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Alexandre Douguine: "Un Fascismo Inmenso y Rojo"

Alexandre Douguine: "Un Fascismo Inmenso y Rojo"

Junio 14, 2010 Erráiz 

 

En el siglo XX solamente hubo tres formas ideológicas que pudieron probar la realidad de sus principios en materia de realización político-estatal: el liberalismo, el comunismo y el fascismo. No encontramos en la realidad otro modelo de sociedad que no sea una de las formas de estas ideologías. Hay países liberales, comunistas y fascistas (nacionalistas). Los otros están ausentes. Y no pueden existir.

 

En Rusia, pasamos dos etapas ideológicas: la comunista y la liberal.

Hay un fascismo.

 

1. Contra el nacional-capitalismo

 

Una de las versiones del fascismo, que, parece, la sociedad rusa ya está dispuesta a aceptar (o ya casi lo ha hecho) es el nacional-capitalismo.

No hay duda de que el proyecto del nacional-capitalismo o el «fascismo de derechas» es la iniciativa ideológica de esta parte de la élite de la sociedad, preocupada seriamente por el problema del poder y que distintamente se siente l´esprit du temps.

Sin embargo, la versión «nacional-capitalista», de «derechas», del fascismo no agota, en absoluto, la esencia de esta ideología. Además, la unión de la «burguesía nacional» y los «intelectuales» sobre la cual, según ciertos analistas, se fundará el futuro fascismo ruso, representa un ejemplo brillante de un enfoque completamente extraño al el fascismo como concepción del mundo, como doctrina y como estilo. La «dominación del capital nacional» es la definición marxista del fenómeno fascista. No tiene en cuenta en absoluto la base filosófica específica de la ideología fascista, ignora conscientemente el pathos de base, radical, del fascismo.

 

El fascismo es un nacionalismo, pero no importa qué nacionalismo, un nacionalismo revolucionario, rebelde, romántico e idealista, aludiendo a un gran mito y a una idea transcendental que aspira a realizar en la realidad el Sueño Imposible, dar la luz de la sociedad del héroe y del Suprahombre, transformar y transfigurar el mundo. A nivel económico, para el fascismo son característicos, más que la fraternidad, los métodos socialistas o socialistas moderados, que someten los intereses económicos personales e individuales a los principios del bien de la nación, de la justicia. Y por fin, la mirada fascista sobre la cultura corresponde a la negativa radical del humanismo, de la mentalidad «demasiado humana», es decir de lo que son los «intelectuales». El fascista detesta a la especie intelectual. Ve allí a un burgués enmascarado, a un burgués presuntuoso, a un hablador y a un cobarde irresponsable. El fascista ama al mismo tiempo lo feroz, lo sobrehumano y lo angélico. Ama el frío y la tragedia, no quiere el calor y la comodidad. En otras palabras, al fascismo le gusta todo lo se enfrenta al «nacional-capitalismo». Lucha por la «dominación del idealismo nacional» (y no del «capital nacional»), y contra la burguesía y los intelectuales (y no para ésta o con éstos). La célebre frase de Mussolini define exactamente el pathos fascista: «¡en pie, Italia fascista y proletaria!».

 

«Fascista y proletario», tal es la orientación del fascismo. Obrero, heroico, combativo y creativo, idealista y futurista, una ideología que no tiene nada que ver con garantías de comodidad suplementaria estatal para los vendedores (aunque sean mil veces nacionales) y sinecuras para los intelectuales, parásitos sociales. Las figuras centrales del Estado fascista, la mitología fascista, son el campesino, el obrero y el soldado. Y, como símbolo superior de la lucha trágica con destino y con la entropía espacial[1], el jefe divino, el Duce, el Führer, el Suprahombre que realiza en su persona supra-individual (más que individual, como «suprahombre») la tensión extrema de la voluntad nacional hacia la gesta. Por cierto, en alguna parte en la periferia, hay también un sitio para el ciudadano tendero honrado y el profesor de universidad. Enarbolan también las insignias del partido y van a la fiesta de la reunión. Pero en la realidad fascista sus figuras se marchitan, están perdidos, retroceden al fondo. Ésta no para ellas y no es por ellos por quien se hace la revolución nacional.

