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ESTADO-PARTIDO-PUEBLO-REVOLUCIÓN

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EL ESTADO POPULAR JEMER DE POL POT

por Maurizio Lattanzio

El epílogo cíclico de la decadencia occidental es la extenuación racial de la forma antropológica y la "teratológica" deformación del tejido social en el que "se agitan" las masas de individuos "pululantes" en las áreas metropolitanas del Occidente judeo-plutocrático. El desorden de los individuos "poseídos" por las pulsiones consumístico-mercantiles correlativas a las dinámicas neocapitalistas predominantes en las democracias usurarias occidentales es la estación terminal del proceso de disolución antropológica y de fragmentación social inducido por la "descomposición" ontológica del orden de la raza. Es el maloliente y cenagoso "fluctuar" antropoide de la raza burguesa, la cual tiene patológicamente grabada la "marca" repugnante de la inferioridad racial sobre la misma imagen física del "ciudadano" occidental: "Yo sufro –escribe Drieu La Rochelle- a causa del cuerpo de los individuos (...); qué cosa tan horrible caminar por las calles y encontrar tanta decadencia, tanta fealdad, tanta imperfección: espaldas curvas, hombros caídos, barrigas hinchadas, muslos magros, rostros flácidos". Tal es el desdeñoso "garabato" descriptivo que representa a la sub-raza ciudadana, inmortalizado por la pluma de Drieu. Se trata de una "identificación" analítica homóloga en cuanto a sus contenidos a la polémica antiurbana orgánicamente ilustrada por Walter Darré, ministro de Agricultura y Alimentación del Tercer Reich nacionalsocialista. "Dentro de nuestra alternativa ‘Ciudad o Campo’ es preciso también considerar un punto de vista más lejano. Toda ciudad, tanto la ciudad-jardín como la ciudad-cuartel, no reposa por sí misma sobre sus leyes vitales (...) cada ciudad es como un pulpo que atrae con sus largos tentáculos (...) el alimento de sus alrededores, y aún de más lejos si los medios de transporte se lo permiten. Si una circunstancia cualquiera hace cesar esa corriente hacia la ciudad, se vuelve como unpez fuera del agua. La ciudad en tal caso, no puede mantenerse viva por sí misma, hay que ayudarla desde fuera. El parasitismo es el carácter esencial de la ciudad. Todo parasitismo perece cuando se le retira su base nutritiva..." (Walter Darré, La nueva nobleza de sangre y suelo; hay traducción española). En el campesinado germánico –el Bauertum- residirá el "manantial" antropológico de la sangre aria, que "nutrirá" el nuevo orden de la raza afirmado por el Tercer Reich nacionalsocialista; del mismo modo mutatis mutandis, el campesinado será el sujeto social de referencia para los movimientos revolucionarios comunistas, caracterizados por una "lectura" marxistamente "herética" y dialectalmente deforme de la praxis de conflictividad social denominada "lucha de clases". No se olvide, a este propósito, que, según Lenin: "La lucha contra los campesinos es más difícil y mucho más larga que la que debemos combatir contra la burguesía"; mientras, según el hebreo Marx-Mardochai, el campesino es aquel que debe ser arrancado del "idiotismo del campo". La centralidad social del campesinado y la incompatibilidad "cultural" que opone el "espíritu" del campo al racionalismo utilitarista de la ciudad, delinea, por el contrario, los factores identificadores de la concepción maoísta del estado popular: "La guerra de resistencia contra Japón –escribe Lin Piao- fue esencialmente una guerra revolucionaria de los campesinos guiada por nuestro Partido (...). Dar confianza a los campesinos, crear bases rurales y servirse del campo para cercar y posteriormente conquistar la ciudad; tal fue el camino que condujo a la victoria a la revolución china". Ciertamente, hoy, en el Occidente plutocrático, el campesinado representa un componente social cuantitativamente "recesivo", cualitativamente degradado y políticamente marginal; pero, resulta igualmente innegable que los actuales fenómenos inmigratorios extraeuropeos –así como aquellos provenientes de las áreas "atrasadas" del este europeo- constituyen el "asalto" librado desde el "campo del mundo" contra la "ciudad del mundo" occidental, convalidando, tres decenios después, la exactitud "estratégica" del análisis político revolucionario elaborado por Lin Piao: "Tomaremos todo el globo terráqueo. Si América del Norte y Europa occidental pueden ser consideradas como ‘su ciudad’, Asia, África y América Latina representan su ‘zona rural’. Tras la segunda guerra mundial, el movimiento revolucionario del proletariado de los países capitalistas de América del Norte y Europa occidental, tiene, por distintas razones, bloqueado provisionalmente el paso, mientras que el movimiento revolucionario de Asia, África y América Latina se ha desarrollado vigorosamente. En cierto sentido, también la revolución en el mundo contemporáneo se presenta como un cerco de la ciudad desde el campo".

