Globalización y migraciones. Frente a humanitaristas e identitarios: el Frente de los Pueblos
por M.A.Martínez.
Aunque no pueda hablarse de una verdadera teoría migratoria que dé cuenta de la complejidad del fenómeno en toda su extensión, si observamos la globalización como un proceso consistente en la progresiva y creciente integración de las distintas economías nacionales en un único mercado capitalista mundial, el actual fenómeno migratorio ha de contemplarse como un aspecto interno de ese sistema global, a su vez producto del desarrollo histórico anterior (1). Aunque su génesis deba rastrearse mucho más atrás en el tiempo (2), este sistema comienza a configurarse en sus actuales y cambiantes dimensiones a partir del modelo de desarrollo hegemónico impuesto tras la II GM, modelo que profundiza a su vez en el proceso de economización (3) de las vidas inherente a la cosmovisión del mundo de la modernidad. Desde esta perspectiva, cabría ver la mayor parte de los actuales movimientos migratorios como una más de las muchas consecuencias del triunfo de este proceso que, por medio de su expansión y penetración a nivel planetario, se traduce en la mundialización de la economía, de los modelos de consumo y del pensamiento. La necesidad de implantar dichos modelos hegemónicos y de cumplir con las exigencias del capital, junto a la internacionalización de los vínculos por medio de los medios de transporte, de comunicación, etc. ha permitido que determinados grupos locales hayan podido migrar hacia los centros hegemónicos. Así, siguiendo a PORTES y BÖRÖCZ (4), la migración tiene hoy una doble función: para el capital es una fuente de mano de obra abundante y barata; para los migrantes es un medio de supervivencia y un vehículo de integración social y movilidad económica.
Si en otros momentos de la historia la penetración del capitalismo se efectuó mediante el comercio de esclavos y la conquista, o a través de la captación de migrantes por incentivos económicos, es evidente que dichas formas respondían a las iniciativas de los estados ubicados en el centro de la economía internacional y a los cambiantes intereses de sus clases dominantes (5). No otra cosa sucedería hoy con la globalización de las migraciones, cuando los emigrantes emprenden voluntariamente el proceso migratorio constituyéndose al mismo tiempo en “oferta inagotable” (6) de mano de obra más barata y en creciente demanda de consumo (en destino y en origen).
La diferencia con respecto al esclavo o al conquistado estriba ahora en la coincidencia de buena parte de los objetivos y aspiraciones de los migrantes con los intereses del capital. De este modo, al asegurar múltiples flujos y transferencias de mercancías, personas e ideas, al tiempo que recrea un desarrollo desigual y dependiente, la migración se convierte en uno de los componentes funcionales de la globalización (7). Inscrita en este proceso es como se puede entender la globalización de la migración, su aceleración, su diferenciación, su feminización, la creciente politización de la migración (8), o el hecho de que los principales flujos de la migración provengan de Asia, América Latina y África (9).
Aunque la mundialización de la migración no puede –ni debe- explicarse tan sólo como resultado de la globalización de la economía, es básico considerar el éxito de la globalización entendida como espacio hegemónico del proyecto de la modernidad, dentro del cual se crea esa “perspectiva mundial” (10) que hace posible la migración en sus actuales características, más allá de la globalización económica o de la mera tecnificación. En tanto que sistema global y multipolar, hay que atender entonces a los discursos, valores e ideas que acompañan este desarrollo histórico (así como a la multiplicidad de resistencias y contravalores que se le oponen), y a sus distintos lugares de enunciación. Comprender pues el discurso hegemónico que otorga la primacía a lo económico por medio del mercado mundial y atender a las diversas relaciones sociales de la “globalidad” (11) resultante. Insertar en consecuencia las migraciones dentro de ese “horizonte imaginado” por sujetos colectivos e individuales, y abordarlas dentro del contexto de la globalización como proyecto de orden hegemónico, pero también como resultado de múltiples movimientos, en parte contradictorios, con resultados abiertos, que implican diversas conexiones “local-global y local-local” (12).
De gran valor es entonces atender a la génesis y desarrollo de distintos procesos (como la “cultura migratoria”; la “causación acumulativa”; las “redes migratorias”; las estrategias para el mantenimiento y la reproducción del grupo doméstico dentro del desigual contexto internacional (13), etc.) así como sus relaciones con el actual marco de la globalización, del que cabe suponer dependan en gran medida y al que sin duda contribuyen a transformar. Procesos y estrategias derivadas del escenario surgido a resultas del actual paradigma del desarrollo, que efectivamente producen una migración que más tarde se perpetúa a sí misma tras modificar la realidad a partir de una serie de procesos socioeconómicos que inducen, permiten y facilitan los desplazamientos. Estos cambios sociales y económicos inciden en la translocalización y/o deslocalización del grupo doméstico, de la comunidad, del trabajo, del capital, etc. de tal suerte que el actual fenómeno migratorio da lugar también a importantes desequilibrios y conflictos (14), en una globalización donde, además, “la condición de natural que toda identidad grupal busca y asume se ve perennemente amenazada por la afinidad abstracta de las categorías de mayorías y minoría”, en tanto las migraciones globales a través y dentro de las fronteras nacionales “disuelven constantemente los vínculos que unen a las personas a las ideologías de la tierra y el territorio” (15).
