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Aproximación al Fascismo Sacro en Guido de Giorgio

Aproximación al  Fascismo Sacro en Guido de Giorgio

 «El poder del símbolo es más grande que el de los hombres»

 

Olimpiodoro

Presentamos un texto inédito de Guido de Giorgio en castellano perteneciente a su obra La Tradición Romana.

Guido Lupo Maria De Giorgio, nacido el 3 de octubre de 1890 en San Lupo, en la provincia de Benevento. Hijo de un notario, estudia filosofía en Nápoles donde se diploma a los 20 años presentando una memoria sobre un tema de “orientalismo”. Sucesivamente emigra a Tunez donde trabaja como profesor de liceo y en este período tiene contactos con representantes del esoterismo islámico (sufi) mediante una confraternidad local, contactos que dejarán en él una impronta indeleble.

            En 1915, De Giorgio regresa a Italia estableciéndose en Varazze, en la rivera ligur. Tras la primera guerra mundial pasa un tiempo en París donde conoce a René Guénon con el cual instaura una duradera relación de amistad y de colaboración fundada sobre una amplia y profunda comprensión. De regreso a Italia, De Giorgio conoce a Julius Evola, probablemente por medio de Arturo Reghini y, o de Guénon mismo. En los años veinte forma parte del Grupo de UR , escribiendo en la homónima revista con el pseudónimo Havismat. Posteriormente, en 1930 participa en la revista La Torre (con el pseudónimo de Zero), fundada por Evola, donde fue “uno de los inspiradores” y “el animador invisible” a decir del mismo Evola, en la cual llegó a teorizar un tipo de Fascismo Sacro, intento de universalizar el movimiento fascista por vía ‘esotérica’. Colaboró además en otras publicaciones como Krur o Diorama filosófico (1939-1942). A comienzos de 1940 queda completada su fundamental obra La Tradición Romana, definida por el propio autor en una carta fechada el 18 de diciembre de 1940 como una “obra constructiva sobre el Fascismo Sacro”, donde desarrolla temas como “el Ciclo Divino”, “la Constitución de una Sociedad Tradicional”, “el Espíritu Sacro de la Romanidad” o “la Fascificación de Europa y del Mundo” . La obra no verá la luz pública hasta 1973 en una edición de tirada limitada. Tras la segunda guerra mundial tuvo el corage de escribir un violento panfleto contra el nuevo régimen democrático salido tras la “liberación” con el provocativo título de La República de los maleantes.

Muere el 27 de diciembre de 1957 en la soledad de las montañas piamontesas.

 

Pro Aris et Focis:

Bajo el símbolo del Fascio Littorio (*)

 

……Vetulonia

Bissenos haec prima dedit praecedere fasces

et iunxit totidem tacito terrore securis

…… Vetulonia

fue la primera en hacer preceder doce fascios

y añadir a estos, con  silencioso terror, otras tantas segures

Silio Itálico, Las Púnicas, Libro VIII, vv. 484-485

 

 

            Este ensayo es una simple introducción a la doctrina de la Tradición Romana y no un tratado parcial o completo; pueril solicitar a unas pocas decenas de páginas cuando serían necesarios más volúmenes para agotar este argumento extremadamente complejo, porque si se trata de dos formas tradicionales que históricamente se han sucedido interpenetrándose en el curso de los siglos, mas no completamente por varias razones que habría que buscar en la naturaleza misma de los pueblos occidentales. De aquí la urgencia de esta síntesis que está ya virtualmente contenida en la sucesión de las dos formas tradicionales, en las vicisitudes que han determinado la desaparición de la primera y el afirmarse de la segunda, en el significado de los símbolos pertenecientes a una y otra, en la unidad sustancial de la doctrina gracias a al unificación de ellas que Roma a cumplido en sentido absoluto, metafísico-sacro, y en función de centro permanente de Occidente, bien sea por aspectos que son visiblemente profanos aunque oculten una exigencia mucho más profunda.

            El punto de vista de este ensayo es absoluto, es decir, metafísico, sacro, tradicional: estos tres términos son para nosotros idénticos porque convergen en la determinación de un mismo dominio, aquel de la verdad transcendente que constituye el objetivo supremo del hombre, que nosotros consideramos tradicionalmente de origen divino y de destino divino con tal que él quiera y sepa conquistar aquello que voluntariamente ha perdido, su verdadera potencia, su más alta dignidad, de ser la criatura predilecta del Señor retornando a la Tradición Sacra. Esta orientación, que es absoluta, no se trata por tanto ni siquiera de ponerla en cuestión, sino  de aceptar o rechazar según si se está o no se está  en la Tradición, no sólo en la Tradición Romana, sino en cualquier otra realmente ortodoxa digna de tal nombre.