(...) Camboya será anexionada por Vietnam entre 1841 y 1845. Posteriormente, en 1863, Francia, "oficialmente" llamada por el rey Ang Duong y, después, por el rey Norodom, impondrá su protectorado sobre Camboya. El dominio colonial francés terminará en 1953. Durante este periodo, Camboya quedará subordinada alas exigencias de plusvalías del sistema de explotación colonial hegemonizado por las oligarquías plutocráticas judeo-francesas. Estas procederán a la sistemática extracción forzosa de las materias primas camboyanas y a la sucesiva reventa, in loco, de manufacturas muy costosas. De hecho, el ahorro laboriosamente acumulado por los campesinos –a menudo casi exclusivamente mediante la adquisición de dichos productos-, será "distraído" de toda forma de inversión productiva orientada al mejoramiento de las técnicas de cultivo. El campesinado camboyano, históricamente propenso al trueque –plenamente operativo hasta finales del siglo XIX-, será progresivamente obligado a usar el dinero y a suscribir préstamos monopolizados por usureros chinos, los cuales demandarán tasas de intereses anuales que oscilarán entre el 200% y el 300%: Algunos campesinos trabajaban solamente para devolver sus deudas, viéndose a veces constreñidos a vender sus propiedades (...) ...las tierras empezaron a quedar concentradas en las manos de capitalistas locales. (...) En 1956, el príncipe Sihanuk había tratado de poner remedio a los préstamos usurarios instituyendo un crédito agrícola y una especie de cooperativa para la recolección de productos agrícolas. Pero los directores del crédito y de las cooperativas explotaban a los campesinos de un modo todavía más despiadado que los comerciantes chinos. Según los Jemer Rojos sucederá "... una transformación completa de la mentalidad de la gente..." . De hecho, "en la administración de Phnom Penh, la corrupción, incluso en la época de Sihanuk, alcanzaba una amplitud casi inimaginable". Consecuentemente, el alma popular campesina expresará un justificado sentimiento de "odio por la ciudad donde se concentran los comerciantes chinos y el personal administrativo" (François Ponchaud, Camboya año cero).

El Pracheachon (Partido Comunista Jemer), forma expresiva organizada de la subjetividad social campesina, se transformará en el curso de la lucha antisistema en el Angkar, es decir en la Organización revolucionaria del Partido y del Estado, encarnada por la vanguardia política del pueblo camboyano. En el Angkar no existen sujetos que, en cuanto tales, prevalezcan sobre otros: todo dirigente es función objetiva de la totalidad revolucionaria. Esta orientación es confirmada por la casi competa falta de notas biográficas relacionadas con la persona de Pol Pot. Él, junto con sus compañeros de partido, asumirá notoriedad solamente como objetiva función militante del Angkar. El anonimato ascético de los soldados políticos jemer presentará "... los caracteres ‘típicos’ que casi siempre han tenido (...) las figuras representativas: el sabio, el guerrero, el asceta, el aristócrata (...). en efecto, en ellos lo suprapersonal y lo impersonal aparecen estrechamente unidos" (Julius Evola, El trabajador en el pensamiento de Ernst Jünger).

Pol Pot es el "nombre de batalla" que, como cualquier otro militante, será asumido por Saloth Sar en el momento de su adhesión al Angkar, abandonando la precedente identidad individual, "necesariamente" transfigurada en la impersonalidad activa de aquel que es grado individual de manifestación de la totalidad revolucionaria: "... en efecto, cuando un hombre entra en el ejército revolucionario, debe cambiar el nombre, como si renaciera. Ninguno debe reconocerlo ya, ni siquiera sus progenitores" (François Ponchaud).

