Blogia
ANTAGONISTAS

Del "Rusia es Culpable" al "Turquía No es Europa" (y III)

Del "Rusia es Culpable" al "Turquía No es Europa" (y III)

LA HISTORIA DE ESPAÑA ES UNA ESFINGE SIN SECRETO. 

Puede estudiarse con un método histórico, aplicando la misma rutina científica que la investigación social nos ofrece, en sus documentos, fuentes, archivos, tradiciones, etc. independientemente de la filosofía de la historia o ideología social que profese el interesado.

No es “materia sacra”. No es coto cerrado de oficiantes de una misteriosofía de la historia, de sectarios de leyendas negras, rosas, rojas, azules o multicolores. Arma de políticos retirados e historietadores en activo.

Especialmente, debería ser materia básica para aquellos que de algún modo se identifican con un Pensamiento nacional, más allá de banderías y fetichismos.

No es el caso, nos tememos, de aquellos que, en nombre de una concepción maniquea, oportunista, indigente e irresponsable de la política y de la cultura política nacional-popular han pasado, sin solución de continuidad, de la arenga anticomunista del “Rusia es culpable” de aquel longevo cuñado de Franco, ambicioso representante del Eje en Madrid, al actual y patético slogan de “Turquía no es Europa” con el que los “indigentes políticos” (Milá dixit) de la menguada derecha extraparlamentaria española, representantes indígenas del neofascismo francés pretenden subirse al carro del nuevo y brutal antiislamismo etno-democrático, eurosionista y neocatólico, en nombre de una pretendida “Identidad” imaginada, inventada, inverosímil, inicua, intermitente, intercambiable y, sobre todo, inútil para su objetivo básico: la integración política en el sistema eurocrático, el reconocimiento público, subsidiario de una tendencia residual del neofascismo español.

Y sin embargo no se puede ocultar que con Josemaría Aznar –especialmente durante su segundo mandato- la extrema derecha ha estado en el poder, tanto en cuerpo como en el alma; y casi al completo con sus viejos programas y con sus nuevas generaciones, con un discurso escueto bien articulado, férreo, inflexible, sin complejos ni traumas, con legislación adecuada y toda una mayoría social bebiendo los vientos y comiendo de la mano de un liderazgo indiscutible.

Invocando el santo nombre de España en la boca el gobierno Aznar puso a la izquierda al borde del abismo. Erigió al vecino marroquí en irreconciliable “Enemigo del Sur” sin autoeditarse ni ocultar su identidad. Siguió machacando a ETA. Ilegalizó Batasuna y, Garzón mediante, puso al independentismo político fuera de la ley. Arrinconó el secesionismo centrífugo, el federalismo mezquino, el soberanismo traidor, a mayor gloria de la unidad nacional. Cerró Egin y logró la prejubilación del odiado obispo etarra Setién. Denunció la conspiración terrorista mahometana y derroto a los sarracenos en Perejil, descendientes cómo AbenLaden, de Muza y Tarik, de los Almorávides y de Miramolín.

Reformó la enseñanza en el sentido unitario e integral, el suyo, el de siempre, de sesgo democristiano, etno-democrático, cripto-confesional y  providencialista; el que se espera de una Derecha con certificado de garantía liberal y vocación redentora. Sin traumas ni complejos.

Embarcó en la nave corsaria de la economía global, a sus nuevos conquistadores en busca de El Dorado del Capital. Las macrocorporaciones públicas privatizadas, los Bancos y las Empresas neotecnológicas, previa cabeza de puente de un lobby económico-político con sólidas relaciones con las élites dirigentes, asaltaron el Nuevo Mundo y saquearon a placer. Hasta se atrevió tímidamente a practicar el viejo deporte de la derecha española, el golpismo, con algún gobierno díscolo y poco colaborador.

Pero faltaban las Águilas de Imperio. El sueño eterno del esencialismo hispánico. La vocación universal de la estirpe. La metafísica joseantoniana y la mística nacional-católica colgada de los tiempos imperiales y se dotara de la teológica de la decadencia nacional.

A imagen y semejanza de Serrano Suñer, realista como él, comprendió que el viceimperio no podría ser ya ejecutado como una primacía de orden universal, sino proyectarse en forma de copartipación subalterna en la gestión de las nuevas hegemonías mundiales occidentales.

