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Vincenzo VINCIGUERRA: "EL PACTO"

Vincenzo VINCIGUERRA: "EL PACTO"

 

Fuente: http://www.marilenagrill.org/

Traducción: A.Beltrán

 

La guerra capitaneada por las potencias occidentales para impedir a los partidos comunistas alcanzar el poder en Grecia, Italia y Francia, se inicia cuando todavía está en pleno apogeo la guerra contra la Alemania nacional-socialista.

Nadie ha contado jamás los muertos, los heridos, los condenados, los encarcelados por esta “cruzada” anticomunista en la que se han integrado también bajo la bandera de los Estados Unidos los vencidos de la Segunda guerra mundial. Una clase política inepta, corrupta, cleptómana no estaba en disposición de restringir la amenaza electoral representada por el Partido comunista italiano (Pci) utilizando medios políticos legales, los únicos que podían llevar a los italianos a volver la espalda al partido de los Togliatti y de los Longo.

Así pues, para ahuyentar la amenaza, la clase dirigente anticomunista puso su confianza en las fuerzas militares que los Estados Unidos, a la sazón bajo la presidencia de John F. Kennedy, habían desplegado para responder a la ofensiva planetaria soviética, dando inicio a una guerra que no ha sido “fría” en ninguno de los países y de los continentes en los cuales se ha desencadenado.

El miedo a ser aplastados por un golpe de Estado político, apoyado por las Fuerzas armadas, llevó a los dirigentes del Pci, a partir de 1969, a la búsqueda de un compromiso con las fuerzas políticas anticomunistas, empezando por la Democracia cristiana (Dc)

La llegada de Enrico Berlinguer al frente del más potente Partido comunista occidental extendió el compromiso también a las fuerzas institucionales, primordialmente las de seguridad y las militares, nacionales e internacionales.

El Pci de Enrico Berlinguer, desde la primavera de 1972, desarrolló una línea política diseñada para acreditarlo como “maduro”  para una democracia occidental, autónomo respecto a la Unión soviética, capaz de integrarse en el área de gobierno sin poner en discusión la permanencia del País en la Alianza atlántica y sin pretender, consecuentemente, implantar una política neutralista.

La primera ocasión de “probar” su recién adquirida madurez la tuvo el Pci en la primavera de 1973, cuando sus dirigentes fueron informados por Pietro Loredan, en estrecho contacto con el grupo informativo y operativo véneto que bajo dirección de los servicios secretos italianos militares y civiles recibía el nombre de “Ordine nuovo”, que se estaba preparando un atentado contra una alta personalidad política en Milán.

Identificar el objetivo no era complicado, porque el 17 de mayo de 1973, el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rumor, se había de trasladar a Milán para recordar, dentro de la Jefatura de policía, la memoria del comisario Luigi Calabresi, en el primer aniversario de su muerte a manos de militantes de “Lotta continua”. Para evitar el atentado habría bastado publicar un artículo en el diario del partido, “L´Unità”, aunque fuera a modo de conjetura.

Pero, para Enrico Berlinguer y sus camaradas la posibilidad de no evitar un atentado mortal contra un elemento destacado de la democracia cristiana debió parecerles demasiado apetitosa como para dejarla escapar, optando así por el camino de los contactos reservados. Es verdad, procesalmente confirmada, que Gian Carlo Pajetta y Paolo Bufalini, encargados de los contactos con el ministerio del Interior, el primero, y con la magistratura, el segundo, se desplazaron inmediatamente a Milán donde se encontraron con un juez cuya identidad no ha sido o no ha querido ser desvelada.

Es igualmente cierto que transmitieron las informaciones en su poder a los mandos del servicio secreto civil, entonces conocido como división de Asuntos reservados, donde estaba destinado Umberto Federico D´Amato que era uno de los referentes de los ordinovistas vénetos. El atentado se cometió. Gianfranco Bertoli, a la sazón confidente del Sid bajo el criptónimo “Negro”, arrojó una granada de fragmentación contra el vehículo de Mariano Rumor, pero erró el blanco matando a 4 personas e hiriendo a otras 46.

La masacre de vía Fatebenefratelli del 17 de mayo de 1973 se podía, por lo tanto, haber evitado o, cuanto menos, se podían haber identificado en el transcurso de algunas semanas a los autores, organizadores y jefes, porque la figura de Gianfranco Bertoli como la de Pietro Loredan circunscribía las investigaciones a un restringido y bien definido círculo.

Antes al contrario, todos optaron por el silencio. Mientras Bertoli declamaba su papel de “anarco-individualista” que habría pretendido vengar a Giuseppe Pinelli, nadie de los muchos que conocían la verdad intervino para dar testimonio de ella.