(...) En el Angkar está ausente toda referencia al materialismo histórico-dialéctico, a la centralidad obrera, a la lucha de clases y a la dictadura del proletariado. El Angkar es la totalidad popular camboyana, sólidamente agrupada entorno a la subjetividad social antagonista del campesinado, entendido como portador de una "cultura" rural y antiurbana, así como radicalmente –y no dialécticamente- antiburgués y anticapitalista. El 15 de enero de 1976 será promulgada la "Constitución de la Kampuchea democrática". Esta, en su art. 1, dice así: "El Estado de Kampuchea es el estado de los obreros, los campesinos y de todos los demás trabajadores de Kampuchea". La sobria elementalidad espartana y bolchevista de la comunidad del pueblo se articulará en el marco del Estado popular de los soldados políticos jemer rojos, de los campesinos y de los obreros. La ideología marxista representará la superficial "concreción" formalista de un proceso revolucionario nacional, popular, socialista, campesino y antiplutocrático: "Si, hasta septiembre de 1976, la radio y los dirigentes han hecho habitualmente referencia al ’‘movimiento revolucionario internacional’ y a la ‘edificación del socialismo’, no se han reclamado nunca sin embargo como marxistas (...). De hecho, se ha hablado de ‘abatir las clases’ y de ‘abatir el régimen’, pero no se ha hablado nunca de ‘dictadura del proletariado’ o de ‘lucha de clases’ " (F. Ponchaud, op. cit.).

En septiembre de 1966, el Parido Comunista Jemer adoptará la metodología revolucionaria de la lucha armada, que "explotará" en 1967, en ocasión de la movilización popular campesina de Samlaut, una aldea de la provincia de Battambang, en el oeste de Camboya. La lucha armada de liberación nacional y popular alcanzará su "culmen" en los años comprendidos entre 1973 y 1975. En estos años, el gobierno colonial filo-estadounidense del fantoche Lon Nol será obligado a defender sólo la capital, sometida a los incesantes bombardeos de la artillería del ejército popular revolucionario de los Jemer Rojos. El 17 de abril de 1975, los Jemer Rojos entrarán en Phnom Penh, finalmente liberada de la ocupación colonial estadounidense. La devastadora estética militante de la praxis de radical subversión antiburguesa activada por los Jemer Rojos, iniciará entonces una "titánica" obra de "demolición" revolucionaria de la sociedad burguesa y de la "mercachiflería" plutocrática: "Del mismo modo que habíamos luchado para expulsar a los colonialistas franceses y japoneses –afirma Pol Pot- y luego, por último, a los imperialistas americanos, continuaremos la lucha para construir y para defender la nación, con el mismo heroísmo revolucionario".

La ciudad es el "lugar" sociológico-urbanístico del privilegio burgués, de la rapacidad negociante y del parasitismo plutocrático. Esta será "purificada" por los Jemer Rojos mediante la técnica revolucionaria de la "cesta invertida", consistente, precisamente, en el vuelco de la cesta o recipiente (o sea, la ciudad) con todos los frutos en él contenidos (contrariamente a als otras revoluciones que eliminan de la "cesta" sólo los frutos podridos), de los que serán seleccionado sólo aquellos todavía "sanos", es decir la sustancia antropológica merecedora de un sucesivo y gradual reasentamiento en una nueva estructura urbana cuantitativamente "redimensionada" y cualitativamente vuelta funcional y subordinada al armónico, equilibrado y orgánico desarrollo de la comunidad rural. Los Jemer Rojos pondrán en marcha la praxis de "vaciamiento" de la ciudad comenzando justamente por la capital Phnom Penh: "Esta evacuación generalizada, masiva, provenía de una concepción nueva de la sociedad: la idea misma de la ciudad debía desaparecer. Las ciudades camboyanas se habían engrandecido entorno a los mercados, y Phnom Penh, en particular, había conocido su expansión gracias al colonialismo francés, al comercio chino, a las burocracias estatales de la monarquía y de la república. Era preciso hacer tabla rasa y construir una sociedad (...) de tipo rural" (F. Ponchaud, op. cit.). Según Pol Pot "la ciudad es malvada, porque en la ciudad está el dinero. Las personas se pueden cambiar, la ciudad no. Sudando en el labrar, el sembrar y el recolectar, el hombre conocerá el verdadero valor de las cosas. ¡Es necesario que el hombre sepa que nace de un grano de arroz!".

