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VISIONES Y REVISIONES: Renè Guenon, SALVACIÓN Y LIBERACIÓN

VISIONES Y REVISIONES: Renè Guenon, SALVACIÓN Y LIBERACIÓN

(Extraido de Tradición Perenne. com)

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Hemos comprobado recientemente, no sin algún asombro, que algunos de nuestros lectores todavía encuentran alguna dificultad para comprender la diferencia esencial que existe entre la salvación y la Liberación; no obstante ya nos hemos explicado bastantes veces sobre esta cuestión, que por lo demás no debería en suma presentar ninguna oscuridad para cualquiera que posea la noción de los estados múltiples del ser y, ante todo, la de la distinción fundamental entre el "yo" y el "Sí" (1). Nos es preciso entonces volver sobre ello para disipar definitivamente todo posible error y no dejar lugar a ninguna objeción.
En las presentes condiciones de la humanidad terrestre, es evidente que la gran mayoría de los hombres no son en absoluto capaces de sobrepasar los límites de la condición individual, sea durante el transcurso de su vida, sea dejando este mundo tras la muerte corporal, que en sí misma no podría cambiar en nada el nivel espiritual en que se encuentran en el momento en que ésta sobreviene (2). Desde el momento en que esto es así, el exoterismo, entendido en su más amplia acepción, es decir, la parte de toda tradición que se dirige indistintamente a todos, no les puede proponer sino una finalidad de orden puramente individual, puesto que cualquier otra sería completamente inaccesible para la mayoría de los adherentes a esa tradición, y es precisamente esta finalidad lo que constituye la salvación. Ni que decir tiene que se está muy lejos con esto de la realización efectiva de un estado supraindividual, aunque todavía condicionado, sin hablar ya de la Liberación, que, siendo la obtención del estado supremo e incondicionado, no tiene verdaderamente ninguna medida en común con un estado condicionado cualquiera (3). Añadiremos a continuación que, si "el Paraíso es una prisión" para algunos, tal como anteriormente hemos dicho, es justamente porque el ser que se encuentra en el estado que éste representa, es decir, quien ha alcanzado la salvación, está aún encerrado, e incluso por una duración indefinida, en las limitaciones que definen la individualidad humana; esta condición no podría ser en efecto sino un estado de "privación" para aquellos que aspiran a estar liberados de estas limitaciones y cuyo grado de desarrollo espiritual les hace efectivamente capaces de ello en su vida terrestre, aunque, naturalmente, los demás, desde el momento en que no poseen actualmente en sí mismos la posibilidad de ir más allá, no puedan en modo alguno sentir esta "privación" como tal.
Se podría entonces plantear esta cuestión: a pesar de que los seres que se encuentran en este estado no son conscientes de lo que de imperfecto tiene en relación con los estados superiores, esta imperfección no por ello deja de existir; ¿qué ventaja hay entonces en mantenerles así indefinidamente, ya que es éste el resultado en el que deben desembocar normalmente las prescripciones tradicionales de orden exotérico? La verdad es que hay una muy grande, pues, estando fijados en las prolongaciones del estado humano en tanto que este mismo estado subsista en la manifestación, lo que equivale a la perpetuidad o a la indefinidad temporal, estos seres no podrán pasar a otro estado individual, lo cual sería sin esto necesariamente la única posibilidad abierta ante ellos; pero entonces, ¿por qué razón esta continuación del estado humano es, en este caso, una condición más favorable de lo que lo sería el paso a otro estado? Es necesario hacer intervenir aquí la consideración de la posición central ocupada por el hombre en el grado de existencia al cual pertenece, mientras que todos los demás seres se encuentran en una situación más o menos periférica, resultando directamente la superioridad o la inferioridad específica de unos con respecto a otros de su mayor o menor alejamiento del centro, en razón del cual participan en una medida diferente, aunque siempre de una forma solamente parcial, en las posibilidades que no pueden expresarse completamente sino en y por el hombre. Ahora bien, cuando un ser debe pasar a un estado individual distinto, nada puede garantizarle que encontrará una posición central, relativamente a las posibilidades de ese estado, como la que ocupaba en éste en tanto que hombre, e incluso existe por el contrario una probabilidad incomparablemente mayor de que se encuentre con alguna de las innumerables condiciones periféricas semejantes a lo que en nuestro mundo son las de los animales o incluso los vegetales; se puede comprender inmediatamente cómo estaría en grave desventaja, especialmente desde el punto de vista de las posibilidades de desarrollo espiritual, y ello incluso aunque ese nuevo estado, considerado en su conjunto, constituyera, como es normal suponer, un grado de existencia superior al nuestro. Por esta razón algunos textos orientales dicen que "el nacimiento humano es difícil de obtener", lo que, por supuesto, se aplica igualmente a lo que le corresponda en todo otro estado individual; y es también la verdadera razón por la cual las doctrinas exotéricas presentan como una eventualidad temible e incluso siniestra la "segunda muerte", es decir, la disolución de los elementos psíquicos mediante la cual el ser, dejando de pertenecer al estado humano, debe necesariamente tomar nacimiento en otro estado. Sería de forma distinta, y en realidad sería incluso todo lo contrario, si esta "segunda muerte" diera acceso a un estado supra-individual; pero esto no es asunto del exoterismo, que ni puede ni debe ocuparse más que de lo que se refiere al caso más general, mientras que los casos excepcionales son precisamente lo que da la razón de ser al esoterismo. El hombre ordinario, que no puede actualmente alcanzar un estado supra-individual, podrá al menos, si obtiene la salvación, llegar al fin del ciclo humano; escapará entonces del peligro del cual acabamos de hablar, y no perderá los beneficios de su nacimiento humano, aunque los mantendrá por el contrario definitivamente, pues quien dice salvación dice por ello conservación, y es esto lo que esencialmente importa en semejante caso, pues es por ello, y solamente por ello, que la salvación puede ser considerada como aproximando al ser a su destino último, o como constituyendo en cierto sentido, y por impropia que sea tal manera de hablar, un camino hacia la Liberación.