Un magistrado de la República, destinado en la Fiscalía de Milán, ciertamente una figura relevante por gozar de la confianza de los dirigentes del Pci, ha callado.

Los mandos del servicio de seguridad civil han callado, mientras el ministerio del Interior no se ha personado como acusación particular en la causa contra Gianfranco Bertoli.

La cúpula directiva del Pci y sus cuadros periféricos que conocían la verdad, no han dicho una sola palabra para arrojar luz sobre el suceso.

Un silencio criminal porque dirigir las investigaciones hacia el ámbito ordinovista véneto equivalía a esclarecer tanto la masacre del 17 de mayo de 1973 como la masacre frustrada del tren Turín-Roma del 7 de abril de 1973, que habría de conducir a través de la figura de GianCarlo Rognoni hasta las mismas personas.

Un silencio criminal porque ha servido para asegurar la impunidad de personajes que pretendían una política terrorista a favor del Estado y de carácter anticomunista.

No es descabellado afirmar que si los que sabían hubieran hablado, no habrían sucedido las masacres posteriores, empezando por la de Brescia de 28 de mayo de 1974.

Gian Carlo Pajetta, en Brescia, lloró el día de los funerales por las víctimas de la masacre de la plaza de la Logia [Brescia] porque era consciente de haber favorecido a quien los había asesinado.

Ni esa figura indigna de magistrado, ni los mandos de los servicios de seguridad civiles ni los dirigentes del Pci han confesado lo que sabían.

Al infame pacto entre el Pci y la Dc, entre el Pci y los aparatos del Estado podemos ponerle fecha de aquel mes de mayo de 1973, firmado sobre los cuerpos destrozados de via Fatebenefratelli y de las sucesivas masacres.

Un pacto perverso que, en 1989, a la caída de la Unión soviética le ha servido al Pci para obtener la impunidad más absoluta para sus dirigentes.

De hecho, el indefectible magistrado, esta vez romano, Franco Ionta se ha encargado de negar la existencia de un estructura paramilitar del Pci (“la Gladio roja”), de declarar prescrito el delito de financiación ilegal a partidos por los millones de dólares entregados por Moscú, mediante el Kgb, al Pci y, en fin, de aparentar que este partido no hubo desarrollado nunca actividades de espionaje político, militar e industrial en beneficio de la Unión soviética.

Hoy, Franco Ionta, por voluntad de un gobierno de centro-derecha, es director general de instituciones penitenciarias.

Un régimen, el actual, que se basa en el chantaje mutuo y en el compromiso de impedir, a toda costa, que la verdad salga a la luz, porque ésta es susceptible de hundir a la actual clase política: cada cual guarda sus secretos propios y los ajenos y todos juntos se defienden y protegen, engañando al pueblo italiano.

Será, quizás, una coincidencia que cuando la verdad sobre la masacre del 17 de mayo de 1973 estaba emergiendo, el chacal judicial Felice Casson, notoriamente vinculado al Pci, enviara a odas las fiscalías de la República una nota asegurando que quien esto escribe había intentado entorpecer las pesquisas sobre la masacre cometida por Gianfranco Bertoli. En un sistema judicial  dotado de seriedad y de dignidad el chacal habría de responder por calumnia o, por los menos, habría sido expulsado por prevaricador de la carrera judicial.

Por el contrario, huelga decirlo, es senador en las filas del Partido democrático.

Los parientes de las víctimas de la masacre del 17 de mayo de 1973 no tendrán jamás una medalla de oro. Cuando Giorgio Napolitano ha venido a Milán, ha recordado únicamente al comisario de policía Luigi Calabresi y homenajeado a sus familiares. Los de los muertos del 17 de mayo de 1973, han tenido que recordar a sus muertos durante la tarde, en silencio y alejados de los focos de luces.

¿Habrá que esperar, para hacer limpieza en este País, a que los firmantes del pacto, sus testaferros y sus herederos fallezcan? ¿O se puede comenzar antes, incluso hoy?

No es difícil: no se trata de enviarles a la cárcel encontrando las pruebas de su complicidad en tantos luctuosos episodios italianos.

Para expulsarlos de la vida política, enviándolos al paro y a buscarse el pan trabajando, es suficiente redactar un listado de todos los que desempeñaban por aquel entonces un papel no marginal dentro de los partidos que han dicho siempre que estar estaban, pero que dormían.

