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"EL ANTIFASCISTA EVOLA", por Vincenzo Vinciguerra

"EL ANTIFASCISTA EVOLA", por Vincenzo Vinciguerra Fuente: MarilenaGrill
Trad: A. Beltrán

Durante el Ventenio fascista, Evola no representó un punto de referencia cultural y político. Fue uno de tantos que pasó su existencia de estudioso sin menoscabo ni alabanzas.
Evola no se adhirió a la República social italiana. La aventura del último fascismo, el más auténtico y sincero, Evola no la compartió prefiriendo dejar a otros la afirmación de ese espíritu legionario del que tanto gustará hablar en años posteriores.
A su regreso a Italia en 1948, Evola se encuentra de repente a sus anchas en el ambiente del Movimiento social italiano, al punto de que en 1949 comienza a escribir para el “Meridiano de Italia”, dirigido por Franco Maria Servello que, ya en 1945, escribía en periódicos antifascistas contra el fascismo.
Por lo demás, el fundador de “Meridiano de Italia” había sido encarcelado por los fascistas republicanos y tantos méritos había hecho Franco De Azagio que ya en el mes de agosto de 1945, en Milán, mientras las ametralladoras de los partisanos y los fusiles de los pelotones de ejecución del Estado continúan matando fascistas a mansalva, obtuvo de las autoridades aliadas de ocupación el permiso para publicar su periódico.
Arrestado por exceso de celo e insolvencia cultural de los funcionarios del Departamento político de la Policía de Roma en el mes de abril de 1951 al considerarle el ideólogo del grupo “Imperium” que cometía atentados con explosivos firmándolos como “Legión negra”, Julius Evola confiará su defensa al abogado antifascista Francesco Carnelutti, y se jactará ante los jueces de ser un “no fascista” no queriendo todavía presentarse, cortesía suya, como “antifascista ni como víctima del fascismo”.
Pero enseguida se desmiente afirmando posteriormente que él defiende “ideas fascistas” no en tanto son “fascistas”, sino en la medida en que retoman una tradición superior y anterior al fascismo, en cuanto pertenecen al legado de la concepción jerárquica, aristocrática y tradicional del Estado, concepción poseedora de una carácter universal y que se habría mantenido hasta la Revolución francesa”.
En otras palabras, Evola deja claro que él, ¡por amor de Dios!, no tiene ideas fascistas, defiende ideas preexistentes al fascismo y no es culpa suya si éste las ha reactualizado.
Y para ser claro hasta el final, especifica: “En realidad las posiciones que he defendido y que defiendo, como hombre independiente... no son las denominadas “fascistas” sino las tradicionales y contrarrevolucionarias”.
En resumen, mediante un lenguaje ambiguo pero igualmente comprensible, Julius Evola se proclama no fascista, a-fascista, antifascista decimos nosotros.
Es así que reivindica el juicio emitido sobre su persona por el suizo A. Moler que, afirma, “me hace el honor de situarme junto a Pareto y me considera el principal representante italiano de la llamada revolución conservadora”.
El fascismo fue de todo menos una “revolución conservadora”.
El fascismo no ha considerado jamás a la revolución francesa, tan odiada por Evola, como un hecho negativo, sino que la considera como un hito significativo para la afirmación de un mundo nuevo, así como la revolución bolchevique contraponía a la victoriosa burguesía nacida de la revolución de 1789 el proletariado deseoso no solamente ya de igualdad sino decidido a la conquista de la supremacía.
El fascismo que no condenaba las dos revoluciones precedentes, se colocaba de hecho a sí mismo como la tercera y definitiva revolución, aquella que poseía la capacidad de forjar la síntesis entre las clases sociales para crear un mundo nuevo en el cual capital y trabajo tuvieran igual dignidad y ninguna clase pudiera prevalecer sobre otra.
Ideas que, ciertamente, un conservador burgués como Julius Evola no podía ni aceptar ni compartir.
De hecho, Evola subraya el hecho de haber “atacado repetidamente la teoría de la “socialización” que, como se sabe, fue santo y seña del fascismo de Salò: al cual no me adherí en cuanto doctrina... En la socialización veo un marxismo encubierto, una tendencia demagógica...”.
¡Toda una afirmación de antifascismo tal cual!
Así pues, Evola desarrolla dentro del Msi una acción de derechas al punto de lograr la marginación de los elementos de “izquierda” que todavía en los primeros años 50 estaban presentes en este partido.
No es una hipótesis. Lo dice el propio Evola: “La verdadera acción que yo pretendía ejercer sobre los jóvenes del grupo “Imperium” y las otras corrientes juveniles era en sentido de una contraposición a las tendencias materialistas y de izquierda presentes dentro del Msi”.
Por lo tanto, Evola se sitúa ante los incautos jóvenes missinos de la época como el aristócrata que condena la revolución burguesa de 1789, la proletaria de 1848, y en fin la fascista de 1919, proclamando su fidelidad al mundo anterior a ellas, condenando la violencia procedente de abajo, de las masas, de las muchedumbres, del pueblo cuyos jefes no tenían en las venas sangre de príncipes y emperadores sino la de obreros, campesinos, artesanos.
Un mundo fantástico, el de Julius Evola, donde son los “señores” los que dirigen a sus siervos, por voluntad y gracia de un Dios que no se sabe muy bien quién es.
Sobre el plano político, que es el que nos interesa, la acción de Julius Evola, incide de forma determinante en la formación de eso que, todavía hoy, se define impropiamente como “neofascismo”.
Si el “maestro” despreciaba al fascismo en cuanto doctrina, admirando en él solamente la capacidad de haber despertado en muchos italianos la voluntad y el potencial para combatir en el bando destinado a la derrota, sus alumnos no podían ser sino que peores que él.
Fieles al Estado, como fuente de autoridad, los Rauti y compañía terminarán todos, con poquísimas excepciones, convirtiéndose en confidentes de los servicios de seguridad y policiales con objeto de combatir la “subversión roja”.
Lástima que Evola y sus secuaces no hayan explicado cuál era la fuente divina de la que el Estado italiano democrático y antifascista ha extraído su autoridad.
Acaso, en el ansia de destruir el fascismo subversivo, se olvidaron que la autoridad de este Estado proviene del V Ejército americano y del VIII Ejército británico que conquistaron la península entre 1943 y 1945, y sobre cuyas bayonetas se han alzado los padres de la actual república italiana.
Habría que deducir que el poder del Estado actual deriva para Evola y sus alumnos de “fuerzas divinas” de las alturas donde, efectivamente, volaban los B-29 americanos y los Lancaster británicos que bombardeaban Italia.
Son éstas las “entidades divinas” que han creado este poder al que Julius Evola, Pino Rauti y compañía se han sometido para combatir el bolchevismo, y liquidar para siempre lo que quedaba del fascismo del que no se precisaba evocar otra cosa que el “espíritu legionario”, del cual por lo demás ni el maestro ni los discípulos dieron nunca pruebas, no porque faltaran ocasiones sino por la vileza inherente a esa plebe que pretende transformarse en aristocracia y sólo alcanza a humillarse ante los amos de turno.
La plebe evoliana que condena el “Estado ético” de Giovanni Gentile, que liquida el patrimonio ideal del fascismo como “comunistizante”, que reniega de la revolución fascista y, arteramente, de las que la han precedido y de las que aquella se ha nutrido, no ha renunciado todavía a presentarse como “fascista”, o “neofascista” como suele decirse.
Quizá ha llegado el momento de exponer a esta masa plebeya que su maestro, Julius Evola, tenía al menos el valor de definirse como representante de la “revolución conservadora” que nada tiene que ver con el fascismo.
En consecuencia, no es casualidad que se continúe con la farsa de presentar al Msi y los grupos a él vinculados como “neofascismo” en el lugar de un bloque reaccionario y conservador que ha luchado por defender los privilegios de la clase acomodada y el poder de un Estado surgido tras el fascismo y contra el fascismo.
La lectura y comprensión de la historia italiana de posguerra se haría ciertamente más fácil si se reconociera que no ha existido nunca un neofascismo, que los Evola y sus secuaces no tenido jamás relación alguna con el fascismo, entendido como ideología y que, viceversa, han desempeñado un papel instrumental para el antifascismo de cuño conservador y reaccionario.
Liberarse por siempre de este informe lastre de cobardes, disociados, dinamiteros, masacradores, confidentes, chivatos, violadores y apologistas de violadores, es tarea meritoria para quien, como nosotros, en el fascismo no ve el “mal absoluto” sino una página de la historia italiana y universal que todavía, en lo referente a su doctrina social, permanece de actualidad.
Es verdad que el antifascismo –y lo comprendemos- no querrá reconocer nunca la utilidad para sus planes de Julius Evola, de Pino Rauti, Giorgio Almirante, y más y más abajo de los Freda, de los Murelli, de los Izzo, pero la historia no tendrá en cuenta los deseos del antifascismo, porque su veredicto lo ha emitido ya y entre las muchas culpas atribuidas, con o sin razón, al fascismo de aquella de haber contado a éstos entre sus seguidores está definitivamente absuelto.
Ellos son, lo han sido siempre y lo seguirán siendo para las generaciones futuras, los hijos de la Republica italiana, nacida el 25 de abril de 1945.
Y, con semejante Madre, no podían actuar de modo distinto al que actuaron.