Por otra parte, debe tenerse cuidado de no dejarse inducir al error por ciertas similitudes aparentes de expresión, pues los mismos términos pueden recibir numerosas acepciones y ser aplicados en muy diferentes niveles, según se trate del dominio exotérico o del dominio esotérico. Así, cuando los místicos hablan de "unión con Dios", lo que entienden con ello no es ciertamente en modo alguno asimilable al Yoga; y esta indicación es particularmente importante, porque algunos quizá estarían tentados de decir: ¿cómo podría haber para un ser una finalidad más alta que la unión con Dios? Todo depende del sentido en el que se tome la palabra "unión"; en realidad, los místicos, como todos los demás exoteristas, jamás se han preocupado de nada más que de la salvación, aunque a lo que apunten sea, si se quiere, una modalidad superior de salvación, pues sería inconcebible que no hubiera también una jerarquía entre los seres "salvados". En todo caso, la unión mística, dejando subsistir a la individualidad como tal, no puede ser sino una unión exterior y relativa, y es evidente que los místicos jamás han concebido siquiera la posibilidad de la Identidad Suprema; se detienen en la "visión", y toda la extensión de los mundos angélicos les separa aún de la Liberación.

NOTAS

(1). Otra comprobación que, a decir verdad, es mucho menos sorprendente para nosotros, es la de la obstinada incomprehensión de los orientalistas tanto a este respecto como en muchos otros; hemos visto en los últimos tiempos un ejemplo muy curioso: en una reseña de L’Homme et son devenir selon le Vêdânta, uno de ellos, respondiendo con un mal humor no disimulado a las críticas que habíamos formulado contra sus colegas, menciona como algo particularmente chocante lo que habíamos dicho de "la confusión constantemente cometida entre la salvación y la Liberación", y parece indignado de que hayamos reprochado a tal indianista el haber "traducido Moksha por salvación en todas sus obras, sin parecer siquiera dudar de la simple posibilidad de una inexactitud en tal asimilación"; evidentemente, es del todo inconcebible para él que Moksha pueda ser otra cosa que la salvación. Aparte de ello, lo que verdaderamente es divertido es que el autor de esta reseña "lamenta" que no hayamos adoptado la transcripción orientalista, cuando la verdad es que hemos indicado de forma expresa las razones de ello, y también que no hayamos ofrecido una bibliografía de obras orientalistas, como si éstas debieran ser "autoridades" para nosotros, y como si, desde el punto de vista en que nos situamos, no tuviéramos el derecho de ignorarlas pura y simplemente; tales indicaciones dan la justa medida de la comprensión de ciertas personas.