La derecha regeneracionista española, de la que figuras como Serrano Suñer, José Antonio Primo de Rivera o José María Aznar formarían parte, no era extraña a la obsesión “decadentista” de la historia y a la consabida nostalgia de la monarquía universal hispánica y de su voluntad imperial trascendente.

La breve biografía política de José Antonio impide valorar plenamente aspectos de su pensamiento y columbrar hipótesis de actuación pública, dado que en vida solo su jefatura sobre la Falange fundacional –absoluta solamente en el marco de sus dos últimos años de vida casi uno sin libertad- ofrece pistas.

Es, sin embargo, incontestable que en el pensamiento doctrinario y en la formación mental del hijo del general Primo de Rivera (tan distintos y hasta distantes en lo ideológico) la tarea de nacionalización de masas y de emancipación nacional-popular ocupan un escalón inferior a la tarea ineludible de formación de un espíritu de metafísica de España entre las élites dirigentes del Estado y de la sociedad civil.

José Antonio no era nacionalista español. La desconfianza ante el proceso nacionalización social y ante un patriotismo nacional-popular de masas era general entre la Derecha, vieja o nueva, restauracionista o regeneracionista.

De procedencia política social-católica, Ramón Serrano Suñer, amigo fraterno del “Fundador” y cuñado del Jefe del “Nuevo Estado español” - Jefe absoluto además de la Nueva Falange unificada- proyectó esa doble circunstancia personal en términos de  influencia política duplicada como ejecutor de la acción exterior de España y de la gestión interna de la organización política del Estado.

El programa “Imperial” estaba ahora en las manos al fin de un regeneracionista con fuerte instinto político, innegable carisma personal y dotes intelectuales aceptables.

Designar al enemigo era la schmittiana tarea ontológica que se esperaba de él.

Internamente, la duda ofendía. Era premisa fundacional del nuevo régimen. Para la tarea de “nacionalización social” la suerte estaba echada desde antes incluso de la llegada de la República.

Para imprimir una cierta “Idea de España”, tras el infructuoso batallar ideológico decimonónico, en la Tabula rasa del nacionalismo moderno español “sobraba” ya la mitad del país, que de forma irresponsable y antinacional, había sido procesada, juzgada y condenada sin haber sido oído y sin posibilidad de defensa ni de apelación.

Era la “Anti España”. El “Enemigo” interno.

La “Heterodoxia” secular española, según el nacional-catolicismo, ideología del odio que tenía ilustres antecedentes en pensadores situados más allá de la reacción pura del carlismo, del ultramontanismo y del integrismo, propio del bajo clero provinciano y montaraz.

Los neocatólicos estaban plenamente integrados en el régimen liberal, aunque lo criticaran. La querella dinastiíta, el legitimismo y el tradicionalismo ´”integro” o de partido no les importaba ya.

La Tradición española, su filosofía política y su teología de la Historia, no se agotaban en el tradicionalismo carlista y sus respetables ideales plenos de piadosa beligerancia guerrillera, de fidelidad dinástica, de intransigencia dogmática y defensa encarnizada de privilegios feudales y ordenamientos forales.

Había que empezar –y acabar- por el primer grito de guerra de la Carlistada: Dios.

Dios es el que Es, que dijo Yahvé en el Sinaí. Pero, en espera de aclarar el ontológico enigma, para la cristiandad católica Dios es Cristo- más o menos- y Cristo volverá para el Día del Juicio Final.

Esperando los novísimos, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana sustituye místicamente a Su Señor, garantizando la sucesión del Simón-Cefas-Pedro, primer Obispo de la Urbe, mediante un Vicario o Lugarteniente en la Tierra, elegido por Príncipes del Cardenalicio Colegio por divina inspiración del Espíritu Santo.

En espera de mayores precisiones la Iglesia, Santa Madre y Esposa del Ungido,  jerarquía apostólica mediante, asume por delegación divinal una Autoridad Plenipotenciaria que a su vez coloca en manos del Máximo Pontífice, Cabeza Visible, Gran Sacerdote en hábito ceremonial de acusado simbolismo faraónico, de Infabilidad Dogmática y Santidad indiscutible.