Vincenzo Vinciguerra, Opera 18 octubre 2009

23 comentarios

Air Yeezy -

Man, the servant and interpreter of nature.

El Observador Popular -

Últimamente una idea (en toda su extensión puramente mental y metafísica de "supra - mundos" inexistentes en la realidad), un "aporte" (como algunos lo llaman), viene intentando penetrar la cosmovisión NACIONALSOCIALISTA, a la cual arrogantemente pretende "superar", a la cual pretende "corregir", eufemismos utilizados para evitar usar la verdadera acción que ocultan tras su accionar: SUBVERTIR al NACIONALSOCIALISMO.

Lamentablemente muchos buenos (aunque ingenuos) "camaradas", se han dejado seducir por la "bien pensante" metafísica de ensueño de esta idea, transformando (en algunos casos) su "vivir peligrosamente", su militancia, su activismo, en "cabalgatas felinas" cómodas y para nada peligrosas; o justificando (en otros casos) su vida de inacción, su aristocrático abolengo de Barones de Salón, de pensadores de ordenador, de hiper - teóricos del "supra - mundo" tan ajeno a la realidad nuestra de cada día.

Nos estamos refiriendo al inefable Barón Julius Cesare Andrea Évola, máximo exponente intelectual de la llamada Derecha tradicional que algunos (poco informados) conocen simplemente con el calificativo de "evolianos".

