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Vincenzo Vinciguerra: "Reflexiones sobre el 11-S" (I)

Vincenzo Vinciguerra: "Reflexiones sobre el 11-S" (I) *LINEA ANTAGONISTA.-REPROPONEMOS LOS TRES ARTÍCULOS ESCRITOS EN 2001 POR EL CAMARADA VINCIGUERRA SOBRE EL 11 DE SETIEMBRE Y SUS CONSECUENCIAS, TRADUCIDOS Y EDITADOS EN LA WEB DE RESISTENCIA ESE MISMO AÑO.
VISIÓN LÚCIDA, CERTERA, DE UNOS HECHOS QUE HAN SUPUESTO UN VERDADERO PUNTO DE INFLEXIÓN PARA EL IMPERIALISMO.
BUENA LECTURA.


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Lo hemos visto todos. Una masacre en directo en el corazón de Nueva York. Dos aviones de pasajeros lanzados, uno tras otro, contra las Torres gemelas símbolo del poder económico americano; un tercero estrellado contra el Pentágono; un cuarto abatido, probablemente, por cazas americanos en los alrededores de Pittsburgh. Lo hemos visto centenares de veces, y millares de veces más lo volveremos a ver porque el circulo mediático enfeudado a América considera que ha encontrado las imágenes del acontecimiento del siglo, sobre el que instituir la definitiva santificación de los Estados Unidos como madre del mundo, en torno a la cual los hijos se abrazarán en el momento del dolor y se volverán a unir para la inminente venganza contra aquellos que han osado desafiar al Imperio golpeándolo sobre su territorio, masacrando a sus ciudadanos, destruyendo sus símbolos. A las imágenes se acompañan las palabras. Millones de palabras. Chapoteamos en un océano de proclamas, discursos, conmemoraciones, incitaciones al odio y a la represalia. Sin embargo, no hemos oído una sola palabra sobre las motivaciones que determinado que un grupo sacrifique su propia vida junto a la de varios miles más, para atacar a los Estados Unidos de América. Ni una.
Por una vez, también el omnipresente (en las telepantallas italianas) cardenal Ersilio Tonini, ya consejero espiritual de Raul Gardini, ha arrojado la máscara de compasivo y tolerante a ultranza para pronunciar palabras que rezuman odio: "Deben pagarlo caro. Lo "pagarán caro, miles y miles de hombres inocentes.. Lo pagan caro millones y millones desde que los Estados Unidos de América iniciaron su marcha para conquistar la supremacía mundial. Pero para las hecatombes cometidas por los Estados Unidos y por sus aliados no existen imágenes ni palabras.
No había cámaras de TV en Sabra ni Shatila, en Líbano, cuando los falangistas cristianos, a las órdenes de Israel, penetraron en los campos de refugiados palestinos y masacraron hombres, mujeres, niños. Era el mes de setiembre de 1982 Quien hizo posible la matanza que provocó miles de víctimas inocentes fue un general israelí, Ariel Sharon. La atrocidad del crimen fue tal que incluso el gobierno de Tel Aviv se vio obligado a crear una comisión de investigación que concluyó sus trabajos reconociendo la "responsabilidad indirecta de Sharon. En estos últimos meses, tras la demanda presentada por un grupo de palestinos, la Fiscalía del reino de Bélgica ha admitido a trámite la querella por "crímenes contra la humanidad contra Ariel Sharon, actual primer ministro israelí, en lo que respecta a las masacres de Sabrá y Shatila.
Ningún cura ha aparecido por televisión para decirnos que lo debe "pagar caro por los miles de inocentes asesinados por los falangistas cristianos a su servicio, Así, Ariel Sharon ha pasado de la carrera militar a la política alcanzando el cargo de primer ministro de Israel. La comunidad internacional no ha marginado a Sharon, al contrario lo ha recubierto de muestras de estima, de elogios, ha mantenido la política homicida contra los palestinos, fingiendo no saber qué pasó en Sabra y Shatila. Los grandes protectores de Israel, los Estados Unidos, no han demostrado ni siquiera el más mínimo embarazo en tratar contra un imputado por "crímenes contra la humanidad, y con ellos los gobiernos europeos y Juan Pablo II.