Basta con recordar los nombres de Ignazio La Russa en Milán y ordenar todos los sucesos de los cuales fueron protagonistas los activistas de su partido en la capital lombarda para darse cuenta que incluso ni un perfecto imbecil es creíble cuando afirma no haber sabido sido nunca nada y no haber entendido absolutamente nada.

Pero Ignazio La Russa no es un imbecil. Alguna duda tenemos sobre Gianfranco Fini, pero la disipa el hecho de que era secretario nacional juvenil del Msi durante los años en los que Francesca “Morticia” Mambro, su maridito Valerio “Jerry” Fioravanti y sus camaradas hacían la guerra contra los “rojos” (1977-1980), sin ningún “espontaneísmo” que ha sido inventado posteriormente para exonerar a ese partido y a esos ambientes humanos y políticos que les servían de referencia y por los cuales actuaban.

¿Tampoco Gianfranco Fini, Francesco Storace, Maurizio Gasparri, y todos sus demás amigos, dentro de un ambiente en el todos lo sabían todo, son los únicos en no haber sabido nunca nada y no haber entendido absolutamente nada?

Difícil de creer, en especial tras haberlos visto esforzarse de cualquier modo posible, ansiosos e inquietos, para obtener la excarcelación de Morticia y Jerry.

Obligar a estos y a tantos otros a retirarse a la vida privada es un objetivo factible, si todavía en esta País aspiran a existir fuerzas de oposición que intenten también alcanzar la verdad y la justicia

 




 


Vincenzo Vinciguerra, Opera 3 de Junio de 2010



 

 

 

16 comentarios

Para Alfredo -

Sí señor. El sistema usa a sus lacayos y Alfredo, el enemigo de las toallas y entusiasta del terrorismo sionista es uno de ellos.

Anónimo -

...o los mata

Alfredo -

Este articulo de Vinciguerra,tambien se podía trasladar a la España de la Transicion.Aqui hubo atentados nunca aclarados,como el atentado a California 47,o el asesinato de Juan Ignacio Gonzalez.Donde los autores o complices jamas fueron detenidos.El sistema usa a sus lacayos, y cuando no les interesa los abandona.

Sobrevalorado Benoist -

No veo nada de particular en esa entrevista a Benoist. Y tampoco sé porque le reverenciáis tanto. Por si no lo sabéis algunos de sus libros se están vendiendo como rosquillas en la librería ligada a Intereconomía.

Xabaril para AL -

Tanto fascismo como antifascismo han jugado siempre un papel contrarevolucinario y ambos han constituido y constituyen una forma de adhesión al capitalismo.

La unidad antifascista no es más que el colaboracionismo de clase. El proletariado en lugar de enfrentarse contra sus enemigos, esto es: la burguesía fascista y antifascista, en una verdadera guerra de clases se ve obligado a hacer de carne de cañón de ambas burguesías.


Nuestra lucha es y debe ser contra el fascismo y el antifascismo, esas dos caras de una misma moneda, esa coraza doble con la que el capitalismo nos aprisiona.

La esencia del antifascismo consiste en reforzar la democracia, una tentativa de oponerla al fascismo: una lucha que no sería contra el capitalismo sino que tendría como fin impedirle que se vuelva totalitario.

hacia el grado cero de la reflexión -

Pregunta: ¿El rechazo a tomar posición no se explica más simplemente por el miedo de « mojarse»?

Alain de Benoist: Eso sin duda cuenta, pero yo no haría procesos a las intenciones de nadie.
En la idea de que lo que sucede en Gaza «no nos concierne», veo, sobre todo, más profundamente, la marca lamentable, patética, de lo que se llama en filosofía la metafísica de la subjetividad, o de manera más familiar el egocentrismo tribal.
El INDIVIDUALISMO consiste en no interesarse más que en uno mismo y en desinteresarse por los demás.
El egocentrismo tribal amplia el «yo» en un «nosotros», pero conservando el mismo razonamiento: el «yo» colectivo es a la vez el bien absoluto y el único criterio de verdad.
Si el «yo» es Francia, los alemanes o los italianos no tienen nada que ver conmigo (se denunciará la música de Wagner como «música de Boches»).
Si el «yo» es Europa, no nos importa lo más mínimo lo que no es europeo (se denunciará el jazz como «música de Negros»).

El Otro, no es «yo», por tanto, es malo, impuro, amenazante.
Desde ese momento no hay que interesarse por las elecciones americanas, por la situación interior de China, por lo que pasa en América latina o en el África negra. ¡Eso no nos concierne!
Del mismo modo, no podremos más que condenar a los «soldados de fortuna», sin olvidar a las cabezas locas que luchaban hace tiempo del lado de los Karen en Birmania (¡otros que no tienen nada que ver con nosotros!).