No existiría problema alguno si los partidarios y seguidores de la Derecha tradicional siguieran su augusto y elitista camino. A quienes así lo hacen nuestro mayor respeto por ser consecuentes con su pensamiento tradicional. Al fin y al cabo, Évola es un notable luchador en los "supra - mundos" espirituales y metafísicos. Nada nos alegrará más que triunfe en su etérea batalla. Mientras tanto nosotros, los NACIONALSOCIALISTAS, viviremos peligrosamente, enfrentando a ese "tigre" al que tanto temen.

Sin embargo, algunos iluminados, que pretenden tener un particular y especial "conocimiento" y "comprensión" del fenómeno evoliano (caso que merece un profundo estudio médico para saber la etiología de tamaña supra - función cerebral que nos ha sido vedada a nosotros los que "no comprendemos" a Évola) afirman que este es un "aporte" urgente y necesario al NACIONALSOCIALISMO.

Pues bien, nada les puede impedir hacerlo si lo desean; pero, semejante "mestizaje" ideológico, semejante "híbrido" doctrinario, no puede ser jamás denominado NACIONALSOCIALISMO. Esa Derecha tradicional "nazificada" o ese NACIONALSOCIALISMO "evolizado", esos teratogénicos "partos" mentales, no serían ni NACIONALSOCIALISMO ni Derecha tradicional.

Así pues, el parto de esta mutación, significaría el nacimiento de un extraño engendro que ni el mismo Adolfo Hitler ni el propio Julius Évola imaginaron jamás. Suele suceder que los discípulos van más allá de las enseñanzas de sus maestros, es inevitable que existan quienes pretenden ser "más papistas que el Papa" y retuercen de manera increíble las palabras y los pensamientos en un frenético afán de lograr "algo" que justifique una especie de "nacionalsocialismo" no peligroso, un "nacionalsocialismo" neutro, que no incomode a nuestros enemigos, que los haga voltear los ojos hacia otro lado y no hacia ellos que, renunciantes a la viril lucha, se dedican a "cabalgar al tigre". Este "nacionalsocialismo" evolizado y afeminado no tendría problemas de actuar en un país multirracial y mestizado como el nuestro; pero, para ello, renuncian a los postulados más fundamentales del NACIONALSOCIALISMO, "emasculando" su propia esencia combativa, racial y doctrinaria.

La presente sección, que hemos titulado "EL CASO ÉVOLA" es, actualmente, un indispensable apartado en nuestra publicación electrónica, pues cada día que pasa se intenta seducir a muchos Camaradas NACIONALSOCIALISTAS con postulados ajenos que, por su "agradable" lenguaje soñador engaña a los menos adelantados.

Évola, refiriéndose a "LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN", dijo alguna vez (¡algunos adarmes de lucidez tenía!): "Si los protocolos no son AUTÉNTICOS, entonces son VERÍDICOS"; en este sentido deben tomarse (sobre todo por los evolianos) las palabras del judío Isaac Goldman, quien en 1992 dijo: "Évola representa un factor desestabilizador en la doctrina racista nazi, debemos difundirlo entre sus filas, efectivamente los dividirá y por sobre todo, los debilitarᔠ(FUENTE: Pág. 188, 'Esoterismo de Vía - Monte') Quizás no sea verdad que lo dijo, quizás si; quizás no haya que creerle a un judío; sin embargo, lo que se dice allí es CIERTO, una REALIDAD COMPROBABLE que se viene dando en nuestro ámbito NS.

Así pues, no se tome esta sección como un ataque subalterno a Julius Évola (eminente luchador y pensador) o a sus discípulos (a quienes tenemos en alta estima); mientras la Derecha tradicional siga siendo la Derecha tradicional no existirá jamás ningún problema con ella. Nuestro mayor respeto a su pensamiento y a sus pensadores.

Tómese esta sección como un espacio en el que se encontrarán serias razones para no mirar con buenos ojos los intentos, cada vez más frecuentes, de "evolizar" al NACIONALSOCIALISMO, o de "nazificar" a la Derecha tradicional (evolianismo). Rechazamos plenamente semejante intento de alienación y enajenación de nuestra COSMOVISIÓN TOTAL de la vida: el NACIONALSOCIALISMO.

Dejemos, pues, a los sacerdotes de esta iglesia neo-evoliana afrontando sus "experiencias" psíquicas "iniciáticas", con sus "maniobras" psíquicas "correctas", mediante las cuales, en onírica "valentía" guerrera, alucinan que "miran" a la muerte y que "dejarán de existir". Mientras ellos se convierten en las apolilladas y anacrónicas "élites" del más allá; nosotros, consecuentes con nuestra cosmovisión NACIONALSOCIALISTA, nos dedicamos a confrontar la REALIDAD y construimos (enfrentando TIGRES) nuestro entorno POPULAR y COMUNITARIO.

Ir a:
http://members.libreopinion.com/pe/observador/evola.htm

Jaume Farrerons -

Le pedí a Vinciguerra una aclaración sobre Evola y aquí la tenemos. Gracias. Ahora que Milá vaya recogiendo la mierda que le sale del culo. !!!Traidor!!!

recomendación -

Planea de fondo el uso y abuso (y abuso, y abuso, y abuso) de Evola (hombre y obra).

