de una pronunciada personalidad. Es en vez el efecto de un puro dejarse ir, así, en el fondo, de una pasividad, de una banal caída de nivel; sobre lo cual volveremos al estudiar el subsuelo de ciertas corrientes ideológicas sexológicas de nuestros días. El lugar en donde debería hallarse el “soberano interior”, quizás para oponer la propia ley del propio ser a toda ley externa, a toda hipocresía o mentira (Stirner, Nietzsche, Ibsen), está vacío. Se vive al día, en manera por lo demás estúpida. De allí que en algunos momentos muy raros en que se tome conciencia el resultado sea el disgusto y el aburrimiento.

            Falta de una autoridad, de verdaderos jefes, en lo externo, en el organismo del Estado y, correlativamente, falta de una forma interior en los sujetos: una cosa es solidaria con la otra y una cosa corrobora a la otra, de modo de hacer pensar que quizás se trata de dos diferentes aspectos de un fenómeno único de nuestros tiempos evolucionados y democráticos.

 

 

[*] Evola, Julius, El arco y la clava, pp.19-23, Ed. Heracles, Buenos Aires, 1999. (1ª ed. 1968).

Este mismo tema fue tratado en artículo homónimo de febrero de 1951.

13 comentarios

Antichapas -

Totalmente de acuerdo con Venator. El problema que representa la sociedad actual y el tipo de hombre dominante en ella, apuntado por Évola arriba, y señalado también por Guenon en el enlace de Lolo, no tiene ni un origen racial (en el plano biológico) ni territorial.
Ese supremacismo de la raza blanca o del territorio europeo, tan repugnante como absurdo, se rechaza de veras superando los parámetros pueriles del racismo biológico o telúrico, «no dándole la vuelta a la tortilla» cayendo en la demonización de los blancos o los asentados en Europa. Nadie es condenable ni por su raza o por pertenecer a su tierra.
Sería quedar atrapado en la misma clase de estupidez: el colectivismo étnico, tratar a las razas como si fueran bloques moralmente homogéneos.

No se olvide tampoco que, en muchas ocasiones, ese racismo xenófobo es la salida que hallan elementos amargados de una raza, que necesitan hundir al Otro en el fango para sentirse superiores.
La endofobia, el desprecio o la condena de nuestra raza biológica, es hundirse en el mismo error que la xenofobia, de los que desprecian a otras razas o salen con el recurso fácil de culparles colectivamente de los problemas.

Venator -

Joder, lo llevamos claro si el cáncer se puede personalizar en una raza. La misma tara de los nazis (y por qué no de los sionistas) traspolada al caso de la raza blanca.

Si podemos hablar de un cáncer en términos de raza sólo puede ser en un plano metafísico (raza del espíritu), y ahí el único cáncer es la raza que constituye la burguesía (como clase, como mentalidad, como tipo "humano"...).

A-m-b-a-r Dror -

Ojala esta repugnante Europa blanca desaparezca de una vez, sea invadida por musulmanes y negros y por todos los pueblos oprimidos que Europa opresora a explotado y colonizado, que se diluya en un mar de color.

Aprended un poco y retened esta frase de la escritora y pensadora Susan Sontag, dijo: ”La raza blanca es el cáncer de la Historia Humana”. Su sabiduría era incalculable

Buen viaje -

"Pasen y vean el Circo Mundial del Sionismo cristiano, neopagano e indioeuropeo...
La lucha sempiterna... Abandonada, retomada, fracasada y vuelta a empezar de nuevo con otra táctica, con otro nombre y otra identidad.
Una lucha TAN IRREAL como ellos mismos, como su Europa Identitaria, Paleolítica y Metapolítica proyectada a un Futuro que ya no sueñan ni imaginan porque es un porvenir que no-viene-nunca.
Una lucha retórica asumida y perdida antes de comenzada. EJECUTADA siempre en nombre de OTROS y en BENEFICIO de OTROS.
... Los “Soldados de Salamina” de la multi-identidad nacional, los últimos de Filipinas del neofascismo español... los HEREDEROS SIN HERENCIA que todo lo asumen y todo reducen al Liliput de su talla política, moral y personal se han unido al festín del Poder.
Nadie les ha invitado... Entretanto se conforman con algunas migajas caídas de la mesa presidencial de los señores de la guerra étnica, burocrática y comercial: los viejos truhanes de la vieja Europa Una, Grande y Libre de Moros y Yankis, por este orden.
Confiamos que esta vez hayan cogido su “tren” definitivo y que su linea ferrea avance por un camino sin retorno.
Bon Voyage.