Trotsqui razonaba de la misma manera cuando escribía Su moral y la nuestra: nosotros somos el bien, punto final.
En cierto modo, un «identitario» avant la lettre.

Hubo una época en la que resultaba conforme al honor luchar por una causa noble y justa, incluso cuando no fuera la nuestra.
Se juzgaba igualmente honorable el ser activamente solidario con las poblaciones martirizadas y con aquellos que resistían a la opresión.
Con el egocentrismo tribal, esta época se acaba.
Nos dirigimos verdaderamente hacia el grado cero de la reflexión.

Cerdito identitario -

Pregunta: La idea general es que habría que permanecer neutral en los asuntos que no nos conciernen…

Alain de Benoist: En un mundo globalizado, me gustaría saber cuáles son los asuntos que no nos conciernen.
Pero todo depende de lo que uno entienda por «nosotros».
Cuando se ha elegido encerrarse en la fiebre sectaria del asedio, efectivamente a uno le afectan pocas cosas exteriores.
En la vida real, las cosas se plantean de forma diferente.
Un país que razonara en tales términos no tendría a corto plazo política exterior y saldría de la historia.

La noción de neutralidad no puede tampoco ser retorcida en exceso.
Carl Schmitt nos lo ha recordado : afirmarse neutral es todavía tomar una posición.
Cuando hay un agredido y un agresor, la neutralidad de un tercero objetivamente beneficia a los que agreden.
Domenique de Villepin lo dijo el otro día muy justamente : la equidistancia es imposible de mantener cuando se está en presencia de un conflicto asimétrico.
Ahora bien, son precisamente ese tipo de conflictos los que se desarrollan hoy un poco por todas partes.



Cerdito identitario -

Pregunta: Otros, sin embargo, han optado por permanecer extrañamente inexpresivos acerca de los «acontecimientos» de Gaza. Algunos incluso han resumido su posición con esta fórmula:
«¿Comer hallal o kosher ? No, gracias. Nosotros preferimos el cerdo».
¿Algún comentario ?

Alain de Benoist: No hay mucho que responder a gente que, aunque sea a título simbólico, confunde la política y la gastronomía.
Además ¡Resulta difícil ver por qué el hecho de que te guste el «cerdo», como sucede en mi caso, debiera prohibir que comiéramos hallal o kosher llegado el caso!

Cerdito identitario -

Sé que es difícil de imaginar. Pero no todos los franceses son unos mierdas como Pierre Vial
Respuestas de otro francés que deja aún más en evidencia a la ralea "equidistante".

Pregunta: Con ocasión de las recientes operaciones de guerra llevadas a cabo por Israel en la franja de Gaza, hemos visto a una gran parte del «movimiento nacional» dividirse adoptando posiciones totalmente opuestas : apoyo incondicional a Israel («un ejemplo para la Francia cristiana») o apoyo no menos incondicional a los combatientes de Hamas. ¿Qué piensa usted al respecto?

Alain de Benoist: Como observador exterior al movimiento en cuestión, veo sobre todo, en esta división, un saludable esclarecimiento, frentes se precisan cuando cada uno elige su campo.
Es la prueba que nuevas líneas divisorias atraviesan hoy todas las familias políticas y que el «movimiento» del que usted habla ya no corresponde a gran cosa.
En tanto que movimiento, ya no se mueve más que por recuerdos del pasado.
Son las nuevas líneas divisorias las que anuncian los movimientos futuros.

Sobre conclusiones -

...y su apuesta por un mundo multipolar más falsa que un billete de ocho euros, quería escribir

Sobre conclusiones -

Ese de las "conclusiones" no ha leido nada.

Sólo es el típico españolito acomplejado por ser del sur de los Pirineos que sólo se crece cuando gana su selección, y que nos trae la bazofia vomitiva y "equidistante" del franchute Vial.

Este fanático de la sopa de cerdo nos dice que no hay que apoyar las luchas desiguales contra la opresión capitalista-imperialista si esa lucha la llevan a cabo movimientos con personas de otra raza que no sea la "aria" ni otra fe que no sea la "solar" (no sabía que había resurgido el culto a Mitra)

Es neonazismo pseudopagano de servicio. Su antieconomicismo es un camelo y su apuesta por un mundo polar más falsa que un billete de ocho euros.

masseti -

Para conclusiones;
1;El conflicto árabe israelí SI nos concierne,pues fue consecuencia de una guerra entre europeos;(le aclaro).Si fue un crimen de,por y para otros europeos¿Por que no le dieron un trozo de suelo alemán al pueblo Hebreo?
2;La revolución identi..que?...¿la ley de la sangre?...¿te refieres al O+?ja,ja..pero de que sangre hablas?..Cuando muchos de los habitantes de la península tienen sangre semita...
Y 3;Hablas de una Europa imperial,la misma que saqueó Africa,(y que lo sigue haciendo por otros medios)..Y te quejas del imperialismo Yankie?..Anda yaaaaaa.

desencanto -

Así que después de leer la entrada y el comentario de H Malasombra esas son las conclusiones que algunos sacan... será cosa del mundial...