La praxis revolucionaria del traslado dirigido de la población urbana desde la ciudad al campo, constituye la adecuada proyección "ejecutiva" emanada de la elaboración teórica formulada por Khieu Samphan, dirigente del Angkar revolucionario. Él sostendrá que los flujos monetarios de la economía capitalista-mercantil ciudadana determinan la decadencia de la nación. La ciudad –según Samphan- "vampiriza" la producción agrícola en beneficio de los estratos sociales especulativo-burgueses, los cuales alimentan consumos parasitarios, además de un aparato burocrático compuesto de individuos débiles y corruptos. Shampan delinea una propuesta radicalmente alternativa, articulada en la abolición de la propiedad privada, abolición de la moneda, abolición de la ciudad y en la valoración del campo, elevado al rango sociológico de espacio primario para el asentamiento de la comunidad popular. Consecuentemente, el Banco emisor será minado y hecho saltar por los aires, la moneda será abolida y el trueque se afirmará como el exclusivo medio de intercambio. Esto determinará la sustancial "cancelación" urbanístico-económica de la ciudad, completamente privada de los circuitos monetarios que garantizan la supervivencia de la especulación financiera "maniobrada" por las oligarquías ciudadanas de la burguesía mercantil y usuraria. La estructura industrial, colocada al servicio de la agricultura, suministrará los enseres, utensilios y vestimenta necesarios para el ejercicio de la actividad campesina. Serán abolidos los títulos académicos, sustituidos por "diplomas a la vista", o sea por certificados emitidos por el Angkar a aquellos que hayan funcional y productivamente contribuido a la milicia del trabajo orientada al desarrollo y consolidación del equilibrio comunitario. La disociación racionalista del intelectualismo burgués será recompuesta mediante la abolición de toda forma de actividad profesional que propicie la formación de grupos sociales oligárquicos en concurrencia conflictiva con los intereses de la comunidad popular del trabajo campesino y obrero. La escuela, convertida en función político-educativa de la comunidad del pueblo, no conferirá títulos que permitan el ejercicio de actividades profesionales socialmente privilegiadas. La educación política de los niños comenzará a la edad de seis años. Aprenderán que la lealtad política respecto al Angkar y a la comunidad popular de soldados, campesinos y obreros prevalece sobre la relación naturalista que une al individuo con la propia familia de origen. La medicina tradicional sustituirá a la farmacología química occidental, mientras los miembros del kom, célula base de la comunidad del pueblo, compuesta de entre diez a quince familias, según los sectores, se apropiará de los pastos comunales, como en la Esparta dórica y como en la China maoísta. El nihilismo iconoclasta de las milicias jemer pondrá en marcha una "tensa" praxis de aniquilación frente a las instituciones, estructuras y exponentes religiosos, especialmente budistas, que rechacen colaborar o que sean objetivamente incompatibles con el proceso de edificación del Estado popular jemer. "(...) El virus de la corrupción y del capitalismo estaba siendo estirpado en su raíz. (...) Los implacables Kamaphibai, los cuadros del Angkar, luchan por crear el "hombre nuevo". Su lema es que no se puede cambiar la sociedad sino se cambia al hombre. (...)".

Al día de hoy, no sabemos todavía –dado lo contradictorio de las informaciones- si Pol Pot ha muerto o no en la jungla indochina, en la que estableció su cuartel general después de que, en 1978, fuera expulsado de Phnom Penh, ocupada a la sazón por los vietnamitas. No sabemos... aunque, por lo demás, ante la objetiva función de su milicia revolucionaria, incluso su persona física tiene un relieve meramente subordinado. Lo que permanece es el radical valor de un proceso revolucionario nacional, prusiano y comunista, campesino y antiplutocrático, conducido con ejemplar coherencia política y con lúcida eficacia operativa. (...) Por consiguiente, reconocemos en la Camboya nacionalcomunista de Pol Pot la connotación política identificadora de un Estado popular fundado sobre un orden jerárquico agrícola-guerrero de soldados políticos enraizados en la espartana simplicidad solidarista del comunismo campesino.