 

En la historia, el fascismo puro e ideal fue realizado directamente. En la práctica, los problemas esenciales de la llegada al poder y de la ordenación económica obligaron a los líderes fascistas -Mussolini, Hitler, Franco, Salazar- a aliarse con los conservadores, el nacional-capitalismo de los grandes propietarios y de los jefes de los consorcios. Pero este compromiso acaba siempre lamentablemente para los regímenes fascistas. El anticomunismo fanático de Hitler, capitalismo germánico recalentado, le costó a Alemania la derrota en la guerra frente la URSS, y por creer en la honradez del rey (portavoz de los intereses de la alta burguesía), Mussolini fue entregado en 1943 por los renegados Badoglio y Ciano, metiendo al Duce en prisión y dejándolo así en los brazos abiertos de los estadounidenses.

 

Franco consigue mantenerse más tiempo pero al precio de concesiones a la Inglaterra liberal capitalista y a USA y al precio de negarse a sostener los regímenes ideológicos emparentados con los países del Eje. Además, Franco no era ningún verdadero fascista. El nacional-capitalismo es un virus interior del fascismo, su enemigo, la prenda de su degeneración y de su destrucción. El nacional-capitalismo no es de ninguna manera una característica esencial del fascismo, sino un elemento accidental y contradictorio con su estructura interior.

Así, y en nuestro caso, el del nacional-capitalismo ruso en desarrollo, la discusión no es sobre el fascismo, sino sobre intentar desfigurar por anticipado un avance inevitable. Podemos calificar tal pseudofascismo de «preventivo», de «anticipación». Hay que definirlo antes de que nazca y se refuerce seriamente en Rusia el fascismo, el fascismo original y real, el fascismo radicalmente revolucionario por venir. Los nacional-capitalistas son viejos jefes de partido acostumbrados a dominar y a humillar el pueblo, hechos luego unos «liberales-demócratas» por conformismo, pero cuando esta etapa está acabada comienzan también a afiliarse con celo a los grupos nacionales.

Es probable que los partitócratas, con los intelectuales serviles, una vez transformada en farsa la democracia, se reunieran para ensuciar y envenenar el nacionalismo que nacía en la sociedad. La esencia del fascismo: una nueva jerarquía, una nueva aristocracia. La novedad consiste en lo que la jerarquía es construida sobre principios claros, naturales y orgánicos: la superioridad, el honor, el coraje, el heroísmo. La vieja jerarquía, que aspira a mantenerse en la era del nacionalismo, como en otro tiempo, está fundada sobre facultades conformistas: la «flexibilidad», la «prudencia», el «gusto por las intrigas», la «adulación servil», etc. El conflicto evidente entre dos estilos, dos tipos humanos, dos sistemas de valores, es inevitable.

 

2. El socialismo ruso

 

Es completamente inapropiado calificar al fascismo de ideología de «extrema-derecha». Este fenómeno se identifica más exactamente con la fórmula paradójica de «Revolución Conservadora». Esta combinación de orientación cultural-política de «derecha» -el tradicionalismo, la fidelidad al suelo, las raíces, la ética nacional- con un programa económico de «izquierda» -justicia social, restricción de los elementos del mercado, liberación de «la esclavitud del porcentaje», prohibición de flujos bursátiles, monopolios y trustes, primacía del trabajo honrado-. Por analogía con el nacionalsocialismo, que se llama a menudo simplemente «socialismo alemán», podemos hablar del fascismo ruso como de un «socialismo ruso». La especificación étnica del término «socialismo» en el contexto dado tiene un sentido particular. La discusión se refiere a la formulación inicial de la doctrina social y económica, no teniendo como base dogmas abstractos y teniendo como base leyes racionalistas, pero teniendo como base principios concretos, espirituales, morales y culturales, que formaron orgánicamente a la nación como tal. El Socialismo Ruso: no los rusos para el socialismo, sino el socialismo para los rusos. A diferencia de los dogmas marxistas-leninistas rígidos, el socialismo nacional ruso viene de esta comprensión de la justicia social que es característica de nuestra nación, de nuestra tradición histórica, de nuestra ética económica. Tal socialismo será más campesino que proletario, más municipal y cooperativo que estatal, más regionalista que centralista; son las exigencias de la especificidad nacional rusa, que se reflejará en la doctrina, y no menos en la práctica.