El Papa de Roma es el Dios de los Católicos. La Santa Sede  de Roma es la Patria de los Católicos. La Iglesia de España es el Gobierno nacional de los Católicos españoles.

El énfasis de estos nuevos doctrinarios se ponía en el carácter exclusiva y excluyentemente católico, dogmático, ortodoxo, de la nación española desde sus nebulosos orígenes hasta el día de la fecha en que autores como Balmes, Pidal, Menéndez Pelayo.

Los privilegios y sinecuras financieras y las regalías y derechos en materia de Educación constituían no solo un deber exigible por los Católicos al Estado –por muy confesional que fuera- sino su obligación política, moral e histórica inexcusable dado el carácter intrínseco de la catolicidad del pueblo español.

Los derechos de la Iglesia Universal tenían un Divino origen. Los de la Iglesia española eran además cuestión de reconocimiento del hecho nacional y de la interpretación católica de la identidad española per saecula saeculorum.

No en vano, España había sido frente a toda herejía el brazo armado del Dios de Roma. Incluso contra él. Más papistas que el Papa, los españoles reinventados históricamente por los neocatólicos y  adoctrinados políticamente por los nacional-católicos debían apropiarse del concepto mismo de Estado Nacional, tan extraño a la propia tradición católica y tan familiar para los impíos partidarios de la Revolución de 1789: apóstoles del anticlericalismo, francmasones, liberales, jacobinos y demás herejes de la Volontè Generale.

 No había materia de debate, ni posibilidad de duda en esta cuestión.

La naturaleza católica del país exigía de las autoridades seculares del Estado proveer a la Santa Madre Iglesia de los medios necesarias para mantener en manos del regular y secular los ancestrales privilegios en materia de enseñanza y de educación nacional.

No se negaba al Estado su jurisdicción sobre la Instrucción Pública y otras instancias administrativas y políticas, máxime su confesionalidad católica y su generosidad fiscal.

La educación nacional seguía fielmente las orientaciones doctrinales de la Iglesia. Y esta bendecía el régimen político mientras no quisiera monopolizar el terreno educativo.

De estricta observancia vaticana, disciplinados en punto de magisterio eclesial, dotados de vastos saberes, en algún caso enciclopédicos, capacidad polémica y argumental no desdeñables, los ideólogos neocatólicos compitieron desde una concepción de España estrictamente católica-tridentina, teopolítica, ultradefensiva, providencialista de la historia nacional con los doctrinarios liberales del pensamiento nacional

Bien lo sabía Ledesma Ramos que pagó con creces el precio del aislamiento político primero y de la propia existencia finalmente, su intentona –condenada al fracaso desde el principio como barruntara su amigo de juventud, Olagüe- de doble emancipación, nacional y social, del patriotismo popular, del nacionalismo revolucionario, de la nacionalización de las masas y de la incorporación proletaria al Estado Nacional de todo el pueblo y para todo el pueblo.

A esta noble misión llegó –por causas ajenas a su voluntad- tarde, y con él el Nacional-Sindicalismo, llegó mal –sin medios ni efectivos- y nunca llegó, pues ya la absorción del Jonsismo en la Falange de José Antonio y la derrota de la alternativa fascista-radical dentro del liderazgo político de la falange jonsista sellaron este camino.

No habría ya competencia revolucionaria con el marxismo ni comunidad nacional de todo el pueblo. El Fascismo español, trufado de catolicismo político y patriotismo burgués, echaría sus cimientos –mejor o peor - sobre la mitad del terreno del pueblo español y los escombros sobre la otra mitad.

La construcción nacional del Estado, el Estado mismo, volvería a las andadas del estéril siglo de la decadencia. La Historia de España volvería a ser enseñada para adormecer las conciencia y alucinar de ensueños “imperiales”; pesadillas de “decadencias” fatales y fatalistas: la Historia de España volvería a ser el “opio del pueblo” español...