Venator -

Pues sí, lo que llaman "democracia" es una coartada anestesiante. La realidad es bien distinta, el poder es del dinero dentro de las actuales sociedades y economías monetarizadas. El dinero es el principal vínculo social, y es al mismo tiempo una institución ligada a la soberanía. Así que en sentido estricto no estamos ante "democracias" (propaganda ideológica del sistema) sino ante un totalitarismo monetario, un despotismo brutal como nunca lo ha habido antes (dulcificado por la manipulación mediática, por los inmortales principios de la revolución, etc.).

Lolo -

Ya no se trata de una élite de sabios (metafísicamente hablando) que gobierna estando al servicio de su pueblo, si no de una oligarquía (rica a nivel material y miserable a nivel espiritual) opresora que oculta su tiranía bajo ese disfraz anestesiante que ellos llaman "democracia".

Cactus -

A la casta de comerciantes le ha sucedido la más avanzada casta de los especuladores.
Aquí fallan los pseudojefes, y falla mucho más la "tropa", completamente averiada en todos los aspectos.
En realidad la gente se queja de no alcanzar -ellos en particular- las expectativas materiales que sólo pueden cumplir unos pocos.

Lolo -

Recomiendo leer el capítulo seis (el caos social) de "la crisis del mundo moderno" de guénon. Trata muy bien el tema de la imposibilidad de la "democracia" como sistema de gobierno y de su relación con el carácter y personalidad del individuo moderno.
El libro lo podéis descargar aquí: http://www.euskalnet.net/graal/crisis.zip

Lolo -

En una democracia moderna, la determinación no viene de lo bajo y cuantitativo( aunque tampoco de lo elevado y cualitativo), si no de la nueva élite dominante de la casta comerciante que manipula las mayorías (aparentemente soberanas) utilizándolas como coartada para extender su poder a lo largo del planeta. En mi opinión, es la influencia que ejerce dicha casta sobre todo individuo, la que lleva al hombre moderno irremediablemente a esta neurosis de la que nos habla Julius Évola.

SEPAH-E-PASDARAN -

La Guardia Revolucionaria asgura que Occidente intenta aprovecharse de la crisis iraní
Hoy, 12.52

El director de la Oficina Política del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Yadolá Javani, aseguró hoy que ciertos países occidentales están intentando aprovecharse de la actual crisis en Irán. entrevista concedida a la cadena iraní Press TV, comentó que Estados Unidos, junto a otros países occidentales, se están beneficiando "enormemente" de la situación política en el país. "Uno sabe que las revoluciones de colores como la Revolución Rosa de Georgia o la Naranja de Ucrania estaban instigadas por Estados Unidos y tenían el objetivo de acercar a los países de la antigua Unión Soviética a la política de Washington y que sirviesen a sus intereses", afirmó.

Javani indicó también que la consejera de seguridad nacional durante la primera legislatura de George W. Bush, Condoleezza Rice, comentó una vez que los intentos de Washington por dañar, aislar o incluso derrocar al Gobierno iraní fracasaron. Una vez fue designada como secretaria de Estado, Rice presentó un proyecto de ley destinado a apoyar a los que se oponían al actual Gobierno, añadió el director del organismo.

Por otro lado, resaltó que la Guardia Revolucionaria no es un partido político y que, por lo tanto, no se ha comprometido con ninguno de los candidatos que se presentaron a las elecciones del pasado 12 de junio. En cuanto a las acusaciones de fraude en los comicios, indicó que fueron instigados por los medios y gobiernos extranjeros. Además, afirmó que las elecciones celebradas en el país durante los últimos 30 años han sido "libres y justas".