 

3. El hombre nuevo

 

Este socialismo ruso será construido por un hombre nuevo, «un nuevo tipo de hombre, una nueva clase». La clase de los héroes y de los revolucionarios. Los restos de la nomenklatura del partido y su régimen deben perecer como víctimas de la revolución socialista. De la revolución nacional rusa. Los rusos se cansaron de la frescura, de la modernidad, del romanticismo auténtico, de la participación en un gran asunto. Todo lo que les es propuesto hoy es o bien arcaico (los nacionales-patriotas), o bien fastidioso y cínico (los liberales).

El baile y el ataque, la moda y el la agresión, el exceso y la disciplina, la voluntad y el gesto, el fanatismo y la ironía comenzarán a hervir entre los revolucionarios nacionales; jóvenes, malos, alegres, intrépidos, apasionados y sin fronteras. Para ellos, construir y destruir, gobernar y ejecutar las órdenes, limpiar de enemigos la nación y preocuparse tiernamente por los ancianos y los niños rusos. De un paso furioso y alegre, ellos alcanzarán la ciudad gastada, el Sistema que se pudre. Sí, tienen sed de Poder. Saben ordenar. Insuflarán la Vida en la sociedad, precipitarán al pueblo al proceso voluptuoso de la creación de la Histoira. Hombres nuevos. Por fin prudentes y valientes. Así, como hace falta. Percibiendo el mundo exterior como un desafío (según expresión de Golovin).

Ante la muerte, el escritor fascista francés Robert Brasillach pronunció una extraña profecía: «veo que al este, en Rusia, el fascismo vuelve a cabalgar, un fascismo inmenso y rojo».

Observe: no el nacional-capitalismo marchito, marrón-rosa, sino el alba deslumbrante de la nueva Revolución rusa, el fascismo inmenso, como nuestras tierras, y rojo, como nuestra sangre.

 


[1] Es decir, en termodinámica, el grado de caos que puede haber en una fase de la evolución de un autómata. N. del T.



[Traducción de un fragmento de la versión francesa de Tampliery Proletariata, Moscú, 1997 (Les templiers du proletariat). Es castellano: «los templarios del proletariado».]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

14 comentarios

Luis -

Se agradece la difusión. Supe, después de traducir el artículo, que ya lo fue por alguien en la revista Nihil Obstat hace algún tiempo.
Tanto monta.

para el derechista -

"creerse que su expresión es la voz del pueblo
y hablar en su nombre,
suplantando así a las instituciones destinadas en España
(si es que habla del pueblo español) a estos efectos,
según su Constitución política ordena"
¿No se ha leído el artículo?
Habla del "fascismo inmenso y rojo".
¿Desde cuando el fascismo reverencia las constituciones y se detiene ante las instituciones democráticas cuando éstas actúan contra el pueblo, la patria, los trabajadores y la justicia?

¿A los derechistas no les gusta rebelión.org?
Normal.
Lo raro sería que a esta gente les gustara artículos como éste de Albert Recio en rebelión:
CONDENADOS A REFORMA PERPETUA
En la España democrática hay cosas intocables (la Constitución, el Poder Judicial, el Concordato con la Iglesia Católica...) y otras sometidas a perpetua transformación.
Las regulaciones laborales son el paradigma de la actividad reformista de nuestros legisladores.
Cada década ha contado, al menos, con dos reformas importantes (aunque el segundo gran intento de 1988 fue abortado por la Huelga General del 14 de diciembre), y una enorme variedad de microrreformas que han cambiado sustancialmente la regulación institucional del mercado laboral.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=109582

Doctor de Levante -

Y vaya 'royo' te suelta el licenciado.
Mira nene:
En 2003, o te mostrabas en contra de la guerra imperialista en la que España participaba,
o estabas a favor de esa guerra de agresión y de la colaboración española con el agresor.
No había otra, nene.