En cuanto a nosotros, encontramos, personalmente, que Pol Pot nos resulta más "simpático" –si queremos hablar con propiedad de nacionalcomunismo- , que el rufianismo eslavo de los Zirinovski y de los Ziuganov...

16 comentarios

sbeatian ayala -

este hombre se ve como un luchador de la democracia pero en verdad lo que fue,su trabajo ejecutar sin sentido a gente inisente que no supo por que fue su ejecucsion esto se puede observar en paises de america por que hay prsidentes de unas naciones que dicen que trabajan pero es falso lo que hacen es hacer su pequeña dictadura

antichaparron -

Un poco de cordura, señores. Tiene razón Cordura (el que va con mayúsculas) y Super-revolucionario. ¿De verdad se pretende reeditar los métodos de los Jemeres Rojos? Joer.
Solo falta que un comuni-progre, un demoliberal o un cruzaconservaduro lea el artículo "descubra" los "verdaderos antecedentes" de Pol Pot: en Walter Darré.
Al vicio no se le combate con pasarse tres pueblos. Es como pretender combatir la prostitución practicando oblaciones y castrando machos.
El artículo está bien como batería para la reflexión. Incluso se puede estar de acuerdo con muchas cosas, y tampoco viene mal sacudir un poco la modorra de las conciencias. ¡Pero cordura! Que no es solución contra el frío achicharrar a la gente, y algo similar fue la 'solución' de los jemeres rojos.

Padevat -

TUNG PADEVAT - BANDIERA RIVOLUZIONARIA

L'Organizzazione Rivoluzionaria (ANGKAR PADEVAT) si esprime attraverso il suo nucleo dirigente e mediante le sue cellule rivoluzionarie.

"Tutti i reazionari sono nient'altro che tigri di carta. In apparenza - aveva dichiarato solennemente il defunto Mao Tse Tung - essi sono terribili, ma in realtà non sono poi così potenti. Da un punto di vista lungimirante non i reazionari ma il popolo è veramente potente."

Visto che non esiste cosa al mondo che non abbia una duplice natura (questa è la legge dell'unità degli opposti) anche l'Imperialismo e tutti i reazionarui hanno una duplice natura: sono al tempo stesso vere tigri e tigri di carta.

In passato le classi ricche e quelle povere si contendeva il potere. Le classi reazionarie retrograde e decadenti hanno conservato il loro potere e la loro duplice natura perversa di tigri vere e di carta. L'Imperialismo è una tigre che è pronta a sbranare i popoli in nome dei suoi interessi, della sua ingordigia, della sua volontà di dominio. Ma è questa brama folle di potere che porterà l'Imperialismo a crollare su sè stesso. L'Imperialismo ha divorato milioni di uomini imponendo loro la schiavitù del consumismo, della decadenza morale, della omologazione a stili di vita occidentali.

La causa della lotta popolare ha attraversato un periodo di difficoltà e durissime prove. Occorre rimettere in moto ANGKAR per riattivare il movimento rivoluzionario.

Il nostro è un appello alla Resistenza Attiva anche in seno all'Occidente materialista. Resistere significa confrontarsi apertamente con le forze reazionarie della borghesia imperialista e guerrafondaia. Lanciamo dunque un appello alla mobilitazione culturale di popolo per smascherare l'immondizia propagandistica sistemica e un invito ai Rivoluzionari a sostenere e aiutare la crescita di ANGKAR PADEVAT.

"Non importa se un gatto è bianco o nero... l'importante è che prenda i topi."

CONTRO LA BORGHESIA AFFAMATRICE DEI POPOLI E L'IMPERIALISMO SIONISTA-STATUNITENSE PER LA VITTORIA DELL'ESERCITO RIVOLUZIONARIO POPOLARE.