            Por este motivo no proponemos una nueva filosofía, un nuevo arte, una nueva vida, lo que tendría bien escaso interés en este fragua de novedad clamorosamente vacía que es la Europa moderna, por el contrario, rechazamos absolutamente todo aquello que se dice “original”, “personal” y que de cualquier modo que sea tiene una impronta demasiado característica y limitada para servir a una verdadera renovación. Nosotros proponemos aquello que es más viejo del mundo, el retorno al espíritu tradicional y, puesto que este ensayo está dirigido a los occidentales, más especialmente el retorno a la Tradición Romana. Este retorno significa para nosotros conciencia del orden divino, restauración de los principios tradicionales, compuesto de una sociedad tradicional según el Regnum y el Imperium, la autoridad espiritual y el poder temporal armónicamente desarrollándose en el mismo ámbito tradicional.

            Aquello que sería posible en Oriente  o por lo menos en el Oriente no profanado por la conquista europea,  la unificación de los dos poderes, no es completamente factible en Occidente donde las dos esferas deben permanecer distintas pero concéntricas, es decir, dirigidas al mismo fin: el triunfo de la verdad, el mantenimiento del eje tradicional en el espíritu de Dios.

            Occidente no tiene otra tradición vital salvo la Romana, a condición de que sea integrada, realizada en la totalidad de sus desarrollos referibles a los dos tipos esenciales, la Contemplación y la Acción. En este ensayo se pone la exigencia de que contemplación y acción vuelvan a entrar en la esfera tradicional, aunque más bien sea la acción la que verdaderamente tiene que entrar, porque la primera, aún limitada a poquísimos, no ha salido ni puede salir, si con este término se entiende la realización integrativa de lo divino y no una vaga y nebulosa aspiración pseudomística completamente subjetiva e individual. Solo el equilibrio entre contemplación y acción al cual se refieren las dos primeras castas de los Sacerdotes y de los Guerreros, puede garantizar la ortodoxia del eje tradicional, la confluencia homocéntrica de la totalidad de los aspectos que presenta la sociedad tradicional considerada desde lo alto, no como un torrente rápido y desbordante, sino como un  río real, majestuoso y sereno que recorre en su álveo profundo y se expande regando y fecundando las llanuras y de los valles.

            El retorno  a la Tradición Romana implica la fascificación de Europa y del mundo, el retorno integral al espíritu de la verdad según el nombre, el símbolo y la realidad de Roma que debe ser considerada como ápice sacro, indefectible, incontaminable, más allá de cualquier egoísmo o ambición de hombres o de pueblos, en la verdadera luz del plano divino al que pertenece. Esto y no otra cosa es el fin último de la Tradición Romana, la exaltación de la potencia de Roma en el ámbito de la Tradición que sola puede dar a Occidente la verdad, la justicia y la grandeza.

            La restauración que nosotros proponemos, retoma el pensamiento, la aspiración y el ideal de Dante. Es un retorno al espíritu de Roma, no la repetición pura y simple del pasado, que sería por otra parte irrealizable, porque nada se repite en la contingencia del mundo, salvo la adhesión integral a aquellos principios eternos de verdad que están contenidos en los Libros Sagrados y expresados por los símbolos antiguos. Esta vasta obra de fascificación implica un esfuerzo enorme que debe ser intentado por los hombres de buena voluntad si se quiere salvar a Occidente de la catástrofe, no tanto de aquella material externa, que por sí sola tendría para nosotros escaso valor, sino aquella profunda, interna, espiritual: la catástrofe de la vida del espíritu, el hundimiento de la verdad que ya se está cumpliendo en este tormentoso desencadenamiento de impulsos, aspiraciones, errores, egoísmos, que no han encontrado nunca un período similar en la historia del mundo.

            Europa no tiene fijeza porque no tiene Tradición: perdiendo de vista el verdadero “dinamismo”, como se muestra en estas páginas, el tradicional, se ha dejado sumergir en una agitación titánica de permanente movilidad a la cual se da el nombre de “actividad”, “impulso dinámico”, etc. En realidad todo esto es un delirio infantil debido a un progresivo rebajamiento del nivel intelectual que, como somete el espíritu a la materia, de este modo oprime al hombre con la máquina.