En 2003, o te manifestabas en favor de la causa de los pueblos,
o te ponías de parte de las oligarquías más poderosas del planeta y su maldita arrogancia.
Ni maniqueísmo ni victimismo quejica.

O rechazabas sin ambigüedades ni resquicio de duda esa agresión imperialista para expoliar la tierra y al pueblo iraquí
o estabas a favor del ataque contra Iraq y que este país fuera, todavía más, machacado y expoliado por la Angloamérica acompañada de criados latinos y del este europeo.

O te manifestabas en contra que un canalla como Aznar hablara y actuara en nombre del pueblo español para cometer ese maldito atropello,
o cerrabas filas con el Caudillo de la miserable derecha española que cree que España es suya.
No había otra opción.

Por tanto te digo, 'licenciado', que tú estabas a favor de esa guerra, de esa agresión, de esa destrucción y de ese saqueo.
Y a favor de las mentiras y excusas que daba la cuadrilla de las Azores –ni me olvido del exfalangista Aznar ni del exmaoísta Durao- para aquella infamia.

Ea, que te quito la licencia, nene.
Eres el típico derechoide quejica y acomplejado que te mete un royo patatero porque no puede gritar abiertamente su servilismo a los poderosos y su apoyo pleno al criminal-imperialismo y a sus guerras de expolio.

Levante -

Pues tío, te llames Angel, Alfredo o como tu puto papá, lárgate con los patrioteros del fútbol que sólo salen a la calle cuando gana la selección.
Este artículo va del fascismo rojo, no del color de la selección, so memo.
Vaya patria y vaya revolución esa la tuya que necesita que se gane un campeonato de fútbol para salir a la calle borracho a dar hostias.

Angel -

Ayer con lo de la selleccion,la liamos en Barna,hubo palos para todos,estuvimos en la calle que es donde hay que estar,mucha bandera española,y algun separatista,se llevo una buena hostia

Licenciado -

El director Fernando Trueba en presencia de Moncho Armendáriz que asentía, en unas declaraciones realizadas dos días después de la ceremonia de entrega de los premios Goya. Y con motivo de la manifestacion del año 2003 contra la guerra de Irak, Trueba sentenció que había constatado, con tristeza, que estábamos en un país en el que no existe libertad de expresión.

Para estas mentes «intelectuales», tan «culturizadas», «modernas», «vanguardistas», cualquier contrariedad frente a su sentencia, ni siquiera opuesta (mucha gente insistimos no se opone al lema en cuestión, sino que rechazan su inoportunidad), es entendida como un maniqueo «Sí a la guerra», lo cual significa belicismo, fascismo, imperialismo, qué más, franquismo, españolismo, qué más, sionismo, americanismo, en fin toda la cascada de asociaciones que de un modo completamente automatizado les vienen a la cabeza y que se resumen en «ser de derechas» y «anti-demócrata».

Javier Bardem proclamó a los cuatro vientos lo siguiente: que tener el poder de la representación popular por parte de los políticos, no supone tener un «cheque en blanco» para poder hacer lo que se quiera sin escuchar al pueblo, así dijo, más o menos, para luego sentenciar: «somos mayoría contra la guerra.» ¿Somos mayoría?, ¿quiénes son mayoría?, ¿a quién se refiere con ese «somos»?, y ¿de dónde saca que ese «somos» es mayoría? ¿De dónde saca este hombre la autoridad para erigirse en representante del «pueblo» o de su «mayoría»?

Además, oponer «pueblo» a «políticos» ya es confuso, una porque se supone que está hablando del pueblo español pero, tal como se expresó, con su opinión podría estar hablando del pueblo iraquí (o del americano, o a lo mejor habla en nombre del pueblo vasco, o a lo mejor habla en nombre de la Humanidad...), en fin no se sabe, y otra porque da por supuesto que en «pueblo» no se incluye al «político» (lo cual es mucho suponer). Pero, sobre todo, ya no es tolerable tener la soberbia de creerse que su expresión es la expresión de la voz del pueblo, y hablar en su nombre, suplantando así a las instituciones destinadas en España (si es que habla del pueblo español) a estos efectos, según su Constitución política ordena.