Sabra y Shatila, nombres olvidados, no precisamente por aquellos que han perdido madres, mujeres, hijos, miles decompatriotas, mientras que sus asesinos permanecían impunes. ¿Sabra y Shatila en la base de los ataques del 11 de setiembre a Estados Unidos? Quizás. No podemos afirmarlo con certeza. Demasiados son los muertos de las "guerras americanas.
Otro año, otro setiembre, vio al fiel aliado de Washington, Hussein de Jordania,, masacrar a millares de palestinos. Lo llamaron "Setiembre negro, como la sangre de millares de asesinados por los beduinos de un rey árabe, pasado al servicio de Washington.
La lista es larga. No hay que olvidar el golpe de estado en Indonesia, en los años sesenta, que contempló la matanza de 800.000 personas en nombre del anticomunismo del cual la Casa Blanca era adalid en el llamado mundo "libre: 800.000 muertos, cuya voz fue sofocada para que el mundo "libre no sintiera ningún remordimiento por la enésima masacre.
Hoy, los Estados Unidos lloran a sus muertos. Por primera vez en su historia, han conocido la violencia de la muerte que llega del cielo. Los americanos conocen la muerte que se abate desde lo alto del cielo: la han infligido muchas veces sobre otros. De la segunda guerra mundial en adelante, la aviación de las barras y estrellas ha golpeado, principalmente, a los indefensos, destruyendo ciudades y aldeas, privando de la vida a millones de persona, viejos, mujeres, niños. De Alemania a Italia, y al Japón durante los años 1941 a 1945, la muerte alada ha esparcido explosivo y fósforo sobre poblaciones civiles en nombre de una "guerra justa que, en realidad, era una guerra imperialista, el tránsito obligado para asumir el liderazgo mundial.
Concluyeron su guerra con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Japón. No servían para alcanzar objetivos militares, porque ya desde el mes de julio estaban en curso conversaciones para firmar la rendición. Servían en cambio a la política americana de ofrecer al mundo la evidencia de la fuerza y del poderío alcanzados, junto con la advertencia de que existía la voluntad de usarlas contra quien fuera. Dos únicas bombas provocaron una hecatombe de hombres, mujeres, niños. Los Estados Unidos no han pedido jamás perdón por el enésimo crimen contra la humanidad. ¿Cómo habrían podido? Sobre el resplandor terrorífico de las bombas atómicas arrojadas contra Hiroshima y Nagasaki, sobre la matanza de miles y miles de vidas inocentes trincadas del modo más atroz, sobre la muerte por radiación infligida sobre otras tantas decenas de miles, han levantado su potencia actual.
Bombas y napalm: esta es la receta de los años posteriores al segundo conflicto mundial para inducir a los pueblos a la democracia, según la interpretación de los Estados Unidos. Golpes de estado y masacres, de Italia a Chile, y a Argentina, a países latinoamericanos, africanos, asiáticos: esta era la receta para derrotar al "comunismo internacional. Los masacrados en piazza Fontana, los "desaparecidos [ndr. en español en el original], los asesinados en el Congo, ¿qué han representado para los gobiernos americanos? El gran amigo de Ciampi y Agnelli, Henry Kissinger proporcionó la definición, refiriéndose a los "desaparecidos chilenos tras el golpe de estado impuesto por los y llevado a cabo el 11 de setiembre de 1973: "debilidades sentimentales, así definió las protestas por la violación de los derechos humanos. "Debilidades sentimentales, así han sido siempre consideradas por los americanos las voces que se han levantado en el mundo frente a sus crímenes.
Hoy, no quieren que se recuerde su pasado, los delitos de ayer y del presente no deben ser considerados como motivos para el ataque contra las Torres gemelas. Los "terroristas, última categoría en el tiempo de los enemigos dela Casa Blanca y del "mundo libre, no tienen causa, no tienen ideales, no tiene siquiera patria: atacan el territorio de los Estados Unidos, sacrificando su vida además de la de los atacados por "odio a la civilización y a la cultura americana y occidental. Ninguna otra motivación existe para el ataque "terrorista a los Estados Unidos del 11 de setiembre de 2001. Este es el estribillo que se repite cada instante por todos aquellos que aparecen