En este sentido, cabe demandar que el estudio y el tratamiento de las migraciones no se alejen de la realidad social y sean problematizados, lejos de discursos acríticos que, además de ser trampas que eluden pronunciarse sobre los orígenes de los problemas impidiendo su posible solución, acaban convirtiéndose además en justificación y fundamento de la ideología de las clases privilegiadas. Efectivamente, es absurdo resolver los problemas negando los hechos y en demasiadas ocasiones parece haber miedo “a reconocer que la vida social se problematiza en relación con la presencia de inmigrantes” (16). La cuestión, por lo demás, no estriba únicamente en las dificultades para establecer marcos y pautas que favorezcan la “convivencia intercultural” (17), sino que, con ser esto importante, y precisamente por su vital importancia, ese esfuerzo debe ir acompañado de la reflexión crítica sobre las profundas transformaciones de las relaciones sociales y económicas sufridas en los países receptores. Aquí, por ejemplo, independientemente de la naturaleza de la segmentación del mercado (difícilmente dual (18)), no puede soslayarse la importancia de la progresiva tercermundización (19) de buena parte del mismo en los países receptores, su paulatina y creciente precarización y la relación o papel que en todo ello juegan y han jugado los flujos migratorios. No olvidar, en suma, la naturaleza del sistema capitalista, el actual marco de desmantelamiento del estado del bienestar, la competición inherente al mercado, el desempleo, el gasto social, la percepción de la ciudadanía ante la migración, las políticas al respecto, etc. Sobre todas estas cuestiones, acerca de sus problemas y potencialidades, es necesario un debate público sereno y abierto a la crítica, alejado tanto de la apología irresponsable como de la ponzoñosa xenofobia, ambas posturas al servicio de la estrategia de la confusión inherente al proceso globalizador.
Insistir en la generalizada e ingenua visión de las migraciones como simples experiencias vitales más o menos dificultosas contempladas casi únicamente desde el ejercicio al derecho a la libre movilidad, o persistir en minusvalorar la importancia que tienen hechos como que en España, por ejemplo, se haya producido un incremento del 202% en la cifra de inmigrantes extranjeros desde 2001 al 2007 (20), es incurrir en posturas que contribuyen a consolidar los procesos de homogeneización mundialista. Del mismo modo operan por otra parte los que atribuyen a los inmigrantes la responsabilidad sobre buena parte de los males que padece la población autóctona, o se remiten a discursos etnicistas e identitarios que no desean más que perpetuar los actuales mecanismos de poder y el cada vez más precario estatus de las sociedades europeas dentro del capitalismo avanzado.
“Humanitaristas” e “identitarios” finalmente afectos a los valores del sistema occidental, atacan del mismo modo a todos aquellos que cuestionen esos valores o mantengan otros distintos, afianzando el discurso homogeneizador y persiguiendo las mentalidades genuinamente comunitarias –las aún existentes y las por venir-, ya sea para disponer de una reserva dócil y maleable de votos o una inagotable cantera de mano de obra barata, una y otra al servicio del capital. Frente a estas posturas, la oposición al sistema dominante debe profundizar en las causas y en las consecuencias de los fenómenos migratorios, denunciando su naturaleza funcional dentro de los procesos de la Globalización, pero también manteniéndose alerta ante las posibilidades que pueda ofrecer a la hora de construir el necesario Frente de los Pueblos. En definitiva, como señala Alain de Benoist:
“La americanización del mundo, la estandarización de la forma de producción y de los hábitos de consumo, el dominio de la lógica del beneficio, la propagación del mercado mundial, la erosión sistemática de las culturas a consecuencia de la globalización destruyen aún más la identidad de los pueblos de lo que lo hace la inmigración. La apertura de un Macdonalds o un Walmart son una amenaza mayor para nuestra identidad que la apertura de una mezquita.” (21).
[1] Procesos no sólo económicos, sino también políticos, culturales y sociales, y asentados sobre unas determinadas bases ideológicas y filosóficas rastreables e identificables en la historia.
[2] Tan atrás como situemos en la historia el punto de partida de la modernidad, algo que excede las pretensiones de esta reflexión.