AL -

PCI,PCI(m-l),MSI...la misma caca si.
Toda la izquierda,desde los socialdemócratas hasta los libertarios,no pasan de ser una pata más del capitalismo que dicen combatir.
Lo del socialismo es obvio;los marxistas,maoístas y trotskystas,así como los grupos anarquistas "antisistema",siempre se han puesto de la mano del capitalismo cuando el peligro "fascista",populista,socialista nacional,o como queramos llamarlo,ha levantado la cabeza o tocado poder.
No me cansaré de repetir a modo de muestra,que los "fieros stalinistas soviéticos",entraron en Sherman yanquees en Berlin en 1945.
Hay que tener algunas reservas sobre la izquierda siempre,que no con sus militantes individuales,y desde luego participar en cuantos actos estemos de acuerdo,y nos dejen,claro.
Un saludo.

Conclusiones -

He aquí nuestros principios de acción:

1) Los europeos no deben dejarse arrastrar hacia un enfrentamiento entre Israel y los arabo-musulmanes que no les concierne en absoluto. No es nuestra guerra, Dejemos a los hijos de Abraham despedazarse entre ellos.

2) Los éxitos electorales de las fuerzas identitarias en Europa son algo que está muy bien y hay que hacer todo lo posible para acrecentarlos pero no nos hagamos ilusiones: Será necesario todavía algún tiempo para que tengamos la capacidad de destruir al Sistema vigente.

3) Ello no impide que tal objetivo debe ser nuestra brújula. Luchamos para que un día triunfe la revolución identitaria.

4) Para ello, es necesario mantener firmemente, pase lo que pase, la fidelidad a nuestros principios, a nuestras convicciones, a nuestra fe solar. Esta fidelidad es nuestra única riqueza. Preservémosla como a un tesoro.

5) Ello pasa por la afirmación serena, sin compromiso y sin temor, de nuestra concepción del mundo:

- El mestizaje es una amenaza mortal para los pueblos europeos.

- Rechazamos y combatimos al capitalismo liberal, es decir el reino del dinero-rey y la explotación de los trabajadores.

- Afirmamos la necesidad de la justicia social, del solidarismo identitario, en el marco de una economía orgánica.

- Afirmamos la necesaria preeminencia de la soberanía política sobre las fuerzas económicas, cuya libertad debe ser enmarcada y arbitrada por el poder político.

- Afirmamos la necesidad de una Europa imperial, bloque de poder que permita frustrar la hegemonía americano-sionista.

- Afirmamos la necesidad de un mundo multipolar, en el seno del cual Europa podrá defender sus justos intereses, incluyendo el establecimiento de acuerdos con tal o cual bloque geopolítico, como la China o la India.

- La solidaridad entre la Europa del Oeste y Rusia debe ser total.

- En virtud de las realidades etnopolíticas, que afirman su fuerza por todas partes en el mundo, afirmamos la preeminencia de la LEY DE LA SANGRE. La identidad es primero y ante todo étnica. Esta realidad se afirmará cada vez con más fuerza. La revolución del Siglo XXI será identitaria.

El movimiento TERRE et PEUPLE se compromete a colaborar estrechamente con todos los camaradas europeos que manifiesten su acuerdo con este texto.

Pierre VIAL, a 5 de Abril de 2010, en algún lugar de la tierra de Europa.

Junio 27, 2010

H Malasombra -

Una guerra sucia dirigida por las potencias aliadas.
Unas potencias que compraron a los partidos comunistas, partidos que al principio cuestionaban el capitalismo y querían romper amarras con la OTAN. Partidos que finalmente cambiaron de bando abrazando el capitalismo y el militarismo atlántico.
Unas potencias que tuvieron como auxiliares a las "juventudes nacionales" que nos hablaban de patria y revolución, y lo que defendían eran el patrimonio de la clase explotadora y la reacción.
Traidores y vendidos los partidos comunistas. Pero patéticas y repulsivas las "fuerzas nacionales", todas ellas.