Aún así, un cierto regeneracionismo “imperial” pragmático, aprovechando la lucha entre las culturas, las reivindicaciones de las naciones jóvenes, las contradicciones  ideológicas, el ocaso del prestigio europeo en el mundo, la presencia amenazante de los peligros “alógenos”, las “revoluciones mundiales”  presagio de la nueva invasión de los bárbaros” buscaba encontrar una posición entre los vagones de primera clase del tren del porvenir del nuevo parto de los tiempos cesáreos doloroso pero pleno de oportunidades para las “naciones jóvenes” (de espíritu, en el caso español) alumbradas de fe, orgullo y valor, de vocación universal y redentora.

La España eterna, metafísica, sin pecado de materialismo concebidas, opuestas a las plutocracias demoliberales de occidente y a los “nuevos bárbaros” de Oriente, los Hunos bolcheviques y los Otros del Internacionalismo masónico-marxista, podría ser una de estas naciones.

Una nueva generación de juventudes españolas, de sólida formación y curiosidad universal se asomaba al supuesto páramo de “pan y toros” y con un fatum negro como la pena negra echando por tierra a los augures del decadentismo genético, crónico y terminal de España y de los españoles. La sorpresa fue mayúscula.

Entre los facultativos del morbo nacional, homeópatas de la “decadencia española”, galenos de ojo clínico y diagnóstico inapelable, el estupor era considerable y el pánico cundía entre aquellos doctores sin ciencia y anestesistas de la conciencia nacional.

Aquello echaba por tierra de un plumazo todo su discurso decadentista y descalificaba su categórico dictamen.

Los hijos de estos presuntos  sifilíticos de Europa, de estos desahuciados de la Historia, a los que nada debía la Europa, la nueva generación española no nació lisiada y contrahecha, débil y enfermiza. Nació, antes al contrario, sana y robusta, lozana y despierta: llena de inquietudes espirituales, éticas, estéticas, intelectuales y científicas. Sin complejos, traumas, defectos congénitos y otras zarandajas endémicas de la supersticiosa imaginación de aquellos pediatras del aborto histórico nacional, el neófito del moribundo cogió su propio toro por los cuernos y rompió las filas de los augures del triste y negro destino español escrito en una estrella de papel-carbón.

No debe extrañar que aquella generación, al margen de las innovaciones propias y las influencias externas de nuevo cuño, a pesar de todo reprodujera y tradujera el sistema social, las estructuras generales y las evoluciones generales de la generación anterior, incluyendo el historicismo anecdótico, el esencialismo estrambótico y el criticismo pedantesco de sus escépticos predecesores. La historia no opera a saltos. En España tampoco.

El pensamiento rutinario, los hábitos adquiridos, las fórmulas reiteradas,  los automatismos y convenciones, las tradiciones y prejuicios, pesan mucho y aun renqueantes suponen lo malo conocido difícil de abandonar sin la seguridad de que lo por conocer no sea peor aún.

Mas incluso reproduciendo y hasta ampliando en parte esquemas del pasado, las filias y fobias, las banderías y delirios pretéritos, es el carácter, espíritu, el modo, la manera, lo absolutamente novedoso: no tanto el qué sino el cómo, lo que representa el “salto de cualidad” y lo que hace distinta a estos nueva remesa de españoles que viene pidiendo guerra y que, al final la tendrá por partida doble.

 Si se quiere entrar en la Historia hay que aceptarla con todas las consecuencias.

 

A.Beltrán, Madrid otoño-invierno 2004

9 comentarios

Aznar: -


Y aunque no dice desde cuando y, menos aún, hasta cuando, no hay duda contra qué y contra quiénes.

Existe pues el Enemigo, ideológicamente totalitario, política y espiritualmente fanático, de moral diabólica y de naturaleza infrahumana. Ante un enemigo así y ante una guerra total, solo cabe la victoria completa y la rendición incondicional. Los entreguistas, los derrotistas, los defensores del "diálogo de civilizaciones" y de "la paz en nuestro tiempo" sobran:

"(...) frente a un enemigo en guerra total el apaciguamiento en cualquiera de sus manifestaciones no es viable"

Evidencia de Pero Grullo que solo los ciegos, los desertores y los ceros zapateros ignoran.

No obstante la aparente intransigencia del mensaje, se trata de la única respuesta posible para un encarnizado enemigo que nos "ha declarado la guerra" es decir –completa el propio diario por si ignoramos nuestra identidad colectiva- a nosotros todos, oseasé:

"(...)a la sociedad occidental libre, prospera y predominantemente laica"

¡Canallas!...