La línea de este artículo tiene ya viene de antes y tiene un contexto:

Se recomienda leer «La guerra contrarrevolucionaria y la estrategia de la tensión –Ed. Resistencia-» (especialmente el capítulo 11 “Hombres e ideas”).
Y por supuesto «Camaradas, adiós» (esp. Cap. III “La guerra no ortodoxa”), -libro que habría que pensar en editar en papel-.

Antagonistas -

Supongo que eres ya mayor y capaz de ejegir lo que lees, por tu cuenta.
Hemos citado estos libros porque para nosotros personalmente han sido una contribución significativa, como la obra de Evola en su conjunto.
Obra amplísima que un par de textos malhadados, contingentes, instrumentales, como "Los hombres y las ruinas" o el "Fascismo" no deberían mancillar.
Intentamos explicar, analizar, ciertos elementos que de, una manera u otra, han sido determinantes en nuestra formación politico-cultural, nuestra y de otros de nuestra generación.
La obra "politica" de Evola de las posguerra mundial está obsoleta, lo que demuestra que en cierta medida es incluso ajena a su propia filosofia y concepción de mundo.
Solo era eso

Duginiano -

"Textos como "El Misterio del Grial", "Metafisica del Sexo", "Rivolta", "Cabalgar el tigre", y otros, tienen una carga de objetividad y trascedencia más que importante."

¿Y cómo interpreto estas líneas?

Se recomienda leer esos títulos o no?

Antagonistas -

No es sencillo entender lo que pretendes (bueno sí, pero lo destaparemos más adelante....)
Dices:
"Sin embargo, la pregunta sigue pendiente y algunas contradicciones no se resuelven con mencionar a Guenon o a Schuon, o evocando la pretendida “Tradición Una y Universal”…más bien lo contrario.
La pregunta es: ¿es la Tradición (así escrita) un referente o un equívoco? Y si es un referente, como parece serlo, visto que no hay contradicción entre las palabras de hace algún tiempo y este escrito de VV, ¿de dónde viene esa inclusión de temáticas tradicionalistas si no es del puente confusionista que Evola trazó dentro del mundo neofascista entre la cultura nietzcheana-fascista y el mundo guenoniano-doctrinal? ¿Qué tiene que ver la cultura del fascismo y su visión del mundo con un tradicionalismo que, si tuvo escasa o nula relevancia dentro del ventenio con Evola, mejor no hablamos de la conexión (inexistente) entre la visión de un Guenon y de un Pavolini (pongamos por caso)? “
Profunda digresión -y extensa- entre la velocidad y el tocino.
Pues que no se habla ni de una ni de otra cosa.
Creo que confundes los términos. Una confusión que puede ser un malentendido doctrinal o simplemente a una interpretación torticera.

La inclusión en este Blog de temáticas de tipo “tradicional” –que no tradicionalista, corporativista o confesional- responde al Referente Máximo de nuestra Tendencia que puede leerse en el Manifiesto de Resistencia, editado alguna vez y que hallarás en el Link correspondiente.
Coherente por lo demás en términos de continuidad y coherencia ideologica con los movimientos que han alzado una bandera de combate contra los Devoradores del mundo hasta hoy.
O sí o sí. Relee el Manifiesto: ahí está todo. Sin contorsiones ni ambiguedades.
Opinas que la cosa en sí: es “puente confusionista"
Pero sólo se “confunde” el que quiere. Y me parece que este es el caso.
Vinciguerra es un militante FASCISTA ITALIANO, que no tuvo más remedio, por cuestión generacional y pragmática que desarrollar su ACCIÓN POLÍTICA en medios donde el llamado “neofascismo” o “neo-antifascismo” que diria el difunto Gaspare Fantauzzi, al que tuvimos el honor de conocer personalmente escasas semanas antes de antes de su muerte- campaba ya a sus anchas.
Ya hace tiempo que ajusta cuentas con sus excamaradas; mientras estos levantan infamias contra él y contra todos (veanse las patéticas "ultramemorias" de Milá que ni para vivos ni muertos, ni amigos ni camaradas tiene piedad..)
Lo de Eurasia-Islam supone un tipo de estrategia Antimundialista. No una táctica al modo y manera de las derechas “eversivas” de USAr y tirar.
Puedes mezclar churras y merinas a voluntad.
Vinciguerra habla de lo que sabe, de lo vivido y de lo por vivir. Aun preso es libre para esto y para más.
Sus condiciones son durísimas, casi medievelas. Pero no se calla.
¡Mal tipo! ¿No?
Nosotros, en comparación ,estamos en jauja, y hasta podemos hacer disquisiciones doctrinales con lujo de detalles y fantasía semiótica a tutiplen.
Pero no es lugar ni momento.
Las contradiciones -de un modo u otro- forman parte de la vida, incluso de algo que llamar vida es eufemismo o retruécano.
Sería preferible no tenerlas o hacer que no existen como hace el 90% de nuestros congéneres.
Demasiado tarde para algunos. Ningun Dios prodrá salvarnos ya.