Antichapas -

Pues parece que para algunos lo más grave de la farsa «nazional-reboluncionaria» y «sozial-rebuflicana» no es todo lo que acertadamente les acusa «Camino sin retorno», sino sí se ríen o no se ríen a escondidas de los nostálgicos del franquismo.

LA RAZA EN EL PENSAMIENTO EVOLIANO -

Desde la óptica de un racismo espiritual el hecho de ser moderno no es una circunstancia fatal ni necesaria, tal como creen los hombres de tal edad, sino el producto exasperado de una determinada raza presente en nosotros mismos como una forma impura y defectuosa y a la que debemos abatir. Es la raza titánica, la raza del hombre fugaz y efímero al que se modela y masifica pasivamente, del sujeto sumergido y reducido a la mera temporalidad y devenir en lo que se disuelve. Frente a la misma se encuentra la raza de Dionisio, el ser divino, el eterno, cuya existencia y recreación está sometida a una prueba, a una guerra santa e interior por la que debe lograr el doblegamiento del hombre moderno y titánico que existe en uno mismo instaurando la dirección contraria. Por la misma debemos llegar a ser capaces de concebir a esta existencia no como un absoluto, sino como un grado más de manifestación englobado en un fin que la trasciende. A su vez y como una extensión de tal combate sostenido en el seno de uno mismo, de ese conflicto interior que acontece en lo más profundo de sí entre dos razas antitéticas, es que se desenvuelve también la otra guerra, la de la Rebelión en contra del mundo moderno, al que hay que abatir para restaurar la Tradición superando así los límites finitos del propio yo

Camino sin Retorno = -

Expulsión, repatriación, deportación: No existe otra Solución.
Resistencia, Reconquista Revolución. Lean a Faye y a Del Valle: duo traducido e introducido en nuestro país por los discípulos y apóstoles social-republicanos de Ernest Milá & Heterónimos.
Lean a Oriana Fallaci. Oigan a Garcia-Serrano. Oigan y lean a Jiménez-Losantos. Escuchen, compren y comenten las valientes opiniones del “políticamente correcto” e incansable polígrafo maño César Vidal Manzanares: protestante de Sinagoga y católico viperino.
Pasen y vean el Circo Mundial del Sionismo cristiano, neopagano e indioeuropeo donde los enanos políticos del MSR crecen y crecen sin parar. Nadie los lee. Nadie los oye y casi ninguno los vota empezando por ellos mismos.
No importa la lucha continua.
La lucha sempiterna por no seguir siendo “los últimos de ayer, sino los primeros de mañana”.
Mala suerte. Seguirán siendo los últimos de ayer y los últimos de mañana y de pasado mañana.
Abandonada, retomada, fracasada y vuelta a empezar de nuevo con otra táctica, con otro nombre y otra identidad.
Una lucha tan irreal como ellos mismos, como su Europa Identitaria, Paleolítica y Metapolítica proyectada a un Futuro que ya no sueñan ni imaginan porque es un porvenir que no-viene-nunca.
Una lucha retórica asumida y perdida antes de comenzada. Ejecutada siempre en nombre de Otros y en beneficio de Otros.
Huérfanos de sí mismos, envejecidos prematuramente, agotados de esperar el fin como dirian Los Ilegales,se atusan el pelo y se planchan el terno en previsión de formar un remotísimo gabinete europeo de salvación nacional que de ilusión también se vive.
Los “Soldados de Salamina” de la multi-identidad nacional, los últimos de Filipinas del neofascismo español, los nietos de Carrero Blanco y Sánchez-Covisa, los Ramiristas de Thiriart, los franquistas del fascismo rojo, cojo y trampantojo, los herederos sin herencia que todo lo asumen y todo reducen al Liliput de su talla política, moral y personal se han unido al festín del Poder.
Nadie les ha invitado. El camino hacia el poder se lo marca la ley. Luego vendrá la Revolución Europea. Entretanto se conforman con algunas migajas caídas de la mesa presidencial de los señores de la guerra étnica, burocrática y comercial: los viejos truhanes de la vieja Europa Una, Grande y Libre de Moros y Yankis, por este orden.
Confiamos que esta vez hayan cogido su “tren” definitivo y que su linea ferrea avance por un camino sin retorno.
Bon Voyage.
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