Aclara además que, lejos de ser una guerra querida, buscada, incluso –no faltan mal pensados- inducida por los planificadores, estrategas y asesores hoy en nómina la nómina de la Casa Blanca, del Departamento de Estado, del Pentágono y de potentes Corporaciones industriales, pero siempre al servicio de la Causa de Israel por encima –y muchas veces en contra de los propios intereses políticos y nacionales de los USA- esos angelitos supporters de Sharon, los guerreros apocalípticos de la batalla de Megido, los fieles de todos los Templos de Jerusalén y todos los montes de Sión, los lobbistas neoyorquinos del Estado-Mesías de Israel, no todos ellos necesariamente miembros del pueblo elegido pero todos ellos acérrimos secuaces del We Stand Israel; hemos sido nosotros los sorprendidos en nuestra buena fe (que es la Fe por antonomasia) y en nuestra inocencia.

Son los malos-malísimos los que –como siempre- empezaron... Pero se van a enterar.

No, la Guerra de Aznar, Blair y Bush, es "preventiva", de legítima defensa; pues como en el caso de Israel, la fortaleza occidental injustamente –pobrecillos- agredida y acosada solamente se defiende (basta mirar el mapa que diría el eurosionista francés Faye) no solo con las armas en la mano sino esgrimiendo la justicia de su causa y deslegitimando la ideología enemiga.

En petit comité, aunque al final todo se acaba sabiendo -sobre todo cuando se cuenta- y con didáctica precisión, nuestro Héroe expuso ante el reservado y selecto club, según narra la citada crónica la Magna Doctrina de esta nueva Guerra de los Mundos y olé

"Una guerra que, a su juicio, no es convencional ni tradicional, sino ‘una nueva forma de conflicto no querido ni buscado, sino impuesto por la implacable lógica de los terroristas‘".

Guerra impuesta. Guerra total. Pero también Guerra sicológica.

No se trata únicamente de vencer. Hay que convencer. O lo que es lo mismo, en palabras del nuevo Clausewitz del antitotalitarismo islámico, se trata de

"...dar la batalla por las almas y corazones de las personas".

El que más y el que menos, minimamente interesado en la historia del siglo XX, especialmente la de su segunda mitad, advertirá conceptos repetidos y cierto tono familiar en expresiones de este tipo que le traerá inmediatamente a la memoria la épica anticomunista de la "Guerra fría" frente la ideología totalitaria soviética, con su acción sicológica, su guerra no-ortodoxa, su "conquista de las mentes y corazones" de los individuos, etc.

Llueve sobre mojado en la Italia de los "Ambrosettis" y de los "Ambrosianos", de los "Berlusconis" y de los "Gladiadores". Con la Fuerza de la Razón o con la Razón de la Fuerza que tanto monta: "¡Occidente despierta!" que Oriana Fallaci quiere guerra...

No obstante, como autoridad competente en la materia, el doctrinario de la Guerra no convencional y Rambo cristiano que sí siente las piernas y el bigote nos confirma en nuestras sospechas

"...los fundamentalistas no reconocen ni respetan fronteras"

y

"...estamos luchando no sólo contra un grupo sino contra una ideología".

La historia se repite. La Media luna islámica toma el relevo de la Hoz y el Martillo. La Yihad es la nueva forma de guerrilla revolucionaria. El universalismo de la Umma es una transformación fanática del internacionalismo proletario. La inmigración de musulmanes a los países occidentales tiene precedentes en la táctica quintacolumnista del Kremlin.

El enemigo islamo-terrorista actúa en las sombras, como las células comunistas, es disciplinado y cruel, como los militantes rojos, y se infiltra en el corazón de la "Civilización" siguiendo métodos insidiosos.

Frente a un enemigo así, sólo existe una respuesta: un solo ejercito, un mando único. La nueva guerra fría calienta motores. Las comparaciones en este caso no son odiosas, sino pertinentes.