¿Tradición? -

Efectivamente, la influencia del evolianismo político ha sido nefasta (sólo hay que ver algunas de sus expresiones que, de ahí lo de los Testigos de Jehová, necesitan utilizar las mayúsculas constantemente como que las palabras pesaran más, fuesen más convincentes y se rodeasen de un halo misterioso por ello…véase algún ejemplo más arriba).
Sin embargo, la pregunta sigue pendiente y algunas contradicciones no se resuelven con mencionar a Guenon o a Schuon, o evocando la pretendida “Tradición Una y Universal”…más bien lo contrario.
La pregunta es: ¿es la Tradición (así escrita) un referente o un equívoco? Y si es un referente, como parece serlo, visto que no hay contradicción entre las palabras de hace algún tiempo y este escrito de VV, ¿de dónde viene esa inclusión de temáticas tradicionalistas si no es del puente confusionista que Evola trazó dentro del mundo neofascista entre la cultura nietzcheana-fascista y el mundo guenoniano-doctrinal? ¿Qué tiene que ver la cultura del fascismo y su visión del mundo con un tradicionalismo que, si tuvo escasa o nula relevancia dentro del ventenio con Evola, mejor no hablamos de la conexión (inexistente) entre la visión de un Guenon y de un Pavolini (pongamos por caso)?
Evidentemente, eso es independiente de que se pueda leer sobre esa temática pero aquí la cuestión está en que se ha querido hacer de esa dimensión la “raíz profunda” (véase la alusión a la Metapolítica más arriba) de la lucha política y explicar de esa manera también el sentido de solidaridades y proyectos políticos (como el de Eurasia-Islam que comenzaba con la afirmación del tradicionalismo…proyecto que, despojado de esa referencia y de esa clave interpretativa, podría ser ondeado sólo en nombre de un anti-imperialismo más o menos táctico …o, mejor aun, en base a una concepción geopolítca más realista que muchas veces se ha entremezclado con excesivas alusiones grandilocuentes y generalmente incomprensibles…)
Desde luego, por irrelevante y poco preciso que sea en el momento actual, hay algo más de “fascismo” en Berlusconi y su política exterior o en los actos lúdico-estético-comunitarios-tribales de Iannone y sus juventudes que en las mejunjes “tradicionalistas” del tipo y escuela que sean, porque, entre otras cosas, estos no se proponen nada a nivel político y su “metapolítica” puede ser igualmente empleada por el príncipe Carlos de Inglaterra, por masones intelectualistas o por neofascistas en crisis espiritual sin religión concreta y con ansias de absoluto no fácilmente dirigibles…Eso sí, más antifascismo del que hay en Fini y Alemanno será difícil encontrarlo incluso en una casa Okupa.


FC -

Aqui em Portugal tivemos e temos um "fascismo" caracterizado pela beatice, "elitismo" burguês e angolfilia.


a Janus -

¿podrías comentar un poco el texto que has colgado en relación con la entrada?

AJ -

"Evola no era fascista: malamente podría superar el fascismo.
Es lo que decimos nosotros y Vinciguerra corrobora.
Aquello que podría superar en todo caso sería la Derecha liberal en nombre de un reaccionarismo social que, en efecto, en el MSI y adláteres ha encontrado acomodo".

Esa es la clave, y ahí, y no en otro lugar, podremos encrontar a Evola.

Antagonistas (ABA) -

Sí, en efecto, y no decia nada entonces que no pueda argumentar y reafirmar ahora mismo.
A los hechos y a los dichos me remito.
La "dimensión claramente fascista" que arguyes antes de posguerra no fue reividincada nunca por la "plebe evoliana".
Ni siquiera interesaba.
Vinciguerra -como un servidor en otro aspecto- no hacen una crítica de la obra filosófica y metapolítica de Evola antes del 45. (vease el primer parrafo del articulo de VV.)
El problema es la obra "política" de Evola: son dos textos solamente, "Los hombres y las ruinas" y "el fascismo visto desde la derecha", amen de los multiples articulos prepatorios y argumentales publicados en organos politicos missinos en los años 50-60.
Cierto que el articulo de VV es opinable. Por eso lo insertamos. Para que se opine.
Dogmas de fe no tenemos: linea ideologica y politica, sí.
Y que la influencia del evolianismo politico ha sido NEFASTA es algo no muy dificil de demostrar.
Yo, mismo, en mi lejana juventud también me tragé los sofismas de la "plebe evoliana" que aquí en España, años 70-80, lanzaban los Milá, los Palacios, los Medrano.
Pero la reflxión, la autocrítica y la rectificación no son palabras al viento, sino doloroso -a veces- itinerario pero que hay que recorrer si se quiere avanzar hacia alguna luz...
Y por supuesto que la Tradición Una y Universal y el tradicionalismo "plural y conrarevolucionario", por asi decir, nada tienen que ver.
Evola, por lo demás, no ha sido nunca reconocido por la Escuela tradicional guenoniana o schuoniana como testigo o maestro desde el punto de vista doctrinal o metafisico.
Lo cual no nos impide, particularmente, reconocer influencia y magisterio en otro orden de cosas.
Textos como "El Misterio del Grial", "Metafisica del Sexo", "Rivolta", "Cabalgar el tigre", y otros, tienen una carga de objetividad y trascedencia más que importante.
Al menor para nuestra propia ecuación personal.
POr lo tanto; no hay contradicción.
Evola no era fascista: malamente podría superar el fascismo.
Es lo que decimos nosotros y Vinciguerra corrobora.
Aquello que podría superar en todo caso sería la Derecha liberal en nombre de un reaccionarismo social que, en efecto, en el MSI y adláteres ha encontrado acomodo.
Y no solo ahí, sino en el propio sistema democratico y en el gobierno antifascista de Italia.
Discipulos, herederos y comilitones de la "plebe evoliana" están al mando junto al "tradicionalista" Berlusconi, al "evoliano" Fini , al "nacional-revolunario" Alemannno o al "yogures" Ianonne
Si se puede encontrar algo "fascista" en ellos, baje Dios y nos lo diga o algun forista mejor informado.
A Nosotros nos es imposible.
A tu disposición.