(2). Muchas personas parecen imaginar que el simple hecho de la muerte puede bastar para proporcionar a un hombre cualidades intelectuales o espirituales que en modo alguno poseía en vida; es ésta una extraña ilusión, y no vemos las razones que se podrían evocar para darle la menor apariencia de justificación.

(3). Precisemos de pasada que, si hemos adquirido la costumbre de escribir "salvación" con minúscula y "Liberación" con mayúscula, es, igual que cuando escribimos "yo" y "Sí", para marcar claramente que una es de orden individual y la otra de orden trascendente; esta observación tiene como objetivo evitar que se nos quieran atribuir intenciones que no son en absoluto las nuestras, como la de despreciar en cierto modo la salvación, mientras que se trata únicamente de situarlas tan exactamente como sea posible en el lugar que de hecho les pertenece en la realidad total.


Publicado en "Etudes Traditionnelles", enero-febrero de 1950.

17 comentarios

Proto 21 -

Como se pongan a debatir sobre esos planos superiores eso a más de uno le dará un ataque.

Lolo -

En mi opinión, un místico si que experimenta la disolución de la individualidad, lo que ocurre es que al no ser definitiva, y regresar de nuevo al estado individual, valora su experiencia en términos de Salvación y no de Liberación, aunque desde una perspectiva ya, que ha trascendido lo puramente exotérico. Lo que no me queda claro es en que diferencia exactamente el Maestro Guénon la Liberación con el estado Supraindividual condicionado, y a éste último a su vez con el de Salvación.

Satanista -

Alguien podrá preguntar a cuenta de qué se califica (o descalifica) a René Guenon de "satanista".
Es sencillo. Para determinadas mentes "religiosas", cualquier vía iniciática o esotérica es satánica por sí misma.
Como Guenon ha sido uno de los grandes valedores (y de los más serios) del esoterismo, tales mentes "con pánico al Conocimiento" lo tachan, sólo por eso, de satanista.
Un ejemplo de esta posición es el "testimonio" del "católico clásico" Christophe Levalois. Éste llega a decir que "la obra de René Guenon indica LA ÚNICA ALTERNATIVA a la modernidad, aquélla de las sociedades tradicionales, que colocan la trascendencia en el centro de la existencia".
Pero aún encumbrando tanto la obra de Guénon, Levalois contesta también a la pregunta ¿Cual es el fundamento del esoterismo? con esta afirmación: "la frase 'Vosotros seréis como dioses2 pronunciada en el Paraíso por el tentador, constiye el fundamento del esoterismo'".
Es decir: es el rechazo absoluto a que existan vías de trascendencia que no se conformen con la salvación.

Sobre el Disidente Total -

La obra guenoniana abarca muchos aspectos.
Pero para un disidente, o para cualquier interesado en conocer las «circunstancias» sociológicas, civilizatorias o políticas actuales, la obra capital de René Guenon es, sin duda, «La Crisis del Mundo Moderno».
El magistral «El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos» vino a ser la segunda parte de esa obra.
Obras demoledoras que son asequibles aún cuando no tenga «formación tradicional».

Ceeleene -

Guénon dignostica la enfermedad del mundo occidental... En eso su época no se quedó corta en ejemplos. Todos anunciaban el final de occidente: Guénon imaginaba algo como un tránsito mortal de espíritu a materia; Spengler propone un sencillo sistema en el que occidente muere porque, como a todo "organismo", le llega la hora... Pasa un siglo, la supremacía occidental es tan evidente que nadie medianamente integrado va a tomar muy en serio a gentes que sentían y razonaban en sintonía con su época. Apocalípticos, agoreros, un poco chiflados. Pero su época fue la que fundó las guerras inhumanas, imposibles, la que decidió que el futuro consistiría en un hacinamiento de la raza humana en urbes aniquiladoras, y, sobre todo, la que invierte lo mejor de sus recursos en perfeccionar una disciplina ya sugerida en los inicios de nuestra civilización: la doma del hombre.
La obra, supongo, o espero, que crepuscular de occidente, es esta disciplina o ciencia, o lo que sea, que se concreta en una comprensión cada vez más exacta de las grandezas y bajezas del bicho humano con la intención de transformarlo en algo que a los ojos de un integrado observador occidental de comienzos del siglo XXI no es otra cosa que el modelo humano al que debiera tender el resto (Y ese resto es mucho resto) de la humanidad; por lo demás, vosotros sabéis cuáles son las características de ese modelo. No quiero enrollarme. Sólo quiero decir que lo que de Guenon me ha resultado más asombroso, y admirable, es su capacidad para imaginar y expresar lo que hoy le sucede a este mundo (que no es todo el mundo) y que expresa con términos como "contrainiciación" o "contrahechura", que aluden a imposturas, a confusión, a inversiones de carácter "satánico" (se entienda esto como se entienda), a involución, a mentira... Guénon intuye todo esto, ve señales de ello en la época que le toca vivir, lo expresa y vaticina, me parece a mí que de modo bastante acertado, el mundo en el que nosotros nos desenvolvemos...