[3] Aquí entendido como un proceso de desvalorización de “todas las demás fuerzas de existencia social”, metamorfoseando las actividades, deseos, interacciones, etc. de la gente en “necesidades cuya satisfacción requiere la intermediación del mercado”. Esteva, G. (1996, 1990): “Desarrollo”, en Sachs, W (ed.): Diccionario del desarrollo. Una guía del conocimiento como poder, Lima, Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas: 52-78.
[4] A. Portes y J. Böröcz (1998) “Las migraciones actuales: perspectivas teóricas sobre sus causas determinantes y las formas de incorporación de los extranjeros”, en G. Malgesini (comp.) Cruzando fronteras. Migraciones en el sistema mundial. Fundación Hogar del Empleado. (Pág. 53).
[5] Ibid. Pág. 50.
[6] A. Portes y J. Böröcz, Op. Cit. Pág., 50.
[7] J. Lacomba (2004) Migraciones y desarrollo en Marruecos. La Catarata, Madrid: “Los vínculos entre migraciones y desarrollo. Una inestable y compleja relación: los aportes teóricos de la cuestión” (Pág. 34)
[8] Castels y Miller, citados por L. Cachón (2003) “La inmigración en España: los desafíos de la construcción de una nueva sociedad”, Migraciones, nº 14 (Pág. 228).
[9] J. Arango (posterior a 2005?) “Las migraciones internacionales en un mundo globalizado” (Pág. 3). Disponible en la Red Internet: http://www.fundacionpedrogarciacabrera.com/index_memoria/activ_06/jj%20inmigracion06/libro/01%20joaquinarango.pdf.
[10] Ibíd.
[11] Ulrich Beck (1998) Qué es la globalización. Paidós. Barcelona
[12] N. García Canclini (1999) La globalización imaginada. Buenos Aires, Paidós.
[13] Atendiendo al complejo mundo de relaciones en el interior del mismo, económicas y también ideológicas y simbólicas respecto a las aportaciones, beneficios y actividades de cada miembro dentro del mismo y en su articulación con el capitalismo. C. Gregorio Gil (1997) “El estudio de las migraciones internacionales desde una perspectiva de género”, Migraciones, nº 1 (Págs. 145-175).
[14] “(…) entre el volumen que necesitan los países desfavorecidos y el que están dispuestos a admitir los más desarrollados; entre el número de inmigrantes que éstos últimos necesitan y el que efectivamente admiten; entre la inmigración que los receptores desearían recibir y la que de hecho reciben, por mencionar algunos de los más formidables” Arango, J. Op. Cit. Pág. 1.
[15] A. Appadurai (2007) El rechazo a las minorías. Tusquets, Barcelona. (Pág. 108).
[16] T. San Román (1995) “Primera parte: discurso sobre la alterofobia”, en: Los muros de la separación. Universidad Autónoma de Barcelona.
[17] C. Giménez (2005) “Convivencia. Conceptualización y sugerencias para la praxis”, Puntos de vista nº 1
[18] En tanto “los segmentos son muchos más que dos y las líneas divisorias que los distinguen dependen de los criterios que se tomen como base de la clasificación” U. Martínez Veiga (1998) “La competición en el mercado de trabajo entre inmigrantes y nativos”, Migraciones, nº 3 (Pág. 18).
[19] Montoliú y Duque, citados por L. Cachón (2003) “La inmigración en España: los desafíos de la construcción de una nueva sociedad”, Migraciones, nº 14 (Pág. 225).
[20] Sánchez Medero, G. y Sánchez Medero, R. “Una respuesta serena a los detractores del "Informe sobre la inmigración en España" en El Viejo Topo nº 243 (abril 2008) Disponible en la Red Internet: http://www.rebelion.org/docs/65862.pdf
[21] "No solo la inmigración amenaza nuestra identidad": Entrevista de Peter Krause con Alain de Benoist http://foster.20megsfree.com/
9 comentarios
La apertura de un Macdonalds... -
La americanización del mundo, la estandarización de la forma de producción y de los hábitos de consumo, el dominio de la lógica del beneficio, la propagación del mercado mundial, la erosión sistemática de las culturas a consecuencia de la globalización destruyen aún más la identidad de los pueblos de lo que lo hace la inmigración. La apertura de un Macdonalds o un Walmart son una amenaza mayor para nuestra identidad que la apertura de una mezquita.
Antagonistas -
Eramos nos.
Parece que el formulario está tocagüevos.
Saludos.
Anónimo -
..............Lo hemos dicho siempre, pero a menos que lo sepan ya, nadie nos hace ni puto caso...
Peor para ellos.
masseti -
AJ -
Ánimo y salud.
AJ -
Es decir, a quien no le interese ir al fondo del problema, quien se empencine en criticar solo las malas consecuencias de algo, pero se niegue a atacar la fuente y origen de las mismas, y encima confunda a las víctimas con los verdugos, cargando sobre las primeras, para dejar intactos a los segundos, que se metan sus discursos anti-inmigración (normalmmente anti-inmigrante mas bien) por donde le quepa y guste (que suele ser el mismo sitio).