PD- lo de los "testigos de jehová" no procede.

¿Tradición? -

Beltrán en una entrevista de hace tiempo:


“La Tradición senso strictu está más allá y por encima de la política: en la Metapolítica. De algún modo, empero, esto no ha sido nunca óbice para que lo “metapolítico” influya de forma determinante en la acción social y política y –más aun- en nuestra comunidad de ideas que de suyo se remite en última instancia a una Cosmovisión espiritual, suprahumana, tradicional.
No puede ser de otra manera: la Realidad es siempre Continuidad. En la Tradición los “compartimentos estancos” están condenados a la esterilidad permanente.”


Beltrán hace más años:

“Evola, según los neofascistas de todo pelaje y condición "supera" el fascismo, de la misma manera que ellos, los neofascistas, lo han "superado" (sic) en sus delirios metapolíticos. Todo ello es una farsa. Evola no pretendió nunca superar el fascismo sino rectificar ciertas tendencias de él que consideraba "desviadas". Sin entrar en polémicas sobre el pensamiento evoliano, más rico y más complejo de lo que sus supuestos discípulos pretenden, los "evolianos" se ufanan de haber superado el fascismo cuando practican una política de derecha reaccionaria, y populista, ridícula y extravagante. Ellos mismos dicen "bastarse con Evola y Guenon", y por tanto no tienen problemas en cabalgar el tigre de todos los frentes nacionales postfascistas y neodemocráticos que se dejen montar.”

Entonces, ¿Es la Tradición (con mayúscula propia de testigos de Jehová) un equívoco o una referencia?
Lo lógico es que los fascistas juzguen el fascismo con un metro fascista (y no con el de la Tradición) pero, del mismo modo, en la obra de Evola (sobre todo del Evola anterior a la postguerra) hay una dimensión claramente “fascista” (sin la cual Evola no se habría podido convertir en la figura en que se convirtió…).
El escrito de Vinciguerra contiene varias interpretaciones muy opinables (apelar al título de la “revolución conservadora” de forma simplista y como si significara lo que la Thatcher o Reagan querían decir con esa palabra…)

Janus Montsalvat -

No hace demasiado tiempo alguien, tras haberse leído el imprescindible libro de Julius Evola, “Cabalgar el tigre” (1), nos expuso una serie de reflexiones y comentarios sobre su particulares posturas ante las tácticas, las tesis y las doctrinas sapienciales en él expuestas. Algunos de estos comentarios estaban salpicados de ciertas dudas sobre el fondo del que emanan una serie de planteamientos expuestos por el autor italiano y se hallaban impregnados de una mesurada crítica -por otro lado constructiva- acerca de lo conveniente y/o de lo correcto de la adopción de determinadas posiciones presentadas en esta obra cimera, capital y de lectura imprescindible.

Ante ello nosotros (que hace ya años que nos leímos esta obra; pero de la que, a pesar de lo cual, se nos quedaron firmementemente arraigados su mensaje y su esencia), le escribimos a nuestro apreciado interlocutor los siguientes párrafos:



“Cabalgar el tigre ” es un libro que rompe con la moral propia de nuestras terminales sociedades (esa moral que ha venido en denominarse como de ´moral pequeño burguesa´) y rompe igualmente con las instituciones por ella impregnadas y lo hace de una manera radical y sin ningún tipo de miramientos ni de concesiones.

Se trata de planteamientos hechos pensando en un hombre, como el actual, que vive en plena Edad de Hierro; en pleno período de decadencia. Y ante lo imposible de darle un golpe de timón al actual devenir corrosivo de los tiempos, se nos dice en este libro que debemos de concienciarnos de que no nos queda más remedio que el de vivir inmersos en ellos (en estos tiempos), pero sin que nos arrastren por el camino de la disolución, por lo que hemos de intentar vivir en medio de las ruinas, pero permaneciendo en pie. No adoptando posturas evasionistas y/o nihilistas (2), sino intentando acelerar la descomposición de este deletéreo mundo moderno para así conseguir que su caída (si ahora se nos presenta como imposible) ocurra cuanto antes mejor y para que en esta lucha mantenida para acelerar dicha caída (3) se vaya forjando el hombre que se hallará preparado para tomar las riendas de la reconstrucción de un nuevo Orden; de una nueva Edad Áurea.

Acelerar la descomposición de los tiempos que acontecen es ´cabalgar el tigre´ para cansarlo cuanto antes y acabar derrotándolo. Pero al margen de estas connotaciones y aplicaciones de carácter más exterior (4) y político, ´cabalgar el tigre’ es también una fórmula reservada para un tipo de Hombre diferenciado (no para los que no somos más que ´el común de los mortales´) que transita por el arduo, disciplinado y metódico camino de la transmutación interior y que es capaz de utilizar ´el veneno y convertirlo en remedio´. Esto es, utilizar los ´venenos´ que emponzoñan y destruyen al hombre común y que de manera apabullante, exagerada y disolvente impregnan el mundo moderno (tales como, de forma más contundente, pueden serlo las drogas, el alcohol o el uso obsesivo y degradante del sexo (5)), utilizar, decíamos, estos ´venenos´ (6) para alterar su estado de conciencia ordinaria con el objeto de volverla más volátil y sutil y, en definitiva, más propicia a ser reconducida y elevada a otros estados de conciencia superiores que le pongan en el camino -siguiendo los rigurosos procesos de la Iniciación (7)- que lleva a la difícil meta de lo que el budismo llama el Despertar.