El Frente de guerra existe

"Si durante la Segunda Guerra Mundial el frente central era Alemania, en la guerra actual lo es Irak, según el ex presidente, quien se mostró convencido de que los terroristas están haciendo todo lo posible por impedir que ese país se convierta en un país próspero y seguro porque eso significaría el fin de Al Qaeda. "

Terminamos ya.

La voz del "Ultimo Hombre", la voz de Aznar, de Bush, de Blair y sus múltiples y respectivos escribanos resume así en esta síntesis final su mensaje, según el apresurado resumen de la crónica de agencia.

Nada nos congratula más que coincidir en lo fundamental con el discurso del nuevo astro del firmamento intelectual e intrépido capitán del mundo libre, próspero, abierto y seguro.

No. No podemos ocultar que estamos de acuerdo con dos de las contundentes afirmaciones del nuevo y flamante profesor invitado de la Georgetown. Negro sobre blanco se pueden leer en nuestra página Web.

Nosotros nunca lo hemos dudado. No somos pacifistas. No somos hipócritas.

La luminaria del Colegio del Pilar ha hablado claro. Su bando no es el nuestro. Su banda mediática menos aún.

Sí: Estamos en guerra. Y esta Guerra es nuestra guerra.

Rafael del Barco Carreras -

LA FORTUNA DE LOS “FRANCO”.



Por Rafael del Barco Carreras



TELECINCO dedicó uno de entre sus horribles o interesantes programas, según el color del cristal con que se mire, a la fortuna de los Franco. Levantó ampollas. ¡Con lo austero que era el General!. La FE, el papanatismo, viejos privilegios, pero ni con el enfado de los “entregados” la relación de las sustanciosas propiedades solo trasluce la punta del iceberg de las varias ramificaciones de lo generado en torno al Generalísimo. Las propiedades requieren mucho dinero para mantenerse a flote, y si sumamos la holgada vida de varios descendientes y colaterales, el dinero, en efectivo, manó de escondidos manantiales. Hasta las recalificaciones urbanísticas y el boom inmobiliario los ahorrillos del austero general dieron para vivir como multimillonarios a varias sagas directas e indirectas, después una de las recalificaciones aportó unos mil millones, ¡que se sepa!. A la suma se debería añadir la del CUÑADISIMO SERRANO SUÑER, que antes de su muerte a los 101 años desde PARIS pretendieron mermarla acusándole de CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD, pero no llegaron a tiempo y su fortuna la reparte un albacea con toda una oficina de apoyo en Barcelona.

Es curioso que nadie comente nunca el fiasco del BANCO DE MADRID –BANCO CATALÁN DE DESARROLLO de la familia FRANCO, bueno… los GÓTOR, el Marqués de Villaverde, y sus filiales en Francia, Miamy y SUIZA. Un montante de unos cientos de miles de millones de las pesetas de finales de 1970, la Transición, con consejeros SAMARANCH, VIOLA (el asesinado alcalde), CUATRECASAS (fundador del mayor bufete de Barcelona, 800 abogados), etc., dirigidos por OTRO íntimo del PARDO, JAIME CASTELL…engullidos por el BANCO ESPAÑOL DE CRÉDITO, ¡pobre Banesto!, un pozo de porquería, y quizá sumaran en la condena y cárcel de MARIO CONDE.

Entonces no existía la PRENSA, ¡ni ahora!, para esos recuerdos. Un banco creado a pesar de la Ley Larraz y el “statu quo” bancario. Ellos, la familia, dueños del Cortijo España, precisaban de uno conectado a SUIZA, vía filiales. Infinidad de créditos impagados, empresas quebradas…y el Estado pagando, primero el Banesto, ¡para el caso lo mismo!.

Y en la fusión con BANESTO anduvo por sus “grandes conocimientos bancarios y financieros” el jovencito JAVIER DE LA ROSA MARTͅsimultaneando con el BANCO GARRIGA NOGUÉS y EL CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA… y otra curiosidad… veinte años después el albacea de Serrano Suñer “prestaba” para “gastos de bolsillo” DOS MILLONES DE PESETAS MENSUALES a Javier, paliando su “insolvencia total”, procedentes de una FUNDACION domiciliada en Luxemburgo. ¡Lástima que el Gran Garzón se entretuviera con PINOCHET, y las teles con la PANTOJA!.