            Nosotros estamos convencidos de que ningún compromiso pueda salvar a Occidente, que aquello que es profano permanece tal no obstante las variaciones temáticas tan queridas por el funambulismo europeo; es necesario el retorno resuelto a aquello que es sacro, metafísico, absoluto, por tanto real. ¿Qué puede tener ahora de sacro Occidente además de la Tradición Romana? Nada, a menos que se quiera recorrer los numerosos pabellones erigidos en todos los trivios de los innumerables manoseadores de residuos exóticos recogidos normalmente con ejemplar impudicia para la edificación de los imbéciles.

            La Tradición Romana es la salvación de Occidente en la síntesis de las dos formas tradicionales, la antigua y la nueva, como nos esforzamos en mostrar en el curso de este ensayo: esta síntesis es la Romanidad Sacra que representa la Universalidad del Espíritu de Roma.

           Nosotros entendemos que Roma sea la unificadora soberana de los  espíritus, de los hombres, de los pueblos y que la pax romana sea verdaderamente la pax augusta, sacra, aquella que se realiza en lo profundo de la consciencia iluminada del resplandor de la potencia realizadora, es decir del Espíritu de Dios, y aquella externa que es armonía también y sobretodo a través de la lucha. Esta es para nosotros la paz universal a la cual deben tender los hombres de buena voluntad, no la paz de los así llamados pacifistas, cosa irrealizable y como tal dañina, sino la realización de todo conflicto en el mismo álveo tradicional: poco importa que aquí haya contrastes, conflictos, guerras con tal que acontezcan en el seno de una sociedad tradicional, regulada por una norma que no puede ser más que de orden divino. Nosotros entendemos que sea divino aquello que es realmente tal, a saber, la Ciencia Sagrada, cuyos depositarios son los Sacerdotes y cuyos defensores son los Guerreros: esta es la Tradición Romana: restituir al hombre su dignidad, reconducirlo, a través de la contemplación y la acción, en la medida de las propias fuerzas que varían según los individuos, al Principio Supremo que solo es y sin el cual nada sería de aquello que existe.

             La verdadera potencia del hombre expresada en el Fascio Littorio, consiste en la realización de su naturaleza y origen divino: a la brutalidad física y a la obscura tortuosidad psicológica tan queridas por los modernos, nosotros oponemos la grande e inexorable luz del Espíritu de Dios que alumbra el cielo y la tierra y hace de esta última el vestíbulo necesario, el vehículo obligado para la indefectible conquista de la cima. Pero para llevar a cabo esta restauración es necesaria la Guerra Sacra combatida pro aris et focis, por el triunfo de la Tradición contra la bestialización de Occidente provocada por siglos de desviación e ignorancia. Es necesario que los prejuicios seculares caigan uno a uno, que la ignorancia de la verdad se disipe para siempre, que los hombres no pretendan ser aquello que no son, y que cada uno retome su rango, sirva a la Verdad de Dios, obedezca a la ley y se someta conscientemente a los legisladores: solo en esto consistirá su verdadera libertad y dignidad. El amorfo esquema nivelador cuantitativo, homicida de la libertad humana, debe desaparecer frente a la restauración de las castas que sólo pueden asegurar la resolución de los odiosos conflictos originados por la visión materialista de las cosas.

            Nosotros pensamos que unos pocos hombres de buena voluntad pueden conducir a buen fin esta guerra santa: no es necesario, lo que sería por otra parte imposible, que todos alcancen la consciencia de las verdades tradicionales en  el  mismo grado y en la misma medida, que ellas son difíciles, profundas e inconmensurables. Pero si cada uno de estos individuos cumpliese jerárquicamente su obra, primero en sí y luego junto a los otros, nosotros pensamos que en un período no largo pero tampoco muy breve, Europa podría conducir al mundo a un equilibrio soberbio donde se afirmaría verdaderamente la potencia divina del hombre.