Esta vía iniciática se conoce en Oriente como la ´Vía de la Mano Izquierda´ y en la tradición hermeticoalquímica occidental como la ´Vía Húmeda´.

Existe otro camino, otra vía reservada para un tipo de Hombre diferenciado de cualidades internas aun superiores a las ya muy de por sí elevadas que se presuponen inherentes al anterior tipo de Hombre del que acabamos de hablar. Este otro camino es el conocido en las escuelas sapienciales de Oriente como el de la ´Vía de la Mano Derecha´ y en la tradición alquimicohermética de Occidente como el de la ´Vía Seca´.

Se trata de una Vía que no necesita de la utilización ni de la ayuda de ninguno de los ´venenos´ de los que hemos hablado anteriormente para que el Iniciado se abstraiga interiormente de todo lo que inunda, distrae, liga y dispersa a la mente y que le supone obstáculos insalvables de cara a su búsqueda de estados superiores de conciencia que tiene por finalidad la Iluminación, a la par que la Gnosis o Conocimiento de la Realidad Metafísica que existe más allá y en el origen de todo el mundo manifestado, físico y, aun, sutil.

Este tipo superior de Hombre descondicionado también podría ser definido como de ´apolíneo´ (Vía Seca o de la Mano Derecha) frente al otro tipo de Hombre al que le cabe el apelativo de ´dionisíaco´ (Vía Húmeda o de la Mano Izquierda). Es este ´dionisíaco´ el que se servirá de las embriagueces, que podrá experimentar con facilidad en nuestro actual estado crepuscular del Kali-yuga, para emprender el camino de la búsqueda de la Iluminación. Es el que intentará ´convertir el veneno en remedio´ ´cabalgando el tigre´. ´Cabalgar el tigre´ también simboliza dominar, controlar y anular las pasiones, pulsiones, sentimientos y bajos instintos e impulsos que encadenan al hombre a lo bajo, a lo ínfero.

De este Hombre que es capaz de ´convertir el veneno en remedio´ también se pueden aplicar expresiones como aquella que afirma que ´la espada que le puede matar, también le puede salvar´ o la que asevera que ´el suelo que le puede hacer caer, también le puede servir para apoyarse y levantarse´.

Claro debe quedar que aquel que intente ´cabalgar el tigre´ sin estar innata e iniciáticamente validado y preparado para ello, será desgarrado, despedazado y devorado por él: por un alcohol o unas drogas que temerariamente quiso poner a su servicio o por unas prácticas sexuales respecto de las cuales acabará animalmente esclavizado y fatalmente obsesionado.

Quede bien al descubierto, pues, lo peligroso de la fórmula de ´cabalgar el tigre´. Únicamente una élite Superior desde el punto de vista de la cualificación y realización interiores podría (en caso de que aún existiera en nuestro decrépito Occidente) aventurarse por esta vertiginosa Vía de transformación interna. Y esto sólo después de haber consumado un metódico, exacto, riguroso, estricto, difícil, duro y arduo trabajo previo, enmarcado dentro de los diferentes estadios de lo que la Tradición conoce como la Iniciación.



En este insigne libro Evola nos transmite la evidencia de que en los presentes momentos sombríos y crepusculares por lo que atraviesa el mundo moderno no existe nada que merezca ser salvado; que deba ser conservado. No debemos, pues, mantener actitudes ´conservadoras´, sino que debemos, por el contrario, poner todos los medios a nuestro alcance, luchando, para que la desaparición de cualquier tipo de manifestación del mundo moderno acontezca lo antes posible. El objetivo de esta lucha es el de reinstaurar los valores y la cosmovisión propios del Mundo Tradicional. La meta es la de ´volver a la Tradición´. Por lo que de este ´re- volver´ se deriva el término ´revolución´. Se trata, pues, de adoptar una actitud ´revolucionaria´ y no, repetimos, ´conservadora´.

Décadas atrás, en la época de la Italia Fascista y de paralelos movimientos en otros países, Evola sí concebía que pudiera llegar a ser factible una reorientación general hacia valores, formas e instituciones de carácter Tradicional. La familia o el Estado en, por ejemplo, época mussoliniana todavía no habían degenerado en el remedo y la caricatura en que se han convertido hoy en día. Los intereses del alma o psique de entonces todavía podían entender de lo noble, de lo épico, del honor y de la fidelidad y aún no se habían anegado en el exclusivismo positivista, utilitarista, hedonista, mezquino, egoísta e individualista del que entienden hoy en día. Nuestro autor italiano pensaba, por entonces, que con un golpe de timón, más o menos pronunciado, se estaba a tiempo de reconducirlo todo hacia formas, instituciones y valores acordes con los de un Mundo de la Tradición que no es otro que aquél de la preeminencia de lo Sacro y Superior; en su auténtica configuración activa, Olímpica y Solar.