VOIVODA -

Quién puede conseguir esa liberacón de la que habla Guenon? Solo unos pocos.
Veamos lo que dice Murtadha Mutahhari:"La fe en Dios requiere un terreno espiritual para su crecimiento. Necesita la edificación espiritual y la sublimidad del espíritu. Busca llegar a una armonía con el propósito de la vida y la creación. Esta es la razón por la que el noble Coránhabla de receptividad,pureza y capacidad receptiva. Dice:hay una guía para el temeroso de Dios para que todo viviente sea advertido.
Por otra parte los pecados morales y los vicios degradan el espíritu.
Esto no ocurre solo con respecto a las sagradas ideas de la religión. La nobleza,el valor y la audacia del espíritu no crecen en todos los hombres. Las nociones de honor,libertad,justicia y preocupación por el bienestar de la gente no florecen en todas las clases de personas."
¿Favorece esta sociedad la salvación? Mutahhari:" Un ambiente social corrupto echa a perder de principio el ethos espiritual. Esa es la razón por la que el Islam concede gran atención a la reforma del ambiente social, y es también por esta misma razón por la que las fuerzas que buscan la erradicación de los grandes ideales en la gente, preparan el terreno para la corrupción moral y de ese modo corrompen a la sociedad con los medios de que disponen"

Handschar -

Tengo el placer de anunciar que ha sido publicado integramente el Testamento político religioso del Imam Jomeini en nuestro idioma digitalizado, para todos los interesados en su lectura entrar en en el siguiente enlace:
http://www.esnips.com/doc/a92d9713-f58e-41d1-8ce9-1c9afbd255da/Testamento%20Politico%20y%20religioso%20del%20Imam%20Khomeini

Es una buena noticia pues hasta ahora sólo estaba en inglés, un abrazo a todos

Antagonistas -

Ciertamente es quizá esa radical crítica del mundo moderno,y de sus parodias seudoespirituales, asicomo su esclarecido poder de pentración metafísica (de la pura y dura metafísica, a no confundir con parciales aproximaciones teo-ontologicas) lo que hará de Guenon por siempre un autor ImPRESCInDIBLE.
No hay tampoco que obviar aspectos problématicos desde una íntegra visión tradicional.
Recomendable en este sentido el breve ensayo del siempre recomendable Schuón ("Sobre Rene Guenon, JJ Olañeta)

Antichapas -

Que bueno.
"Naziislamistas neopaganos que completan su panteón diabólico con el satanista René Guenon".
Ja. Tal como está el mundo hoy en día, llamarle a alguien satanista o hablar de panteones diabólicos, no sólo no provoca repulsión hacia los acusados, sino incluso empatía.
Tengan cuidado con las acusaciones que les puede salir el tiro por la culata.
(aunque eso sí, en esta sociedad la gente presume de empatía con los diablos del infierno, pero hay algunos diablos que siguen completamente discriminados: el diablo nazi y el diablo islamista)
Todos los diablos son iguales pero unos más iguales que otros.

Fin del cachondeo.

Esto va para Prometeos:
Dice Guenon: "en las presentes condiciones de la humanidad terrestre, es evidente que la gran mayoría de los hombres no son en absoluto capaces de sobrepasar los límites de la condición individual".
No sólo está hablando de la capacidad para superar los límites de la condición indiviual de cara a la liberación, sino de cara a todos los aspectos de la vida terrenal.
Una de las condiciones individuales es justamente la condición nacional y la étnica (que no son lo mismo: otra cosa es que determinadas ideologías han querido hacer coincidentes ambas condiciones individuales).