            Unas pocas palabras sobre este ensayo que es un simple esbozo no un tratado. Ha sido escrito y desarrollado en sentido absoluto, es decir, sin ninguna referencia para impedir disipaciones y desviaciones: ha sido dicho y no impreso, hablado y no escrito, por eso algunos capítulos, sobre todo el primero, tienen una exposición especial debido a la dificultad del argumento y a la imposibilidad de expresarlo adecuadamente. Aquellos que dirijan sus pensamientos a estas cosas difíciles encontrarán muchas analogías  y equivalencias doctrinales entre líneas y no expresamente señaladas; a estos se dirá que el título del primer capítulo “El Silencio” corresponde exactamente a los dos términos tradicionales Mauna y Sahaja.  A esos y a todos aquellos que lean estas páginas, por excusar la imperfección de la forma y eliminar cualquier falsa opinión sobre nuestras intenciones y pretensiones, se repetirán las palabras de Dante con el mismo espíritu y con la misma franqueza.

             «¡Oh, felices aquellos pocos que se sientan a la mesa donde se come el pan de los ángeles!, ¡Y míseros aquellos que con las ovejas comparten la comida! Sin embargo, como todo hombre es naturalmente amigo de todo hombre, y como todo amigo duélese del defecto de aquel que ama, los que de tan alta mesa se alimentan, no sin misericordia consideran a los que en alimento de bestias interminablemente están comiendo hierba y bellotas. Y dado que la misericordia es madre del beneficio, siempre con generosidad los que saben llevan de su buena riqueza a los verdaderos pobres, y vienen a ser como una fuente viva, cuya agua refrigera la natural sed del saber antes señalada. Y yo a mi vez, que no asisto a la bendita mesa, pero, alejado del alimento vulgar, al pie de aquellos que sí asisten, recojo las migas que caen, y que conozco la vida miserable que he dejado atrás, y por la dulzura que siento de lo que de poco a poco recojo, movido de misericordia, sin olvidarme, he reservado algo para los pobres. » (1

            Ningún error puede prevalecer a lo largo contra la verdad tradicional que sola dará de nuevo a Occidente su ley y su libertad a menos que el no prefiera su  catástrofe material y espiritual. Nosotros creemos que debe ser llevado a cabo un esfuerzo por el triunfo de la verdad y la elevación del hombre empobrecido y decaído, esclavo y orgulloso a un tiempo de sus mismas cadenas, olvidado de su verdadera potencia que es la conquista de la eternidad y el retorno al Señor, Principio Supremo y fuente absoluta de beatitud.

(*) El siguiente texto  es la preliminar ‘advertencia del autor’ extraída de, Guido de Giorgio: La Tradizione Romana, Roma, Edizioni Mediterranee, 2ª ed., 1989. (Trad. Antonio  Muñoz)

 

(1) Dante Alighieri, Convivio: Trat. Iº, Cap. Iº, 7-10. (N. del T.)

 

 

 

 

 

 

 

16 comentarios

Moco -

Valiosísima la aportación de Antichapas el 27/12/2008, 20:57.

LA -

¿Dónde está el misterio?¿Dónde los duendes?
Que se puede ser cristiano-católico, fascista y estudioso de la Tradición Una y Unánime, está fuera de toda duda.
Attilio Mordini, Jean Hani y muchos otros son exponentes del propio anhelo de René Guenon de que la Iglesia Católica se reencontrara con sus verdaderas fuentes intelectuales ,que no son las del huero tradicionalismo, sino las de la verdadera Tradición en su sentido eminente.
Nadie ha ocultado en estas páginas, en este blog, la religiosidad particular de nadie (recuerdesé a Giani lider de los Misticos del Fascismo); ni la redacción ha atacado ninguna fe en particular (algo que otros no pueden decir)
En cuanto a De Giorgio -y otros "olvidados" por el neofascismo atlántico- trataremos de ofrecer más traducciones y documentación.

Cerril -

Vale, ya me he informado de quién es este hombre y a qué Señor se refiere. Tal como sospechaba, era católico. Más en concreto he leído que era católico ferviente y ferviente fascista, a diferencia de Evola, y que a través de su obra trataba de reconciliar la Tradición Romana con el Catolicismo. Espero que la omisión de ese dato fundamental en la biografía introductoria --que es traducción casi palabra a palabra de una pequeña biografía en italiano donde sí se menciona ese dato-- se deba a los duendes. En cualquier caso, gracias por traer esta traducción y por informar de tan singular personaje, que al menos a mí me era totalmente desconocido. Habrá que investigar más a fondo, aunque la cosa se presenta difícil, pues no parece haberse editado nada en castellano.