Por aquel entonces, pues, (hasta una vez acabada la II Guerra Mundial) Evola no apostaba por la táctica de acelerar el final; acelerar la caída. Casi todo lo existente era reorientable. Por el contrario, cuando escribía esta obra y, por descontado, en la actualidad todo se encuentra en avanzado estado de descomposición, de putrefacción, y es por ello por lo que no sobrevive nada que deba de ser salvado. Por esta razón (y sin referirnos al terreno de la realización personal interior sino al distinto ámbito de la acción política, exterior) hay que ´cabalgar el tigre´ hasta agotarlo, hasta que exhale su último aliento, su último suspiro, y no quede ni rastro de él, porque entonces sí habrá llegado la hora de construir un nuevo Orden sobre las cenizas de lo que quedó del mundo tras su agitado, atribulado, frenético, desorientado, catastrófico e infernal paso por la fase crepuscular de lo que las diferentes tradiciones definieron como el Kali-yuga o Edad Sombría, la Edad del Lobo o la Edad de Hierro.

desencanto -

¿Algo más infumable que la masa plebeya evoliana sin “su maestro” Evola…? ( quizás el hedor que desprende estos días el carnaval jalogüinesco las masas ramiristas… sin Ramiro… ¡qué nadie lo dude, Ramiro estaría con ellos…!)

Muy bueno el contrapunto de AJ

AJ -

"¿Hacia en realidad el Barón Evola,distinción entre la Derecha y la Izquierda?"

"Ni de derechas ni de izquierdas, ni de izquierdas, ni de izquierdas, ni de izquierdas".

Impropiamente definido como neofascismo -

«Habría que deducir que el poder del Estado actual deriva para Evola y sus alumnos de “fuerzas divinas” de las alturas donde, efectivamente, volaban los B-29 americanos y los Lancaster británicos que bombardeaban Italia.»



« no es casualidad que se continúe con la farsa de presentar al Msi y los grupos a él vinculados como “neofascismo” en el lugar de un bloque reaccionario y conservador que ha luchado por defender los privilegios de la clase acomodada y el poder de un Estado surgido tras el fascismo y contra el fascismo.»

Evola antifascista -

«Julius Evola confiará su defensa al abogado antifascista Francesco Carnelutti, y se jactará ante los jueces de ser un “no fascista” no queriendo todavía presentarse, cortesía suya, como “antifascista ni como víctima del fascismo”.»



«En otras palabras, Evola deja claro que él, ¡por amor de Dios!, no tiene ideas fascistas, defiende ideas preexistentes al fascismo y no es culpa suya si éste las ha reactualizado…»



«En resumen, mediante un lenguaje ambiguo pero igualmente comprensible, Julius Evola se proclama no fascista, a-fascista, antifascista decimos nosotros.»



En la República Democrática -

«A su regreso a Italia en 1948, Evola se encuentra de repente a sus anchas en el ambiente del Movimiento social italiano, al punto de que en 1949 comienza a escribir para el “Meridiano de Italia”, dirigido por Franco Maria Servello que, ya en 1945, escribía en periódicos antifascistas contra el fascismo.»

En la RSI -

«La aventura del último fascismo, el más auténtico y sincero, Evola no la compartió prefiriendo dejar a otros la afirmación de ese espíritu legionario del que tanto gustará hablar en años posteriores.»

En el Ventenio -

«Durante el Ventenio fascista, Evola no representó un punto de referencia cultural y político.»

Prometeos -

La verdad,es que es dificil conocer la personalidad de Evola,más aún algunos escritos suyos,yo en su día me leí(hace ya bastantes años)"Metafísica Pagana En La Edad Media Católico",sin embargo la figura de Evola,es absolutamente contradictoria entre sus seguidores,unos dicen reivindicar sus obras,otros la denigran hasta la saciedad.Creo que uno de sus libros màs polémicos es "El Fascismo Visto Por La Derecha"¿Hacia en realidad el Barón Evola,distinción entre la Derecha y la Izquierda?.
En fin,que hace falta quizás profundizar más en las obras del autor,no obstante,muy buena la aproximación al filósofo italiano,cómo siempre y una vez más(no podía ser de otra forma) de D.Vincenzo Vinciguerra.
Saludos cordiales.

AJ -

¡Soberbio Vinciguerra!

El antifascismo no reconocerá los servicios y la "utilidad" de los.............y mas abajo............y(añidiría yo)mas bajo todavía, en el mismo bote sifónico del WC aquí en España, los Piñar, Milá y demás "caca" "suprafascista", expresión y definición teórica que el telúrico filósofo en cuestión usó para definir el "fascismo" que ha abandonado y superado sus "pecados de juventud", socialismo, izquierdismo y espíritu revolucionario.
¡Manda huevos con el "supra" o superfascismo del burgués de los cojones!
El tipo no solo teorizó sobre el fascismo del que nunca formó parte, si no que lo "reinventó" a gusto, a gusto de un puto tradicionalista, amante de "señores" y vividores varios, como él mismo.
¡No es extraño que detestara la Republica Social Italiana¡
Cuando el fascismo mas se acercara a su verdadera esencia, el tipo mas asco le tendria.
¡Todo un super fascista!

Lo penoso es que seguimos rodeados de gente que sigue confundiendo el fascismo, "con la caca del bote sifónico".

Habrá que enseñar a la gente, sobre todo a nuestros jóvenes
eso de "no la toques, caca",
o la esencia del fascismo se perederá para siempre.