La inmigración masiva no es ninguna bendición, los humanitaristas y progres que defienden tal idiotez en nombre de una inexistente e irreal "multiculturalidad", solo sirven para "limpiarle la cara" al mundialismo, la globalización económica y sus amos capitalistas.
La inmigración masiva por razones puramente económicas es una miseria, para los inmigrantes y para los paises receptores, siempre que entendamos estos como sus clases populares y no sus burguesías y oligarquías que son los que realmente se benefician de tal miseria (lo han hecho siempre con sus propias clases trabajadoras, esto solo les permite subir un escalón mas en su dominación)
Pero reconocer esto implica reconocer también la fuente del problema, y no confundir las consecuencias con la causa del mismo, porque cuando esto ocurre los caminos elegidos siempre terminan sirviendo a los intereses del capital y sus representantes.
El caso mas patético lo vemos en los retrasados de la extrema derecha y los identitarios invertidos. Su "celo" en atacar y laminar las identidades de otros, sus intentos por hacer "tabla rasa" en todo lo que se mueva dentro de "su" territorio, es el mejor ejemplo de como se puede servir a la mundialización, el sistema economicista del capital y al exterminio de las identidades reales, las únicas que presentan y representan hoy, alguna resistencia.
Vírico -
La neutralidad o equidistancia que hacen gala ciertos sectores ante acontecimientos internacionales es otra prueba del algodón.
Una reflexión de de Benoist:
"En un mundo globalizado, me gustaría saber cuáles son los asuntos que no nos conciernen. Pero todo depende de lo que uno entienda por «nosotros». Cuando se ha elegido encerrarse en la fiebre sectaria del asedio, efectivamente a uno le afectan pocas cosas exteriores. En la vida real, las cosas se plantean de forma diferente. Un país que razonara en tales términos no tendría a corto plazo política exterior y saldría de la historia.
La noción de neutralidad no puede tampoco ser retorcida en exceso. Carl Schmitt nos lo ha recordado: afirmarse neutral ES TAMBIÉN TOMAR una posición.
Cuando hay un agredido y un agresor, la neutralidad de un tercero objetivamente beneficia a los que agreden.
Domenique de Villepin lo dijo el otro día muy justamente: la equidistancia es imposible de mantener cuando se está en presencia de un conflicto asimétrico.
Ahora bien, son precisamente ese tipo de conflictos los que se desarrollan hoy un poco por todas partes"
AL -
Los estados con derecho a veto en la ONU(oséase,los antifascistas de siempre),están de acuerdo en asfixiar económicamente al país de los persas.
Dicen que van a ser unas sanciones "duras y contundentes"...
Al final pasa lo de siempre:el dinero lo puede todo.Y,en el fondo,todos son amigos estupendos desde 1945 que discuten por naderías.
O con el Frente de los Pueblos o con el sistema,no hay otra elección.
O con los pueblos que luchan por su dignidad,independencia y por el socialismo no marxista desde diferentes ángulos,o estamos con el Nuevo Orden Mundial.
En medio no hay nada,sólo traición,cobardía o cinismo.
AL -
Hay que tratar con tacto este tema de la inmigración,ya que los que abandonan su tierra son víctimas del sistema capitalista mundial como nosotros los españoles.
En mi opinión no se deben promover campañas de integración en nuestras sociedades(salvo en el total respeto de las leyes,claro),sino de preservación de su cultura autóctona.
No somos nadie para pretenter quitar el velo a una mujer que lo lleva como símbolo de autoafirmación cultural.
Caeríamos en el multiculturalismo homogeneizador de la clase política actual.
Si el sistema económico de explotación mundial acabara,muchos volverían a sus tierras de origen y se acabarían las pateras.
Me parece injusto y cruel las campañas de propaganda del facherío tipo"Inmigrantes:maleantes",
"Ni censo,ni padrón:inmigrantes expulsión",y otras barbaridades similares.
Tendremos que convivir con unas cuotas razonables de inmigrantes mientras el gran capital siga mandando en el Mundo,y más teniendo en cuenta que realizan trabajos que muchos españoles no quieren hacer(ejemplos:la agricultura andaluza,la hostelería...).
Salarios justos para todos,españoles o inmigrantes,sanas condiciones laborales,apoyo a las organizaciones que surjan en el Tercer Mundo contra los regímenes que oprimen estos países como títeres del capitalismo salvaje(justicia si,revolución si,caritarismo humanistarista lavaconciencias no),cupos aceptables de inmigración según las necesidades de nuestra Patria,y rechazo del multiculturalismo uniformador(dejémosles con sus costumbres mientras estén aquí),son algunas ideas que se me ocurren desde una postura antagonista al sistema.
¡Salud!