Lin-Piao -

...la lucha no ha terminado.
Mientras haya un solo jodido imperialista sobre la tierra la Guerra Social y la Resistencia Patriótica serán el único remedio.
Angkar Padevat!!

Cordura -

Cierto. Y no hay duda de que Pol lo consiguió.

(Por cierto, han abierto otro Burger King en la esquina... :-)

Padevat -

Pol Pot: modelo y referencia para todos los revolucionarios del mundo.
Al capitalismo se le vence, no se le convence. No se pacta con él: Se le extermina.

Antagonistas -

Más que interesante, genial.
Depurada expresión del realismo volkish-falangista, acogida al Crédito Sindical, tiene algunas escenas (como la del taller) que recuerdan al cine soviético prebélico.
Tiene además mucha crítica social, lo que para la época era raro.

ps -

«Retadoramente hay que enfrontar el campo a la ciudad. No se puede atacar de un modo eficaz la vida burguesa, señora de la urbe, si el campesino no entra en acción. El hombre del campo, el paisano, como tipo de humanidad superior, debe alzarse contra el hombre de ciudad. A la labor proterva de una desvalorización , de una postergación pertinaz y secular, debe suceder la obra de revalorización, de exaltación del tipo humano en cuyo seno perviven latentes aptitudes y valores originarios.»

Manuel Suoto Vilas (La Conquista del Estado, nº 10, 1931)

Interesante la película ‘ Surcos’ (1951) de José Antonio Nieves Conde. “La familia Pérez se traslada desde el campo a Madrid con la esperanza de mejorar su vida. Sin embargo, la ciudad tampoco les ofrecerá una vida fácil…”

Cordura -

¿Khieu Shampan?

¿Qué champán te has tomado, Padevat?

:-)

Padevat -

Como dijo Khieu Shampan:
"Joé, si no sabes aguantar una broma vete de Kampuchea..."

Cordura -

Ojjj... ¡qué pena! ¿Y con estos mimbres queremos hacer la Revolución?

Es curioso que entre tanto fárrago el autor no haga mención a los resultados del tan glorioso proceso revolucionario camboyano (¿o es que estaba en los pasajes omitidos?). De paso, tampoco veo alusiones a la fase en que sirvió a los intereses norteamericanos provocando primero, y lanzando después una guerra abierta contra el prosoviético Vietnam (cuyo régimen, por cierto, había contribuido en su día a la revolución jemer).


Veo que el blog se está sumiendo en cierta dispersión temática, por lo demás.

Snif... :-)

Amiguito -

En realidad no se los cargó: se le fueron muriendo por el camino durante el Traslado General.
Ya veremos cuantos sobrevivis cuando llenemos de arrozales Los Monegros vaciando Madrid y Barcelona...jeje

Super-Revolucionario -

Pues a mi Pol Pot me parece un moderado.
Sólo se cargó a 3 millones de compatriotas sobre una población de 9.
Y eso que iba bien encaminado: se cargaba a los que llevaban gafas, a los que utilizaban cocinas, pesaban la mierda de la gente para ver lo que habían comido, etc.
Yo creo que nosotros somos más revolucionarios que ese moderado ¿No os parece amiguitos?

Antagonistas para Hevelar -

Estamos trabajando en ello. Mañana quizá aparezca un texto inédito en castellano -creemos- sobre la Batalla de Berlín.
Sobre Lattanzio, tras su baja de Avanguardia poco se sabe.
Ahora parece que está colaborando con AlJazira Italia, una agencia donde tambien colabora Dagoberto Belucci, enviado especial a Beirut y ex-militante tambien de Avanguardia.

Venator -

Es un texto interesante. Aunque no se hace mención, lo cierto es que las ciudades son hoy un centro económico y mercantil debido a la primacía de esa función sobre las demás, cuando antes eran centros espirituales desde los que se ejercía la función soberana, aquella que hacía posible la trascendencia de la comunidad. Es por eso que las ciudades de hoy nada tienen que ver con lo que en un principio fueron.
Salud.

Hevelar -

Grandísimo como siempre el texto de Lattanzio
¿vais aseguir colgando más?
¿sabeis algo de su ubicación acuale'
Sursum corda!