Ahí ya abusa de su libertad de expresión al hablar en nombre de un pueblo que no le ha dado en ningún momento autorización: sencillamente, está suplantando y arrollando al pueblo que dice representar. Ni Javier Bardem ni nadie es «libre» para «expresarse» en nombre del pueblo sin su autorización, por lo menos de un pueblo como el español que según la Constitución es soberano.

El papel antihigiénico ahora se ha transformado, en algunos casos (pues sigue habiendo papel antihigiénico), en formato digital antihigiénico, pero esos pequeño-burgueses que se las dan de bolcheviques (sin serlo) siguen existiendo, con esos mismos groseros apetitos, y esas mismas groseras ganas, no importa el formato. Y un ejemplo en formato digital de ese papel antihigiénico (que tiene más basura que la que pretende limpiar) se puede ver en www.rebelion.org, en donde escriben, o aparecen textos, de buena parte de esos «intelectuales antiimperialistas» (algunos han sido profesores nuestros) que inspiraron, y siguen inspirando, las soflamas «pacifistas» de los papanatas que les leen, papanatas que no saben lo que dicen cuando expresan su «No a la guerra». Y es que, en fin, como decía el otro, «nadie llega tan lejos como el que no sabe a dónde va».

masseti -

Me ha molado lo de España única e "invisible"...Dejadme,camaradas, que os cuente una noticia...Mientras se celebra con toda pompa la victoria en el mundial,os quisiera resaltar una noticia,una minudencia frente al mundial,pero creo bastante más importante,(juas,juas,ingenuo de mi).
En Gijón,días atras se iba a celebrar una conferencia sobre la guerra y la ocupación de Irak,pero...Tacháaann...Apareció el macarra de la Casa Blanca,(Joe biden)y le dijo a Zapatero que narices...Esa es la España de la que tenemos que estar orgulosos,una España totalmente sumisa al imperio de Tio sam-sion,una España "invisible"..di que sí,so impecil,sobretodo invisible...

Futbolero -

Claro, claro. La gente que el domingo salía a las calles y plazas de España con banderas rojigualdas lo hacía porque era la bandera de la Justicia y de la Revolución.
No pensaban en otra cosa.
Gracias a Iniesta "volverán banderas victoriosas".
Hay que ser facha. Pero sobre todo hay que ser cretino.

La "patria" de estos cretinos es la nacional-capitalista que habla Erráiz y Duguin. La pequeña-burguesa del nacionalismo mezquino y reaccionario de los que creen que la "patria" es un cortijo de señoritos.

Resistencia -

Afirmé el 4 de julio que ni Estados Unidos cedería, ni tampoco Irán; “una, por el orgullo de los poderosos, y la otra por la resistencia al yugo y la capacidad para combatir, como ha ocurrido tantas veces en la historia…”

Fidel Castro

John Cobra 2000 -

Chico, la estupidez no descansa ni con el Mundial en la mano.

Alfredo -

Me sorprende ver negros con la bandera española,¿que pinta un negro en calzoncillos con los pantalones bajados?,como ha salido en television.O ¿que pintan los moros con una bandera española?,que verguenza es una verdadea invasion,que se los lleve zapatero al Moncloa.

Alfredo -

Ayer fue un dia glorioso por España,todos bajo una misma bandera la bandera de la Patria ,la bandera de la Justicia y la bandera de la Revolucion.Patria Justicia Revolucion Juan Ignacio Gonzalez presente.

Juan Legionario -

¡¡¡ POR LA DISOLUCIÓN DE TODAS LAS COMUNIDADES AUTONOMAS ¡¡
PORQUE ESPAÑA ES ÚNICA E INVISIBLE
¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA ¡¡¡¡

concepción del mundo -

“La «dominación del capital nacional» es la definición marxista del fenómeno fascista. No tiene en cuenta en absoluto la base filosófica específica de la ideología fascista, ignora conscientemente el pathos de base, radical, del fascismo.”