Guenon superó pero no renegó jamás de su condición nacional de origen (adoptó otra pero sin renegar de la anterior), ni se desentendió del destino de las naciones de Occidente.
JUSTAMENTE POR SABER SUPERAR su condición occidental, Guenon se convirtió en una de las personas más capacitadas para penetrar en la realidad de Occidente, para diagnosticar cuales son los males de Occidente, en enseñar (no era un guerrero, zapatero a tus zapatos) cuales son las raíces profundas de esos males, en explicar cuales serían los remedios de tales males, y
aventurar cómo proceder en esos remedios (es sin duda la parte más dificultosa: hacer previsiones y apuntar posibles vías para aplicar las soluciones: es decir, buscar quien le pone el cascabel al gato)

Venator -

Recalcaría lo resaltado por Ceeleene en cuanto a que una aproximación a Guenon es imposible desde parámetros nacionalistas. Y a esto añadiría, a modo de explicación, que ello no es posible en la medida en que la Verdad es una y eterna, se encuentra más allá de la voluntad humana (dada su trascendencia) y por tanto no conoce nacionalidades.

Salud.

Handschar -

Pues sí, los compañeros Venator y Cordura tienen mucho que decir sobre este hilo seguramente, yo sinceramente me considero un novel en la lectura de la obra guenoniana y no me atrevo a profundizar más alla de lo dicho anteriormente.

Un abrazo camarada

Antagonistas -

En efecto camarada Said. Es el primero, quizá no el último. Guenonono es facil ni simpatico en general. Es francés, lo cual es grave de por sí (es broma)
Hace poco, cuando el patético administrador de este Blog estaba hispánicamente sesteando (ya se sabe, es el "yoga español" segun Don Camilo J.Cela)hubo cierta implementación o descontrol de tipo "metafísico".
Prometimos entonces un hilo-post (no sabemos como llamarlo) para que nuestros más avezados elementos se desfogaran plenamente. AHÍ ESTÁ: LO PROMETIDO ES DEUDA.
Antagonistas no es un blog filosofico-cultural; pero no renuncia a profundizar en aquello que nos constituye como seres no quebardos todavía.
SER HOMBRE ES CONOCER.
Venga!! adelante, al margen del texto guenoniano -mejor o peor traido- teneis todo el campo libre.

Handschar -

Guenon dejo patente la decadencia propia de la Modernidad y en su busqueda de lo infinito encontró en la Gnosis sufí la más elevada de las formas de la Eterna Traditio.

Gracias por publicar este texto del maestro Guenon, que si no me equivoco es el primero del autor publicado en la andadura de Antagonistas.

Ceeleene -

No creo que sea posible aproximarse a Guenon desde parámetros nacionalistas. Discrepo con Prometeos. "Su pueblo" no es una expresión aplicable a la visión del mundo de alguien que entiende que el cristianismo no tiene la exclusiva de "la verdad". La conversión al islam sería una muestra de coherencia y, al día de hoy, un repelente de fachas meapilas del tipo lepeniano... Encantado de que se incluya una referencia como esta en Antagonistas.

Prometeos -

Cuándo se habla de René Guenón es cómo referirse a los estados múltiples del ser,Guenón cuándo acaba convertido al Islam,ha pasado ya más allá del bien y del mal,que diría Nietzsche.Quizás yo prefiera a intelectuales que fueron luchadores por su pueblo cómo Rosenbeg(uno de los pensadores Nacional Socialista más claro),creo que el amigo René Guenón se alejó de su pueblo y más allá del mismo,pero en fin,en cualquiera de los casos es un texto,no para leerlo sino para comprenderlo,aunque a los que no estamos iniciados en la materia nos resulte muy complicado.
Enhorabuena por este artículo.

VOIVODA -

¡Que me aspen si se de que está hablando!
¿de la metempsicosis ? ,¿del mito de la caverna?

REDENTOR -

Hombre ¡aleluya! ya faltaba aquí el satanista Renes Guenon para los antrogonistas nazi-islamistas neopaganos tuvieras el panteón diabólico al completo.