Handschar -

René Guénon, Extractos de cartas a Guido de Giorgio
París, 12 de octubre de 1924
(...)
Para Tagore, cuya vertiente sentimental os disgusta, no hay que olvidar que es un poeta, y también que una masa de influencias heterodoxas se han ejercido sobre él. Tampoco tiene nada de una autoridad doctrinal; y, aunque sólo fuera por el papel desempeñado por su familia en el movimiento del Brahma Samâj, sería suficiente para que haya entre la mayor parte de los Hindúes, cierta desconfianza a su respecto. Durante mucho tiempo se le ha reprichado estar en demasiadas buenas relaciones con los Ingleses; él ha terminado por devolver sus títulos y sus condecoraciones, lo que le ha hecho remontar en la estima de sus compatriotas.
Yo no digo que la actitud de los otros Europeos con respecto a los Orientales valga más que la de los Ingleses, sino solamente que éstos tienen en más alto grado que otros los defectos que son en el fondo los de todos los pueblos europeos.

(...)
La interpretación del tomismo por Maritain no es la de todos los escolásticos, lejos de ello. Por otro lado, hay que distinguir bien entre tomismo y “neo-tomismo”; nada más ilusorio que los esfuerzos que se han hecho para concordar con las concepciones de la ciencia moderna (que por lo demás, cambian de un día para otro). Así, la cosmología antigua es cosa muy distinta de la física moderna; pero mucha gente no llega a asir la diferencia, porque han sido habituados a los cuadros de la ciencia actual, y todo lo que no entra ahí se les escapa forzosamente
(...)


París, 4 de marzo de 1929. Recopilada en Guido de Giorgio, L´Instant et l´Eternité.

“Amén debe ciertamente ser relacionado con el egipcio Amoun (que, cosa bizarra, da Numa si se lee al revés); el sentido principal parece ser el de misterio, cosa oculta o invisible; de ahí deriva Emounah, que significa fe. En AmeN y AUM, hay dos letras comunes de tres, A y M, que representan dos opuestos o complementarios; N indica el producto de los dos términos, y por consiguiente está colocado después, mientras que U indica el lazo que los une, y por eso, se emplaza entre ellos. Solamente que los dos complementarios no parecen ser considerados desde el mismo punto de vista en los dos casos, bien que figurados por símbolos jeroglíficos correspondientes. Hay ahí algo que aún no está muy claro, y hará falta que piense en ello de nuevo para hablaros una próxima vez.”

strasserista -

Me referia,a la dimensión Aria en en sentido Evoliano.

Saludos.Viva El Fascio Littorio.

Antichapas -

Compañeros Strasserista y Prometeos:
No he puesto en cuestión, ni por asomo, la INESTIMABLE labor que realizan Antonio y Alfonso de descubrirnos textos y autores desconocidos/ocultados.
Con sólo traducirnos las cartas de Vinciguerra la existencia de este blog estaría justificado.
He escrito lo que he escrito, ni más ni menos. Lean lo que digo, tal cual, sin rebuscar segundas.

En cuanto a lo de la "dimensión aria" que comenta Strasserista, yo entiendo Cerril que se refiere a lo mismo que hablaba Évola: ario no en el sentido racial físico, sino de ser "renacido", como los antiguos pueblos indoeuropeos tenían (es decir, lo ario "se ganaba", no se nacia con eso).
Pero tiene razón Cerril en llamar la atención sobre esto, porque desde los ariosofistas, lo "ario" se interpreta en sentido racial biológico = raza blanca.
Y hay que evitar equívocos, y no dejar ningún clavo para que se agarren a él la ralea neorracista.

Cerril -

Por cierto, eso que ha dicho strasserista de la "dimensión Aria del fascío (sic) italiano" es una auténtica gilipollez, que además en el texto no se menciona.

Prometeos -

La labor que estan haciendo tanto Antonio,cómo Alfonso es muy importante porque nos descubre autores que antes no conocíamos ni por asomo,y muchos de ellos sumamente interesantes.
Saludos cordiales.

strasserista -

Afirmo;sin lugar a dudas,qué ANTAGONISTAS,está en línea con el Jonsisimo y con él Fascimo sacro,arriba mencionado es este artículo.La línea mantenida por éste blog es la autenticamente,¡fascista!

CHAO -

La diferencia entre los regímens fascistas -el eje desde el punto de vista militar- y otros movimientos revolucionarios o casi (comunismo, corporativismo, nacionalismo de liberación, tercermundismo, etc.) es que no podemos saber su evolución pues cayeron por la fuerza de las armas, fueron derrotados en un conflicto de dimensiones dantescas: y esa es una gran diferencia....