Ver www.lagrancorrupcion.com

Belicoso -

Porque el pueblo es un agente pasivo, o "receptivo". "Se deja arrastrar". Dependiendo quien lo manipule, tira para un lado, para otro, o para ningún sitio.
Al pueblo hay que conducirlo, y todos los populistas que abrazan lo más negativo del mismo utilizando como excusa "estar al lado del pueblo", lo que están haciendo es secundar los fines de los poderes que manipulan las mentes populares: están sirviendo al PODER, no al pueblo.

Antagonistas -

....de donde se infiere que no basta cualquier "antagonismo" (oposición politica al sistema establecido)sino un antagonismo "creativo", como nosotros decimos, es decir con capacidad de abrir nuevos caminos, no caer en provocaciones y actuar mediante un radicalismo realista, al margen de todo "populismo":
"Es mejor ser enemigo del pueblo que enemigo de la realidad...."(Passolini)

Abrelatas -

Resulta simpático este término de "mentes traslúcidas".
"Mentes traslúcidas en sinapsis opacas" añadiría.
Pero éste es el panorama que tenemos.
La mayor parte de los españoles no han superado los esquemas mentales políticos (y religiosos) adquiridos en la "primera comunión".
Y no le echen la culpa sólo a las poderosas baterías del Cuarto Poder del régimen.
La historia de estos Treinta Años de Régimen de Monarquía Parlamentaria demuetra que tanto los grupúsculos "patrióticos" (ultraderecha) como los "antifascistas" (infraizquierda), es decir, prácticamente todos los grupos extraparlamentarios que presumen de "inconformistas" y "antisistemas", se nutren de esos esquemas y automatismos "históricos" pueriles y maniqueos.
Resumo: el régimen no sólo se sostiene por su "discurso oficial democrático" y el "pensamiento único", sino también gracias a los "trabajos" (es un decir) de "fachas" y "rojos". Y como estos grupúsculos se nutren de esos esquemas, el régimen les "mantiene caliente sus platos".

aj -

al final la realidad es tozuda, todo el pasado revolucionario español nació y murio con las JONS.
o mejor dicho con R.L.R.
caso de otros "cofundadores" del Nacional Sindicalismo como Onésimo Redondo no sacaron nunca un pié de la derecha.
Jose Antonio Primo de Rivera
solo se "acercó" al ideal Nacional Sindiclista al final,
en el último tramo de su vida y por eso se le abandonaron "los nacionales" a su triste muerte.
sólo Ramiro fué realmente revolucionario.
desde entonces no ha habido más que derecha y nacional catolicismo.
cada vez que he dicho esto se me han tirado como buitres, es lo que hay.
si ha habido algún "falangista
revolucionario" (digase Nacional Sindicalista) fue siempre a título personal, y la mayoria "o calló" o fue perseguido e incluso ajusticiado por el régimen y repudiado por sus "camaradas".
si defiendes la verdad y tachas al régimen franquista de lo que realmente fué, eres un "rojo".
la historia española para las
"mentes traslúcidas", se divide unicamente en eso, o eres "beato" o eres "rojo".
triste pasado se dibuja, peor porvenir tenemos.

saludos







Abrelatas -

Vaya catarata de artículos. No darán abasto para comentar tantos.

Curro Romero -

Joér, que depresivo eres.
Bueno yo tb he regresado de la vacances; saludo a la audiencia; en especial a Gila que andan siempre con la moral por los suelos.

gila -

La gran labor que Resistencia apenas esbozó: la total revisión de la historiografía española. No porque sí, sino porque debe ser hecha. Liberarnos del secuestro del pasado y del síndrome de Estocolmo de todos los patriotas (anti, pseudo, de hojalata, de cartón o de piedra pómez) recientes; liberarnos del sentimiento de amputación, de muñón vergonzante.
Sigo opinando, que la mejor contribución que antagonistas puede hacer es la codificación y divulgación de este protoprograma cultural, histórico y político.
Otros después deberán ampliarlo, extenderlo, pulirlo y sacarlo al escenario.
La historia no opera a saltos.... y vivimos en la época histórica en la que nos toca y no otra.
De otra forma, la gran potencialidad que subyace en antagonistas se hundirá en la tragedia de su propia urgencia.