en televisión, con el rostro regado de lágrimas, para expresar congoja y solidaridad por los Estados Unidos de América. Quieren convencernos de que solamente el amo tiene el derecho y el deber de decidir sobre la vida de los demás, que a la Casa Blanca le está reservado el derecho de vida y de muerte sobre hombres y pueblos no lo suficientemente fuertes para oponerse a su arrogancia y a su potencia. ¿Qué los niños palestinos son fríamente asesinados por los soldados de la estrella de David? Ningún problema: películas, documentales, debates sobre el Holocausto harán rápidamente olvidar a la opinión pública la ferocidad israelí. Más aún, la convertirán en legítima, incluso deseable.
Fiel a su milenaria tradición, la Iglesia católica bendice portaaviones y bombarderos que se aprestan a sembrar muerte y destrucción en aquellos piases que, por decisión unilateral, los Estados Unidos señalan como "cómplices de los terroristas. Pasará el tiempo hasta que otro Papa, con voz trémula, dentro de algunos siglos quiera pedir perdón por los crímenes contra la humanidad con los que se ha manchado la Iglesia católica. Entre tanto, los curas están con los bombarderos, en nombre de Cristo y de los dólares que a sus bolsillos.
Grotesco el servilismo de los países europeos adheridos a la Alianza Atlántica que han aceptado sin objeciones el recurso al art.5 del Tratado impuesto por los Estados Unidos. En realidad, el art.5 impone a los Estados integrados en la OTAN intervenir al lado de un Estado miembro sólo si este último resulta atacado militarmente por un Estado enemigo. Fue sobre esta base que los Estados Unidos, en los años cincuenta, impusieron el veto a la intervención de la OTAN al lado de Francia, involucrada en Argelia contra la guerrilla dirigida por el Frente de Liberación Nacional. Para superar este obstáculo los servicios secretos americanos y OTAN describieron a la guerrilla argelina como producto de la "guerra revolucionaria conducida por el "comunismo internacional a las órdenes de Moscú. No retribuidos, pretendieron que el general Charles De Gaulle proclamara la integración de Argelia dentro de Francia de forma que se convirtiese, a todos los efectos, en un departamento francés. Y ante la negativa del general, desencadenaron una oleada terrorista que tomó el nombre de OAS, Organización del Ejército Secreto. Pura y simple emanación de la OTAN.
Historia olvidada, como los muertos que los fieles ejecutores de las órdenes de la OTAN provocaron en Francia y por doquiera que actuaron. Crímenes, crímenes todavía impunes en su totalidad porque los "terroristas de la OAS estaban del lado justo, de parte de la América que trataba de obtener oficiosamente, por otros medios ilícitos, lo que debía oficialmente negar por razones de política internacional.
Hoy, América llama a la obediencia y retuerce sin hallar objeciones el texto de los Tratados internacional, a fin de garantizarse ese apoyo militar, no sólo político y diplomático, que la guerra ya declarada exige. América llora a sus muertos, acompañada de las plañideras del mundo al que ha sometido por las armas y dominado por los dólares, entre lisonjas y amenazas. Yo sin embargo he contado los muertos inocentes, las mujeres, los niños masacrados por los Estados Unidos para mantener su supremacía mundial, no tengo ya más lágrimas para los muertos americanos. El dolor lo reservo para los muertos del mundo de los oprimidos, pasados, presentes y futuros.

1 comentario

Viento a favor -

"El cardenal Ersilio Tonini, ha arrojado la máscara de compasivo y tolerante a ultranza para pronunciar palabras que rezuman odio: 'Deben pagarlo caro. Lo pagarán caro, miles y miles de hombres inocentes...'
Lo pagan caro millones y millones desde que los Estados Unidos de América iniciaron su marcha para conquistar la supremacía mundial. Pero para las hecatombes cometidas por los Estados Unidos y por sus aliados no existen imágenes ni palabras"
Cuando tienen el viento a favor, los pastores del rebaño se sacuden de encima toda la fachada de bondadismo y se muestran tal como son.