Antichapas -

Bueno, Strasserista, tampoco nos pasemos, y por causa de lo que escribe un ejemplo vivo de luchador reflexivo como Vincenzo Vinciguerra, o lo que defendía Guido di Giorgio, tratemos al Fascismo que existió como no fue.
El Fascismo, tal cual, históricamente, fue un evento heteróclito y con demasiados elementos equívocos en su seno, al igual que su primo el nacional-socialismo (que quiso tener como "mito maestro" el racismo, en una época donde, dominando la mentalidad moderna materialista, no podía sino acabar como acabó: imponiéndose el racismo biológico, el de Rosemberg -ahorcado por los vencedores-y Gunther -que pasó a enseñar esas tesis en aulas de los vencedores-).
Teóricamente hostiles al liberalismo y capitalismo, no queriendo en principio ser "ni de derechas ni de izquierdas", lo que hicieron muchas veces fue radicalizar una clientela "nacional" conservadora, partidaria en amplia medida de los valores burgueses.
Además contribuyeron al aburguesamiento general ya que una gran parte de sus
apoyos sociales fueron unas clases medias asustadas por la crisis y los desórdenes, y amenazadas tanto por la modernización como por el peligro "rojo" (lo mismo que ocurrió con el franquismo, por ejemplo).
Que no por tratar, a despecho de la intensa, maniquea y pueril difamación de los antifascistas (vencedores vencidos "convertidos"), de rescatar lo valioso de ellos, caigamos en defender unos fascismos que opusieron el "capitalismo industrial y productor" contra el "especulativo y financiero" y se limitaron a denunciar a los "grandes potentados", sin interrogarse realmente (excepto unos pocos) sobre la lógica del capital.
Además de un orden moral apegado a la pequeña burguesía, de su productivismo y de su doctrina de "la lucha por la vida" (a veces traspuesta de darwinismo racial o social), efectuaron amplias concesiones al nacionalismo (el individualismo de los pueblos: es decir, trataron de combatir dentro de su fronteras... un individualismo que sostuvieron ferozmente en el plano de la nación). Y cuando quisieron corregir definitivamente ese error en 1943... "demasiado tarde, compadre".
Eso sí, Fascismo italiano, como Nacionalsocialismo alemán, Guardia de Hierro rumana, Cruces Flechadas húngaros, Falange española, Escuela Imperial japonesa... significaron fuerzas organizadas de "UNA POSIBLE RESISTENCIA". Junto a la Revolución Conservadora alemana supieron redescubrir y reivindicar, en pleno territorio enemigo, valores y prácticas antioccidentales. Guido de Giorgio representaba uno de esos elementos que habría podido impulsar una dirección correcta desde el seno del Fascismo. Pero nos movemos en el "quizás".
Pero lo que vale, sin duda, es lo que trataba de redescubrir de Giorgio: lo que no muere.

Cerril -

A qué Señor se refiere cuando aboga por el "retorno al Señor, Principio Supremo y fuente absoluta de beatitud"?

tr -

Gracias a vosotros. En la biografía de esopedia habla de la redacción de la Tradición Romana después de la 2 ª guerra mundial, cuando en la carta del 18 de diciembre de 1940 (citada por De Turris en la nota introductoria de la 2ª ed.) el propio De Giorgio dice que la obra se encuentra “en manos del Duce” (casi con toda seguridad, entrega el texto mecanografiado personalmente a Mussolini en mayo, “en una larga entrevista que tuve en P. Venezia”).

strasserista -

Gracías por esta traducción,al leer este téxto queda de manifiesto nuestra más absoluta ignorancia con respecto a la profundidad espíritual y tradicional del FASCISMO;agradecer al camarada antonio muñoz la traducción de este texto,que nos abre la lúz;sobre la dimensión Aria del fascío Italiano.

Handschar -

Gracias al camarada "traductor" por traernos a un autor tan interesante como desconocido en nuestro país como es Guido de Giorgio.

Navegando he encontrado un breve apunte biografico sobre dicha figura:

http://www.esopedia.it/index.php?title=Guido_De_Giorgio

Saludos

Aztlàn -

Precisamente hoy es aniversario de su muerte. Muy buen articulo;Yo pensaba que DeGiorgio no tenía obras escritas y que era una asceta místico segun Evola. Ahorita, es sorprendente la determinación de su metafisisca tradicional.
Muchas gracias por traerlo a nosotros.